sábado, 24 de febrero de 2018

Encrucijadas de la vida /27)

La oficina de Marcos era enorme, aunque sobrio, y de alguna forma lograba dar a quien fuera invitado allí, la impresión que marcos quería, a veces cálida y otras intimidatoria, Benjamín no estaba seguro de como lo hacía, pero las pocas veces que este lo había convocado, se había sentido de una manera o de otra, el ambiente era igual al dueño del mismo, a pesar de que Marcos nunca cambiaba el tono de su voz, ni su mirada, siempre lograba transmitir lo que pensaba de cada cosa, si era lo que se había propuesto, también podía verse neutral, y que que quien tenía enfrente no supiera si lo que acababa de decir lo estaba pensando de verdad, siendo sarcástico o qué.
Con un sutil movimiento de mentón, le indicó a Benjamín que se sentara.
-Mira te voy a decir un par de cosas, espero que no me vayas a insultar tratando de negar hechos que ya están corroborados, mira hasta te estoy dando la ventaja de saber eso, y ahorrandote la humillación de las excusas.
El corazón de Benjamín comenzó a palpitar precipitadamente, pero se obligó a permanecer impávido.
-Lo escucho.
-Ya sé que te acostas con tipos, que sos homosexual, solo quiero confirmar 2 cosas.
-¿Cuales?
-¿Usas preservativos en todos los encuentros sexuales con tus amantes?
-Si.
-¿Y con mi hija?
-También.
-Es así, lo hice corroborar...Mira, yo sé lo que es mi hija, sé el tipo de hombre que se le acerca, y vos sos lo mejor a lo que puede aspirar, por ahora, pero las cosas claras, no quiero que ni se te ocurra la idea de dejarla embarazada, no solo por los riesgos de tener sexo sin protección, sino porque no me interesa tener un nieto que nazca solo para que su padre logre un lugar más importante en la empresa de su abuelo.
La cosa es así, vos te vas a casar con mi hija, vas a ser un "buen" marido, pero a su vez vas a lograr que ella te pida el divorcio al año y medio, no sé como, y se te ocurrirá algo, creativo sos, obvio que por ese tiempo recibirás un sueldo, altísimo, y luego harás lo que quieras con esa plata, pero desaparecerás de nuestras vidas.
Quiero que te quede claro una cosa, no es una negociación, o aceptas, o mi hija verá las fotos y vídeos tuyos teniendo sexo con otro hombre, se lo quiero ahorrar obviamente, y sé que sospecharías si rompes con ella de repente o no le volves a hablar, por eso hago esto.
-Comprendo.
Macos abrió una planilla que tenía y le entregó un hoja y una lapicera.
-Firma ahí, con esto aceptas lo que te acabo de decir, digamos que es un contrato.
Benjamín firmó.
Marcos hizo otro movimiento de mentón para indicarle que se parara, y Benjamín salió de la oficina.

sábado, 17 de febrero de 2018

Encrucijadas de la vida /26)

Le generó tan pocas cosas ver a su madre, escucharla, qué le podía importar a ella los motivos de Magdalena ahora, en ese momento, ya hacía años que había dejado de odiarla, que había superado lo que ésta le generara, había estudiado, triunfado en su profesión, su madre, nada, su madre era una reminiscencia del pasado, algo que estaba en un rincón, y ahora con el tema de Marcos, ni siquiera eso, era una cosa superada, olvidada, muerta, ahora vení a resucitar, no entendía, ni quería hacerlo, no tenía tiempo para ese melodrama que su presencia le planteaba.
Pensó en simular su fastidio al tolerar sus excusas, pero decidió que no lo merecía, y hasta decidió cortarlo.
-Mira, no tengo mucho que decirte, Laura pobre no habrá superado lo que pasó, pero yo si, la vida siguió, no fuiste imprescindible, nostras tampoco para vos, ya está, no sé si querés un poco de plata, decimelo, y se acabó.
-No vine por eso.
-Bueh, por lo que hayas venido, no e interesa, hiciste tu vida, yo la mía, no quiero hablar de lo que soy con vos, no me interesa, no me interesas como persona, y tampoco quiero ser cruel o violenta, o nada, ya está.
Magdalena se calló y se fue.
Pensó en cuando había hablado con Marcos de ella, siempre que quería contarle o confesarle algo, lo hacía en la cama, luego de que hicieran el amor, porque ahí estaban los 2 en absoluta igualdad, desnudos, acostados, entre las sabanas, indefensos de cierta manera, y protegidos el uno por el otro.
Se lo quería contar para que él conociera otra parte de ella, para desnudarse emocionalmente, no para oír algún convencionalismo lastimero que seguro diría luego de que ella acabar, como lo siento, o si no uno admirativo, y mira hasta donde llegaste, o te felicito por superarlo, que eran cosas carentes de sinceridad o significación, solo era decir lo que se creía que el otro necesitaba, y una forma de cerrar un tema incomodo.
Marcos no le había dicho nada, solo la había mirado, y acariciado el brazo, cosa que a Ana le emocionó y contuvo mucho más que cualquier frase, si bien era una reacción natural y convencional, era la que ella necesitaba. de parte de él.
Ahora hubiera querido llamarlo, contarle, y sobre todo volver a estar en sus brazos, desnuda, saberlo a su lado.

sábado, 10 de febrero de 2018

Encrucijadas de la vid /25)

Perdiste.
Claudia lo miro, por primera vez se sentía tranquila frente a Ignacio, sin miedo, sin sentirse indefensa y controlada, era libre.
-No te pienso explicar nada, te conozco, por más que te diga no me vas a escuchar, como mucho a oír, pero escucharme, para nada.
-Me traicionaste.
-Si, es cierto, traicione el acuerdo que teníamos, donde yo era la imbecil que hacía todo como vos querías, y no te echo la culpa solo a vos, sos así, dominante, controlador, pero yo me dejé dominar, controlar, ser una dependiente absoluta.
-Parala Claudia, hablas como un articulo de revista, o como esas sociólogas o lo que sean esas que se la pasan echando mierda en las universidades.
-Bueno, se parecen a vos, tal vez por eso te molesten, son igual de intolerantes.
-Yo no vine a escuchar reproches, eh.
-Y para qué viniste, andate, yo no te llame, al contrario, te dejé bien claro que no quiero estar más con vos, que no vinieras, que te hicieras a la idea de que lo nuestro se había acabado, pero no, el señor tení que venir, tenías que creerte con derecho a decirme que estaba equivocada, basta, si alguien no quiere estar con vos, no quiere, se acabo, y yo no quiero, y no voy a estar.
-Claro, y llevarte a Mariano, también.
-No lo obligue, o te crees que él quería quedarse con vos, mira Ignacio, yo te podría decir un montón de cosas para hacerte mierda, pero no soy como vos, no me interesa degradar a los demás, y te conozco, te puede doler algo, pero nunca reflexionas sobre lo que se te dice, para vos lo que pensas es ley, bueno, seguí así, pero solo, no nos vas a seguir manejando la vida.
-Yo te protegí, Claudia.
-Puede ser, también me absorbiste, me tuviste en una jaula de oro, pero ya me canse, me liberé, y espero no ser como esos pájaros que vuelven a la jaula, quiero hacer mi vida, Ignacio, basta.
-Te vas a arrepentir, y no lo tomes como una amenaza, yo no voy a hacer nada para cagarte la vida, pero las cosas no son tan fáciles como vos las ves.
-Con vos tampoco lo eran, pero eso nunca lo vas a aceptar.

sábado, 3 de febrero de 2018

Encrucijadas de la Vida /24)

-Seguí.
-Ah, gracias por darme permiso, eh, muchas gracias, pero no, y te dije todo lo que quería, además mejor decime a qué viniste, porque no estás acá para oírme, estás por otra cosa, por lo menos tené la honestidad de decirlo.
-No puedo venir a escucharte.
-La verdad si tu interés es real, te nació un poco tarde, si te hubiera importado cuando que era cuando tenía 13 años, te lo creo, ahora si lo sentís o no, es inútil, a mí si estás arrepentida de lo que hiciste, no me sirve de nada, no borra lo que pasó.
-Lo sé, por eso quería venir a que me lo dijeras, por lo menos quería darte eso.
-Muchas gracias, y te lo digo de verdad, es lo mínimo que podrías hacer y lo hiciste, te lo reconozco, pero...me cuesta estar frente a vos, me mirarte, me cuesta oírte, porque es abrir la herida de vuelta, escarbar, es algo que nunca voy a superar, que te fueras fue tal vez lo peor que me ha pasado en la vida, y saber que seguís viva, que recién ahora a la vejez viruela, y estoy segura que por alguna necesidad reapareciste, me hace mierda, no te lo debería decir, porque no creo que te importe, pero bueno y está dicho.
Le costó mucho mantenerse parada, pero no se iba a derrumbar frente  su madre.
-Ya me voy.
Ni bien Magdalena cerró la puerta, Laura se apoyo contra la pared y fue descendiendo hasta que sus nalgas tocaron el mármol.
Se largo a llorar, como lo hiciera a los 13 años, gritando, a moco tendido, con los puños cerrados, clavándose las uñas contra las palmas, preguntándose una y otra vez por qué.
Estuvo más de una hora en el piso, hasta que el dolor de cabeza fue más fuerte que todos los sentimientos encontrados que sentía, además tenía la cara húmeda y llena de mucosidad.
Se levantó, buscó nen su cartera un pañuelo de papel, se refregó la nariz violentamente, fue al baño, se echó varias palmadas de agua, y luego fue hasta la mesa de luz a buscar las pastillas de ibupofreno.
Seguía sintiéndose mal, aunque más calmada, igual la invadía una sensación de suciedad, por lo que se desnudo y se metió bajo la ducha.
Una vez que empezó a sentir que se le arrugaba la piel, cerró ambas canillas, se ató la bata de tolla sobre la cintura, y se quedó dormida sobre la cama.