sábado, 27 de diciembre de 2014

La calle de lo inesperado /9)

¿Por qué no?
Le digo qué nos encontramos en X lugar, descampado, obvio, le doy una gaseosa, con veneno, y no sé, lo lanzo por ahí, total, nadie me vio con él, lo más cerca que estuvimos fue en el bar ese, pero ahí, no compartimos mesa, nadie nos puede relacionar.
Abrió una ventana incógnita, y googleó venenos.
Compró Belladona por Internet, la diluyo en una botella de coca cola, llamo a Damian, y lo citó cerca de la rotonda.
Voy a matar a un hombre, en si a un hijo de puta, nadie va a lamentar la muerte de alguien así, al contrario, me deberían dar un premio por hacerlo.
Lo haría, metió la botella de medio litro, en una hielera, y puso el auto en marcha.
-¿Cansado?
-Nah, me vine en remis, igual este calor, es pudridor.
-Si, toma.
Lara, abrió la hielera y sacó la botella de cola cola.
Damian agarró la botella, la destapo, la acerco a sus labios, y luego en un movimiento instantáneo, agarro del brazo a Lara, y se le tiro la coca cola sobre la cara.
Lara cerró con fuerza los labios y los ojos, luego de que el contenido de la botella se vaciará sobre su cabeza, se paso la mano por la cara.
Empezó a temblar.
Damian le soltó el brazo, y tomando sus mojados cabellos, acerco su cara a la de Lara, y le dijo.
-No vuelvas a hacer una pelotudez semejante, yo cuando vos vas, ya volví, no te pases de viva, y agradece, que no te la hice tomar.

domingo, 21 de diciembre de 2014

La calle de lo inesperado /8)

Era lo más cerca que la realidad había estado de sus fantasías, un hombre más joven, que según le parecía, daba indicios de interesarse en ella.
Parece una de las novelas que leo, por fin se me hace realidad, a la vejez viruela, no tan vieja no soy, ni soy vieja todavía, hoy se puede decir que si una se cuida, y es sana, se mantiene bien hasta los 60, así que me quedan 4 años.
Además Damian, no es inalcanzable, si fuera un tipo de esos con un cuerpazo, y una cara preciosa, ni mucho menos diría que es un oportunista, pero ni él es lindo, aunque tiene un algo, ni tampoco me sacaría mucho a mí, podría conseguirse otra.
Espero no estar contando los huevos antes de que ponga la gallina...
Trato de desechar esa idea, quería pensar que era una especie de regalo, de justicia divina, o de sueño del que no quería despertarse, nunca había anhelado nada de ese tipo, siempre sus fantasías y su realidad, habían ido en lineas paralelas, nunca había ni siquiera pensado en juntarlas, sabía que no era linda, ni carismática, ni realmente inteligente, le faltaba ambición para aspirar realmente a algo, por eso toda su vida había optado por la opción que menos esfuerzo le suponía, por eso se había quedado viviendo con sus padres, se había casado con un conocido, hijo de la segunda mujer de su tío, Juan que no era muy diferente a ella, en ningún sentido, considero el matrimonio una forma de dejar de escuchar los comentarios a veces en broma y muchas y cada vez más veces en serio, que le hacia su padrastro sobre lo fastidioso que le resultaba tener que seguirlo manteniendo en su casa a los 31 años, que él no había querido tener hijos, como para que ahora tuviera que vivir toda la vida con uno, y menos cuando se estaba haciendo viejo, que ya conocía el paño, y que no pensaba esperar a hacerse realmente viejo y que Juan pudiera hacer lo que se le cantará las pelotas en su casa, y a él callarlo con cuatro gritos, antes él echaba a Juan, ahora que todavía podía.
La necesidad de Juan, se vio acompañada por la necesidad de Ines, era poco lo que se atraían, así que ambos tuvieron claro, sin decírselo que su matrimonio era más por conveniencia que por otra cosa, por muy ridículo, rancio y melodramático que pudiera sonar.
Aunque intentamos que eso funcionará, nadie puede habernos reprochado eso, los dos lo intentamos, hablábamos toda ni bien llegábamos del trabajo, preparábamos la cena juntos, y al principio hasta hacíamos el amor, bah amor, hacíamos que eso se pareciera al amor, pero era solo sexo pretencioso, no creo que él lo disfrutara, y yo menos, por suerte me avive pronto cuando medio se canso de tener sexo conmigo, y yo tampoco tenia muchas ganas, la verdad, y antes de hacer el papel de la esposa insistente y consoladora porque a su marido no se le para, me hice la boluda, y cada cuál por su lado.
Juan dejó de ayudarla ha preparar la cena, y ella dejó de hacérsela, por lo que cada uno comía cosas distintas en diferentes horarios, primero por el tiempo que tardaba cada uno en cocinarse, y luego a propósito, para no tener que verse, ni soportar ese silencio incomodo mientras cenaban.
Pasado unos meses, empezó a notar que él llegaba más tarde y que no se preparaba nada de cenar, enseguida se dio cuenta de que tenía una amante.
No, una esposa frustrada, bueno, casi todas lo son, pero cornuda consciente, no, basta, para estar frustrada me quedó como estaba, pero por lo menos no me dejaba ver la cara de boluda.
Se separó, y el trámite se convirtió en algo patético, la máxima pelea no fue entre Juan e Ines, sino entre el tío y padre de ésta, sobre todo porque Jun no tenia donde irse a vivir, su amante vivía en un departamento muy chico, y solo iba a darle espacio a Juan, cuando este pudiera ayudarla a pagar algo mejor, su padrastro no lo quería de vuelta en su casa, y el padre de Ines, tampoco quería que siguiera viviendo en la casita que tenia con Ines, ya que gran parte de la misma, la había pagado él.
Por suerte la casa se vendió rápido, y en el tiempo que transcurrió mientras eso pasaba, el tío de Ines, le ayudo a Juan a pagar el alquiler de un departamento más grande para que pudiera vivir con su ex amante y actual pareja.
Ines, probó quedándose unos días en la casa, más por hacerle la contra a Juan, qué decía que si él no podía quedarse ella tampoco, que por lo que verdaderamente le  importará la casa, en ese momento se dio cuenta que odiaba vivir sola, más que vivir con sus padres, que en el casi año que durará su matrimonio y viviera allí, no había convertido esa casa en su casa, la mayoría de los muebles, los había elegido su madre, el material de la casa, su padre, y un poco su tío, nunca le había comprado si quier un cuadro con alguna reproducción famosa, o un adorno qué realmente le gustará o le resultará gracioso o simpático de alguna forma, nada, Juan tampoco había hecho notar su personalidad en la casa.
Bueno, ni en mí, yo ni sé como es realmente ese, ni él sabe como soy yo.
En esos días, también se dio cuenta, que no quería vivir sola, la aburría llegar a su casa, y saber que no había nadie, que la única presencia allí, era la suya, y al no haber desarrollado ninguna identidad con ella, se sentía fuera de lugar, extraña, como una especie de usurpadora.
Volvió a la casa de sus padres, donde estos no mostraron más que una tibia resignación, ambos se habían intuido que todo terminaría así, aunque por un tiempo se auto engañarán, creyendo que no.
Ines, las pocas veces que solía pensar en su fracasado matrimonio, recordaba el hecho de que este fuera por conveniencia, y que el mismo había resultado tan patético como se escuchaba, pero ahora tenia miedo que sus nueva situación, fuera en cierta forma, igual a la anterior.
¿No me estaré haciendo una película, y termine como una vieja caliente, y este me vaya a dejar sin nada?
No sé supo contestar, tampoco quería hacerlo, por ahora solo deseaba seguir fantaseando en la incertidumbre. 



sábado, 13 de diciembre de 2014

La calle de lo inesperado /7)

Después de hacer pasar a Damian, Ines, puso el agua, saco tazas de la alacena, café, el azucarero, y cucharas de un cajón, mientras ponía cada uno de esos utensilios, sobre la mesada, miraba a Damian, como buscando su aprobación, y una sonrisa, con una sonrisa, que se obligaba a que fuera tenue.
Es como un perrito faldero, qué lastima no tengo nada que tirarle, si no me lo traería con la boca, y moviendo la cola.
Damian se mordió la parte interior del labio superior, para no reírse.
-¿Te gusta batido el café?
-Si, no te preocupes, como lo tomes vos.
-Bueno...
-Sabes, extraño mucho los desayunos acompañados, es muy triste levantarse y no tener nadie con quién hablar.
-Ay, decímelo a mí.
-Es verdad, uno se olvida, que no es él único que está solo, las personas deberíamos aprender a ser más solidarías, y hacernos compañía unas a otras, no te parece.
-Completamente de acuerdo con vos.
Ines le trajo el café, y se lo puso delante, con una mirada que rogaba aprobación.
Damian, tomó la taza con las 2 manos, y sorbió un poco, luego lo apoyo de vuelta sobre la mesa.
-Está muy rico.
Con la voz casi quebrada.
-¿Qué pasa, está muy caliente?
-No, es que...te sale igual que a mi mujer...ella...murió hace 1 mes de cáncer, y perdóname.
Se largo a llorar, siempre le había resultado fácil llorar, lo consideraba una de sus máximas virtudes, a las mujeres les encantaba ver llorar a un hombre, las desarmaba.
Ines se llevo la mano izquierda a los labios, mientras la derecha la acercaba tímidamente a la cabeza de Damian, sin atreverse  tocarlo.
-No sé qué decirte, lo siento muchísimo, de verdad.
-No, yo lo siento, por haberte hecho pasar esto, discúlpame, la verdad, es que se me vinieron los recuerdos encima, mejor me voy, discúlpame de verdad, después hablamos, ahora...
-Lo entiendo, tranquilo.

Al salir de la casa de Ines, vio como Lara sacaba su auto, ambos cruzaron la mirada, Damian le sonrió, tenia los ojos rojos, a Lara se le vino a la cabeza, la imagen de un demonio. 

sábado, 6 de diciembre de 2014

La calle de lo inesperado /6)

Eligió el labial color piel, que apenas le daba un poco de brillo a sus labios, pero antes de encarar hasta la puerta, se volvió a ver en el espejo.
Qué estoy haciendo, tengo 54 años, podría ser la madre de Damian, vieja ridícula, como si un poco de labial, me fueran a quitar 20 años, o a levantarme las tetas.
Agarró de arriba de la cómoda el paquete de pañuelos de papel, tomó 1, y lo refregó furiosamente por sus labios.

Qué hace, no puede ser.
Lara, vio como Damian llevaba un paquete de facturas en la mano izquierda, mientras con la derecha, tocaba el timbre de la casa de Ines.
Claro, si este es como el reuma, ataca a la viejas, lindo le va a ir a Ines con este...

Ni bien le abrió la puerta, Damian notó los ojos rojos de Ines, y también su nariz moquienta, qué enseguida limpió con un pañuelo de papel, hecho un bollo, que tenia en la mano.
Al verlo, no pudo simular su alegría, los ojos, otra vez la delataron.
Damian con una sonrisa dulce, le mostró el paquete de facturas.
-Hola, Ines, espero no haberte despertado, pero es que odio desayunar solo, y si vos todavía no tomaste nada, pensé que...
-Claro, pasa. 

sábado, 29 de noviembre de 2014

La calle de lo inesperado /5)

-Y deben ser amantes, qué más van a ser.
Es verdad, qué otra cosa iban a ser, las tipas como Lara, son las que viven cosas así, las infelices como yo, nada, dijera mi madre, dejan la concha para los gusanos, bueno, yo eso no, ya que tuve mis cosas, mejor ni pensar en eso, para lo que tuve...
Agarro la novela que había empezado a la mañana, pero la volvió a dejar sobre la mesa, no quería leer, se sentía fastidiada.

Miro la braza de su cigarrillo, varias veces cuando ésta se tornaba gris, la tiraba suavemente sobre la espalda de Lara, nunca roja, con ella no, porque la conocía y sabía que al hacerlo, la relación entre ambos se terminaría, Lara, no era como otras tantas con las que había estado, y a las cuales había quemado, hundiéndoles la braza del cigarrillo, en su tono rosado, por lo general en la palma de la mano, para que no les quedaran cicatrices, ya que casi todas eran casadas, y sus maridos notarían las marcas, pero sabia que con unas cuentas palabras, una mirada rogona, o una sonrisa, se dejaban, eran tan fáciles, as odiaba, y a la vez, le fascinaba el poder que ejercía sobre ellas.
Damían le dio otra calada a su cigarrillo, cerro los ojos, y se le vino a la cabeza, la imagen de Ines, ella si era como la demás, ella si se sometería a lo que él quisiera.


sábado, 22 de noviembre de 2014

La calle de lo inesperado /4)

La aburría manejar, pero se había acostumbrado a hacerlo con Luisa, ya que ésta disfrutaba mucho su paseo diario, además Ines prefería ver las calles que conocía de memoria, una y otra vez, antes que ver los truculentos noticieros y programas de chimentos, a los que era adicta Luisa.
-¿Che, ese no es tu inquilino?
Ines, miro hacia la dirección en donde apuntaba el dedo indice de Luisa.
-Si, es él.
-¿A donde irá?
-Anda a saber, por ahí quiere conocer el pueblo.
No, se ve qué va en una dirección, va apurado.
-No sé, ni idea tenía de que conociera el pueblo.
-No sabes nada, y lo tenés viviendo en tu casa.
-No vive en mi casa, vive en el cuanto de atrás, y tampoco hablamos mucho, no iba a quedar como una metida.
-Es mejor quedar como una metida, que como una inconsciente, que mete a cualquiera en su casa.
-Y vas a encontrar quién te saque, si me matan.
-Ya te enojaste, perdóname querida, pero hay que tener cuidado, más con gente que no es de acá...
Y si lo seguimos, dale, seguilo.
-Ni loca, se va a dar cuenta, y me va a rajar a puteadas, con razón.
-¿Y por qué se iba a dar cuenta?
Por qué no, es cierto, yo no sé a quién metí a la casa.

Damian se sentí en una mesa de uno de los 2 bares del pueblo, era bastante elegante, y con cierta clientela, la mayoría en mesas puestas sobre la vereda.
Lara se sentó en la silla opuesta a la de Damian, respaldo con respaldo.
-¿A qué viniste?
-Se sentó enfrente de Lara, para mí que estos se conocen.
-Me buscaban...
-¿Crees qué sean amantes?
-Y tenías qué venir justo acá.
-Lo más probable es que si.
-¿Cuanto querés?
-Tené cuidado.
-Por ahora 10.000
-¿De qué, del amante de la atorranta esta, por qué?
-¿Vos te crees que la plata, la cagan los perros, como le justifico a Gonzalo, esa cantidad?
-Vos aseme caso, me parece que algo esconde ese tipo, es algo más que un amante.
-No me importa si la caga un perro, un gato, o un elefante, conseguilo.
-Se levanto.
-Seguilo.
-Para qué si debe ir a casa, mira, Lara, está temblando. 

sábado, 15 de noviembre de 2014

La calle de lo inesperado /3)

Es capaz de hacerme cualquier cosa, por eso con los locos, hay que tratarlos con cuidado.
Se llevo la mano izquierda al pecho, y con la derecha agarro el celular.
Hola, me extrañaste? espero qué si, nos vemos en una hora, frente a la laguna.

Hasta el día qué había conocido a Damian, Lara se consideraba una persona pragmática, por eso se había ido de la casa a los 17, después de robarle a su mama y a su padrastro toda la plata que estos tenían en la casa, dejando una nota donde decía que si denunciaban su desaparición, le diría a la policía que Carlos, el padrastro, la violaba.
Con el mismo pragmatismo, se gastó casi todo el dinero en un buen par de zapatos, y un vestido qué considero provocador, sin ser vulgar, y se lo llevó puesto del shopping, en ese mismo shopping, se maquillo y peinó, mientras el resto de las mujeres pasaban corriendo, a mear, cagar, lavarse las manos, o hacer que sus hijas hicieran cualquiera de estas 3 acciones, todas las que paraban a verla, mientras se lavaban las manos, se les dibujaba una sonrisa socarrona, que ella notaba, pero simulaba ignorar, mientras se decía:
Tal vez sea el marido de alguna de ustedes, quién tenga el cuello de la camisa, manchado con mi labial.
Sabia que la base del pragmatismo, era el saber observar, para actuar en base a, por eso siempre que faltaba algún profesor a clases, se tomaba el colectivo, hasta Capital Federal, y rondaba los bares más lujosos, la mayoría estaba en Belgrano, y algunos en Recoleta, decidió ir hasta ésta última, y sentarse en una butaca, poyando sus antebrazos sobre la barra, y pidió un jugo de naranja.
Lo único qué falta es que me echen de acá por ser menor de edad, y qué me termine violando cualquier negro villero.
Al pasar una hora, termino su jugo, y pidió otro, le preocupaba que su maquillaje se empezará a correr, además de que todavía no había entrado ningún tipo de los que ella consideraba indicado, y los pocos que había, ni la miraban, por unos momentos se angustió, tal vez todos la miraban con una mezcla de risa y lastima, la pendeja puta, qué juega a hacerse la lady, para ver a qué viejo pajero agarra.
A los pocos minutos de pensar eso, y tener varias replicas similares al mismo, vio qué llegaba un hombre, y se sentaba a un metro de ella, tenia 50 o tal vez más, y era la imagen viva, del tipo que ella tenia e su cabeza, para vivirlo, feo, ligeramente excedido de peso. 

Se le venían todos los recuerdos del día que había conocido a Gonzalo, ahora cuando sabía que podía perderlo todo, y no solo su pasar económico, si no su vida. 



domingo, 9 de noviembre de 2014

La calle de lo inesperado /3)

Se quedó unos minutos impertérrita frente a la ventana.
¿Qué hace Damian acá?
Se pregunto Lara, mientras empezaba a temblar.
Damian era muchas cosas, pero sobre todo, era más fuerte que ella, sabia que lo que él decidiera hacer con ella, y con lo que se le diera la gana, lo haría.
Solo a mí se me ocurre hacerme amante de un loco, bah peor un loco inteligente, peligroso, e hijo de puta.
Lo peor, y lo supo luego de que él desapareciera tras la puerta de la casa de Carmen, y ella se alejara de la ventana y comenzará a dar vueltas por su habitación, que no solo le tenia miedo, sino que le seguía atrayendo, que algo en él, hacia que como si al tenerlo cerca, su voluntad se neutralizará, como en un sueño, y por más que quisiera gritar o correr, no pudiera.
Su celular sonó por un momento, interrumpiendo sus cavilaciones, supo enseguida por el tono, que era un mensaje de texto, y también de quién.
Cuando nos vemos?


sábado, 1 de noviembre de 2014

La calle de lo inesperado /2)

No le sobraba, pero tampoco tenia la necesidad de alquilar el departamento que tenia en el patio, el cuál había hecho construir cuando luego de una de sus más violentas peleas con su madre, y donde había vivido por unos meses.
Lo hago esperando algo que nunca sucederá.
Varios estudiantes y algunas mujeres solteras, la consultaron, pero ella no quiso aceptar a nadie, a todos los conocía, y esperaba algo emocionante, alguien misterioso, desconocido, un enigma, pasados los días, y al estar cansada de recibir a la misma gente, estaba por sacar el cartel, e inventar que se llovía o cualquier cosa, que sirviera como excusa para rectificar la idea de alquilar.
Esa tarde sacaría el cartel, aunque decidió esperar hasta la noche, para que no la viera nadie hacerlo,  se puso a leer para pasar el rato, cuando sintió el timbre.
-¿Usted es la persona con la que hay que hablar para alquilar ese departamento que está ahí atrás?
-Si.
El hombre que tenia enfrente, no era el ideal de belleza que tenia en la cabeza, y que se había hecho con las novelas romántico-policiales, no era lato, ni atlético, ni vestía trajes, era un hombre de mediana estatura, flaco, moreno, y bastante vulgar.
Por lo menos no es de acá, y algo debe de esconder, yo le alquilo a este. 

¿Qué mierda hace Gustavo, acá?
Al ver que Ines lo hacia entrar a la casa, Viviana dedujo lo obvio, que le alquilaría el departamento, empezó a temblar. 

sábado, 25 de octubre de 2014

La calle de lo inesperado /1)

Era adicta a las novelas de suspenso-romántico, tenia una habitación, repleta de ellas, hacia más de 30 años qué leía novelas de ese género, y calculaba que ya debía de andar por las 2500.
En sus días amargos, se cuestionaba por qué leía esas historias, que en el fondo eran todas iguales, aunque transcurrieran en diferentes ciudades de Estados Unidos, todas trataban de una hermosa mujer, nunca mayor de 36, profesional, en general blanca, que se veía inmersa en una serie de truculencias, y que gracias a un detective privado, policía, o compañero de trabajo, lograba zafarse y ser feliz.
Sabia qué nunca las dejaría de leer, se proyectaba en ellas, le mostraban un mundo de fantasía, que la alejaba por unas horas de su realidad, la cuál cada vez le pesaba más, los años la habían vuelto una persona cerrada, que parecía mucho mayor de lo que era, de hecho en los últimos años, su madre, se alegraba con una sonrisa socarrona, le decía que a veces al verlas en las calle, las confundían con que en vez de ser madre e hija, eran hermanas.
Le irritaba cada vez que lo mencionaba, por eso Estela, su madre, no dejaba de hacerlo, lo peor para Mirtha, es que era verdad, ella siempre se había parecido mucho a su madre, y al pasar los años, ésta había envejecido mucho menos de lo esperado, como si hubiera hecho un pacto, donde los achaques de los años, cayeran sobre su hija, además de que la actitud de ambas, acrecentaba la diferencia, su mamá era una persona vital, que hasta los 80 años, cuando murió, había atendido la panadería, ella ni bien su madre falleciera, se la había alquilado a sus empleados, que pasaron a hacerse cargo de la misma.
Igual la muerte de Estela, la había afectado más de lo que creía, el no tener con quién hablar, hacia que se acrecentará su angustia, por lo que decidió hacerse dama de compañía, al cabo que en el fondo, se sentía una anciana más. 

sábado, 18 de octubre de 2014

Adiós a una vida /38)

Verse nuevamente con la persona con la que se compartió la vida durante tantos años.
Ahí estaban ambos uno frente al otro, en el despacho del abogado, firmando los últimos papeles de su divorcio, todo terminaba como había empezado, con sus firmas sobre un papel.
No sabían qué decirse, después de conocerse por más de 30 años, sentían que se habían dicho todo, que estaban cansados de referirse al otro, de compartir, sus dudas, miedos, alegrías, pero ese papel les terminaba de confirmar lo obvio.

3 meses después.

Escuchaba como Delia le contaba sobre Pablo, su nueva pareja, a quién había conocido hacia un mes, y ya se habían ido a vivir juntos.
Una sonrisa aparentemente amable, pero que en el fondo era absolutamente cruel, se dibujo en los labios de Mariana.
Si me hago de una pareja, lo único a lo que puedo aspirar, es a un mantenido, o a un pelotudo que quiere que le haga de madre, mientras por otro lado se coge a otra, mejor me quedó sola.
Si me gustaría sentirme querida y deseada, por un buen tipo, pero ya estoy grande para creer en los cuentos de hadas, en la vida solo se puede tener una infelicidad llevadera, el resto es fantasía.

Esa casa nunca sería suya, no solo porque todo estaba a nombre de Silvia, sino porque se sentía ajeno a ella, no había nada elegido por él, no dejaba ninguna huella en ella, era como vivir permanentemente en un hotel.
Y si ni siquiera dejo huella en ésta casa, menos en los que me rodean, ni siquiera las porquerías de mis hijos me recordarán, desagradecidos de mierda, tal vez la única que lo haga sea Mariana, para criticarme, ya que Silvia, se buscará alguien a quién servir, que es lo que verdaderamente le interesa.






sábado, 11 de octubre de 2014

Adiós a una vida /37)

El saber que no volvería a estar con Rafael, había sumido a Mariana en una relativa depresión, toda esa vitalidad que tuviera por unas cuantas semanas, desapareció de repente, y no tenia ganas de arreglarse, ni teñirse, ni de nada, le costaba hacer las cosas diarias, sentía que cualquier quehacer cotidiano, lavar un plato, encender la hornalla de la cocina, lavar el piso, la desesperaba.

Pasada una semana de preparara la comida, o comprarla hecha, de lavar los platos y demás, Román se sentó frente a ella.
-¿Qué mierda te pasa?
-Estoy cansad de todo.
-Entonces anda al siquiatra o a algún lado, porque así no podes seguir, ¿vos ves como está la casa?
-Ah claro, me olvidaba que soy la sirvienta.
-Mira, déjate de joder, acá las cosas las hacemos entre los dos.
-Por favor, qué mierda haces vos, yo soy la que siempre limpia, hago la comida, tiende las camas lava el piso, todo.
-Tu trabajo no es como el mío.
-Pero igual agota, querido, estoy harta de ser la sirvienta de esta casa.
-Otra vez con eso, déjate de joder Mariana, qué sabes muy bien qué no estás así por esto.
-Vos qué sabes, por qué estoy así.
-Lo estás porque te dejaste con el macho que tenias, te crees que soy pelotudo.
-Y qué me tenés que reclamar, o te crees que yo no me entere de la tuya.
-Me importa un carajo que cogieras con uno o con mil, lo que me jode, es que te eches a morir, cuando sabes que tenemos 2 hijos, que no tienen la culpa de nada, yo me las puedo arreglar solo, pero ellos no, y están preocupados por vos, me rompen las pelotas, y yo no sé qué mierda decirles, o querés que les salga con que mami está mal, porque se dejó con él macho?
-Sos un hijo de puta, quién te crees para hablarme así, no sos mejor que yo.
-Por lo menos soy ubicado, o me viste faltar al trabajo o andar queriéndome cortar las venas cuando termine con mi amante? no, me la aguante, y seguí adelante, vos empeza a hacerlo, porque ni los chicos, ni yo, estamos para aguantar tus depresiones de atorranta abandonada.
-Andate a la mierda.
Clavo sus uñas en las palmas de sus manos, las lagrimas corrieron por sus mejillas, y enseguida las barrió con sus manos.
No le voy a dar el gusto de verme acabada.
Volvió a su rutina diaria, con la relativa satisfacción de no saberse acabada, aunque si vencida.

sábado, 4 de octubre de 2014

Un lugar particular /36)

Se sentía revitalizada, empezó a seguir una dieta, se compro ropa, se tiño el pelo, todo para seguirle gustando, para que no se cansará de ella, que la monotonía no rompiera el encanto.
Notaba que Rafael, también se cuidaba un perfume muy rico, mejores camisas, se afeitaba siempre para la ocasión.
Es raro no tener expectativas, saber que la relación se quedará en lo que es, y luego terminará.
Se decía Mariana, mientras se arreglaba, aunque siempre que se le cruzaban estos pensamientos, sentí una fuerte melancolía, sabia que cada día se acercaba más el final, que tarde o temprano, la emoción y el deseo, se irían apagando, por eso cada vez trataba de disfrutar más las horas que pasaba con él, de mirarlo, besarlo, acariciarlo, oír su voz, su risa, sentir su olor.
Una tarde, después de estar juntos, cuando ya se habían terminado de vestir, y antes de despedirse, ella se acerco a él, lo abrazo, y le dijo, te quiero, enseguida se mordió los labios, pero lo había dicho, Rafael le respondió, que él también la quería.
Pero no es verdad, lo dijo por compromiso, para que el momento no fuera incomodo, la cague, cague todo, tal vez él lo olvide, o no sé, espero que no le de mucha importancia.
La próxima vez que se vieron, todo fue más o menos igual a la anterior, pero Mariana se cuido de no decir nada.
Y al mirarlo por unos segundos a los ojos, supo que ya no era lo mismo, que desde ese momento se empezarían a ver menos.
No creo que fuera por mi confesión, tal vez 2 meses y pico, es lo que dura la calentura pura, o lo que duro en nosotros.
Lo peor es que nunca voy a saber si fue por ese te quiero.

Las personas no tendríamos que tener una capacidad tan enorme para soñar, ya que la mayoría nunca logramos nada, tenemos vidas intrascendentes y frustradas, por culpa de esos putos sueños.
Tantas cosas quería ser de chico, y no cumplí ninguna.
Qué se le va a hacer, hay que como dicen, disfrutar de las pequeñas cosas, y que otra no queda, así que a ver si ésta torta que hizo Silvia, la saboreo hasta el orgasmo.

sábado, 27 de septiembre de 2014

Adiós a una vida /35)

Era ambiguo lo que le provocaba ver y estar cerca de Román, mientras pensaba en Rafael.
Qué diferente se siente estar con alguien a los 20, que a los treinta y pico, y también el ser infiel.
¿Qué habrás sentido, Román, cuando me metiste los cuernos?
Yo no sé muy bien, por un lado culpa, así tipo remordimientos, no siento, vos no te lo mereces, bien que me cagaste también, hijo de puta, pero esa sensación de como decirlo...satisfacción que sentí al principio, por devolverte el favor, algo así como una venganza, ya se me paso, nunca te hubiera cagado, solo por venganza, eso es miserable, además me habría sentido como una puta, usar mi cuerpo, solo para hacerte sentir mal a vos, además sería darte más importancia de la que tenés, ya que amor, no te tengo, antes de enterarme de que era cornuda, todavía te quería, no como a los 20, pero si pensaba seguir con vos el resto de mi vida, pero después, no, solo estoy esperando que se críen los chicos, para que cada uno agarre por su lado.
¿Ya sabrás qué sos cornudo?
Tal vez no, o yo no lo noto, seguís portándote igual de indiferente, o condescendiente, fingiendo que me oís cuando te hablo, y contestándome con monosílabos.

Se manoseo y cacheteó varias veces el pene, hasta conseguir un erección, ya que sabia que los sábados era el día que a Silvina, le gustaba hacer el amor.
Mierda, ya voy a tener que empezar a tomar Viagra, algún día iba a tener que ser, ya no soy un pibe, al contrario, estoy más cerca de ser un viejo.
Qué porquería la vejez.
Se acerco hasta la cama, donde Silvina, lo esperaba.
No me imagino cogiendo dentro de 20 años, cuando nos cuelgue todo, no sé, ser´superficialidad o qué se yo, pero ¿para que juntar colgajos?
Los que tienen sexo a esa edad, será por capricho, o porque se aman mucho, pero yo lo siento Silvina, a vos no te amo, te quiero si, pero amor no, bah, me hago el rompe corazones, como si yo fuera el hombre de su vida. 
Además a esa edad, es forzar las cosas, bah para mí lo es, para cada cosa hay una edad.
 

sábado, 20 de septiembre de 2014

Adiós a una vida /34)

Al mirarlo, Mariana supo que Rafael adivinaba y aceptaba su propuesta.
Tampoco es que he sido muy sutil, bien podía pasarle los datos de la profesora por teléfono, debe creer que soy una buscona, y qué me importa, quiero que sea mi amante, no mi marido.
Rafel agarro el papel que Mariana le tendió, lo dejo arriba de la mesa, se acerco a ella, hasta quedar a pocos centímetros de su cara, la miro como esperando una confirmación, que Mariana le dio al esbozar una semi sonrisa, y la beso.
Ambos se desvistieron con furia, y luego descargaron uno sobre el otro, toda la bronca, ansia, necesidad de afecto, tratando de ahogar la frustración que ahogaba sus vidas, y sintiendo que por un instante lo lograban, que en los brazos del otro estaba la             felicidad, momentánea, escasa, pasajera, pero que los revitalizaba, y les quitaba la angustia en la que estaban sumergidos.

Le costo no reírse al escuchar a Silvina, confesarle con lagrimas en los ojos, refregándose la nariz a cada minuto, y compungida a más no poder, que su hijo Rodrigo era gay, el dolor que le causaba que nunca tuviera hijos, por lo menos no como Dios manda, que nunca formará una familia normal.
-Silvina, no es para tanto.
-Perto, por qué.
-Anda a saber, debe ser que nacen así, no te preocupes, déjalo que haga su vida.
-Y si se enferma.
-También podría enfermarse estando con una mujer, o sin estar con nadie, hoy el cáncer, debe ser la enfermedad que más gente se lleva, no te hagas tanto drama.
Pobre infeliz, se cree que tener una familia de madre, padre y demás, esas que las trae Dios, es la gran cosa, me extraña, como si su matrimonio no hubiera sido un fracaso, y el mío, y casi todos, porque los que no se separan o divorcian, no es por amor, si no por falta de plata, o porque los mantiene el tipo o la tipa que está con ella.
Al final Rodrigo, me va a terminar cayendo bien, Silvia es buena, pero es media pelotuda, y el padre dicen qué era un loco, el muchacho debe creer que yo soy así, qué crea lo que quiera, a ver si después lo trato mejor, y es como los perros, se me pega y quiere que yo le haga de padre, no señor, gracias si lo fui de los míos. 

sábado, 13 de septiembre de 2014

Adiós a una vida /33)

-¿El negro o el rojo?
-El negro es más discreto, no sé...
-Ah, entonces el rojo, quiero llamar la atención, sobre todo de él.
-Mmm quédate quieta, ¿o querés qué te queme con la buclera?
-Es que estoy ansiosa.
-Me imagino...
Delia se había vuelta adicta a Internet, sobre todo a las paginas de citas, horóscopo, y dietas.
Un semana atrás, luego de comprar la computadora, había ido a la peluquería y se había teñido el pelo caoba, y hora quería lucir bucles.
-Ya está, tampoco quiero quedar como una oveja.
-Okey, bueno suerte.
-No che, espera, quédate con un juego de llaves, qué haya alguien, por si es un loco, secuestrador, violador o asesino, ya lo tenés visto.
-Ah, qué precavida.
-No seas hija de puta.
-Las 2 lo somos.
-Cuando te pones así, sos insoportable.
Sonó la bocina de una auto, Delia corrió la cortina y miro por las rendijas de la persiana.
-¿Es él?
-Sí, chau her...
Mariana de ver al tipo con que se iba su hermana, qué era el mismo de la foto, cerro la puerta, tiro la llave por debajo de la misma, y se fue para su casa.
Los entusiasmos siempre terminan en decepciones, si lo sabre yo, aunque no sé qué esperaba de Rafael...
Uy, este seguro qué me empieza con todos los problemas qué tiene por ser viudo, y demás, estoy harta de peroratas.
Odiaba tener qué hablar con los padres de sus alumnos, ya qué siempre estos sentían qué ella los censuraba como padres, algunos trataban de justificarse frente a ella, otros se mostraban bastante atrevidos y provocadores, y el resto indiferentes, cualquiera de los 3, la hacían sentirse mal, ya que también ella consideraba qué la juzgaban como profesora.
Al llegar hasta el gabinete, donde la preceptora quién acostumbrada a entretener a los padres mientras los profesores qué estos esperaban llegaban, había adquirido experiencia sacando conversación de cuanta trivialidad conocía.
Al entrar Mariana, la preceptora, una mujer simpática, de anteojos, y bajita, se retiro, y cerro la puerta al irse.
¿Por qué me gusto? Ni yo lo sé, creo que el verlo tan diferente a mi marido, físicamente, ni mejor ni peor, diferente, más alto, más robusto, y su forma de ser tampoco coincidía.
También me gusto qué casi no hablará, debe ser cierto qué soy medio dominadora.
-Mire, o mira, puedo tutearte.
-Si...
-Bueno, no sé como, mi hijo nunca fue un gran alumno, pero por lo menos no se solía quedar en materias, e historia siempre le había gustado bastante, no lo quiero justificar, pero como la madre murió, y yo soy camionero, me paso casi todo el día afuera.
-Entiendo, pero...
-No te preocupes, yo sé que no es responsabilidad tuya, por favor, solo quería ver, si me recomendas algún profesora particular o algo.
-Claro, yo te consigo el número de alguna.
-Gracias, ya me tengo qué ir, dentro de un ratito salgo para Suipacha.
Saco un papel y una lapicera del bolsillo de su camisa, anotó un número.
-Gracias.
Mariana se quedó con el papel, y vio salir al hombre, no entendía qué le agradecía.

El hijo de Silvina, Enrique,  miraba a Román, con cierto sarcasmo.
El pendejo debe creer qué soy un hipócrita y un oportunista, qué se vaya a cagar, como es su madre, la pobre así media esclava de por si, algo mejor no va a encontrar.
Debe de ser un pollerudo y maricon, seguro, con razón se llevaba mal con el padre, un milico, un milico y un puto.
Bah, a mí qué mierda me importa como sea el pendejo este, total, no es mi culo el que quiere.
Por ahí quiso traer al novio, y Silvina ha creído que me iba a joder, a mí qué me importa, si quiere puede meterse un  colectivo en el ojete.







sábado, 6 de septiembre de 2014

Adiós a una vida /32)

Sueños, no sirven para nada, por lo menos a mí no me han servido...
Igual, ser una escéptica no sirve de mucho, ya que no es como algunos creen, que se superan los sueños, y se está más allá, no, lo qué te compaña, lo qué se siente, bah por lo menos lo qué yo siento, es amargura.
Debería aprovechar y hacer algo cuando me jubile, aunque no sé qué, todo lo qué quisiera haber hecho, lo veo hoy irrealizable.
Tal vez si fuera más inmadura como Delia, qué mierda que soy, ya me creo superior a ella, cuando en el fondo, no hemos tenido vidas muy diferente que digamos, pero ella cada cosa qué empieza lo hace con ilusión, como una adolescente, yo no, yo ya estoy pensando qué eso se va a frustrar, en el fondo, las 2 nos equivocamos, lo mejor sería el termino medio, pero así no somos, y no creo qué ningún de las 2 vayamos a cambiar.
En el fondo mi problema es que me sobra tiempo, y me faltan ganas.

Hice bien en aceptar.
Me despierta a la mañana, me deja la ropa de trabajo sobre la silla, el desayuno está preparado y ella esperando para servir el café, luego cuando llegó me descalza y me masajea los pies, me trae algo para tomar, en el fondo la pobre tiene alma de perro fiel, al principio casi quise decirle qué no necesito tantas atenciones, pero medio que se ofendió, así qué si ella está contenta de esa manera, para qué se lo voy a impedir.

sábado, 30 de agosto de 2014

Adiós a una vida /31)

Enero transcurrió lentamente, tanto que Mariana y Delia se acostumbraron a ir casi todos los días a lo de Belén, ésta siempre las recibía con amabilidad, y luego de que las 3 se pasaron unas horas en el agua, las esperaban masas, casi todos los días diferentes, pero siempre preparadas por Belén.
-Me case joven, mis hijos se hicieron grandes rápido, y yo a los 40, no sabia que hacer con todo el tiempo que me sobraba, entonces decidí estudiar repostería, y me abrí un loca muy lindo en Recolecta.
Mariana y Delia la miraban con una admiración que rozaba la envidia, ambas eran conscientes que nunca conocerían ni la cuarta parte de los países que conociera Belén, aunque siempre se sentían culpables al sentir eso, ya que la mujer no contaba su vida en forma soberbia, tal vez, creían, hasta con un poco de condescendencia hacia ellas, pero de a poco esos prejuicios se fueron disipando, y las 3 empezaron a compartir confidencias, hasta en una ocasión lloraron por recuerdos dolorosos.
Cuando en febrero comenzaron las lluvias, y ya no podían ir a la pileta, igual Belén las esperaba con galletitas, y ellas allí estaban.
Una tarde a mediados de febrero, cuando fueron a la tarde, se encontraron con las persianas bajas, tocaron varias veces la puerta, luego ambas tomaron sus celulares, y cuando cortaba una, llamaba la otra, pero nadie respondió, preguntaron a los demás vecinos si la habían visto, les dijeron que no, se fueron ambas preocupadas.
A la noche, Roberto, el hijo de Belén llamo a Delia, preguntándole si había hablado con ella, Belén le había dado su número por si algo le pasaba, al decirle que no, le pidió si podía llamar  la policía, Delia, lo hizo, estos fueron con un cerrajero y abrieron la puerta, Belén estaba muerta en su habitación , parecía dormida, se determino que la causa había sido un paro cardíaco.
Al día siguiente, a la hora que solían ir a lo de Belén, ambas se quedaron mirando el reloj.
-Por lo menos para ella va a haber una diferencia entre la vida y la muerte.
-¿Qué querés decir?
Pregunto Mariana mirando a Delia.
-Lo que escuchaste, la realidad, Belén conoció un montón de países, hizo lo que quiso siempre, nosotras qué diferencia hay entre que sigamos vivas o muerta, en el fondo estamos muertas por dentro.
-Callate.
-Sabes que es así, no hacemos otra cosa que quejarnos, y punto, no tratamos de cambiar nada, estamos cagadas de volvernos viejas, como si ahora en los últimos años de lucidez que nos quedan, los aprovecháramos.
-¿Y qué vamos a hacer, irnos de viaje? no tenemos plata, Belén tuvo la suerte de casarse con un abogado rico, que después se hizo juez.
-No sé, algo más tiene que haber, no puede ser qué todo lo que valga la pena, cueste plata.
-Ay Delia, parece que naciste ayer, querida, todo cuesta plata.
-No sé, yo quiero hacer algo con mi vida, darle sentido, poder después pasar bien mi vejez, sin tantas frustraciones encima.

Irse a vivir juntos, todavía no se lo había propuesto pero sabia que lo haría, le tiraba indirectas, le pedía que se quedará un rato más, lo atendía, si lo quería ahí, pero por qué, no era amor, era más una necesidad, a pesar de todo lo que se quejaba de su marido, quería un sustituto, alguien a quién atender, a quién hacerle de comer, lavar y planchar la ropa, alguien a quién complacer, por quién vivir, en cierto sentido la situación le parecía patética, pero se había dado cuenta que no le gustaba vivir solo, ni hacer los quehaceres de la casa.
Cuando Silvina finalmente se lo propuso, y Román dio el si, al ver su alegría, y que poco le faltaba para mover la cola como un perro, tuvo una mezcla de sentimiento.
Soy una mierda, me aprovecho de ésta pobre infeliz, pero bueno, si no fuera yo, sería otro, por lo menos nunca la voy a insultar, ni le voy a exigir nada.


domingo, 24 de agosto de 2014

Adiós a una vida /30)

Enero paso lentamente, todos los años tanto a Román, como a Mariana, les fastidiaba ese mes, y siempre sus charlas eran monopolizadas por su mutuo odio al calor, la humedad, y todo lo que ésta generaba.
Actualmente, ambos se aguantaban en silencio su fastidio, y pensaban con disgusto en que entraban en un nuevo año, uno menos que les quedaba de vida, ambos tenían terror a la vejez, pero lo veían como algo inevitable, que se preparaban a enfrentar sin ganas.

-Dale, vamos, la señora está sola.
-Bueno, pobre vieja.
-Si, igual, pobre porque está sola nomás, porque después de salud está mejor que vos y yo juntas, y económicamente, ni te cuento, es viuda de un juez, muy agradable, muy educad, ojalá nosotras estemos así cuando tengamos su edad.
Luego de tocar, les abrió la puerta, una mujer que Mariana calculó de 75 años, muy bien conservada, que tenia una gorra de plástico sobre la cabeza.
Se saludo con Delia, dándole un beso, y al acercarse a Mariana, ésta sintió el olor de un perfume muy sutil y muy rico, que calculo debía costar una fortuna, como todos los perfumes importados.
-Vos debes ser Mariana, Delia no para de hablar de vos, un gusto, querida, qué linda que sos, y muy parecida a Delia, ustedes no niegan que son hermanas, yo soy Belén, un gusto.
Le dio un beso, y las hizo pasar, la casa era preciosa, con unos muebles clásicos, muy bien conservados, aunque sin estar recargada, Marina consideró admirable que una mujer rica, no gastara su dinero en artesanías de mal gusto, como elefantes y pastores de cerámica, para poner en cuanta mesa o aparador pudiera.
elén debe ser rica de cuna, la mujer les indico el bañó para que pudieran cambiarse, este era más grande que la habitación del departamento de Marina, y casi de las mismas proporciones que la habitación de Delia.
-Es un palacio.
Dijo Mariana.
-Si, ésta casa la tiene desde hace 30 años, cuando el marido pensó en retirarse a una ciudad tranquila, también tiene una en Punta del Este, pero nunca se retiro, el tipo se quedo siendo juez hasta su muerte, era un adicto al trabajo.
-Ah, igual a nosotras, que no vemos la hora de retirarnos, y ella, trabajaba.
-Si, pero solo para entretenerse, viste, era traductora, en francés e ingles.
-Toma mates.
Luego de que se cambiaron, ambas fueron recibidas por la mujer, que estaba en el comedor, también cambiada, y las condujo hasta la pileta, que era grande y ovalada.
Las tres iban con batas, al quitárselas, Mariana y Delia, notaron que Belen, llevaba medias de nylón.
-No me miren así, soy vieja, pero muy coqueta, y las arrugas no perdonan, una cosa es llevar las de la cara y las de las manos, porque no queda de otra, pero las de las piernas, esas si que solo me las saco para dormir y bañarme.
Las 3 se rieron, y se metieron al agua.

El aire acondicionado, refrescaba sus cuerpos, era raro sentir el sudor frío, pero tanto a Román como a Silvina, el cosquilleo que este les producía, les gustaba, más que todo, por darle motivos para seguir acurrucados uno junto al otro, luego de hacer el amor.
-Te gustó.
-Me encantó, ¿los gritos, no te dijeron nada? Yo no soy de las que gritan por gritar.
-Bueno, entonces a ver si ahora te hago gritar más fuerte.
Y se volvieron a besar.



domingo, 17 de agosto de 2014

Adiós a una vida /29)

Las luces, verdes, rojas, azules y amarillas, se prendían y apagaban, Mariana se dio vuelta, ver esas luces la mareaban, estaba borracha, igual que Delia, ambas habían armado el árbol con entusiasmo, para luego terminar recordando navidades pasadas, comenzar a llorar, y beber sidra, vino y champan, junto con almendras, garrapiñadas, turrones y mantecol.
Para finalizar con un helado, luego se habían descalzado, y quedado en el largo sillón de Delia, estaban adormecidas, pero sin poderse dormir, a causa del helado, a ambas les perturbaba las titilantes luces del árbol, pero sentían que no podían mantenerse en pie, ni siquiera intentar levantarse, sin vomitar, por lo que solo atinaban a mover la cabeza y cerrar los ojos.

Román se acostó  las 10, sabia que como mucho sus hijos solo le mandarían un mensaje de texto, respondiendoles el que él les había enviado esa tarde a cada uno, y antes de leer un escueto y obligado mensaje, para deprimirse, prefirió acostarse temprano, echarse repelente para los mosquitos por todo el cuerpo, dejar la ventana abierta, y el ventilador sobre su cabeza y pecho y dormir.

Se despertó nuevamente a la 1 de la madrugada, y fue apoyándose contra la pared, hasta llegar al baño, donde vomito varias veces, hasta terminar largando saliva, luego de lavarse la cara, tomo media botella de agua mineral, cuando sintió un ruido, fue hasta el living, y se encontró a su hermana, caída encima del albor de navidad, y vomitando sobre él.
Las 2 se largaron a reír y a llorar.

sábado, 9 de agosto de 2014

Adiós a un vida /28)

Paso los 2 días que faltaban para noche buena, con Delia, ésta había ido al siquiatra, quién le recetó 1 clonagin por día.
Mariana conocía por medio de sus compañeras de trabajo, a las que su obra social, les cubría el mismo siquiatra, que les había recetado las mismas pastillas, que el efecto, recién comenzaría a notarse, pasado 1 mes.
La voy a llevar a comprar regalos, por suerte Delia siempre fue media consumista, aunque tampoco está la cosa como para sacarse la depresión gastando.
Mientras compraban en una tienda unisex, los regalos que le harían a sus hijos, Delia con una prenda en la mano, se quedo mirando fijo a una madre con sus 2 hijas, sentadas en un banco de la plaza de enfrente.
-Qué pocas veces nos saco mamá.
-Si,según ella siempre tenia algo que hacer.
-Fue una mierda como madre.
-Ahora ahí debe estar, sola pudriéndose en San Nicolas.
-Me alegro, qué no espere nada de mí.
-Igual, a nosotras de qué nos sirvió ser buenas madres, nuestros hijos tampoco nos van  cuidar cuando estemos viejas.
Mierda, para qué dije eso, yo en vez de tratar de animarla, la deprimo más.
-Qué sé yo, el sentirnos bien con nosotras mismas, qué hicimos lo mejor que pudimos, ¿che, y si en vez de gastarnos la plata en regalos para los desagradecidos que parimos, nos gastamos la plata comprándonos ropa para nosotras?
-Dale.
Ambas se entusiasmaron, probándose ropa, bien que color les quedaba mejor, evocando cuando eran adolescentes y hacían lo mismo, aunque el retrato que les devolvía el espejo, hizo que el entusiasmo fuera efímero.
Patas de gallo, tetas caídas, y esto es el comienzo, ya ni me quiero imaginar como me voy a ver dentro de 10 o 20 años.
Volvieron a ponerse la ropa con la que habían entrado a la tienda, y se fueron de allí, con los dedos entrelazados en manijas de tela, que sostenían las bolsas de cartón coloreados de negro y blanco.
Un sensación amarga las embargaba, pero al mirarse, las sonrisas impuestas, se borraron inmediatamente, estaban pensando en lo mismo, lo que ya no eran, y lo que consideraban peor aún, lo que serían dentro de unos años.


domingo, 3 de agosto de 2014

Adiós a una vida /27)

Las casas permanecen en un limbo, si uno las deja por un tiempo, y ya muertas si nadie las habita, Mariana siempre había pensado eso, y por eso al regresar, sintió un halo de melancolía, y empezó a subir las persianas y abrir las ventanas.
Por suerte es ya tardecita, si no, no podría abrir nada, para que no se entraran las moscas, ni me cagara de calor.
Observó el polvo que había sobre los muebles, y las telas de araña en los rincones, además tendría que ir a comprar frutas, leche, gaseosa, y luego lavar el piso, no tenia ganas de nada.
Igual, mejor que lo haga ahora, y no mañana, al rayo del sol, porque Román, sabia que no iba a ir.
Se metió a la ducha, abriendo solo la canilla del agua fría, para despabilarse.
Lo primero que hizo luego de bañarse, fue lavar las tazas que se habían comprado en Córdoba.
De las 4 si una llega al año que viene, es mucho.
Los chicos se habían encerrado cada uno en su pieza, a mirar televisión.
Ni siquiera fueron capaces de llevarse los bolsos, pero la culpa es mía que les hago todo, son igual de inútiles que Román, pero vos querido no sos mi hijo, y yo no voy a ser la madre de mi marido también, por lo menos hoy no.
-Román, me podes venir a ayudar.
-¿Con qué?
-¿Con qué, preguntas, veni a ver, podes, o estás muy ocupado mirando televisión?
Román, suspiró, y se levanto de mala gana.
Siempre hinchando las pelotas.
-Marian, déjate de joder, sabes como estoy del viaje?
-Y yo no, pero las cosas no se hacen solas.
-Por qué mierda no pusiste a alguien?
-Porque no me gusta meter gente a la casa, lo sabes.
-Entonces no jodas, porque la que quiere cagarse la vida sos vos, bueno, muy bien hacelo, pero no me la quieras cagar a mí también.
Román se fue a la pieza, y prendió de nuevo el televisor.
Mariana Agarro los bolsos de sus hijos, abriendo la puerta primero de Gabriel, y después de Lucía, y tirándolos al costado de la cama, diciéndole a Gabriel y luego repitiendole lo mismo a Lucía.
-Mañana, meten la ropa en el placar, porque yo, no lo voy a hacer.
Román cuando Mariana se acostó, apagó el televisor.
Si lo dejó prendido, va a empezar a joder que no se puede dormir, y que ella va a ser la primera que se levante mañana, porque para joder, siempre encuentra una excusa.
Mariana, frutrada sentía ganas de llorar, de gritar, de putear, pero prefirió quedarse en silencio, y cerrar los ojos.
Mejor me duermo, porque igual, grite, llore o patalee, mañana me voy  ser la primera en levantarme a hacer las compras.

sábado, 26 de julio de 2014

Adiós a una vida /26)

Lo dejó a propósito, recordó que Silvina solo llevaba un bol y la cartera.
Si se lo olvido, estoy seguro que no fue un descuido.
Román decidió llevárselo de vuelta esa misma tarde, aunque ya en el ocaso, no tenia ninguna intensión de salir, con el calor que hacia.
A las 6 y media, se levanto de la siesta, se bañó, se echo mucho desodorante, y perfume, se puso una de sus camisas preferidas, y los zapatos.
Me estoy arreglando como para una cita, soy un pelotudo desesperado, y si se lo olvido de verdad, pobre mina, yo la voy a joder ahí, a hacerle la corte, nomás me falta comprarle un ramo de rosas, mejor paso por la casa de Alberto y le dejo el bol a él.
A las 8 salió, subió al auto, y se quedó un minuto con las manos en el volante, sin decidirse, cuando las palmas de sus manos, empezaron resbalarse del volante por la transpiración, decidió arrancar.
Ah, voy a la casa de Silvina, ni que me fuera a matar por aparecerme ahí y devolverle un bol de mierda.
Luego de estacionar el auto frente a la casa de Silvina, bajarse, y tocar el timbre, vio aparecer a ésta con una sonrisa.
Era lo que estaba esperando, se nota, bueno, parece que valió la pena bañarme en perfume.
Al acercarse y abrir la puerta de rejas, noto que ella también estaba arreglada, y perfumada, además de maquillada.
Al entrar en la casa, Román sintió el olor a cera de piso y lustra-muebles, vio varias reproducciones de pinturas famosas que recordaba vagamente haber visto en sus clases de plástica en la secundaria.
Todo estaba impecable, el living, luego el comedor, y por fin la cocina, donde Silvina lo invito a sentarse, sacó 2 vasos de la alacena, una botella de coca cola de la heladera, y sirvió los vasos hasta el tope, luego abrió uno de los cajones de la mesada, agarró 2 apoya vasos, y por fin le puso el vaso enfrente a Román.
Este no recordaba la última vez que había visto un apoya vasos.
Silvina luego de sorber un poquito de coca, se mordió el labio, manchándose el diente con el labial.
Ramán después de beber casi medio vaso de coca, dijo.
-Qué linda tenés tu casa, eh, todo brilla, parece salida de un comercial.
-Gracias, aunque no es tan fácil mantenerla, ojalá fuera como en las propagandas, que en menos de un minuto, todo queda hecho un espejo.
-Si lo sabre yo, que el departamento en el que vivo, es un sucucho, y para limpiarlo, estoy casi medio día.
-Igual, desde que se murió mi marido, no tengo casi nada que hacer, por eso me la paso limpiando, disculpa que te diga esto, te estoy tirando mis pálidas, cuando recién me conoces.
-No te preocupes, te entiendo, yo también me siento solo, aunque soy un haragán, ya que en vez de ponerme a limpiar, me echo a dormir o me pongo a mirar televisión.
Ambos volvieron a quedarse en silencio, aunque a ninguno de los 2, le pareció que esa falta de palabras fuera incomoda.

sábado, 19 de julio de 2014

Adiós a una vida /25)

Cerró la puerta delantera y luego la del baúl, tratando de hacer el menor ruido posible, para que los chicos siguieran durmiendo.
Había preferido salir de San Clemente a la madrugada, para no tener que oír en el viaje de vuelta, las preguntas de Gabriel, ni los llantos de Lucía, además de que era la hora en que menos transito había.
Marina había preparado un termo lleno de café, ya que ambos odiaban el mate a la mañana.
Ambos sintieron que después de los frustrantes días en la playa, que más había pasado tratando de que Lucía no llorara, y Gabriel no se les perdiera o se lastimará, no habían disfrutado nada, por lo que la ruta despejada, y los diferentes tonos que adquiría el cielo, primero de un celeste azulado, y luego de a poco tornándose rosa, para al final tornarse casi blanco.
Hasta que salió el sol, tuvieron que subir las ventanills, dejar de respirar el suave aire de la mañana, y pasar al agrio que expulsaba el aire acondicionado, además de ponerse anteojos de sol, que mbos odiaban, ya que no les gustaba llevar nada sobre las orejas.
Mariana daba vuelta la cabeza para atrás, mirando a cada momento a los chicos.

Aunque los chicos se hubieran portado como angelitos, yo la hubiera pasado como el culo, las pocas veces que fui a la playa, tenia que andar con un paleo, para que no se me vieran las celulitis, y los salvavidas que cargo en la cintura, me va a costar un montón bajar lo que he subido con los embarazo, pensar que cuando me case tenia cinturita de avispa, ahora me llego a probar el vestido de casamiento, y de la rodilla no me sube.
Ya soy una señora, una profesora, dentro de poco voy a ser la vieja Gómez, la de historia, o ya lo soy, no sé, espero no ser la gorda Gómez, aunque al paso que voy, no me falta mucho.

Volver al molino, todavía me queda una semana, pero cuando lo haga, va a seguir haciendo calor...
Y en la casa tampoco estoy mejor, Marina, cada vez está más hincha pelotas, no hay un día que no se que de de algo, como si no la ayudara, algunas mujeres merecerían un tipo que las cagará a gritos y a puteadas, hago lo que puedo, ella en el colegio está ahí cómoda, y tiene casi todo el verano de vacaciones, la quisiera ver en el molino.

Al llegar de vuelta a su ciudad, su cuadra, y posteriormente a su cada, una vez en el garaje, sintieron que lo único que les quedaba era envejecer, ambos se quedaron inmóviles dentro del auto, hasta que Gabriel se despertó, y Lucía empezó a llorar.


sábado, 12 de julio de 2014

Adiós a una vida /24)

El viaje de vuelta se le hizo eterno, Marina odiaba viajar en colectivo, y más en uno turístico, repleto de familias con hijos chicos.
Lo único bueno es que le pude encajar otro somnífero a ésta se durmió, pero ronca como un tronco, la puta que la pario, de chica no roncaba tanto, pero es mejor escucharla roncar, y no aguantarla quejándose de Daniel, como si no hubiera sido novio que le tipo era un hijo de puta, pero si le decías algo, era la primera en defenderlo, y siempre se busca soretes, que más vale perderlos que encontrarlos, de verdad como le gusta repetir patrones, debería hacer terapia, pero no se lo pienso sugerir, para que después todavía me raje a puteadas.
Además son carísimos, pero por ahí se lo cubre la obra social, no sé, pero tampoco me voy a poner a averiguar, no, ella sabrá, si me dice algo, voy a tratar de convencerla.
Mariana saco una novela de intrigas, en edición bolsillo, aunque enseguida la volvió a cerrar.
Acá no se puede leer nada, entre los pendejos, que mamó quiero ir al baño, los otros que hablan de lo que pasaron en las vacaciones, el ruidito de los botones del celular, no se puede una concentrar en la lectura, y todavía falta una hora de viaje.
Y ahora ponen el programa de chusmerio este, qué me importa con quién cogió la puta que quieren promocionar hoy, y los idiotas ya están embobados, hay no puedo crees que la vieja pidiera que pusieran más fuerte el televisor, qué mierda le puede importar esa boludez, la gente se pasa de estúpida, así vota, después.


domingo, 6 de julio de 2014

Adiós a una vida/23)

Le costaba estar siquiera cómodo en la cama, aunque tenia el ventilador al máximo, este echaba aire caliente.
Se daba vueltas, hacia unos minutos había agarrado su remera, y con ella había cubierto una bolsa de plástico, repleta de hielos, que los pasaba desde arriba de sus rodillas, hasta la frente.
Aunque el calzoncillo le jodía, no pensó en ningún momento en dormir desnudo, lo odiaba, le resultaba absurdo la gente que encontraba placer en dormir de esa forma.
Prendió el televisor, y en el canal que lo había dejado al apagarlo, encontró un infomercial, quiso cambiarlo, y no pudo, cambio de mano el control remoto, y con la derecha empezó a darle palmadas, donde estaba la tapa y las pilas.
No se pueden haber acabado las putas pilas, si las cambie hace menos de 1 mes, y apenas sin uso ésta mierda.
Después de darle unas cuantas palmadas más, logró cambiar de canal, y lo dejó en un canal de noticias, que hablaban del calor.
Mierda, en la televisión no sabe hablar de otra cosa, la puta que los pario, ya sé que hace un calor de la san puta, no están inventando la rueda, pelotudos, den otra noticia, qué sé yo, mejor me hubiera comprado un computadora, cuando este se rompa, ni loco me compró otro, se acabo, los televisores son piezas de museo, una computadora y a la mierda, por lo menos ahí podría verme una porno, sin pagar un peso de más, y creo que hasta el Internet, es más barato que el cable.
Mejor lo dejó ahí, a ver si todavía lo cambio, pasan otro comercial de como poner la pija para mear, porque es la única pavada que les falta por inventar, para sacar plata, en vez de ver si pueden hacer un aparato como el aire acondicionado, pero que se pueda usar sin que te venga un cuentón de luz, pero no, qué van a inventar esos mierdas, una cosa útil, puras porquerías para sacarle la plata a los infelices.
Puso el televisor más bajo, y sintió que de a poco le agarraba sueño, al despertar 1 hora y media después, estaba sudado y le dolí la cabeza.
Por qué mierda tengo mojado el culo, me muero si me mié, tengo 50 años y ya no controlo los efínteres, mejor me pego un tiro.
Se llevó los dedos mojados hasta unos pocos centímetros de la nariz.
Esto no es pis, ni transpiración, esto es agua, se rompió la bolsa, me cago en Dios.



domingo, 29 de junio de 2014

Adiós a una vida /22)

Hacia poco más de una hora, que Mariana había salido de su habitación, ahora regresaba con Delía, qué tiró su valija, y se recostó.
Mariana vio como le temblaba la espalda al llorar, le acaricio la nuca, y luego fue a buscar agua, busco en su mesa de luz, y saco las pastillas para dormir, partió una y le dio la mitad.
La última vez que había escuchado llorar a su hermana, era en el velorio de su padre, si, eso lo recordaba, Delía había sido mucho más apegada al padre que ella.
Pobre mi her, tal vez por ser tan pegota de papá, es que siempre tiene que estar en pareja, lástima que se encuentra uno peor que otro, bueno papa tampoco era un santo, pero comparado con las mierdas que se ha junta Delia, era bueno.
Las pastillas hicieron que llorara, pero sin espasmos, ni chillidos, luego estás también dejaron de caer, y a parpadear lentamente, hasta quedarse dormida.
Mariana, mientras su hermana roncaba, busco una guía y llamo a la estación de colectivos de Villa Gesell, y les pregunto si le podían vender 2 pasajes, de vuelta hacia Capital Federal, para el día siguiente.
Cuando acababa de terminar de ver una película en el cable, vio como Delia se despertaba, y enseguida busco de vuelta la tableta donde había dejado la media pastilla.
No querida, lo siento, pero no me voy a pasar la noche en vela, siendo tu paño de lagrimas.
-Viste como me miro cuando saliamos, la hija de puta, se me estaba cagando de risa en la cara, le debería haber dado otro cachetazo, no mejor una trompada, para que le quedará el golpe por unos días.
-Te habría denunciado, o no sabes como son esas negras?
-Y a mí que me importa, que me den uncie.
-Delia, por fav or, mejor toma de vuelta la pastilla.
-No quiero estar drogada.
-No te estoy ofreciendo un valium, solo un somnífero, además es natural, dale, que mañana tenemos que viajar a Capital, y de ahí de vuelta al pueblo, así que mejor aprovechar de dormir ahora, porque en el colectivo, no sé a vos, pero a mí me resulta imposible.
-Es que me acabo de despertar.
-Bueno, no sé, si querés mira una película, pero yo quiero dormir.
-No te podes quedar un rato conmigo, Daniel me cagaba y a vos te importa un carajo.
-No seas desagradecida, estuve acá toda la tarde, reserve los boletos, hice todo, y ahora quiero dormir, después hablamos, qué querés que me desvele por vos, lo que quieras contarme ahora, me lo contas mañana.
-Sos una mierda.
-Hasta mañana.
Se dio vuelta en la cama, y suspiro.
Andate a la mierda, pelotuda, trato de ayudarte en todo, y todavía cuando quiero dormir un rato, querés empezar con a llorarme la carta de vuelta, no parala querida, yo tengo ganas de dormir, y ahora voy a tener que estar pendiente de que no vaya al departamento..no, si quiere ir que vaya, y si entre el hijo de puta de Daniel y la atorranta esa, la cagan a palos, y bueno, es porque ella se lo busco, la iré a buscar mañana al hospital donde esté.

sábado, 21 de junio de 2014

Adiós a una vida /21)

-Si ya sé, poco champú, poca crema, enjabonarme las manos yo, y frotarle el cuerpo, ah y una toalla debajo de mis pies. 
-Yo sé qué te parezco una exagerada, pero es que no sé para qué querés bañarte con él, es jugar con fuego.
-Tranquila Mariana, soy el padre, además te pones como si fuera un loco, cálmate.
El nene sonrió ni bien empezó a sentir la ducha sobre su cabeza, mariana a cada momento controlaba el agua.
Gabriel golpeaba con su pequeña mano sobre el hombro de su padre, para sentir el chapoteo del agua.
Luego de que de su pelo no quedará el resto de crema de enjuague para bebe, ya que Mariana no le había dejado usar otra, ésta cerró la canilla, y envolvió a Gabriel con una toalla.
Román suspiro, Gabriel empezó a quejarse y patalear sobre la cama.
-Tranquilo, Gabriel.
-Yo quería seguir en el baño.
-No se puede, ya estás limpio, el baño es para quitarse la mugre, no para jugar.
-No pasaba nada si se quedaba un ratito más.
-El agua del termotanque se iba a enfriar.
-Estamos en primavera.
-Y qué, hasta en verano el agua sale frísima.
-Lo estás asfixiando, te va a odiar.
-Déjame de joder, querés, trato de hacer todo lo posible para que este bien, vos te crees que porque un día se te da de bañarlo, como si eso te convirtiera en el padre del año, yo soy una loca, por cuidarlo.
-Una cosa es cuidarlo, y otra es  romper las pelotas.
-Ahora soy una rompe pelotas, andate a cagar, Román.
-Nega que lo sos.
La beba empezó a llorar.
-Ya que te la das del padre modelo, anda a ver qué le pasa a Lucía.
Los 2 se quedaron con uno de sus hijos en brazos, pensando si eso era el matrimonio, si en verdad todo consistía en reproches y no en apoyarse mutuamente.