sábado, 26 de diciembre de 2020

El oficio de Manuel /14)

El sexo sin amor, sin cariño, sin química o atracción era algo que pocos conseguía, Manuel lo sabía, era un privilegiado, pocos hombres sobre todo lo conseguían, ni siquiera con Viagra a muchos se les paraba cuando ni siquiera sentía atracción o morbo por la persona que tenían enfrente, él si, algunos de sus clientes le preguntaban como lo lograba y él les contestaba siempre lo mismo: Es un don.
Realmente lo creía, lo que no lograba del todo era desconectarse, a veces cuando acababa sentía asco, vergüenza, ganas de gritar o llorar, pero enseguida se burlaba de sus propios pensamientos.
Ya es tarde para estos arranques de moral, o de lo que sea esta mierda. Si mi cuerpo lo han besado, acariciado, lamido, un montón de viejos, gordos, deformados, y bueno ya hasta me cuesta recordar a todos, y para qué mierda lo voy a hacer. 
Pensó que la gente le da demasiada pelota al sexo, una trascendencia que no tenia, que por eso de tanto hacerse la cabeza después se vuelvan impotentes, que era solo una descarga, como cagar o mear, quien no lo tuvo que hacer alguna vez en un baño público y bueno tampoco nos pasamos la vida pensando e que habían cagado en un baño público o en un pozo, quizás a veces lo recordaba pero no les quedaban secuelas o dejaban de cagar por eso.


sábado, 19 de diciembre de 2020

El oficio de Manuel /13)

 Cuando decidía tomarse unos días después se terminaba aburriendo el tiempo que no dedicaba a hacer ejercicios, comprarse ropa, calzado, desodorantes, cremas o perfumes, vestía bien no porque le interesará, siempre le había parecido un gasto estúpido, pero sabía que a los clientes les gustaba que se viera bien, la clientela le había mejorado mucho cuando hizo la prueba después de arriesgarse, ir a una sastrería y pedir que le hicieran un traje a la medida. Empezó a recibir clientes bancarios, jueces, empresarios, políticos, todos que veían pasantes trajeados y fantaseaba con ellos.
Después las horas de ocio se le hacían largas, miraba películas por Netflix o Amazon, aunque se olvidaba de ellas ni bien terminaban, le costaba concentrarse. Pensó en tener una mascota pero no le gustaban, recordaba cuando era chico todos los perros de los vecinos y algunos de su madre, siempre pasando los huevos o el culo por todos lados, arrimando el hocico a la entrepierna, meando y cagando en cualquier parte, incluso alguno le había dado un mordiscón. Los gatos tampoco le gustaba, y no tenía interés en ningún roedor, peces, lagartos, víboras o cualquier otro tipo de mascota. 
Pensó en tener una relación pero sabía que no duraría ya que tendría que mentirle sobre su trabajo, si no conseguiría una persona que solo estuviera con él por el morbo y la plata, o que lo quisiera cambiar. Desechó la idea.




sábado, 12 de diciembre de 2020

El oficio de Manuel /12)

Tuvo dudas, pero Hugo le repitió que él consentía, que lo hiciera sin miedo, sin piedad, sin vergüenza, que pensara en lo que quisiera o no pensara en nada como prefiriera pero que le diera cintazos hasta sangrar.
Manuel así lo hizo, al principio se puteaba internamente por aceptar, luego empezó a disfrutar, era emocionante, tenia algo atractivo descargarse contra alguien, golpear carne, hacer sangrar, algo bestial, primitivo, oscuro, le recordó también cuando alguna de las parejas que había tenido su madre le pegaba a ella, a sus medios hermanos o  a él, recordó también cuando se golpeaba con ellos o con los vecinos, la furia, la adrenalina.
Hugo cerró en un puño la mano, que era el cogido que le había dado para que parara.
Le pidió que le pusiera el cinturón sobre el cuello y que lo violara.
Ya habían acordado que él le arrancará el vestido, lo pondría boca abajo, luego que le rasgara la bombacha, y le metiera los dedos después de escupir sobre ellos. 
Cuando terminó Hugo se levantó, le agradeció todo, le dio plata extra de lo acordado. Manuel se fue.



sábado, 5 de diciembre de 2020

El oficio de Manuel /11)

Cuando le abrió la puerta se encontró con un hombre vestido como una mujer de clase media de los 80's, pollera, camisa de manga corta, zapatos blancos de taco bajo, los labios pintados y el delineador en los ojos, además de sombra en los parpados.
Ya se había acostado con otros disfrazados, de emperadores, presidentes, marineros, militares, policías, etc, aunque él especificaba que eso no lo hacia, se lo repitió a quien en Grindr se había identificado como Hugo.
-No hay problema, y no es necesario que digas nada peor te pido por favor que me golpees y me violes.
-Yo esas cosas no las hago.
- ¿Cuanto querés?
-No es por plata, vos me inventas que vine y te hice cualquier cosa y termino preso.
-No, mira si querés grabo un vídeo donde consiento el hecho, además te doy todo lo que quieras, vos pedí plata sobra.
-No, no me gusta la idea.
-Es solo un juego, obvio vos no me vas a violar...
-No me gustan esas cosas.
- ¿Cuanto?
-No.
Manuel sabia y Hugo también que si seguía ahí en el fondo lo único que estaba haciendo era regatear, pero la idea o le terminaba de cerrar.
Estoy jugando con fuego, me estoy yendo a la mierda y me hago el boludo por unos pesos más.
Hugo le ofreció 5000 dolares y aceptó.
Fueron a su habitación y vio en la mesa de luz del lado derecho u porta-retratos con la foto de una mujer vestida y pinada exactamente igual que como estaba Hugo, y un hombre que tenia un tipo físico parecido a Manuel, mismo tipo de nariz, y forma de los ojos y frente, además del color de pelo, obvio no eran idénticos y nadie los hubiera confundido en la calle de haber tenido edades similares en la misma época, pero si había ciertas semejanzas.
-Toma y pegame primero con el cuero y después con el lado de la hebilla. -Le dijo Hugo acercándole un cinto.


sábado, 28 de noviembre de 2020

El oficio de Manuel /10)

Una vez aburrido se le había dado por ir a un bar gay, conoció a un muchacho, tuvo bastante química con él y lo invitó a su departamento, hasta le confesó de qué vivía luego de considerar que este no tenía prejuicios de ese tipo.
- ¿Che, y qué sentís después de cogerte a alguien y recibir la plata?
-Y más o menos lo mismo que debes sentir vos cuando te depositan.
-Qué flashero.
A Manuel se le quedó dando vueltas eso en la cabeza, y por varios días cuando recibía la plata se sintió extraño, desagradable, aunque no lo expresaba con sus clientes, a estos siempre les ofrecía una media sonrisa.
Se le fue pasando, como todo, las ideas se le licuaban, la única constante en su vida era su trabajo, cada vez más mecánico, las caricias, los besos, las miradas, toda la fricción, intercambio de saliva, los jadeos, etc, diferentes cuerpos, en algunos casos reacciones, algunos lloraban cuando se venían, otros reían, algunos se daban vuelta y se tapaban hasta el cuello, otros se abrazaban a él, odiaba eso pero les correspondía porque consideraba que todo lo que no estaba estipulado en su sitio web o descripción del perfil en las app de citas, era permitido, además ese contacto no era peor o mejor que los demás, solo que le daba vergüenza ajena que buscaran contención en un prostituto, pero era algo muy habitual.

sábado, 21 de noviembre de 2020

El oficio de Manuel /9)

Había empezado diferentes carreras pero de ninguna llegó a completar un trimestre. No lograba concentrarse, seguir una rutina, estar sentado un par de horas escuchando o anotando lo que decían los profesores. 
Por un tiempo se frustró y amargó al sentir que jamas iba a poder terminar una carrera. Le agarró ansiedad y depresión, incluso empezó a ver un psicólogo. Este le hizo preguntas de su familia, su infancia, su trabajo. Le gustaba hablar si tener que formar un vinculo afectivo con esa persona, ni escuchar sus problemas, claro que para eso le pagaba, pero consideraba que valía la pena, era una forma de hacer catarsis. El terapeuta le sugirió ciertas técnicas como anotar lo que le molestaba, sopesar los pros y los contras de seguir una carrera y ver cuál pesaba más. Los contras eran mucho menores que los pros pero igual decidió no seguir una carrera, e  invertir lo que ganara en la bolsa.





sábado, 14 de noviembre de 2020

El oficio de Manuel /8)

Los tipos que más lo irritaban eran los que querían quedarse por horas con él, los toleraba porque pagaban un montón, pero escucharlos, mirarlos, sentir sus caricias, sus palabras, todos se le hacían iguales.
Viejos pelotudos, flasheaban amor por unas horas, vergüenza ajena dan.
Miraba la comida que había preparado mientras le hablaban de su día, y le ofrecían bebidas, lo miraban anhelantes.
Y él les hablaba dulce, los miraba con ternura, los acariciaba, les contaba los inventos que ellos querían sobre su día en la oficina algunos, otros en el taller mecánico, la maderera, el camión o la fantasía que tuvieran, incluso si le pagaban más se disfrazaba, odiaba eso pero algunos le ofrecían muchísima plata por hacerlo y por un mes se dedicó a esa clase de clientes hasta que terminó bloqueándolos a todos. No valían ni siquiera la fortuna que había ganado con ellos.
Puso toda esa plata en dolares. 
Y al regresar a sus clientes habituales se sintió relajado y hasta contento. 

sábado, 7 de noviembre de 2020

El oficio de Mnauel /7)

Odiaba su cumpleaños porque sin querer se le venía todo a la mente, primero los recuerdos de chico, los bizcochuelos mal hechos de su madre, siempre quemados o medios crudos y llenos de cosas, durazno, crema, dulce de leche todo mal mezclado y repugnante, después ya no hacia torta, tampoco para sus hermanos menores. Había empezado a sufrir hipertiroidismo y engordado muchísimo, nunca había sido linda aunque si atractiva y con buen cuerpo, incluso luego de varios embarazos, pero la enfermedad le deterioró el cuerpo y se volvió más amargada y agresiva, andaba con un palo o un cinto en la mano. Murió pocos años después de que él se fuera pero cuando se acercó a la calle donde vivían sin llegar a encontrar a la casa, vio a algunas de sus hermanas, madres, con chicos de diferentes edades.
También supo porque salió un día en un noticiero de cable que uno de sus hermanos había sido detenido ya que lo filmaron luego de un rally de asaltos a mano armada a diferentes minimercados.
Se cambió el nombre y el apellido para que ninguno pudiera encontrarlo o pedirle plata.

El oficio de Manuel /6)

 No recordaba con cuantos tipos se había acostado, le venían destellos de algunos, la mirada, la voz, la pija, el olor, un perfume, sobre todo si era de los caros y por lo tanto poco frecuentes si le traía la imagen del último cliente al que se lo había olido, eso o le gustó, porque se desconcentró y si no fuera porque siempre antes de cada encuentro tomaba un estimulante, tal vez no hubiera podido tener sexo, por lo que le preguntó al cliente cuál era el nombre del perfume y se gastó lo que ganaba en tres encuentros, para acostumbrarse a ese olor y que no le trajera ningún tipo de recuerdo, lo mismo hacia con los desodorantes, tenía todos los de fabricación nacional y algunos internacionales para que cuando estaba con turistas no se le empezaran a venir imágenes.
Recordó la vez que uno de sus clientes, un muchacho de 18 años, virgen, le preguntó como hacia para coger con viejos.
-Te acostumbras.
Fue su respuesta, se veía que el chico tenia más dudas pero vio su expresión y no quiso arriesgarse a que le respondiera mal o se levantaras y se fuera.
Todos quieren saber como los percibo, qué pienso de ellos, si es lo mismo que sienten ellos, si los veo igual, si les dijera que no me importan, que para mí negro, blanco, amarillo, joven, viejos, gordo o flaco es lo mismo, son cachos de carne con ojos, agujeros o pijas, punto.
Si pensara en todos los que me he o han cogido, me tendrían que internar. 

sábado, 24 de octubre de 2020

El oficio de Manuel /5)

Ese día el profesor le dijo que no necesitaba que le cortara el pasto, cosa que Manuel ya sabia porque hacia apenas 5 días que lo había hecho.
Le pidió que se sentará frente a él y comenzó a refregarse las manos, luego se obligó a dejarlas quietas sobre la mesa, suspiro.
Sintió lastima por ese hombre que a pesar de siempre haber esperado la ocasión para hacerlo, no se atrevía a hablarle claro, se acercó a él, y lo besó. El hombre respondió suavemente al beso, lo hacia de una forma casi femenina, luego le pidió que lo acompañará al dormitorio, y lo desnudó rápida pero delicadamente. 
Tal vez el viejo puto este lo hace con todos, le gusta sentirse como una mujer, como una virgen, se debe creer que es la noche de bodas o alguna mierda de esas. Pobre pelotudo, pero a mí me va a tener que pagar bastante si quiere toda la telenovela, adelante, pero no es gratis.
No le practicó sexo oral, sacó de su cajonera un lubricante, y una caja de profilácticos, le dio la caja de profilácticos a Manuel, suavemente, como todo lo que había hecho después de que se besarán.
Ahora tengo que ir al baño y ponerme el forro, se frotó varias veces el pene hasta conseguir una erección, una vez que estuvo erguida, salió.
El profesor estaba en cuclillas, y al acercarse y tocar su ano, sintió el lubricante.
Fue raro, duro poco y en muchas ocasiones tuvo ganas de reírse, le resultaba ridículo estar ahí con su profesor.
Pobre tipo, tiene que pagar para que se lo cojan, bueno, si no fuera por eso...
No quiso seguir pensando.
El profesor luego de que Manuel acabara, lo besó, le acarició el pecho, y después fue a buscar su billetera que estaba en el bolsillo del pantalón, el cuál había dejado tirado en el suelo, al lado de la cama, sacó los 700 pesos que le había prometido, le sonrió, Manuel se estaba terminando de vestir, se dio cuenta que el tipo esperaba un beso, y otra vez tuvo que esforzarse para no largar una carcajada, le dio un beso suave en los labios, se puso las zapatillas y se fue.
En ese tiempo 700 pesos era casi la mitad de un sueldo mínimo, nunca había tenido tanta plata encima, lo primero que se le vino a la cabeza fue escabiar, pero no.
Los hijos de puta de casa me la chupan toda, encima se ponen re fisuras cuando se maman, nah, es pa' quilombo.
En la calle menos, después les tengo que andar dando a todos esos negros de mierda, y peor, van a querer que les suelte pa' el chupi todos los días, me van a traer de hijo los giles.
Por eso agarró el tren y se fue hasta Once, ahí se compró calzoncillos, medias, una remera y un pantalón, guardó todo en su parte del ropero, medio escondido detrás la ropa vieja.  


sábado, 17 de octubre de 2020

El oficio de Manuel /4)

Seguía consciente solo porque las patadas se repetían ahogándolo, y cuando pensaba que ésta sería la última llegaba otra, y otra más. Escuchó que golpeaban la puerta, dejó de sentir las patadas, y se desmayó.
Le sostuvo la mirada a los policías, y habló lo más suerte y claro que le fue posible para ser que estaba medicado y adolorido.
Si, si era prostituto.
No, no lo había conocido en la calle, sino que el agresor lo contactó a través de su número de servicio.
No, no llegaron a tener relaciones, porque él empezó a golpearlo antes, cuando Manuel le había dado la espalda para cerrar la puerta.
Si, le había oído decirle puto, maricón, sidoso, y asqueroso de mierda.
Unos 40 años, o tal vez un par más o menos.
Era alto y robusto, como si hiciera ejercicio, no como si estuviera gordo.
Ojos marrones, y pelo negro.
No, afeitado.
Jean y camisa blanca, zapatos de cuero.
Si, por supuesto que iba a levantar una denuncia, por violencia homofóbica.

sábado, 10 de octubre de 2020

El oficio de Manuel /3)

No entendía como a tantos les gustaba el olor de la marihuana, él apenas lo soportaba, y aunque varios de sus clientes lo consumían e incitaban a qué fumara con ellos, Manuel buscaba la forma de rechazarlos sutilmente, igual cuando le ofrecían cocaína.
Uno de sus hermanos había muerto en un asalto, que había perpetrado para tener unos lo que le costaba el paco, y otros 2, parecían zombies las pocas veces que estaban limpios, y locos cuando estaban drogados.
Pero no juzgaba a nadie, ni siquiera les lanzaba una mirada de condescendencia a sus clientes cuando estos esnifaban o fumaban, solamente se comportaba de forma natural, como si fuera algo típico, que sabia que para ellos lo era, tanto como si estuvieran tomándose una copa de vino o de cerveza. 
Muchos de ellos estaban pendientes de sus reacciones, hacia rato que Manuel se había dado cuenta que era porque necesitaban que a alguien les importará lo que sentían, la mayoría eran solteros, aunque había algunos casados, que hacia años que apenas se dirigían la palabra con sus esposas, lo estrictamente necesario.

sábado, 3 de octubre de 2020

El oficio de Manuel /2)

 Siempre le había dado asco tener que llamar casa a un conjunto de chapas y cartones entrelazados, y familia a sus padres y hermanos, trataba de no hablar con ninguno de ellos, a estos les era igual, solo 2 de sus hermanas se pasaban el día una junto a la otra, hablando entre sí, incluso en la mesa, las pocas veces que todos estaban sentados a la misma hora para comer, ya que la mayoría de sus 8 hermano, cuando tuvieron la edad que cada uno considero suficiente para cuidarse por sí mismo en la calle, trataban de pasar casi todo el día en ella, la mayoría pidiendo monedas luego de limpiar los parabrisas de los autos, 4 de ellos se dedicaron a eso, y cuando crecieron 2 se volvieron vendedores ambulantes y los otros motochorros.

Sus hermanas estudiaron las 2 que solo se llevaban 11 meses de diferencia, incluso se fueron a vivir a la casa de su tías, y nunca más las había vuelto a ver, las otras una se embarazó a los 14, y se fue a vivir con el tipo, y la otra se fue a trabajar en un prostíbulo, él era el menor, pero no por eso su madre lo consentía, aunque fuera el que más cerca tenía, no, ella ya estaba esperando a otros dos, y tampoco pasaba muchas horas ahí. Manuel, había entendido, y seguía entendiendo que todos trataran de estar lo menos posible allí, de hecho él quería hacerlo pero el exterior le causaba algo más fuerte que el asco del interior, miedo, pánico, de chico el resto de las casas o asentamientos de chapa y cartón, otras de bloques de ladrillo sin revocar, le parecían cuevas, donde vivían personas tan monstruosas como su madre o sus padrastros, y si bien su mamá nunca le pegó, siempre se sintió intimidado por ella y por los diferentes hombres que entraban allí, a veces la oía jadear mientras él estaba escuchando a los dibujos, luego las risas de ambos, el olor a cigarrillo, y después a ella o a él, dependiendo la ocasión, en ropa interior, buscando en la heladera una botella de cerveza, y unos vasos, ponía las rodillas contra su pecho, y seguía mirando fija la pantalla.
Así siguió hasta que a los 14, después de terminar el colegio, solo había seguido, por pasar horas fuera de su casa, y porque su mamá le repetía que ella no iba a dejar de cobrar el salario por él, qué si no quería estudiar trabajara, o se fuera, y aunque era eso lo que más quería, se quedaba, sabiendo qué si se iba a esa edad, solo encontraría la muerte, esa idea muchas veces se le volvían una tentación, no irse y ser asesinado o contagiarse una enfermedad venérea y pudrirse en un hospital, que era lo que pensaba que le sucedería si se iba de su casa, si no el suicidarse, quitarse la vida, cada vez que se bañaba con una palangana frente a sus hermanos, o al novio ocasional de su madre, la idea le llegaba con fuerza, luego cuando tenía oportunidad de quedarse solo, se iba hasta la mesada donde tenían los pocos cuchillos de la casa y agarraba el más grande, se lo apoyaba contra su tetilla izquierda, o contra su cuello, pero nunca se animaba, al tercer pseudo intento frustrado, abandonó la idea, y pensó en un trabajo.
¿En qué mierda puedo trabajar? quién me va a contratar, si no sé hacer nada.
Pensaba acostado, con los ojos cerrados para no ver la miseria que lo rodeaba, tratando de hacer oídos sordos a los ronquidos de sus hermanos, que lo rodeaban por los 4 costados, en otros colchones a su alrededor.
Los ronquidos de uno de ellos, le hizo recordar a un profesor al qué otro le había mandado a decir algo con él, Manuel lo encontró en el gabinete, sentado, con los brazos cruzados y roncando.
Le había tocado el hombro para despertarlo, le había parecido menos violento qué decir profesor en voz alta, el sueño del profesor había sido lo suficientemente liviano, como para despertarse a los pocos segundos que el lo tocara, tanto así que no le dio tiempo de correr su mano del hombro de este, y el señor Fernandez le había tomado instintivamente la mano, se quedaron unos instantes mirándose el uno al otro, mientras el profesor salia de su somnolencia.
Percibió el deseo qué se reflejaban en los ojos del gris profesor Fernandez, este volvió a refregarse los ojos, y al hacerlo su mirada volvió a ser la que siempre había visto Manuel en él.
Tomó un colectivo para llegar al barrio donde vivía el profesor, a más de 25 cuadras de la villa.
La casa era típica, rectangular, con 2 ventanas de persianas de madera, pintadas de blanco, al igual que la puerta, la pared del frente también era blanca.
Roberto Gutierrez, lo recibió, le dio la mano, y dando vueltas por fuera hasta el patio, lo llevó hasta el galpón, Manuel calculó el patio, no era muy grande, unos 13 metros de largo, por 11 o 12 de ancho.
Una vez que termino de cortar y rastrillar el pasto, Roberto, lo invitó a entrar.
La casa estaba impecable, recordó que el profesor estaba divorciado, se había quedado con la casa, porque era herencia de sus padres, recibida antes de casarse, no recordaba quién se lo había contado, si una de sus hermanas o su madres, que habían trabajado de mucamas en algunas de las casas de los vecinos de Roberto.
Este le ofreció jugo de naranja y le dejo un billete de 50 pesos al lado del vaso.
-No te gustaría hacer otra cosa?
-Si, pero soy menor de edad, y los trabajos que se consiguen, son una mierda.
-Si, bueno, mira, vamos a hacer una cosa, yo te presto la maquina de cortar pasto y el rastrillo, y vos a cambio, me cortas gratis la el pasto cada 2 semanas, querés?
-Bueno.

sábado, 26 de septiembre de 2020

El oficio de Manuel /1)

La pantalla del celular,  se iluminó y sonó con una melodía mecánica que simulaba el sonido de los teléfonos de cable.

Manuel, miró el mensaje.
Hola, donde puedo verte?
Manuel le pasó la dirección del hotel donde se estaba quedando.
En la app había puesto solo activo, porque no quería que nadie lo penetrara, por lo menos no alguien con quien solo estaría por plata.
Fue al baño, agarró un vaso, lo lavó, luego lo lleno hasta la mitad, y sacó de su bolsillo, una pequeña bolsa con sello impermeable, llena de Viagra.
Se tomó una, se sentó al borde de la cama, y esperó.
Me tengo que preparar para lo que venga, gordo flaco, joven, viejo, canoso, peludo, pelado, feo, menos feo, lo que sea, con los dientes amarillos, sin dientes.
Empezó a sentir el estómago revuelto.
Lo único que me falta, que me descomponga en plena cogida.
Inspiro, expiro, y se recostó, se levantó, miró por la ventana, bajó la persiana.
Mejor la subo, por ahí no le gusta que este medio oscuro, la deja hasta la mitad, si él me pide que la suba o la baje, lo hago y listo.
Se levantó un poco la remera, y se toco el abdomen trabajado.
Esto seguro que le gusta al viejo verde.
Se bajo la remera, y miro la hora, todavía faltaban unos minutos para que llegara la hora.
Busco en la mesa de luz, y se metió un tic-tac, dejó que este se disolviera en su boca, se había olvidado de comprar desodorante bucal.
Cuando ya tenía los últimos restos de la pastilla sobre la lengua, golpeando el paladar, sonó la puerta.
Al abrirla, se encontró con un hombre de unos 50 años, robusto, Manuel calculo que debía de tener, unos 10 kilos por encima de su peso establecido, tenía una altura promedio, más o menos entre 1,70-1,72, metro.
Manuel sintió confianza en sí mismo, el hombre de cuerpo no era tan feo, estaba bien conservado para la edad que le calculaba, y de cara era un tipo normal, ni lindo, ni feo, uno como tantos otros que se cruzaba por la calle, que podía ser cualquier cosa, kiosquero, camionero, albañil, le veía pinta de todo, y de nada, y su aspecto era igual, su camisa de lino, y su jean, desgastado, junto con sus zapatos mocasines no revelaban nada.
Lo había hecho pasar, y el hombre al entrar se había pasado las manos por el exterior de sus bolsillos.
Manuel no quería que entre ambos se creara silencio alguno, por lo que tragó saliva, y habló:
-Hola.
-Hola, Luis, mucho gusto.
El hombre le tendió la mano, y Manuel se la estrecho.
-Encantado.
Manuel se dijo a sí mismo que cada cliente debía ser diferente, y tener distintas maneras de presentarse.
Debe querer que dé el primer paso.
Se acercó a él, Luis como por instinto, comenzó a desabotonar su camisa.

Se sacó la remera, ambos estaban a poca distancia, se observaban, dejó la remera sobre una silla que estaba a un metro de la cama, Luis lo imitó apoyando su camisa en el respaldo de la misma.
Luego se desabrochó el cinturón, se desató los cordones, se sacó los zapatos, el calzoncillo, y se acercó a la cama.
Manuel lo esperaba, desnudo, había corrido la colcha, y la sabana, estaba sentado en la misma, y la sabana apenas le cubría el sexo, qué Luis notó por la forma qué se dibujaba detrás de la tela, estaba erguido.
Corrió la sábana, y empezó a lamerle el pene.
Los primeros segundos de forma atropellada, y luego suavemente, Manuel no quiso tocarle la nuca, tenía miedo que su reacción le resultará intimidatoria o agresiva a Luis.
El resto del encuentro transcurrió de forma predecible, y de acuerdo a lo pautado por ambos en el mensaje de texto, luego de pasarle una toalla a Luis, se vistió, al mismo tiempo que observaba como lo hacía este, quién luego de colocarse el pantalón y la camisa, pero sin prender los botones todavía, sacó su billetera y le entregó 250.
-Chau.
Le dijo, y él respondió con otro chau, tan mecánico e indiferente como el recibido.
Miró los billetes, luego los puso sobre la mesa de luz, al lado del cenicero, y el velador, y se fue a bañar.


sábado, 19 de septiembre de 2020

Y de repente se hace realidad /48)

Demasiado rápido la vida volvió a ser igual de insulsa para Ines, el final de su historia no terminaba con un hombre joven, rico, alto, atractivo, de cuerpo trabajado, sino con unos cuantos minutos en diferentes programas de televisión durante 3 semanas, después nada, de vuelta la casa, de vuelta el coser para afuera, de vuelta el cuidar a Carmen. 
Pensó y tuvo ganas de hacer muchas cosas, empezar a estudiar periodismo, pagar un espacio en la radio de Victor, y tener un programa propio, y otras tantas ideas que la entusiasmaban y la frustraban luego, ya que nunca se animaba ni a ir a la universidad a preguntar, ni hablar con Victor, ni nada, su vida volvió a ser la de siempre.
Con el dinero que le pagaron en los programas, más algo que tenia ahorrado, hizo pintar la casa por dentro y por fuera. Ese fin de semana lo tenia libre, desde el lunes que Carmen se había ido a pasar una semana con su hija que vivía en Moquegua, ese sábado cuando estaba por llegar al final de otra de sus novelas, dobló la pagina y dejó el libro sobre el sillón.
Todo es mentira, bueno qué obviedad, todas las novelas lo son, hasta las que se dicen basadas en algo real, no son más que una interpretación, ni hablar de estas novelas, pero bueno, es lindo como todo se resuelve tan fácil como se lee, puede ser una semana una brillante abogada, y al otro una doctora de la san puta, o una empresaria, y siempre verse bien, tener un cuerpo escultural, y estar entre los 25 y los 33 años, o si se tienen más, estar conservada mejor que una estatua. Qué lindo sería creer que todas esas pavadas se pueden hacer realidad. 
Igual ese día no tenia ganas de acabar la novela, ni de empezar otra, por lo que se bañó, se cambió, se puso sombra en los ojos y rouge en los labios, además de unos zapatos con mucho tacón, y salió, sin rumbo, pensó en dar una vuelta, eran las 22:30 de una sábado de principios de invierno, aunque no hacia frío, estaba húmedo, el cielo rosado.
Mejor, así no anda nadie, empezó a caminar por la calle, cuando veía que en estas no había ningún auto estacionado, porque la mayoría de las veredas estaban rotas y tenia miedo de caerse en cualquier momento, el característico ruido de los tacones sobre el asfalto la divirtió.
Ya parezco la heroína de una película policial, nomás falta el asesino persiguiéndome, bueno estuvo Pedro, pero nunca se le cruzó por la cabeza hacerme nada...para mí desgracia, qué patética que soy, calentarme con un psicópata, si que estoy desesperada.
Siguió caminando, se levantó un viento suave, que removió papeles y latas de gaseosa, el sonido de ambos se mezclaba con el de los tacones a cada paso que daba.
En cualquier momento se larga a llover, y qué, un poco de agua no me va a matar, por ahí un rayo, pero no es una tormenta eléctrica.
Siguió caminando, llegó a la plaza pero al ver que allí si había mucha gente, sobre todo adolescentes sentados en los respaldos de los bancos, y gente de todas las edades en la pizzeria de enfrente al monumento a los bomberos, y en los bares que había en las 4 cuadras que rodeaban la plaza, decidió dar la vuelta.
Ah, ya sé, voy a chusmear en el salón, a ver que festejan hoy. 
No sé acordaba de ningún casamiento que se celebrara, ya que lo que podía haber era un cumpleaños de 15 o un aniversario. Era un aniversario, de 30 años de casados. Se acercó, y vio a unos cuantos matrimonio, mucha gente de su misma edad, otros de algún año más o menos, pero todos contemporáneos, a la mayoría los conocía, después también había gente joven, y gente mayor, pero como era obvio la mayoría de los amigos de la pareja eran gente de su edad.
¿Serán felices? no, quién puede ser feliz después de 30 años con la misma persona, se aguantan, igual me gustaría tener a alguien con quien aguantarme, pero no, ya es tarde, ya es tarde para todo en mí caso, antes que me muera voy a dejar anotado que en la lapida escriban:
Siempre fue tarde, yace como vivió sin logros.
Se sintió angustiada, ver la imagen de todos esos matrimonios, que si no eran felices en ese momento lo parecían, contrastado por su solitario reflejo, y con el rostro pintarrajeado, la hizo sentir patética, comenzó a caminar para alejarse de esa imagen, a la media cuadra sintió una gota en su antebrazo, y a los pocos pasos que dio se largó un chaparrón, su casa quedaba lejos, a más de 15 cuadras, y todos los arboles habían sido podados en otoño, por lo que nada la cubría, empezó a caminar con los brazos cruzados y el paso ligero pero se dio cuenta de que igual ya estaba empapada, se sentí en el cordón de la vereda, se sacó los zapatos, y volvió a caminar sobre la calle, esta vez para no lastimarse los dedos con las raíces y los agujeros. Iba a contra mano de los autos, por eso cuando un auto se paró frente a ella, se llevó la mano izquierda a la frente en forma de visera y con la derecha le indicó que siguiera, hasta se subió al cordón de la vereda, pero el auto siguió inmóvil, ella se irritó, e inmediatamente después se asustó.
A ver si todavía resulta que me perseguía un asesino, ya la lluvia me hace decir cualquier cosa, aunque puede ser, por ahí me...
El auto era un chevrolet corsa, con vidrios polarizados, que se empezaron a bajar, Ines pensó en correr, pero se dijo que era algo inútil, a su edad, con su estado físico y con el chaparrón que estaba cayendo, lo único que iba a conseguir era un esguince o una fractura, por lo que espero a que se terminara de bajar el cristal, y que la luz del interior del auto la dejara ver quién estaba dentro.
- ¿Victor?
-Si. ¿Ines qué estas haciendo en el medio de la calle con esta lluvia?
-Nada, salí a caminar.
-Estas temblando, subí.
-No, no te quiero mojar el auto.
-Por favor, Ines, subí.
Subió, él puso el aire acondicionado más fuerte y enseguida Ines dejó de temblar, instintivamente bajó la visera y se miró en el espejo, casi se lleva las manos a la cara para cubrirsela al ver que las sobras y el delineador se le habían corrido y que formaban diferentes venas negras que surcaban todo su rostro y le daban un aspecto patético.
- ¿Tenés un pañuelo de papel.
Victor hizo un gesto hacia el asiento de atrás y le entregó una caja de pañuelos.
Ella saco se pasó la mano por la cabeza y con el agua recogida en la misma mojó el pañuelo y se refregó la cara, hizo lo mismo por segunda y tercera vez con otro pañuelos, hasta que las venas desaparecieron, aunque su cara adquirió un color ceniciento, que solo lograría remover con mucha agua, jabón y alguna crema.
Victor paró el auto frente a su casa, y luego de agarrar la palanca, antes de tirar de ella, se dio vuelta y miro a Victor.--------Gracias.
-De nada.
-Querés...pasar, y nos tomamos un café.
-Bueno.
Es solo un café, y Victor no es atlético, ni profesional, ni rico, ni nada, bueno caballero si, pero el pobre después de su divorcio y nada, qué me hago ideas, el tipo me trajó, y me acepta un café, y yo ya me veo en el altar, Dios, qué tarada que soy.
Si yo lo veo como lo que es, un tipo que no es algo, está medio pasado de peso, le quedan 3 pelos en la cabeza, ni quiero imaginar como me vera él a mí, mejor dejo de hacerme la película.
Buscó la llave en el empapada cartera que llevaba, abrió, hizo pasar a Victor, y le pidió que se sentara, que ella enseguida volvía, mientras se desnudaba fantaseaba con que él entrara y le hiciera el amor, o con ir ella hasta el sillón desnuda o con un toallon o bata y abrirla frente a él.
Si hago eso, empieza a cagar de risa, o sale corriendo, como mínimo me pone de vuelta la bata y me dice que no me confunda, que él solo quería ser amable.
Se vistió con lo más discreto que encontró, puso el agua en la pava eléctrica, la encendió, volvieron a hablar del caso, un ratito, de los programas de televisión a los que había sido invitada, de lo que era de la vida de Teresa y Roberto, se tomaron los cafés y mientras lo hacia a Ines le pareció ver una mirada dulce en Victor.
Ideas mías, de vuelta me estoy haciendo la cabeza, o no, no, me está mirando, me sonríe, o yo estoy muy mal, y muy desesperada, o este tipo me mira con ganas, bueno, qué hago, le correspondo, pero hacerme la sexy a mí edad, va a quedar patético, mejor me hago la boluda, no tampoco da eso voy a quedar como una vieja histérica, mejor se la correspondo de forma discreta, eso, si lo entiende, bien y si no también.
Después de tomarse dos cafés, Victor se levantó del sillón, e Ines hizo lo imitó, quedaron a pocos centímetros. Ambos se alejaron como turbados, él encaró hacia la puerta, y ella lo acompañó, aprovechó que Victor tenía la vista fija en la puerta y habló:
-Bueno, te vuelvo a agradecer que me hayas traído.
-Por favor, él que te agradece soy yo, por el café, muy rico.
-Gracias, espero que no te cueste dormirte.
-Y también, Ines...deberíamos repetirlo, digo esto...de...tomar algo.
-Si, estaría lindo.

-O cenar, bah que te parece, te gustaríoa cenar un día de estos en mi casa?
-Por qué no.
-Qué te gustaría.
-No sé, algo liviano, y con pollo, me gusta mucho el pollo.
-Ya sé que prepararte entonces, el lunes te parece bien?
-Si, claro.
-Bueno, hasta el lunes, a las 8 o es muy temprano?
-No, a las 8 esta perfecto.
Cuando ella movió las llaves para abrir y se dio vuelta, él le dio un beso, ella abrió los labios, y ambos se besaron por un minuto.
-Nos vemos el lunes, no te olvides.
-Por supuesto.
Ines cerró la puerta y dio vuelta la llave, no quiso mirar por la mirilla, se quedó tocándose los labios y con el hombro apoyado sobre la puerta.
Una tenue sonrisa se dibujó en sus labios.

sábado, 12 de septiembre de 2020

Y de repente se hace realidad /47)

Hacia 2 años que Roberto agradecía el hecho de que se le hubiera pinchado una goma en el medio del campo. Mientras su chófer cambiaba la misma, vio a una chica que pasaba, era morocha, muy bonita, bastante flaca, aunque sin llegar a tener una delgadez preocupante su timidez se notaba autentica, que cuando le dijo su nombre, Rocío, Roberto había tenido que aguzar el oído, porque sus palabras eran suaves y apenas audibles.
Tenia 18 años, aunque parecía menos, y frente a la indiferencia de su familia, que eran unos tamberos que trabajaban en un campo de un conocido suyo, con otros 9 hijos casi todos menores de edad, poco les preocupó lo que hiciera ésta, lo único que sus padres le dijeron mientras la ayudaban a hacer las valijas fue:
-Aprovecha, nena, se viva, el viejo no es ningún boludo, nadie que tiene tanta plata sin haberla heredado lo es, así que vos pórtate bien, con esos ricos hay que ser como los perros, lamerles la manos, acercarles el hocico y esperar.
Roberto le puso un departamento, y a los pocos meses se la llevó a vivir con él, en un principio tenia pensado llenarla de hijos, pero después calculó que no quería que ella perdiera su figura, ni tener que aguantar a un montón de mocosos dando vueltas y problemas, ya suficiente con los que tenia, por eso se hizo una vasectomía, además no necesitaba hijos para controlar a Rocío, él sabría hacerlo, y así fue, ella se sometió obediente a todas las practicas y posiciones sexuales que Roberto quiso, lo esperaba a cenar sin importar la hora que fuera, y solo hablaba cuando él le preguntaba algo, siempre en el mismo tono suave, apenas audible.
Ese mismo día, cuando ya se cumplían 2 años, al terminar de comer, puso una cajita aterciopelada enfrente de ella, y le propuso matrimonio, Rocío sonrió, lo besó, y aceptó.

Y de repente se hace realidad /46)

 Fue mucho menos emocionante de lo que se lo figuraba, cuidar de Roberto.
Este un día después de observarlo, le dijo:
-Te dije, yo me sé cuidar solo, no me meto en cosas de las que sé que no voy a poder salir.
- ¿Me puede recomendar con alguno de sus amigos?
-Ni loco, vos sos un aficionado, que tuvo suerte, nada más, mirá, y no lo hago solo por no quedar mal con ellos, sino por vos, te pegarían un tiro a la primera de cambio y los demás guardaespaldas, porque la mayoría de mis conocidos que tienen guardaespaldas no se conforman con 1, sedarían cuenta enseguida que sos un amateur,  te comerían vivo. ¿Vos eras contador, no?
-Si, pero...
-Entiendo, esa vida te aburre, bueno, es lo que hay. O te metes en un curso para guardaespaldas, y te enterras en un gimnasio 8 horas por día, o te dedicas a lo que sabes hacer, elegí.
Damian dejó de usar su corte de pelo casi rapado, dejó de practicar tiro en la liana, vendió su arma en la misma armería donde la compró, por la cuál le pagaron menos que lo que le había costado. Se volvió a poner traje y corbata, y a cumplir 8 horas diarias, sentado detrás de una computadora.
El divorcio con Sara fue rápido, ambos consideraron que el motivo: diferencias irreconciliables, venia como anillo al dedo para su caso, ella se quedó con el departamento, y la custodia de los chicos de lunes a viernes, aunque Damian solo los llevaba los sábados y antes del mediodía del domingo se los traía de vuelta, bastante irritado, porque por lo general Luciana se despertaba meada, cagada o hambrienta, y no se volvía a dormir por horas. Diego, fue perdiendo la devoción que sentía por el héroe que había sido su padre al ver que dejaba de usar trajes negros, por grises y ocres. Y se concentró en admirar al nuevo novio de Sara, un doctor que conoció al poco tiempo de los sucesos en el pueblo, cuando su madre había sufrido un pequeño ataque al corazón, del que lograra recuperarse.
Al pasar los meses, Damian dejó de ir a buscar a los chicos, y aunque ella le insistió, este le contesto:
-Los chicos no quieren venir. Déjame de joder, te paso la plata, y si querés coger con el doctor, hacelo en la casa, a mí me importa un carajo o déjaselos a tu madre, a la vieja le va a encantar hacerte de Celestina, nunca me pudo ni ver, ni yo a ella, y te voy a pedir un favor, no me llames más, no me interesa saber nada de los chicos, para mí murieron, hace de cuenta que yo para ustedes también.
Sara alcanzó a mandarlo a la puta madre que le pario antes de que Damian cortara. Se hizo adicto a los juego de videojuegos violentos, le encantaba ser el cazador o asesino, y pasaba más de 5 horas frente a los mismos, apenas salía para bajar y comer en la pizzeria más cercana, o ir hasta el chino que estaba a media cuadra, hervirse o freírse unos huevos, y volver al juego, donde volvía a sentir la emoción de matar, volvía a ser otro.

sábado, 5 de septiembre de 2020

Y de repente se hace realidad /45)

 15000 fue todo lo que Teresa logró juntar de los diferentes programas en los que fue entrevistada, no la convocó Tinelli, por lo que invirtió parte de la plata del spa en comprarse un Peugeot 307 y ponerlo de remís, vendió el auto que Roberto le regalara, y con eso, más lo que le quedaba de la venta del spa, más un crédito, se compró un departamento de 2 ambientes, enfrente de donde estaba la remisería, por lo que desde la ventana controlaba los viajes que hacia el hombre al que había contratado.

2 meses después de que pusiera el auto en la remisera, empezó a salir con el dueño de la misma, Gonzalo que a su vez tenia un lavadero de autos, y un taller mecánico con el hermano, Marcelo.
Gonzalo, le llevaba 35 años, y a pesar de saber todo el historial de Teresa, se divorció después de 40 años de matrimonio, y se compró una casa para vivir con Teresa.
La ex de Gonzalo intentó suicidarse, y la gente dejó de llamar a su remisera, y de llevar los autos a lavar, tampoco a arreglar, por lo que vendió la casa, y ambos se fueron de la ciudad, según comentó después Marcelo, a Bahía Blanca.

Y de repente se hace realidad /44)

Tuvo que inhalar y exhalar para tranquilizarse cuando Diego se acercó a su padre, mirándolo como si este fuera un super héroe.

Claro, portarse como un pelotudo inconsciente, es heroico, pero cuidar, darle de comer, bañarlo, estar al pendiente de que no tenga piojos, que no sufra ningún maltrato en el jardín, eso te lo agradece magoya.
Después de que Diego le preguntara a su Damian como había sucedido todo, este le contara una historia que en el fondo no era más que la visión de caricatura que su hijo tenia del hecho, que lo sucedido en realidad.
Después de que Damian terminara, Sara le dijo a Diego que le agarrara la mano y se fueron, entre ellos no intercambiaron palabras, apenas miradas.

Cuando lo dieron de alta, en la puerta del hospital estaban esperando los medios, ya había hecho varias declaraciones, en todas hablando de que desde hacia unas semanas era el custodio de Roberto Lozano y su mujer, Teresa, esto se lo dijo el abogado de Roberto, quién lo había ido a ver, ni bien despertara, a cambio de estas declaraciones, se ahorraba tener que darle más explicaciones a la policía, que lo podía acusar de allanamiento de morada, tenencia de arma ilegal, y alguna categoría de homicidio, en total no iban a ser menos de 8 años, que por buena conducta y suerte se limitarían a 4.
Damian aceptó, pero a su vez pidió como conducción convertirse de verdad en el custodio de Roberto, este a regañadientes aceptó.

sábado, 29 de agosto de 2020

Y de repente se hace realidad /43)

El vídeo, se volvió viral, el rating del canal que lo pasó por primera vez tuvo picos de 11 puntos, cuando el rating del canal de cable solía andar en los 2 o como mucho 3, e inmediatamente de su transmisión, recorrió youtube y las redes sociales.

-Es una difamación, yo nunca hubiera asesinado a mi marido, Pedro era un psicópata, no niego que fuimos amantes, pero nunca, nunca, eh, le pedí que asesinara a Roberto, incluso le rogué que no lo hiciera.
- ¿Lo hacia antes o después de acostarse con él?
-Mi clienta no va a responder a ese insulto, respeten, señores.

Dio un puñetazo sobre el escritorio, que hizo que el vaso que tenia sobre el mismo se cayera y manchara los papeles.
La puta madre que lo recontra mil pario, pensó.
Marco violentamente la tecla de llamada cuando encontró el nombre de su abogado en el celular.
-Estevez, de un comunicado a la prensa, diga que desde hacia 2 meses estábamos separados en la misma casa, y que solo era cuestión de días para que Teresa se fuera.
Ah, y en el mismo comunicado deja claro que ella hoy recoge sus cosas y se manda a mudar, vos adórnalo, si querido, no seas pelotudo de preguntar algo obvio.
Y cortó.


sábado, 22 de agosto de 2020

Y de repente se hace realidad /42)

Durante 3 días no sucedió ningún otro hecho importante o lo suficientemente morboso como para captar la atención del público, que cada vez que encendía el televisor, la computadora, o miraba las noticias e el celular lo primero que hacia era buscar algún canal, sitio, o portal que le contara algún hecho que todavía no se conociera.
Los de producción de los diferentes noticieros, se copiaban entre si, a la hora de poner los zócalos.
Teresa, después de que le colocaran una mascarilla de oxigeno, y pudiera respirar sin problemas, se levantó, se secó las lagrimas en los ojos que le habían provocado el gas lacrimógeno, y fue hasta la puerta del hospital.Las luces de las cámaras la cegaron unos segundos, pero enseguida se acostumbro a ellas, y dijo:
-En este momento, estoy anonadada por los acontecimientos, pero a las 20:00 horas daré una conferencia de prensa en mi casa.
Hija de puta, se dijo Roberto para si, y decidió convocar una conferencia de prensa para las 18:00 en su oficina. 
No me va a cagar mi momento.
-Hola, Ines, si, bueno mire, a las cinco de la tarde pueden estar en casa, es que tengo que mostrales un vídeo...revelador, de verdad.

sábado, 15 de agosto de 2020

Y de repente se hace realidad /41)

 Cuando escuchó a Diego gritar ese es papa, a Sara le resultó absurdo, estaba terminándole de dar de comer a la Luciana, cuando levantó la vista y siguiendo el dedo indice de su hijo, contempló la imagen de Damian con un disparo en el hombro, inconsciente sobre una camilla.
Hijo de mil putas, pelotudo de mierda, tenias que volverte un loco, un héroe de cuarta, del tercer mundo, un qué, pistolero, justiciero.
Los gritos de su hijos, insistentes por atención y respuestas, la sacaron de sus pensamientos.
-No sabemos si es papa.
Fue lo primero que se le ocurrió decir, después apagó el televisor, no quería oír nada más.
Al rato, le sonó el celular.
-Usted es la esposa de Damian Herrera?
-Ex esposa, nos estamos divorciando.
-Sabe qué hacia su marido, perdón, su ex marido en la casa de los Soberón.
-No, hace 1 mes que no tengo contacto con él.
-Por qué se distanciaron, cuál...
Cortó, y después apagó el celular.
¿Como mierda consiguieron mi número?
El colegio, seguro se lo dieron en el colegio de Diego...
-Quiero ir a ver a papa. 
Insistió Diego, y repitio lo mismo varias veces, hasta que Sara, a punto de llorar, le gritó.
-Está bien, déjame de joder. 
Le costó mucho enviarle un mensaje de texto a su madre, ya que cada minuto y medio recibía una llamada diferente de números desconocidos, que presumía eran de diferentes medios de comunicación. 
Cuando, Mónica, su madre llegó, trató de tranquilizarla, y le dijo  que en vez que esta se quedara con Luciana, se fueran a su casa, y de ahí ella se tomara un remis hasta la ciudad donde Damian estaba hospitalizado.
-No, un remís hasta allá es carísimo.
-Yo te lo pago, además si te presto el auto, con la nafta, los peajes, nbi sabes qué micro va a esa ciudad, si hay alguno, o una combi que tampoco es tanta la diferencia con el remís. 
-Está bien.
Mónica le dijo que el remís ya venía en camino, al salir de su casa, se encontró con 2 periodista e igual cantidad de cámaras enfocándola, y micrófonos apuntándole.
-Señora, su marido...
-Sin comentarios, déjenme pasar, por favor.
El remisero no puso la radio con todo volumen para escuchar todos los hechos sobre lo acontecido en esa ciudad.
-Qué bien lo que hizo ese tipo, el tal Damian, un héroe.
-Es mi papa.
-Qué nene, ah si, por eso el viaje, qué grande tu papa, pichón, y su marido o pareja, señora.
Ella lo miró con fastidio, y contestó:
-Si, pero no conozco los hechos, hace 1 mes que no sabía nada de Damian, es mi ex.
-Da como para una reconciliación, no le parece.
Sara, no le contestó, ni volvió la vista hacia él, hasta que el auto no se estacionó enfrente del hospital y tuvo que pagar.
Caminó con su hijo de la mano, y los medios al reconocerla la rodearon de vuelta, ésta vez con lo fastidiada que estaba ni siquiera movió la boca. Entró.

Y de repente se hace realidad /40)

 -Cuéntenos, como fue vivir con un asesino.                                 
-Bueno, obviamente yo no tenia ni idea...                                      
-Pero, lo sospecho, usted...                                                             
-Si, después, pero fue más una casualidad, estaba yendo a tender la ropa y lo oí hablar de que pensaba matar a Roberto Lorenzo, mi vecino.                                       
-Con quién hablaba, y no sé, pero supongo que con alguien que le interesaba que el muriera...
-Usted sabe de quién podría tratarse, su mujer?
-Bueno, ellos no están casados, son parejas, y no, no sé, nada más.
En ese momento se oyeron 2 disparos. El periodista junto con el camarógrafo, salieron afuera, si bien eran el único medio que tenia 2 unidades en la zona, el periodista que estaba junto a Ines, no quería perderse la oportunidad de relatar y enseñar el hecho, aunque su compañero corriera con ventaja. Ines y Carmen los siguieron, y vieron como de la ventana del piso de arriba salia humo, mitad gris mitad blanco. Una ambulancia se acercó al portón del garaje que se abrió y las cámaras, así como los policías y todos los vecinos de la cuadra que estaban en las veredas, pudieron ver como 3 miembros del grupo anti secuestros, llevaba en andas a Teresa, hasta que la puerta de la ambulancia la tapaba, enseguida se llevaron a Teresa, en esa ambulancia, e inmediatamente otra ocupó su lugar, llevándose a un hombre que ni Ines, ni Carmen ni nadie que estaba en el área había visto nunca.
Cuando luego de retirarse esa ambulancia, llegó otra y vieron como sacaban a una tercera persona, pero esta vez en una bolsa, Ines se llevó las manos a la boca, Carmen suspiro, y los demás vecino, movieron la cabeza para opinar entre si, y dar diferentes teorías sobre lo que había sucedido.

sábado, 1 de agosto de 2020

Y de repente se hace realidad /39)

Estaba a pocos metros de Pedro, lo veía, el corazón parecía que se le iba a reventar, le costaba respirar, sentía que si hacia el menor movimiento, terminaría muerto.
Tranquilo, mierda, qué voy a estar tranquilo, tengo a un asesino  nada...pero porque yo quise, nadie me obligo a venir hasta acá, y no me voy a echar para atrás, además no puedo, si me ven abajo, me van a matar a mí, qué lindo, por metido termine con un tiro en la cabeza.
Tengo que ver a este hijo de puta como si fuera una liana, si, una liana que se mueve, eso también, como cuando la liana se te viene encima, si.
Ambos levantaron el arma inmediatamente y dispararon.
La bala del arma de Damian fue más certera que la de Pedro, ya que dio en el corazón de este, mientras que la de Pedro, dio en el hombro izquierdo de Damian.
Los agentes de la unidad anti secuestro, llenaron la casa de gases anti disturbios, y una nube grisácea de humo espeso cruzó cada habitación de la casa.
Teresa vio todo como si fuera una pesadilla, el humo gris, empezaba a disolverse, develando a unos cuantos hombres con mascaras negras, apenas era consciente, le lloraban los ojos, y se sentía profundamente débil.
Los hombre la desataron y le quitaron el trapo que amordazaba sus labios, mientras 2 hombres la levantaban por debajo de los brazos, y la sacaban.


sábado, 25 de julio de 2020

Y de repente se hace realidad /38)

Estacionó el auto, dejó que 2 agentes revisaran la pieza del fondo, abrió, dejó entrar a Carmen que insisto en quedarse con ella, se duchó rápido.
Ines, se secó, luego se pasó crema por la cara, y puso 3 vestidos sobre la cama.
- ¿Cuál me queda mejor?
-Mmm este, el azul.
-Che, y no se ve como que estoy muy arreglada, por ahí me critican por eso.
-Quién se va ha fijar en eso, lo que quiere saber la gente es cuál era tu relación con el loco ese, y cuando te diste cuenta de lo que pasaba.
-Si, pero no le voy a contar todo, porqué si no, me van a llamar 1 vez y listo.
-No, vos de a poquito, conta un poco ahora, igual mucho caso, hoy no te van a hacer, van a centrarse más en el loco y ver si se entrega o lo matan.
-Ojalá se entregue, eso va a dar para que la noticia este más días, y el juicio además.
-Si, por ese lado, pero mira si sale.
-Pero como va ha salir si es un asesino serial.
-Ay m'hija, estamos en Argentina, desde cuando hay justicia acá.
-Tenés razón, no si sale me mata, no sé, pero bueno, ya lo hice, no.
-Si, además no creo que si sale justo venga a matarte a vos.
Ni para un asesino vale nada mi vida, la puta madre.
-Esperemos que no, me pongo delineador.
-No nena, mira la hora que es.
-Bueno, y sombra.
-Un poquito, para tapar las ojeras.
Vieja hija de puta, tenias que dar el palito y meter lo de las ojeras, como si las bolsas que tenes vos no te cubrieran media cara.
-Ahí está bien.
-Si, a ver, acércate. 
Carmen se llevó el dedo indice a la boca, lo mojó con saliva e hizo ademán de pasárselo por los parpados a Ines, ésta se alejo.
La vieja quiere llenarme de saliva la cara, y dejarme hecha una payasa, esperate.
-Deja Carmen, me paso un cachito de algodón.
-Claro, yo voy a ver si ya se apareció alguna combi.
Al fin me dejó un ratito sola, pesada, yo a esta vieja le tendría que renunciar, es un vampiro, me está chupando la vida, si sigo así dentro de 1 año, me voy a ver como ella.
Ines, se levantó y se acercó hasta el espejo.
Mmm, con las sandalias blancas, aunque está medio fresco para sandalias, pero otra cosa no tengo que vaya con este vestido, y si no, mejor me pongo algo más sencillo...no, me quedó con esto, y al que no le guste, que se vaya a cagar.
Escucho que Carmen la llamaba.
- ¿Qué pasa?
-Hay una combi, que freno acá, seguro que dentro de un ratito tocan el timbre.

Inmediatamente que Carmen termino de hablar, sonó el timbre. 

Y de repente se hace realidad /37)

Una vez que logró volar la cerradura, Pedro entró,. la habitación parecía estar vacía.
-Hija de mil putas, sé que estas acá mejor salí, dale.
Pedro supo que en el único lugar que podía estar Teresa era en el baño, por lo que se acercó hasta la puerta y repitió lo que había dicho frente a la habitación.
Teresa cuando entró le tiró quita esmalte sobre los ojos, Pedro se llevó las manos a la cabeza, y se golpeó la frente con el arma, los ojos le ardían, pero supó que si se dejaba caer como su cuerpo deseaba, Teresa se escaparía y a él lo agarrarían.
Tengo que sostenerme, con la visión nublosa, vio la imagen de Teresa que estaba al borde de la bañera y le disparó , la bala dio en la canilla.
Se oyó un fuerte quejido.
Bien, la hija de puta está inmovilizada.
Se puso el arma bajo el sobaco izquierdo, y con la mano derecha abrió la canilla, puso el tapón en la pileta y espero que se llenara, después colocó el arma de vuelta en la mano derecha y sumergió su cabeza una y otra vez sobre la misma, a cada zambullida sentía como se iban aliviando sus ojos, y como mejoraba su visión, buscó en el botiquín por si había algo contra la irritación ocular, pero sospechó que aunque Teresa se mostraba histérica después del disparo, sollozando, quejándose del dolor e inmóvil, no confiaba en ella, así que se rasgó la remera, la rajó por la mitad, agarró las muñecas de Teresa, que empezó a sollozar más fuerte, y las ató a la manijas de la canilla, con otro jirón de su remera la amordazó.

sábado, 18 de julio de 2020

Y de repente se hace realidad /36)

Al abrir la ventana y llegar hasta el balcon, Teresa odio una vez más su vertigo, estaba paralizada.
Mierda, preferiría quebrar una pierna o un brazo, a que me agarre el loco de mierda este, pero con la suerte que tengo, si me tiro desde acá, me quiebro el cuello o me parto la cabeza.
Qué mierda hago? se dijo, en ese momento sonó su celular.
-Hola?
-Teresa Gascon?
-Si?
-Soy el comisario Ruiz, señora...
-Gracias, me puede sacar de acá, pedro.
-Está ahí,. lo sabemos, como se encuentra usted.
-Como quiere que me encuentre, logre tirarlo por las escaleras.
-Y por qué no salio de la casa?
-Porque tuve miedo de que no le hubiera pasado nada, y no quise arriesgarme a pasar a su lado.
-Ajá, pues los agentes que vinieron de la Capital, dicen que vieron a alguien e la cocina.
-No sé, entocnes ya debe estar bien...
-Puede ser.
-Mire, puede sacarme de acá?
-Si, señora, usted quedese donde esta y diganos, cuantas entradas tiene la casa?
-Tiene 4, una que es la del pasillo, que conduce a dirferentes partes de la casa, otra que es el garage y la del frente, y la puertaventana del living.
-Bueno, usted quedese tranquila.
-Por favor, no me diga semejante peloteduez, quiere.
-No apague el telefono, queremos saber como se encuentra.
-Está bien, mierda, señor...
-Ruiz.
-Ruiz, Pedro, esta golpeando la puerta, empezo a dsisparar...

Y de repente se hace realidad /35)

Aturdido y con un fuerte dolor de cabeza, Pedro se llevó la mano a la nuca, y noto que los dedos se le mojaban, acerco su mano a los ojos y vio sangre, enfurecido, trato de levantarse de golpe, y el dolor de cabeza se hizo más profundo, comenzó a marearse, pero no quería sentarse en ninguno de los sillones, ni darle más tiempo a Teresa.
Aun aturdido y mareado subió las escaleras.

sábado, 11 de julio de 2020

Y de repente se hace realidad /33)

Cuando sonó el celular, lo tomo enseguida y atendió, aunque tratando de que su voz no sonara ansiosa.
-Hola.
-Damian, si, soy Tito, bueno viste que vos querías saber de Pedro, bueno yo como quién no quiere la cosa, averigüe, que andaba con una mujer casada, de una ciudad del interior, creo que Los horneros, o algo así.
-No te dijeron el nombre de ella?
-No, perdona.
-No importa, gracias igual, saludos.
Corto, se fue hasta Retiro, y preguntó si alguno de los colectivos podía llevarlo hasta Los Horneros, le contestaron que si, con los 200 pesos que le quedaban paso los 50 del viaje.
Cuando se sentó, el televisor del colectivo estaba encendido en un canal de cable de noticias, cuando paso la mirada distraída por la pantalla, a la hora y media de viaje después de cansarse de mirar por las ventana, y volvió a echar una mirada y luego de leer las letras y mirar la imagen de Pedro, no pudo despegar sus ojos de la misma durante todo el viaje.
Al llegar a la ciudad no necesito preguntar nada, ya que cuando el colectivo tuvo que desviar su camino, porque la calle donde se encontraba Pedro, estaba por ser vallada y bloqueada por varios patrulleros.
trataban de convencerlo para que se entregara.
Damian se bajo en la cuadra siguiente, y se acerco lo más que pudo hasta donde estaban los patrulleros, oyo como los agentes hablaban por
En el momento que empezó a llover, decidió que eso le servía, vio como una mujer y sus hijos en la cuadra que doblaba a donde supuestamente se encontraba Pedro, espero que está tomara el remis que las esperaba afuera a ella y a sus hijos, y se trepo a la ventana, subió al techo, y fue de techo en techo, hasta llegar al jardín de la casa, esta era un chalet de ladrillo a la vista y tejas rojas, supo que si no se apuraba a entrara a la casa, cuando llegaran los de la brigada anti secuestro lo sacarían cagando de ahí, por lo que corrió hasta la primera puerta que encontró, sacó el arma de la cintura, y con cuidado empezó a abrir las diferentes puertas.
Una lo llevo a un lavadero, la otra a una despensa, hasta que dio con la de la cocina.
Al momento de entrar sintió un tiro en la ventana, e instintivamente se aguachó.


Se fue arrastrando hasta llegar al comedor, ahí se levantó, y fue corriendo hasta las escaleras, las cuales subió lentamente.