sábado, 26 de mayo de 2018

Encrucijadas de la vida /38)

Ver a su hija vencida, humillada, siendo la burla de todos, la patética señora que se entera de que su hijo es homosexual o peor, que sabiendo las preferencias sexuales de su hijo, lo presiona para que se case con una rica heredera, todo un culebrón de la vida real, tan patético y adictivo como el mejor, con el plus de que no eran actores, y lo que venían no estaba guionado, ni montado, sino siendo vivido por sus protagonistas en vivo y en directo, para que pudieran consumirlo y deglutarlo desde sus casas, con la tranquilidad de saber que sus propias miserias no estaban siendo expuestas, y sintiendo una extraña satisfacción por ella, le tocó a otro, esa pobre infeliz frente a la cámara está peor que yo, porque por lo menos mis propias vergüenzas no son expuestas en televisión, ni Internet.
El estar frente a una camara provocaba cierta impunidad en el espectador, que era protegido por la distancia que ésta daba.
Pero no para ella, era su hija la que estaba girando como un pollo en la parrilla frente a innumerables ojos, mostrando todo su dolor, decepción, pena, amargura y sorpresa.
Y se la imaginó de adolescente, así debió sentirse cuando descubrió que ella se había ido, que su propia madre la había abandonado, que todos la señalarían como la hija de la atorranta a la que su mama abandono, estaba reviviendo la misma pena pero multiplicada por millones, ahora no era la gente de una ciudad del interior, sino la de todo el país, y partes del mundo, cualquiera que estuviera aburrido viendo vídeos de Youtube, podía cruzarse con las imágenes de esa mujer derrotada.
Y esto le está pasando por mí culpa, seguro fue tan mala madre como yo, aunque de otra forma, en vez de ausente fue omnipresente, en vez de abandono, presión.
Sabía que era un circulo vicioso, que los malos padres producían hijos que terminaban en general repitiendo sus errores o cometiendo otros igual de malos, solo que antagónicos a los cometidos por estos, en el afán de diferenciarse de ellos.
Por lo menos Laura podía disfrutar de una sartisfacción dentro de poco, la muerte de su madre. 

Encrucijadas de la vida /37)

Ella lo había provocado, si Laura lo llegaba a saber algún día, nunca se lo perdonaría, en el fondo ella misma no se lo perdonaba, había sido perversa con personas inocentes, e incluso con personas queridas, con su propia hermana que siempre había estado con ella, su principal apoyo desde que era chica, y ella le pagaba así, sabía lo que significaba para Laura que Benjmín se casara con la hija de Marcos, que su anhelo de toda la vida había sido ver llegar a su hija a donde ella nunca había podido, vivir aunque sea de rebote el logro y acenso social, poder ser, en el fondo consideraba las pretensiones de Laura ridículas, pero las comprendía, entendía que había estudiado la primer carrera que le garantizará un trabajo estable, sin pensar en su vocación, estaba decidida a hacer todo "bien", a ser diferente a su madre, sin darse cuenta que había caído en la misma trampa que esta, de llevar una vida no deseada y frustrarse por eso, aunque sin siquiera pensar en hacer lo mismo, sino por el contrario, en vez de agarrar sus cosas y olvidarse de que alguna vez había formado una familia, seguir ahí y tratar de que los hijos no repitieran el mismo patrón, aunque de la manera equivocada, presionando a Benjamín a ser lo que ella quería, a convertirlo en su reivindicación, usarlo de medio para llegar a donde ella nunca había podido por su propia cuenta.
Pero quien era para juzgar a su hermana, por lo menos estaba segura que Laura lo había hecho sin ser realmente consciente de lo que le provocaba a su hijo, creyendo de verdad que obraba de forma correcta, acertada, conduciéndolo por el camino del éxito, si bien estaba equivocada, por lo menos tenía la justificación de hacerlo sin malas intenciones, pero ella no, no tenía justificación, sus motivos eran retorcidos, miserables, y en el fondo vanos, un decepción amorosa que estaba cobrando con muchos más intereses que la "deuda" tomada, Marcos nunca se había metido con su familia, y nunca le hubiera hecho lo que ella acababa de hacerle, incluso siempre había sido sincero con ella, sus posibles crueldades hacía su persona, en nada se comparaban con las que ella acababa de cometer, y lo peor, ni siquiera el más perjudicado por éstas, había sido él, sino otras personas, inocentes que nunca le hicieron nada, algunos de ellos de su misma sangre, y todo por satisfacer su orgullo herido, le parecía absurdo hasta donde había llegado, y sabiendo que nada de lo que hiciera, cambiaría las cosas, las vidas que acababa de arruinar, así quedaría y en su conciencia ocuparían el lugar que hasta ese momento tenía el odio hacía Marcos, sin darse cuenta, lograba desplazarlo, de la forma más involuntaria posible, por las culpas que la carcomían y lo seguirían haciendo por el resto  de su vida.