sábado, 25 de febrero de 2012

Expresiones de mi vida /17) Sentimientos contrapuestos.

Lo que es el amor, las cosas que he escrito últimamente solo tienen que ver con lo que siento por él, además de que lo he hecho cuando él está dormido, o se va a trabajar, hace tres días que nos acostamos por primera vez, y bueno no ha sido la última, obviamente.
Me cuesta describir lo que siento por él, capaz que porque nunca lo sentí por otra persona, pero bueno, quiero estar con él todo el tiempo, tengo necesidad de él, pero trato de no decírselo, no quiero que me vea como una vieja absorbente, ni tampoco que me vea como su madre, quiero que me vea como lo que soy, su mujer, a veces no me lo creo, yo a mi edad, la mujer de un muchacho que podría ser mi hijo, ya sé que no lo es, pero eso es lo que pasa una y otra vez por mi cabeza.

Me vivo diciendo: te das cuenta de la edad que tiene, y de como se ve, porque fuera más o menos o feo, está bien por inseguro, o por lo sea sea se entendería, pero él es hermoso, y está mal pensarlo pero es pobre, y yo no es que tenga plata ni mucho menos, ojala la tuviera, pero mejor que él económicamente hablando estoy.
Pero bueno, esto quiero vivirlo, me gusta, y quien me quita todos los momentos que pase con él.

Las mujeres siempre entregamos más en el amor, y en la vida también.

No es lo único que me ha pasado, eh, sino de lo único que quiero hacerlo, pero no, porque esto es una especie de análisis que me hago a mi misma, y como puedo poner solo lo que me gusta o me hace sentir bien.
Papa está mal, lo van a internar, y me parece que no va a salir con vida, me genera tantas cosas esto, aunque se que esta en sus últimos días, y lo sabia desde que lo fui a ver, me cuesta demasiado aceptarlo, y me siento miserable por esta felicidad que tengo, pero sé que la misma es la que me va a ayudar a superarlo.
Dentro de un rato tengo que salir para verlo y ya me embarga la impotencia.


sábado, 18 de febrero de 2012

Expresiones de mi vida /16) Extraño despertar.

Me desperté temprano, fue extraño y hermoso a la vez ver abrir los ojos y encontrarme con él.
La misma sensación me produjo el estar desnuda, creo que ni en los primeros años de casada me dormía sin ponerme nada.

Pero ni bien me desperece me puse a pensar que no era una pendeja como para que me viera desnuda de día, que me iba a ver flácida, más al lado de él con el cuerpo trabajado que tiene, las celulitis poca pero tengo, las estrías.
Me puse un batón, y busque tratando de no hacer ruido mi ropa porque no me iba a poner el vestido de anoche, igual no me podía poner cualquier cosa, pero tampoco arreglar mucho porque se iba a dar cuenta que era una insegura, o una vieja patética que quería esconder la edad.

Removí entre la ropa doblada, todavía no me había lavado la cara, y no encontraba nada, ni siquiera sabia qué estaba buscando, qué mierda me quería poner.
Hasta que encontré otro vestido, más común obvio, me lo iba a poner pero me acordé que no tenia ropa interior si yo andaba revolviendo todo con ese batón y nada abajo, y ahí me dije si fuera una chica o una mujer de su edad qué distinto seria todo, qué me iba a andar acomplejado o tratando de esconder mi cuerpo, al contrario lo iba a andar mostrando, y lo hubiera despertado para hiciéramos el amor, pero no tenia su edad, podía ser su madre, y la flacidez, la celuliti, y las estrías estaban ahí.
Así que dejé de lamentarme, busqué donde tengo la ropa interior, me puse lo mejor que encontré, que no estuviera descocido o flojo el elástico sobre todo del corpiño.
Fui al baño me mire en el espejo, me eché agua sobre la cara, me vestí, y quería volver a la pieza a maquillarme pero se me iba a notar y la verdad iba a ser muy patético para él despertarse y encontrase con una mujer maquillada, pero igual un poquito de base me puse.

Empecé a preparar el desayuno, era raro hacerlo para dos, ya que por el trabajo siempre me levante temprano y Alejandro le gustaba levantarse tarde, así que desde que hacia años que desayunaba sola,  ese día iba a desayunar con alguien.
Igual no le podía dar para desayunar lo mío ya que esto eran cosas dietéticas, queso crema, mermelada, todo diet, con pan integral.
Eso si azúcar tenia, y café.
Y después me dije qué carajo estoy haciendo, voy a ser de esas viejas patéticas que se ponen a atender al tipo porque es más joven, y después qué le voy a decir: venite a vivir acá mi amor, no trabajes en ese lugar, vos te mereces algo mejor, quédate conmigo, no.
Decidí prepararle el café y nada más.
Cuando ya casi estaba el agua, lo vi que venia, a pesar de llevar la ropa de ayer y de estar recién levantado se veía hermoso, bueno a esa edad y con lo lindo que es no se podía ver de otra forma.
-Voy a comprar unas facturas.
-Bueno, dale.
Bajé el fuego de la cocina, y esperé.

sábado, 11 de febrero de 2012

Expresiones de mi vida /15) Encuentro intimo.

Nos sentamos, saqué la tarta, le corte y la serví.
-Está muy rica.
-Gracias modestia aparte es una de las comidas que mejor me salen.
Tendría que haber dicho que es una de las pocas medio elaboradas que me salen bien, pero para que andar contando las fallas en ese momento.
-Si te salen tan ricas espero poder probar otra.
-Querés otro pedazo.
-Te agradezco, pero antes de venir me tome una pastilla de esas medias repugnantes y me quito el hambre.

Cuando me dijo eso tenia ganas de gritar de la alegría, había estado ansioso, tanto o más que yo, la pastilla era la mejor palabra que hubiera podido escuchar, no quería tener mal aliento, tampoco quería comer mucho por las mismas razones que yo, y para concluir estaba nervioso, esas cosas solo podían significar que sentía lo mismo que yo.

Bueno, la cuestión que mientras estaba pensando o mejor dicho soñando con estas cosas se me cayó una de las copas él la juntó con una rapidez pero a la vez un cuidado increíble, yo cuando tengo que juntar vidrios y logro no cortarme, casi festejo.

-Ojalá fuera muy cara.
-No te preocupes, sos increíble, yo ya me hubiera cortado.
Iba a decir que estaría inaguantable o puteando a todo el mundo, pero de vuelta tome la buena decisión de quedarme callada.
Tiró los restos de vidrio, y yo serví el postre, dos flanes pequeños que se acaban en dos cucharadas.
Después el café, y nos quedamos mirando, era temprano todavía y había hablado poco, pero el tiempo se pasaba más rápido, y el silencio entre los dos no era incomodo, al contrario por lo menos yo lo hacia para ver como reaccionaba él, y sobre todo observar sus miradas y sus gestos, que me parecían los más dulces que alguien podía tener.

Cuando terminamos el café, los dos nos quedamos quietos por un momento, él se acercó a mí y yo me acerqué a él también para que viera que si, que quería, nos besamos, y lo lleve de la mano a la habitación.
Qué lindo fue eso, y raro porque hacia muchísimo que yo no estaba con un hombre, y ni hablar con un hombre como él, ni mi marido que no era feo, y que no tenia mal cuerpo, se veía y sobre todo se sentía como él, un cuerpo hermoso, y además la forma en que me tocó, me acarició, me besó.
Yo trataba de hacer lo mismo, y de verme y sentirme tranquila, darme cuenta que no estaba dando una prueba y que si lo estaba haciendo esta no consistía en recordar lo estudiado sino en hacer lo que sentía, y tocar y sobre todo disfrutar,.
Le bese los ojos, la boca, la espalda, el pecho y los brazos, y él a mi, me había olvidado del cosquilleo que se sentía cuando alguien te besa en partes del cuerpo que solo están acostumbrados al roce mecánico que una se da pasando las cremas, o el jabón, y esas partes se sienten renacer, o por lo menos yo sentí eso.
Fue hermoso sentir eso, sus caricias, su cuerpo, su calor, su transpiración, su mentón sobre mi hombro.




sábado, 4 de febrero de 2012

Expresiones de mi vida /14) Las ansias de la previa.

Nos estuvimos viendo diferentes días de la semana, me gustó salir a caminar con él, esas calles que si ando sola me dan miedo con él al lado me parecían hasta románticas, supongo que porque me gusta mucho, y cuando se está al lado de alguien que te gusta ves todo lindo.

Decidí que lo invitaría a cenar, y bueno a estar con él, igual no sé qué hacer, falta un día y no sé qué ponerme, ni qué hacer de cenar, qué hago, tiene que ser algo liviano, obviamente, y de postre a ver qué compro.

Pasé por una tienda chiquita que hay y me compre un vestido negro porque siempre estiliza, son frescos y la verdad que ahora que está haciendo bastante calor es lo mejor, además sale fácilmente.

Decidí hacer una tarta de verduras bien pequeña, así no podía comer más de dos porciones.
Después que metí la tarta al horno, me bañe, me vestí, me maquille y me puse los zapatos con el taco más alto que tenia, así me estilizaba bien las piernas.

Mientras lo esperaba me dí cuenta que me había pasado el día de un lado a otro, había lavado y lustrado el piso, comprado un vestido, puesto a hacer una tarta porque a ésta la hice yo, no compre las tapas ni nada, y ahora tenia unos tacos que no los aguantaba, si me llegaba a dejar plantada era para que me suicidara arreglada y todo.
Qué patético hubiera sido, porque quien no se iba a dar cuenta que lo había hecho por quedar plantada, la tarta en el horno, la mesa puesta para dos, yo con unos tacos inmensos.

Pero por suerte sonó el timbre, esa melodía inaguantable que siempre digo que la voy a hacer cambiar, esa noche la sentí hermosa.
Y ahí estaba él también de negro como yo, la camisa y el pantalón ambos le quedaban muy bien, por un momento pensé en ese color, pero descarte las connotaciones que le da la gente ignorante, además en cuanto a vestimenta siempre me ha parecido que el negro es lo más elegante, solo podía pensar en las cosas hermosas que en ese momento sentía.