sábado, 28 de diciembre de 2019

Y de repente se hace realidad /7)

No veía la hora de que llegara Teresa, no por ella, no por ella, sino por el nuevo inquilino.
Seguro es el amante, amigo, si claro, qué puta, por favor, meter al macho enfrente de la casa.
A las 11:00 llegó Teresa.
-Hola Inés, mirá Pedro no va a poder llegar hasta la una, se le quedó el auto en la ruta, y hasta que se lo arreglen y todo.
-Si, no hay problema.
Inés esperó.
Por qué mierda estoy tan ansiosa, Dios tan vacía es mí vida que me entusiasmo porque voy a conocer al amante de esta tilinga. Y tiene suerte la hija de puta, un marido rico y un macho.
A las 13:00 tocaron el timbre.
Inés puso el ojo sobre la mirilla, quería verlo antes de abrirle.
Mirá el macho que pegó ésta.
Se saludaron.
El muchacho la miró y extendió la mano, Inés se la estrechó.
-Pedro, un gusto.
-El gusto es mío.
La mirada de Pedro le provocó a Inés una mezcla de atracción y miedo, al darle la mano sintió un escalofrío que le erizó la piel.
Al soltarle la mano se las llevó a los antebrazos.
Teresa notó algo en su expresión.
-¿Te sentís bien Inés?
-Si, si, pasen, la casita es chiquita pero es cómoda, tiene su entrada aparte, además aire acondicionado, Internet, todo.
Les hizo una señal con la mano para que pasaran.
Tomó una llave del bolsillo derecho de su pantalón, mientras marcaba el paso, Teresa y Pedro la seguían de cerca.
-Qué lindo jardín que tenés, eh, hermoso, bueno el de adelante igual.
-Gracias, es cansador mantenerlo, pero valen la pena.
Bueno, acá está el lugar, le entra la luz justa, a la mañana, así que a la tarde está fresquito, pero no húmedo, ahí tenés la clave del Wi Fi, el control del aire acondicionado, todo.
Le dejó la llave a Pedro sobre la mesa para no tener contacto con su mano, tenía miedo de volverse a erizar y que otra vez Teresa se diera cuenta. 


sábado, 21 de diciembre de 2019

Y de repente se hace realidad /6)

Por qué Damían le había mandado un whatsapp con la foto de una moto y de un tipo al lado de ésta que sostenía un casco.
¿En qué mierda te metiste, Damian? esto no me gusta, para qué me mandaste esta foto.
Recordaba lo frustrado que estaba desde que había perdido su trabajo, las caras que hacía cada vez que ella le tenía que dar plata para algo.
Sintió que se ahogaba, estaba teniendo palpitaciones, su hijo mayor la miró y empezó a preguntarle si le pasaba algo con ojos entre interrogantes y angustiados.
La bebe empezó a llorar.
-No amor, da, anda a lavarte los dientes, por fa.
-¿Solo?
Se acordó que nunca lo había dejado hacerlo solo, porque le gustaba verse en el espejo del baño y para alcanzarlo, ella lo subía a un tacho de mimbre dado vuelta, después de poner la ropa sucia a un costado, agarraba el dentífrico, se lo daba y le indicaba cuanto poner en el cepillo y como se tenía que cepillar los dientes.
Ya estaba cansada de eso, le dijo que trajera el cepillo dental y el dentífrico, mientras ella fue a buscar a su mesa de luz el espejo que usaba para depilarse las cejas, se lo puso enfrente.
-Me gusta más el espejo del baño.
-Diego lávate los dientes frente a este.
El chico empezó a cepillarse.
Después de que se cepillara lo felicitó, ya estaba más tranquila, esos minutos con Diego la habían distraído, pero después de que el le enseñara la sonrisa, y fuera a ver dibujitos, volvió a pensar en Damían.
Saco a la bebe de su silla y la acostó en la cuna, le puso el sonajero, la melodía la fastidiaba, por suerte la nena estaba casi dormida por lo que no tuvo que quedarse mucho tiempo con ella y tolerar el sonido.
Después acostó a Diego.
Cuando se quedó sola empezó a mandar un whatsapp tras otro, y a llamar a Damian.
Volvieron las palpitaciones, trató de calmarse, contar hasta diez, inspirar, retener el aire unos segundos, y exhalar, eso la tranquilizó a medias.
Puso el celular sin sonido para no despertar a los chicos, de pronto este se iluminó con la foto de Damian. 



sábado, 14 de diciembre de 2019

Y de repente se hace realidad /5)

-Si, pero mejor no en el hotel, ahí solo van los viajantes o algún que otro turista, ni idea a qué vienen porque acá no hay nada. Quedate en la casa de mí vecina, mejor. 
-No, déjate de joder, debe ser una vieja metida que se la pasa viendo telenovelas y noticieros. Me descubriría enseguida.
-No seas paranoico. Además primero obvio te corto el pelo, te lo tiño, y te sacas la barba.
-Boluda, te crees que estamos en una película, anda a cagar.
-Esta boluda está tratando de ayudarte. Además otra no te queda, o cambias el look, o cagaste.
-Se la voy a dar a ese hijo de puta.
-Ya vas a tener tiempo para él, ahora pensa en rajarte.
-Ay che, esto parece una película del cable, boluda, re trucho todo.
-Qué querés que te diga...
-Y nada, vení...chupamela un ratito.
-Mirá en lo que te pones a pensar, los hombres siempre con la cabeza en la pija.
-Dale, un ratito...
-Nah, tengo que ir a darle de comer a los chicos.
-Esos pendejos de mierda, en la hora puta que los tuviste.
-No te pongas hincha pelotas.
-Me voy.
-Bueno, ah no espera que te paso el número de Inés.
-No sé, no estoy seguro, la vieja debe ser más rompe que la mierda, de esas viejas lechuzonas insoportables. 
-Tranqui, además tampoco es que la vieja se la pasa rascándose la argolla, trabaja, cuida a una vieja, así que a la noche os podemos ver. 

sábado, 2 de noviembre de 2019

Y de repente se hace realidad /4)

Hay que tener contacto con alguien de arriba pa' ganar plata. 
Sacó cuentas mentalmente, con la indemnización no le alcanzaría para mucho, menos con el nivel de inflación que había en el país.
Pedro fumaba desesperado, pensando en sus 2 hijos, mellizos, una nena y un varón, pero últimamente ya no disfrutaba de verlos, escucharlos, tenerlos sobre su pecho, sino en lo que costaban los pañales y la ropa, las mamaderas, las consultas al pediatra. La plata cada vez era menos, y estaba cansado de tirar C.V's y no recibir respuestas o recibir una negativa.
Pensó en un seguro que había sacado cuando nacieron los chicos, pero enseguida descartó la idea, enseguida sospecharían y no serviría para nada, encima dejaría sola a su mujer criando a 2 chicos.
Se dio cuenta que ya se le estaba por terminar los cigarrillos, se había quedado enfrente del kiosco para comprar otros, pero sabia que eran caros aunque comprara la marca más barata.
No tendría ni que haber comprado la que me acabo de fumar, pelotudo que soy, con esa pagaba media bolsa de pañales.
Estaba haciendo tiempo hasta que se fuera su suegra, no aguantaba la cara de reproche de ésta.
Vio una moto, era grande y cara, de marca extranjera, el tipo se bajó y se sacó el casco, Pedro lo miró con atención y creyó reconocerlo.
- ¿Damían?
- ¿Pedro?
-Si, cuanto hace que no nos veíamos, che.
-Y desde que dejé el secundario, fácil 15 años, por lo menos, si no se me escapa alguno.
-La puta madre, si, 15 años...
Mientras charlaban Damían le había pedido al kiosquero un chocolate, le hizo seña con el dedo que le diera otro.
-Toma, te acordas de estos.
-Huy si, aunque nunca fui muy de lo dulce.
-No, vos preferís los cigarros, bola, mirá como estas...
-Hecho mierda, ya sé, vos estás re bien hijo de puta, pareces 10 años menos que yo, así que mucho a estos chocolates no le debes dar, sos de los que va al gimnasio todo los días, este es un "gusto que te das".
-Algo así, che...
Pedro, el traga, el de los culos de botella, ahora debía usar lentes de contactos, a ver, si usa lentes, por lo menos en eso mejoró.
Damían lo miró con más atención, era cierto lo que el mismo Pedro había dicho, estaba hecho mierda, lleno de canas, con muchas arrugas alrededor de los ojos, ya se le notaba la linea e la comisura de los labios, además estaba mal afeitado y ojeroso.
El chico traga, que lo ayudaba en las pruebas y le hacia la tarea a cambio de su "amistad" que en realidad significaba protección contra los chicos que se burlaban o que lo amenazaban. Creía que ese muchacho tendría otro destino, estaría diseñando alguna cosa para una empresa en Estados Unidos, no acá con un traje gastado y en ese estado.
-Damían...vos no sé, viendo la moto que tenés y la ropa, te va re bien.
-Me defiendo, si.
-Se ve, che no tendrías algo para mí.
-No, trabajo solo.
-Robando.
Damían lo miró, Pedro le sostuvo la mirada, tanto como había dicho la última palabra como su actitud corporal denotaban una seguridad o una inconsciencia absoluta.





sábado, 21 de septiembre de 2019

Y de repente se hace realidad /3)

-Coses, bordas, pero la puerta para ir a jugar no la abrís nunca, hija.
-Ay mama, hay tiempo.
-Así se pasan los años, no es infinito el tiempo.
-Vos tampoco eras una adolescente cuando te casaste.
-Pero a tu edad ya estaba de novia.
-Bueno, yo cuando empiece a salir con alguien, voy a tratar de casarme más rápido y no tener un noviazgo eterno como el tuyo con papa.
-A ver cuando te pones de novia.

-Terminala.

-No, tenés 34 años, ya mínimo tendrías que estar embarazada, y ni siquiera tenés un novio, o una pareja, o algo.
-No tengo un marido, ni hijos, ni nada, soy una fracasada de 34 años, listo lo reconocí.
-No te lo digo para hacerte sentir mal, sino para que reacciones, para que hagas algo. 
-Qué querés que me ande ofertando en la calle, no sé qué esperas que haga.

-Por lo menos trata de encontrar a alguien que te acompañe mientras todavía no sos vieja.
-Mama los tipos de mi edad solo se buscan mujeres como ellos cuando quieren una sirvienta, o una enfermera gratis, o una madre.
-Cada vez te entiendo menos.
-Nunca me entendiste, mama. 

sábado, 14 de septiembre de 2019

Y de repente se hace realidad /2)

El tiro fue ensordecedor, pero él no se sintió como otras veces.
Mierda, nunca tendría que haberlo metido en esto, sabía que era medio cagón, pero por darle una mano y ahora...la puta madre. 
Damián miró el cuerpo, decidió que de nada le servía mortificarse con eso, ya lo había hecho, y era lo que tenía que hacerse.
Me voy a la mierda, un tiempo por lo menos, me guardo y de paso salgo de esta mierda.
Odiaba la ciudad, las casas a medio construir, sin revocar, las calles mal asfaltadas, llenas de baches, otras de tierra o empedradas, autos abandonados, bandalizados, veredas en las calles que las había con las baldosas rotas. Edificios que décadas atrás habían sido fabricas convertidos en esqueletos de hormigón y cemento, con todas las ventanas desnudas porque los vidrios los habían ido rompiendo en décadas de abandono, él habías roto varios, también de las ventanillas de los autos, era lo único que le había gustado de vivir ahí de chico, el tener la impunidad para romper, con sus amigos solían competir a ver cuál rompía más.


sábado, 7 de septiembre de 2019

Y de repente se hace realidad /1)

Le faltaba solo un capítulo para acabar de leer la novela, era otra como tatas similares a las miles, si miles, hasta a ella le costaba creer que fueran tantas, su biblioteca tenia 4 paredes cubiertas de estanterías, desde el piso hasta el techo de libros, casi todas eran novelas rosas, en los últimos años había añadido a la lista algunas con toques de thriller o policíacos, el genero le empezó a interesar cada vez más, y buscaba historias más oscuras aunque no perdieran el romance y siempre terminaran con la heroína triunfante y feliz viviendo con el apuesto detective, millonario, abogado, o lo que fuera, siempre en ciudades como NY, L.A, San Francisco, Boston, Chicago, Miami, etc.
También veía telenovelas, series y películas en general de la misma línea, y por suerte podía hacerlo en el trabajo, mientras cuidaba ancianas, hablaba con ellas del tiempo de antes, Carmen sentía envidia por no haber vivido esos años, le hubiera gustado ser joven en los años 40's y 50's, tenia la idea de que las mujeres en aquellos años siempre andaban arregladas, de vestido o polleras, con zapatos de taco alto, bien peinadas y maquilladas.


sábado, 10 de agosto de 2019

Los rumbos /6)

Parecía la escena de una telenovela, solo faltaba la música incidental cursi y las lagrimas.
-Creo que soy tu padre.
Fue lo que me dijo, y probablemente lo era, porque nos parecíamos, tenia la misma forma de sus cejas y la nariz, el mentón un poco, el resto lo había heredado de mi madre.
Pedro Ramírez era camionero, antes había sido repartidor, albañil, cajero en un supermercado, y no me acuerdo qué otro trabajo, en el tiempo que se conoció con mi madre trabajaba en un local que vendía billetes de quiniela.
Según él la relación fue bastante corta, un noviazgo sin importancia para ninguno de los 2, y que nunca había creído que estuviera embarazada porque supuestamente mi madre le había dicho que se cuidaba.
La verdad que con todo me sonó bastante sincero, parecía un tipo sencillo, común, no un sinvergüenza, pero uno nunca sabe.
Lo que me contó de mi madre no se diferenció de lo que me habían dicho los demás, era una persona complicad, bipolar, un poco retraída.
Quizás no había misterio, quizás no supo como lidiar con la maternidad, quizás siempre había tenido la idea en la cabeza y eso la hizo decidirse.
Creo que este documental solo me sirvió para cerrar un ciclo.

sábado, 27 de julio de 2019

Los motivos /5)

No sabía si hacer esta entrevista o no, porque sé la opinión de mi abuela, odia lo que hizo mi madre, pero por como ha venido la cosa  hasta ahora, quizás sea una de las pocas voces, más no la única, espero, que le aporte algo interesante al documental.
-Primero y espero que pases esto que te voy a decir.
-No te preocupes, tenés mi palabra.
-Bueno, me parece una bajeza, una porquería que andes ventilando algo así, y no me vengas con excusas, lo haces por morbo, por venganza o no sé, pero a mí me parece algo asqueroso.
-Okey, es tu opinión. 
¿Por qué aceptaste entonces la entrevista?
-Porque creo que soy la persona que más conoció a tu madre, y la única que puede hablar con propiedad sobre el tema.
- ¿Y para vos por qué lo hizo?
-Por estúpida, y por egoísta, porque quería trascender por algo, tu mama en el fondo nunca supo lo que quería, no estaba cómoda, no estaba bien, creo que deberíamos haberla llevado a un siquiatra, pero no lo quisimos ver en ese momento, ella decía que estaba bien, y qué sé yo, tampoco era que se arrancaba los pelos o que gritaba como una loca.
Pero a lo que voy, si esperas encontrar un gran motivo, una historia secreta, oculta o como la quieras nombrar, te vas a llevar un chaco.
Cuando apagamos las cámaras, las lagrimas que mi abuela con mucho esfuerzo había contenido se derramaron, no rompió en llanto, se las limpió, y apretó los labios, sentía odio, tanto por mi madre como por sí misma por no haberla podido ayudar, nunca le iba ni se iba a perdonar el suicidio de su hija, era algo con lo que cargaría toda la vida,  y con lo que en parte se regodeaba, era su cruz, su mal, su cáncer, con lo que se despertaba, y se pasaba el día masticando, hasta que se acostaba.
Mi abuela cargaba el mal de odiar algo pero no poderlo cambiar.
Tal vez mi madre también. 


Los motivos /4)

Hoy tocaba entrevista con su primer novio, habían andado el último año de secundaria, el tipo aceptó que fuéramos a su departamento, según nos dijo estaba separado, tenia 2 hijos más o menos de mi edad.
-Si, es cierto que tu madre era medio tímida, muy reservada, pero si la llegabas a conocer era super dulce.
No me vas a creer pero nunca nos peleamos, también porque ella se guardaba todo, eh, no era que nuestra relación fuera perfecta, pero es que con ella no se podía discutir, se cerraba, no te decía nada, no la sacabas del bueno, te bajaba la mirada y se acabó, al otro día los 2 nos comportábamos como si nada hubiera pasado.
- ¿La amaste?
-No sé, che, la quise mucho, si, pero amar como ame a la madre de mis hijos, y no, es otro tipo de amor, yo ya era otra persona, no sé, en el tiempo que salí con ella era un pendejo.
- ¿Por qué se terminaron?
-Y mira, los últimos meses ya salíamos más por inercia que por otra cosa, y los alejamientos, porque como te dije, con tu mama no había discusión posible, ya se habían vuelto algo de todos los días y los dos estábamos cansados de eso. Terminamos el secundario y cada uno agarró por su lado.
- ¿Como fue la despedida?
-Fue bastante boluda, aprovechamos el último día de clase y cada uno trajo una cajita con las pocas porquerías que nos habíamos regalado en el tiempo que anduvimos, nos dijimos chau y suerte.
- ¿La volviste a ver?
-De pasada me la cruce alguna vez, pero hablar con ella, nunca más.
Me hubiera gustado construir una historia alternativa o contrafáctica, qué hubiera pasado de seguir juntos Alfredo, y mi madre, pero después de la entrevista me di cuenta que no, que probablemente para mi madre la relación con Aldredo fuera igual que para este, un noviazgo juvenil, seguro nacido de la calentura, y después de cierta compatibilidad de caracteres, para al final devenir en la inercia. 

sábado, 13 de julio de 2019

Los motivos /3)

Me puse a editar lo que habíamos grabado en la casa de Beatriz, la vecina, más que lo que me había contado que igual lo usaría por respeto hacia ella y porque servía para saber como era mi madre de niña, si había sido una nena reservada e introvertida, bueno, eso era, además la casa se veía igual que hacía 50 años, cuando Beatriz se había mudado, la de mi abuela ya no existía, cuando ella se había mudado y vendido, los dueños la tiraron y construyeron otra, pero la antigua había tenido un plano municipal igual al de la casa de Beatriz. Estas eran de lo más genéricas, living comedor y cocina, todo abierto, pasillo y 3 habitaciones.
Al otro día fuimos a entrevistar a la que había sido su maestra en primer grados, la señora ahora era directora en el mismo colegio.
os autorizó a que filmáramos en el colegio, luego del final del turno tarde.
-Si, es verdad, Victoria era una niña muy reservada, inteligente, de las que mejores notas tenia en mi clase.
No recordaba mucho más, y pensé que las personas como mi madre no llaman la atención, ni para bien, ni para mal, son en cierta medida los alumnos ideales, no molesta, y si no son molestados por otros, prestan atención a la clase, se sacan buenas notas, y pasan desapercibidos, frente a todos los demás que necesitan atención, cuidados, estimulo.
Hasta ahora no había nada interesante sobre mi madre, había sido una niña gris, esperaba que después se pusiera mejor o peor su vida.  

Los motivos /2)

Soto, por Juan Alberto Soto, un terrateniente que cedió unas cuantas hectáreas para que pasaran las vías de tren y en su honor llamaron así a la estación, o capaz que fue una exigencia del tipo, quien sabe.
En fin, la ciudad no ha crecido mucho, otras que limitan con ella, si, acá todo sigue tranquilo, de hecho no parece el conurbano o la imagen que se tiene de la misma, no está llena de villas, ni de asfaltos llenos de pozos, ni de edificios de fabricas cerradas, las ciudades vecinas, si, pero Soto nunca creció demasiado, fue digamos preservada, quedó ahí como un lugar más, y luego los ricos de las ciudades de alrededor construyeron un par de barrios cerrados y de eso más o menos vivió la ciudad.
Mi madre nació y se crió ahí, en el tiempo según mi tía que se podía seguir saliendo a la vereda a jugar, aunque por lo que vi, ahora si quisieran también, no me parece una zona particularmente insegura, pero igual todas las casas están enrejadas, en el tiempo que mi madre vivió acá, no.
Victoria Díaz, así se llamaba mi madre, había sido de chica bastante tímida, aunque agradable, y por las fotos, muy bonita, no así en la adolescencia, donde sus rasgos habían madurado de forma tosca.
Decidí comenzar con las entrevistas a los vecinos, mi equipo, suena extraño decir eso, pero eso es lo que son, lo completan 2 amigos, Patricia y Enzo, los 2 lo hacen ad honoren por lo que sé que no siempre voy a poder contar con ellos.
A la primera que entrevistamos esa a una señora de unos 80 años, unos años menos que mi abuela.
Nos hace pasar, nos convida mate y galletitas, vive sola, se siente halagada y no sabe como hacer para que nos sintamos cómodos, le encanta tener compañía por un rato y que la escuchen, sobre todo con interés.
-Si, si, yo me mudé cuando tu abuela estaba embarazada de tu mama, una cosita lindísima cuando nació, y después la veía cada tanto, no salía mucho, sabes, a veces jugaba a la rayuela, siempre solita.
Le agradecí a la señora sus palabras, y sobre todo que no aprovechara la charla para hablar de ella por sobre mi madre, ni tampoco inventará historias para retenernos ahí.
De los demás vecinos solo quedaba un matrimonio de la época en que mi madre viviera allá, y no nos aportó nada, apenas se habían cruzado con ella, ambos eran médicos y trabajaban todo el día, no habían tenido tiempo de fijarse en nadie.
Decidimos que por hoy estaba bien, levantamos el equipo y nos volvimos.
Por lo visto mi madre no había dejado ninguna impresión en el barrio, me pregunto si en algún lado si lo había hecho. 



sábado, 6 de julio de 2019

Los motivos /1)

Desde que lo supe que siempre digo que me voy a dedicar a averiguar el por qué, pero siempre lo terminé aplazando, buscando escusas, más de 10 años, en el fondo creo que no lo quería saber.
Ya no creo que con eso cierre por completo lo que me genera, no, acepte que es como el título de un libro que se ve en cada pagina, omnipresente, bueno, el suicidio de mi madre cuando yo tenia 1 año es algo que siempre va a vivir conmigo, desde que lo supe me obsesionó, incluso cuando me negué a ahondar en eso, concentrándome en los estudios y el trabajo, estaba ahí, en mis sueños, en ataques de pánico, en relaciones con gente autodestrucción creyendo que así purgaba la culpa por la muerte de mí madre.
Años de terapia, de medicación, de yoga, de lecturas, me ha dado más perspectiva. 
Si mama se suicido, y yo era uno de los motivos, no era el único, y por más que lo hubiera sido, no soy culpable de la decisión de ella.

Pensé mucho en como encarar el tema, y decidí que lo mejor era buscar un falso motivo, y ese será un documental, soy director de cine y televisión, me dedico más que todo a la publicidad, también series en Netflix, de hecho diré que este documental es para allá, me estoy exponiendo, desnudando o desnudando a mí madre, tal vez sea una venganza por haberme abandonado siendo un bebe, no sé, puede que sea algo miserable, patético, estúpido, morboso, o todo eso junto, pero bueno en el fondo lo hago porque creo que la gente se siente mucho más predispuesta a hablar frente a una cámara, la vanidad de que el lente las enfoque, de ser protagonista, de escapar de la rutina, de quedar para la posteridad aunque sea de algo que no tienen idea de donde se va a ver o la repercusión que tendrá o la forma en la que quedaran expuesta, pero el narcisismo es más fuerte que todo eso. Podría decir que Narciso es mi aliado, necesito de su poder o mejor dicho de su debilidad para que esto funcione.

Mañana comenzara todo, me voy a la ciudad de mi madre, no está  lejos,  ni media hora en tren, aunque parece otro mundo. 

sábado, 29 de junio de 2019

Los rumbos /31)

Estaban los 2 en el cajero automático, es costó reconocerse entre si, a Liliana porque Agustín estaba rapado, y usaba lentes de contacto, a él también le costó reconocerla porque tenía el pelo más corto y teñido de otro color.
-Cuanto hace que no nos vemos, Agus.
-Más de un año, seguro.
-Si más, casi 2 por lo menos, si yo me fui del depa hace 1 año y medio y vos ya te habías mudado hacia un montón.
-¿Ah te mudaste?
-Si, si, ahora vivo en Recolecta.
-Mirá, qué bien che.
-¿Y vos?
-Yo ando de acá para allá, por suerte el trabajo me lo permite, y puedo moverme, no tengo un lugar fijo, y por ahora no quiero.
-Haces bien, nene, aprovecha, a tu edad hay que vivir, yo si tuviera 30 años menos haría lo mismo, te juro.
Se saludaron y despidieron.

sábado, 15 de junio de 2019

Los rumbos /30)

En otro momento de su vida, hubiera estado expectante, ansiosa, con el corazón latiendo a mil palpitaciones por minuto, haciendo una telaraña de ideas en la cabeza, sobre lo que pasaría después, sobre si para él había sido solo sexo, una noche agradable, si daba paso para algo más, qué sería ese algo más, qué podía decir para no asustarlo, para no molestarlo, para que todo funcionara bien. Pero ya no, no sabia lo que podía pasar ni le importaba, la vida era extraña, tramposa, nunca se sabia si todo iba a seguir como hasta ese momento o un hecho inesperado se atravesaría, cualquier cosa, un accidente, un paro cardíaco, lo que fuera, la vida era una mezcla de hechos previsibles y otros inesperados, de desafíos, angustias, etc, lo que se podía hacer era encararlos de la forma más tranquila y realista posible. Ahora estaba en la misma cama con Mauro, no había sido algo inesperado o repentino, al contrario, lo que pasaría después, cuando él se despertará dependería de los dos, y lo que eso acarreara dependería de ella, podía terminar todo ahí si quería.
Pero qué quería, todavía no estaba segura. 

sábado, 8 de junio de 2019

Los Rumbos /29)

Empezó a verse con Mariano, no se parecían en casi nada, pero le gustaba que no los juzgaba, ni intentaba cambiarlo, ni le hacia reproches, ni era inseguro, tampoco arrogante o soberbio, ni nada, iba, pasaba un rato con él, charlaban trivialidades, sobre todo comentaban sobre series o películas, ambos tenían gustos similares, les agradaban los mismos giros de las tramas y la misma clase de personajes.
Le gustaba que Mariano nunca le exigiera nada, no era cariñoso, pero eso no le parecía mal, porque tampoco tenían un noviazgo, eran algo indeterminado.
-¿Qué somos?
Decidió preguntarle un día Agustín.
-¿Querés definirlo?
-No, bah, no sé.
-Me suenan super boludas y cursis las definiciones tipo, amigos con derecho, noviazgo, novios, digamos que algo.
-Disculpa que te joda con esto, a veces me agarra por ahí.
-Todo bien.
Agustín le ocultaba sus ataques de ansiedad y angustias, los reprimía cuando estaba con él, y no le parecía algo negativo, pensaba que a veces se regodeaba en estos como una forma de justificar sus fracasos, aunque también pensaba que cuando estaba con Mariano también estaba evadiendo sus problemas, como que de forma negativa y positiva, siempre estaba buscando la forma de no lidiar consigo mismo.



sábado, 1 de junio de 2019

Los rumbos /28)

Estaba entusiasmada, aunque tenía miedo.
Mejor no me ilusiono, porque después me voy a dar la cabeza contra la pared, pero por qué ser tremendista, por ahí resulta algo lindo, que dure lo que tenga que durar, no me voy a hacer la película pero si darle una oportunidad a que algo pase.
Mauro la invitó a cenar, sabia que probablemente después la invitaría a su departamento, y estaba dispuesta a aceptar.
Fue a la depiladora, se compró ropa interior, negra, se miró frente al espejo con esta puesta.
Para la edad que tengo estoy bastante bien, él tampoco es un pendejo.
Se vistió, se maquilló, y espero a qué sonara el portero eléctrico.
Cuando la invitó a su departamento, aceptó, le gustó el mismo, era amplio, estaba limpio, ordenado, y sobre todo era sobrio.
La verdad está hermoso, nada de boludeces, no es de esos cincuentones que quiere hacerse el pendejo.
Él le ofreció vino, ella aceptó, y después la besó, y le preguntó si estaba cómoda y si quería acompañarlo, Liliana contestó afirmativamente a ambas preguntas, sintió raro volver a sentir labios sobre los suyos, manos sobre su cuerpo, y a su vez besar, tocar, abrazar, lamer, entrelazar lenguas, piernas, brazos, sentirse acariciada y acariciar, la saliva y los sudores mezclándose, se había olvidado lo que era tener sexo con alguien.
Durmieron abrazados. 




sábado, 25 de mayo de 2019

Los rumbos /27)

Al recuperarse su madre, regresó a la ciudad, a su departamento, a sus silencios, lo recorrió, si bien no había mucho que ver, tanto por dimensiones como porque la decoración, si así podía llamarse, era espartana, no tenia cuadros, ni plantas, ni siquiera sahumerios, paredes peladas, mesa pelada, mesada con la pava y la cafetera eléctrica, y nada más.
Lo comparó con la casa de su madre, llena de plantas, de portarretratos, incluso algunos tapices que se había entretenido haciendo en los últimos meses de sus 3 embarazos ya que los había tenido que pasar en cama.
Las paredes reflejan la vida de cada uno, la mía es eso, una gran nada, qué puedo poner, las capturas de pantalla de mis chats de grindr o Whatsapp, o mis fotos en pelotas.
A eso se reduce mi vida, bueno podría pone unas fotos de cuando estaba con Luciano, pero sería más patético todavía. 

sábado, 18 de mayo de 2019

Los rumbos /26)

El tipo que había corazoneado, que se llamaba Mauro, tenia 56 años, era abogado, tenia 2 hijos grandes, y estaba divorciado.
Le devolvió el corazón, y al rato le escribió.
Mauro
Hola, como estás?
Liliana
Bien y vos?
Mauro
Alegre de estar chateando con vos.
Liliana
Muchas gracias, igualmente.
Mauro
Sos muy linda.
Liliana
Gracias, vos también te ves muy bien.
Mauro
Le mando un emoji de una carita haciendo un guiño.
Qué pelotudo, enviando u emoji a los 56 años, bueno, no sé, como sigo, qué le pongo, o nada, mejor como dicen las chicas.
Vio que Mauro seguía escribiendo.
Mauro
Perdona el emoji, sé que es un poco estúpido y reduccionista, además de que queda mal en un tipo de mi edad, pero no sé, me resultó efectivo, aunque ahora viéndolo queda medio boludo.
Ja, me leyó el pensamiento.
Liliana
o te preocupes, todos los usamos hoy en día.
Mauro
Es verdad, es un vicio.
Liliana
Tal cuál.
Mauro
Te gustaría salir a tomar un café, así no hay emojis de por medio.
Lialiana
Si, estaría lindo.
Mauro
Te parece mañana a la tarde?
Liliana
Tipo 4 de la tarde?
Mauro
Si, dale, a esa hora puedo.
Lialiana
Te paso Whatsapp?
Mauro
Dale.

Los rumbos /25)




















































Como llovía su madre no recibió visitas ese día, y le empezó a contar a  Agustín, todo lo que no podía decirle a sus amigas, desde las tramas de las telenovelas que veía, al último chimento de los programas de la tarde, o el chusmerio que había leído en facebook, sobre una infidelidad, un accidente, una muerte, etc. A Agustín le costaba seguir el hilo, porque no le prestaba la mínima atención, asentía y cuando más o menos captaba el sentido de la frase o anécdota decía algo que denotara acuerdo con lo que su madre estaba exponiendo, le fastidiaba mucho estar ahí, pero creía que era la forma que tenía de demostrarle cariño a su madre, a veces el amor eran momentos incómodos, molestos, aburridos, estúpidos como esos, donde debía prestar el oído. Su madre se había comido muchos así por él, en el colegio, o las horas ayudándolo a hacer la tarea, buscándole mapas, crayones, marcadores, hojas, ceritas, cartulinas, o escuchando como le había ido en clase, o como se llevaba con sus compañeros, también lavando, planchando y acomodando su ropa. Pensó que la vida, la familia, el amor, eran en el fondo un constante intercambio de deudas y favores, todo se pagaba y se cobraba en algún momento de una forma o de otra. 




Los rumbos /24)

Estaba aburrida, y decidió crearse un perfil en Badoo, le dio vergüenza al principio, pero lo hizo, no sabía para qué, según sus compañeras de trabajo, separadas, divorciadas, viudas o solteras, los hombres de más de 50 que encontraban, eran una mierda, todas le repetían que si estaban solos era por algo.
-Puras mierdas, o te quieren sacar la plata, o que seas su sirvienta, o las dos cosas, igual por lo menos son una compañía pero yo te lo digo para que sepas a qué atenerte.
Pensó en eso, e igual lo hizo, no, no aceptaría vivir con ninguno, pero si la previa.
Les hago creerse que si estoy dispuesta a convivir, y mientras disfruto, salgo a cenar, al cine, nos vamos unos días de vacaciones, y después les meto alguna excusa y listo.
Viendo los perfiles de los hombres de su misma edad, o 5 años menos o más, como había establecido en las opciones, comprobó una vez más el paso del tiempo, que siempre al ver al otro se notaba más, porque el propio envejecimiento nadie lo nota, ni lo asume, hasta que no lo compara con el de otro.
La puta madre, casi todos están hechos mierdas, mirá las patas de gallo, y las papadas bueno mejor ni hablar.
Huy la tintura de ese, mamita, los tipos se deberían dar cuenta que después de los 50, y más si estás baqueteado tintura imposible, mejor acepta las canas que por lo menos te quedan naturales y no das vergüenza ajena, por favor.
A ver este, se ve bastante bien para la edad que tiene, bueno, yo me ando haciendo la exquisita como si pareciera de 40.
Vive acá a pocas cuadras...profesional...hijos grandes, mah si, yo le mando corazón. 

sábado, 27 de abril de 2019

Los rumbos /23)

Su madre se había quebrado la cadera y tuvo que ir a cuidarla, pasar tiempo con ella, volver a la casa, a su habitación, a ese mundo que había dejado a los 18, todo seguía bastante parecido, su mama charlaba con las mismas vecinas, a la misma hora, estas seguía usando el mismo desodorante, el olor del mismo le trajo imágenes clarísimas de su adolescente, era como si pudiera estar en 2 lugares al mismo tiempo.
Las charlas de las señoras, eran bastante parecidas a las que recordaba haber oído de pasada años atrás, solo añadían quejas sobre dolencias o alegría al hablar de sus nietos o quejas al referirse a sus nueras o yernos. También se referían a vacaciones, a sus maridos las que seguían casadas, o a sus nuevas parejas.
Le provocaba sentimientos encontrados esas charlas, por un lado gracia, cierta incomodidad, patetismo, pero también un poco de envidia, sabia que en el fondo, a pesar de que muchas veces se criticaban ni bien la otra se daba vuelta, y que algunas disfrutaban de las desgracias de la otra aunque por delante les ofrecían palabras de consuelo o aliento, otras si se tenían un cariño genuino, él nunca había logrado eso, no tenia amigos, por lo menos no uno que trascendiera el tiempo.
Se imaginó a la edad de su madre, solo, lleno de TOC, amargado, y decidió ponerse a escuchar música para no pensar. 



sábado, 20 de abril de 2019

Los rumbos /22)

Como lo veía 2 o 3 veces a la semana no se daba cuenta enseguida, pero al intentar levantarlo cada vez se le hacia más pesado, o cuando se acercaba a abrazarlo ya su cabeza le llegaba al ombligo.
Qué rápido pasa el tiempo, ya sabe hablar, caminar, comer, ir al baño solo, ducharse. 
Y siguió enumerando en su cabeza, como cuando le dijo:
-Ya sé contar hasta diez, abuela.
Y empezó a enumerar con sus deditos, que igual ya eran mucho más grandes que las miniaturas que rozara la primera vez que lo tuvo en brazos.
Se sentía rara, también porque ahora el chico era mucho más independiente y disfrutaba más estar frente al celular que con ella. Le dolía su indiferencia, y no le molestó cuando Florencia le dijo, sinceramente avergonzada que Benjamín no quería ir.
-No te preocupes, es la edad.
Más que la ausencia de Benjamín, le molestaba que volvieran a ocupar su cabeza los recuerdos de sus hermanas, odiaba pensarlas como si fueran una sola y asociarlas con la tragedia idiota que les había provocado la muerte. 
Dio vueltas por la pieza, y decidió regalar toda la ropa que no usaba.
Ah por ahí me entretengo con eso.
Miró la ropa, hizo 2 montones entre la que no usaba pero estaba en buen estado o podía estarlo si la remendaba o le ponía algún botón y la que estaba muy gastada o rota.
Recordó a su madre,  todas las había obligado a que aprendieran a coser botones, surcir, hacer dobladillos o bocamangas.
Los recuerdos que tenia sobre su mama siempre involucraban hilos, tijeras, agujas, retazos, y ella con sus hermanas a su alrededor.
Se emocionó de sentir por primera vez en años un recuerdo de su familia que no estuviera manchado por la tragedia.
Cerró la caja con la ropa inservible y la ató con un hilo. 


sábado, 13 de abril de 2019

Los rumbos /21)

Se miró la cana, no pensaba arrancársela, le parecía una vanidad idiota hacerlo. Le dio curiosidad y gracia.
Si me vi una es porque ya debo tener varias, bueno, por lo menos algunas.
Agustín tamborileó los dedos sobre la mesa.
Me voy a empezar a teñir, bah no, yo no, voy a ir a una peluquería.
Pensó en su madre que religiosamente iba cada 2 semanas a la peluquería para que le tiñeran las raíces, solo las raíces, porque según decía si no el peló te queda como virulana.
Para qué mierda me voy a teñir, en mi trabajo no necesito verme joven, no quiero salir con nadie, ni siquiera tener encuentros casuales, así que sería un narcisismo inútil.
Al año la mitad de su cabello era grisáceo, le hacia ver más grande de lo que era, igual los anteojos, cuando se cansó de ponerse y sacarse las lentes de contacto.
Consideraba que su aspecto coincidía con su estado mental, se sentía una persona más grande, incluso mayor que lo que aparentaba.
Un día volviendo del trabajo vio a Luciano, se veía igual que cuando se separaron, incluso mejor, porque el corte de pelo que llevaba le resaltaba los rasgos, iba en pareja, no supo por qué, pero decidió seguirlo, estos fueron hasta una plaza y se sentaron en un banco, se pusieron en una posición que ambos estaba uno frente al otro, y charlaba, se miraban, y de vez en cuando se agarraban de la mano.
Agustín se quedó mirándolos, lo suficientemente lejos y oculto como para que si giraban la mirada no lo vieran. 
Qué estoy haciendo, para qué lo seguí, soy patético, ya soltar, soltar, no sé las veces que me tengo que repetir esto, debería tatuármelo como todos los boludos, a ver si viéndolo todos los días me hace efecto.
Se alejó, entró a la casa y se tiró sobre la cama, al día siguiente buscó la mejor peluquería unisex de la ciudad, y fue a teñirse. 


Los rumbos /20)

Sentía una mezcla de sentimientos cuando dejaba a Benjamín con Liliana. Los mismos que le provocaba esta, una parte de ella la admiraba, la respetaba, le parecía una mujer que tenía una capacidad enorme, pero por otro le resultaba soberbia, miserable, autoritaria. Ambas se trataban con el mayor respeto que podían, y de tanto dejar a Benjamín en su casa, esta le empezó a ofrecer mate, galletitas o muy de vez en cuando facturas. Florencia rechazó varias veces, hasta que le pareció que estaba siendo desagradable y desagradecida con alguien que aunque lo hiciera de falsa, igual le ofrecía algo sin tener ninguna obligación o necesidad de hacerlo, ya que Liliana no sacaba ningún provecho por eso, lo único que podía interesarle de Florencia era Benjamín, y hacia más de 1 año que se lo llevaba sin falta, y no creía que Liliana pudiera tener dudas de que lo seguiría haciendo.
Se sentó, aceptó el mate, y esperó.
-No como a nadie, eh, no soy una ogra, aunque a veces lo parezco.
-Está rico el mate.
-Es la yerba, cara pero buena. 
-Ajá.
Tenia que echarme en cara que compra la yerba cara, para eso me invito.
-Ya dentro de unos meses Benja va  cumplir los 3, bueno falta un tiempo todavía pero como es antes de julio, empieza jardín este año.
-Si, y lo anoté.
-Ah bien.
-Si, si, además voy a aprovechar esas horas para terminar el secundario.
Por qué se lo dije, qué le puede importar.
-Te felicito.
-Gracias...no es para tanto, lo debería haber terminado hace años.
-Lo importante es que lo hagas, digo, qué sé yo.
-Si...
-Tenés ganas de seguir algo después.
-No sé, voy a ver.
Desde ese día empezó a aceptar siempre sentarse y tomar algo con Liliana, el trato entre ambas se afianzó, ya no desconfiaban una de la otra, se reían y hasta esperaban las charlas.

sábado, 30 de marzo de 2019

Los rumbos /19)

Terminó sus estudios y comenzó a centrarse en su trabajo, estaba aburrido de las relaciones ocasionales, y tampoco creía en las estables, eran demasiado frágiles o por el contrario, demasiado estrictas, siempre había que sacrificar algo y no consideraba que el beneficio que se obtenía a cambio valiera la pena.
El trabajo le proporcionó estabilidad y la oportunidad de estar ocupado y concentrado, cuando terminaba volvía a la casa cansado, listo para dormir, sin ganas de entrar a ninguna app.
Hizo eso por varios meses, encontraba cierto placer en ser autómata, era todo más fácil, más ordenado, más predecible, no quería nada más, no tenia que escuchar reclamos, ni cumplidos, ni saludos, ni trivialidades de no ser las imprescindibles para la relación con sus compañeros de trabajo.
Empezó a sentir aversión al sexo, lo bloqueó de su vida, era más sencillo ser asexual.

sábado, 16 de marzo de 2019

Los rumbos /18)

Primero lo oyó, y después lo vio, lo sostenía su hijo en las manos, después vio que el cochecito lo había dejado unos metros más atrás.
Este pelotudo tiene miedo de que me mate y se le acabé la gallina de los huevos de oro, pobre bebe con ese padre, y ni hablar de la tilinga que le tocó de madre.
Agarró al bebe, y fingió una sonrisa, aunque la mantuvo porque este la miraba fijo, no quería que la viera seria, ni triste, dejó que él agarrara su dedo indice.
Jugo con él, le acarició la cabeza, le dijo palabras para que él las balbuceara, lo llenó de besos, y a la hora se dio cuenta que por primera vez desde que sus hermanas habían muerto no estaba pensando en ellas. Al principio se indignó consigo misma, y después se dio cuenta que regodearse en la muerte de éstas, era la forma más estúpida de hacer el duelo, y siguió jugando con el bebe.
Se lo empezaron a dejar todos los días, después del trabajo lo tenia ahí.
Decidió enseñarle a caminar y a hablar, el bebe la revitalizó, se concentraba en él, le compraba ropa, se fijaba cuanto había crecido, etc.
Si tus padres no te quieren criar, okey, lo voy a hacer yo, para que no te parezcas en nada a ninguno de los 2, a ver si con vos logró compensar lo mal que hice criando al idiota ese de tu padre, ojalá lo consiga. 




Los rumbos /17)

Accedió con Luis y Santiago luego de rechazar la propuestas de varios otros, una porque no eran pareja, sino amigos que les gustaba hacer tríos, y otra porque el chat le resultó divertido.
El acto le resultó extraño, un poco abrumador, sentir dos bocas en vez de una, cuatro manos a su alrededor en vez de dos, un cuerpo rozando su espalda y otro su pecho, pero se aguantó, habían pautado ciertas cosas, no iba a tener sexo al mismo tiempo con ambos y Luis y Santiago lo respetaron, al acabar, pese a que le ofrecieron quedarse a dormir, Agustín rechazó la oferta, les dijo que tenia que levantarse temprano al otro día, cosa que no era cierta, pero no quería dormir ahí, sentía que era regodearse en algo que no le gustaba.
La ciudad lucía vacía, hacía frío, mucho frío, caminó lentamente, viendo como sus exhalaciones se transformaban en vapor.
Llenó la bañera y se metió dentro, pensó que lo que más le había molestado de Luis y Santiago era la química que tenían entre si, no en la cama, que también, sino antes, sus propios códigos, lenguaje, etc, él nunca había tenido eso, y no creía que lo fuera a tener, consideraba que su personalidad no era compatible con ese tipo de amistades, y sentía que con casi todas las relaciones, no tenía una relación fluida con sus padres, ni con sus hermanos, se sentía condenado a una soledad que tampoco le resultaba cómoda pero a la que creía tendría que acostumbrarse. 

sábado, 9 de marzo de 2019

Los rumbos /16)

Cuando dejó de tomar la iniciativa, Agustín se dio cuenta que Luciano estaba cansado de él, confirmó sus miedos, estaba con él solo porque no lo consideraba capaz de afrontar la ruptura, porque no quería lidiar con las consecuencias que pensaba tendría sobre su psiquis.
Agustín lloró, se golpeó varias veces el pecho con los puños, y después lo llamó a Luciano y le dijo de encontrarse en un café.
Cuando habló, tenia la certeza de que sonaba convincente, lo había ensayado decenas de veces, elegido las palabras que sonaran más espontaneas, ni frías, ni patéticas.
-Che, por ahí tendríamos que darnos un tiempo, no.
- ¿Vos querés eso?
-Si, bah, me parece que lo necesitamos, para ver, qué sé yo.
-Si, total, me parece lo mejor.
-Todo bien entonces.
Ese mismo día volvió a abrir Grindr, se vio con un muchacho, charlo intrascendencias, se la chupo, al otro día lo mismo con otro, y así por 2 semanas, a veces solo eran charlas, otras apenas hablaba y se iban a la cama, algunos estaban drogados, otros tomados, de trampa, se le empezaron a hacer todos parecidos, ya ni les preguntaba el nombre, cambió su perfil y puso solo sexo, el hecho mecánico de estar con alguien diferente todos los días, de hablar lo mínimo e indispensable antes de intercambiar fluidos. Pero mientras menos se comunicaba con las personas que tenía sexo, más vacío se sentía después, más solo, más angustiado, hasta que se le volvió una adicción, empezó a tener "morbos", hacerlo en lugares públicos, filmarse, subir sus vídeos a sitios pornos amateurs hasta que decidió aceptar un trío. 



sábado, 23 de febrero de 2019

Los rumbos /15)

Viendo los 3 ataúdes, Liliana sintió que las tragedias eran grotescas, lo mismo que le había parecido en la morgue, ver 1 cuerpo es una cosa, se puede llorar, conmoverse, enojarse, pero ver 3, es agobiante, algo que te sobrepasa y que es incapaz de conmoverte.
Mi mente es incapaz de procesar esto, no puedo, las tengo que llorar de  una, no hay forma de que pueda asumir todo esto junto, es ridículo, absurdo, patético, ya no sé como nombrarlo.
Se saludó con sus sobrinos, con sus cuñados, con compañeros de trabajo de sus hermanas, todo le resultaba extraño, ajeno.
Se sentó en una de las sillas, no quería apoyarse en los sillones, su cuerpo estaba demasiado rígido como para la estructura de estos.
Escuchó pésames, saludos, anécdotas, frente a todo asentía con cara de nada, sin mirar a nadie.
Uno de sus sobrinos se ofreció a acompañarla hasta su departamento y ella aceptó, no se sentía en condiciones de tomarse un taxi.
Entró en la casa, se descalzó, corrió las sabanas y se acostó, sin taparse, sin nada, boca arriba, miró el techo por unos minutos y se durmió.
Cundo despertó era de día, había sol, se dio un baño, en la cocina se encontró a su hijo comiendo facturas y chocolatada, no dijo nada, agarró un vaso, lo llenó de agua, lo bebió, y se fue de vuelta  la pieza.
Se sentó sobre la cama, y empezó a pasar la punta de las uñas de la mano izquierda por la yema del pulgar de la derecha, cuando se aburrió, se volvió a acostar.


Los rumbos /14)

- ¿Quiere ver los 3 cuerpos?
Liliana dudó, pero afirmó con la cabeza.
Corrieron la primera sabana y la vio a su hermana menor, por suerte el fuego no le había alcanzado la cara, le tocó la frente, estaba fría, sacó la mano enseguida, se contuvo, se obligó a no llorar, ni gritar, e hizo una seña para que le enseñaran a sus otras 2 hermanas, lo que le provocó la misma reacción, pero ésta vez sin tocarlas.
Agustín se quedó afuera esperándola, cuando salió le preguntó si tenia que hacer algún trámite.
-Si, un montón, gracias por acompañarme, che, lo lamento, anda si querés, ya me arregló yo.
-No, por favor, para lo que necesites.
Se reprochó lo genérico y estúpido de la frase, y también el no quedarse, aunque sabía que no ayudaría en nada y que seguro la haría sentir incomoda.
Fue hasta una plaza, decidió no sentarse en ningún banco sino caminar, ver, había gente mayor y madres con chicos, casi todos mostraban estar alegres, complacidos de ser pájaros, arboles, de pasar el tiempo ahí, hubiera querido sentir lo mismo, encontrar paz, satisfacción, tranquilidad o algo, pero no, todo le parecía hueco, vacío, indiferente.
Siguió caminando, volvió al departamento y se acostó.




sábado, 16 de febrero de 2019

Los rumbos /13)

Lo saludó de forma seca, y Agustín decidió mirarla, estaba demacrada, con los ojos rojos y la cara ojerosa, pero no dijo nada, sabia que si lo hacia solo generaría un momento incomodo y sobre todo inútil, porque él no podía hacer nada por Liliana, ni siquiera consolarla por lo que fuer que le pasaba, ya que nunca había servido para hacerlo.
El ascensor de repente se paró, Liliana empezó a tocar botones y luego a golpear con los puños la puerta, gritando y llorando.
El ascensor volvió a funcionar pero Liliana lo siguió golpeando.
Rozó sus hombros y ella inmediatamente se dio vuelta, no dijo nada, se quedó quiera, parada, las puertas del ascensor se abrieron y Liliana seguía inmóvil, Agustín la agarró suavemente de un brazo y la condujo al pasillo, la sentó en un banco y le preguntó si quería algo.
Liliana no podía hablar, no quería decir nada, menos lo que estaba sintiendo que ni siquiera ella podía explicarlo o entenderlo, se sentía ahogada.
Qué mierda hago con esta mujer acá, no la puedo dejar así, y si llamó a el pelotudo del hijo por ahí no es capaz ni de bajar, o se ponen a pelear acá.
Se sentó al lado de ella, y esperó hasta que estuviera más tranquila.
-Por favor, acompáñame.
Le dijo Liliana y lo agarró de la mano, salió afuera y se puso casi en el medio de la calle, Agustín calculó que buscando un taxi, por lo que le hizo señas al primero que vio mientras con la otra mano sostenia a Liliana.
Se metió con ella adentro.
Liliana le dio un papel al taxista, y este arrancó.


sábado, 2 de febrero de 2019

Los rumbos /12)

No entendía nada, cuando le comunicaron que sus 3 hermanas había muerto, sintió que era absurdo, que no podía ser.
Cuando empezó a hacer una pregunta detrás de la otra al hijo de su hermana mayor, este le dijo que se tranquilizara, se lo gritó, que él no estaba en condiciones de contestarle nada, que si quería llamara a la policía, y le cortó.
A la policía, así en general, pelotudo, a qué comisaria voy a hablar.
No lloraba, no podía tener ninguna reacción hasta escuchar las razones, hasta ver los cuerpos de sus hermanas, ahí si podría empezar a asimilarlo, a llorarlas, pero así no.
Terminó llamando al 911, la persona que la atendió después de pedirle la dirección de la casa de la persona donde había sucedido el incendio, que era la de su hermana menor, la comunicó con la comisaria de la zona.
Estos le confirmaron la noticia.
Cortó.
Se sentó al lado de la cama, apoyando su espalda en el borde, y ahí quedó. 

sábado, 26 de enero de 2019

Los rumbos /11)

Encontrarse con sus hermanas le resultaba raro, porque las 4 eran versiones más o menos distorsionadas del mismo molde, tenían parecidos físico, obvio, todas el mismo color de pelo y ojos, mentones pequeños, narices aguileñas, como el carácter, todos versiones más dulces, amarga o insulsa pero en el fondo muy similar.
Por eso cuando hablaban era como un coro, todas repetían lo mismo pero con diferentes sinónimos, aunque también eso resultaba reconfortantes, nunca peleaban, sabían que no decir para que alguna de las otras no se enojara y también que si decir para consolarlas o reconfortarlas de alguna manera, se complementaban, pero cuando pasaban más de unas horas juntas, se abrumaban, se conocían demasiado bien, y verse reflejada en otras por momentos resultaba chocante.
Liliana les habló de su nieto, nunca lo llamaba así, sino el bebe o el chico.
Estela, la mayor, aunque entre ella y la menor no había ni 9 años de diferencia, que era la única que tenia la boca vacía, dijo:
-Vos tenés que sacar a tu hijo de ahí.
-Mirá, ya sabes como es, si lo saco, va a terminar preso o muerto y yo no voy a cargar con eso, es mi hijo, ya sé que lo críe para el culo, si no no sería el pelotudo que es, pero bueno, tampoco la pavada.
Sofía, que compartía con Liliana ser una de las del medio, por ende con la que menos años se llevaba, 2, suspiró y dijo:
-Es así, una lo intenta, qué voy a decir yo que mi hija hasta estuvo en coma de una sobredosis, y ahí anda, trabaja, se hace cargo de si misma, pero quien sabe cuanto le duré, porque la persona que es adicta...
Sandra, la más chica y reservada de las 4, la única que no tenia hijos y tampoco pensaba hacerlo, se limitó a agarrar la pava, volver a llenarla y calentarla.
Liliana le tenia envidia a Sandra, era la que tenia el mejor departamento, el mejor auto, la mejor carrera, Estela y Sofía también la envidiaban.
Estela entre susurros dijo.
-Me dijo que se va la semana que viene a Madrid.
Sofía intentó hacer un gesto de indiferencia pero le salió uno de furia.
Liliana le contestó entre susurros.
-Hace cuanto se fue a Nueva York, 3 meses, yo ni me acuerdo la última vez que salí del país.
Sandra regresó con la pava, su mirada denotaba cierta satisfacción, sabia que habían estado hablando de ella, y lo que le provocaba a las otras cada vez que se compraba algo nuevo o hacia un viaje.
Liliana, Estela y Sofía se lo aguantaban, porque ellas en su lugar se sentirían igual. 

sábado, 19 de enero de 2019

Los rumbos /10)

Se va a cansar de vos.
Le repetía una voz en su interior.
Luciano no podía ir a verlo porque estaba lleno de trabajo, el pasarse varios días a su lado lo había retrasado, aunque esto se lo dijo de la forma más simpática posible y sin darle importancia, Agustín notó en su expresión lo ansioso que estaba por poder realizarlo.
Recién te conoce y ya le cagas la vida, le retrasas el trabajo, sos un cajón de sandías, che, en todo sentido.
Pobre muchacho, igual uno como él enseguida puede conocer a otro, uno sin complejos, sin mambos.
La voz, esa voz la escuchaba desde hacia meses, a veces desaparecía, pero siempre resurgía ante cualquier problema, era su droga.
Por ahí es de esos que les gusta cargar con otro, obvio que igual te va a cagar, pero podes ser su "esposa", la empastillada, la que le hace reclamos, la que necesita constantemente de su atención, la que le permite victimizarse ante los demás.
Pero mejor no te hagas ilusiones, no te va a aguantar tanto, vas a ser una mala anécdota, el pibe medio loquito, el raro, el llorón, el depresivo.
A veces se visualizaba como una bolsa, en general una bolsa llena de papas, que siempre alguien tenia que cargarse al hombro, y fantaseaba con agarrar un cuchillo y rasgarse, perder todo el peso, liberar a los otros, y liberarse él.




sábado, 12 de enero de 2019

Los rumbos /9)

Quiso levantarse para ir a buscar otra botella de cerveza pero no pudo, se sentía mareado y tenía miedo de caerse antes de llegar a la heladera.
Se tocó la entrepierna, siempre que se emborrachaban recordaba la vasectomía.
-Mira si sos tan pelotudo como par no usar forro sabiendo lo peligroso que es eso, por lo menos no vuelvas a embarazar a nadie, porque ahí si que te sacó cagando.
Lucas sabía que hablaba en serio, sabía hasta donde llegaba su madre, conocía sus tonos,  sus miradas, los movimientos de sus manos, como para captar cuando estos eran para desahogarse y cuando eran para ponerle limites.
Le resultaba tan ridículo que un chico naciera porque acabarle dentro a una mujer, y que de ahí surgieran un montón de responsabilidades. Que por largar un fluido como la mierda y el orín pudiera formarse una vid, le resultaba asqueroso, y una buena metáfora de lo que eran los seres humanos.
Nada bueno puede salir de la leche, de esa cosa formada por lo mismo que se forman el resto de los deshechos.
Se rió y pensó que su hijo era un deshecho entre los deshechos, porque había sido formado por un haragán y una atorranta, ambos borrachos, en un telo barato, no recordaba mucho más del lugar, ni siquiera el color de las paredes, solo que las sabanas eran animal print.
Por qué recordaba eso, no lo sabia.
Qué más, nada, ah si, recordaba que ambos vomitaron después de coger, porque habían pedido champán, si, y que se sentaron en el baño y se turnaron para lanzar en el inodoro. Que después les dolían las piernas de tanto estar sentados y arrodillados, que les costó pararse, más vestirse.
Y lo demás, lo demás vino semanas después, los reclamos, el ADN, el bebe, ver esa cosa pequeña y frágil concebida en un lugar sórdido por 2 personas alcoholizadas que apenas se conocían y que solo querían descargarse.
Le dio asco, vergüenza y bronca.
Por qué mierda no se había cuidado, o había tomado la pastilla del día después, o hecho un aborto, por qué tenia que traer un pobre pendejo al mundo, un mocoso que iba a tener una vida de mierda.
Se durmió en el sillón, tuvo pesadillas confusas, despertó cundo Liliana tropezó con su pie sin darse cuenta.




Los rumbos /8)

Sintió la pistola sobre los riñones, y se paralizó, no fue capaz de entender que le pedían que hiciera, ni moverse, ni siquiera asentir, era como estar en una pesadilla, pero no, era la realidad seguía respirando, la persona que llevaba una mascara de un perro sonriendo, lo miraba por los orificios de la misma, el tipo notó lo que le pasaba y le dijo algo a su amigo que Agustín no logró, le sacó de la mano el celular, le revisó los bolsillos del jean hasta que encontró la billetera, se fueron.
Quedó ahí, temblando y llorando, sufriendo un ataque de pánico que tardó varios minutos en que se le pasara. Llegó a la casa, se desnudó y se metió en la cama, se cubrió hasta el cuello y lloró.
Llamó a Luciano, cuando este llegó y se bajó una app para localizar su celular, le insistió en que se vistiera e hiciera la denuncia.
Agustín lo hizo, le generaba sentimientos encontrados la reacción de Luciano, por un lado le gustaba que alguien lo cuidara y protegiera, por el otro se sentía absorbido e inútil, odiaba ser dependiente emocional.
Radicó la denuncia, volvió al departamento, se dejó desnudar por Luciano y conducir hasta la ducha.
-Gracias.
Si no le digo algo este va a empezar a enjabonarme.
Luciano corrió la cortina, y después Agustín oyó como cerraba la puerta del baño.
Cerró la canilla del agua caliente y dejó correr la fría para que lo despabilara, empezó a temblar y la cerró, se secó, se puso un calzoncillo y una remera y fue hasta la cocina donde Luciano le tenia listo un té.
- ¿Querés dormir? 
-No, y me cansé de dormir, no sé qué mierda quiero, pero dormir, no.
Agustín veía el esfuerzo que estaba haciendo Luciano para no agobiarlo con preguntas, ofrecimientos, o consuelos, quería agradecérselo de alguna manera, y le sonrió, luego puso su mano sobre la de Luciano, y después lo abrazó, este lo contuvo, y no dijo nada, le acarició la nuca y espalda.