sábado, 29 de diciembre de 2012

Alargada Primavera /1)

Patricia junto ciertas algo de ropa, poca, y salio, sabía que su hermana vendría dentro de 2 días, pero necesitaba salir de allí, todo le recordaba a Rodrigo, no era que quisiera volver con él, para nada, pero en cierta forma no aguantaba recordar lo que había sido esa relación, por que estuvo tanto tiempo con él, siendo como este era, por que llego hasta mantenerlo...

Se subió a un taxi, y este la llevo hasta el aeropuerto, en el avión se durmió, al llegar a Mendoza, se sintió reconfortada, todo era tan diferente a la Capital, las montañas, los árboles, hasta el aire sentía diferente.
Se subió a otro taxi, de esos que esperan en la entrada al aeropuerto, y le dio la dirección.
Cuando diviso el mediano hotel de exterior de piedra, su corazón empezó a latir más fuerte, hacia poco menos de 1 año que no veía a Verónica.
Se bajo del taxi, y ambas se abrazaron.
-Como estas?
-Bien, pero loca, por que te viniste, ya estaba terminando de organizar todo.
-Bueno vine a ayudarte.
-Pero y lo que te costo el pasaje de ida, y el de vuelta.
-No importa, como sea, no quiero pensar en eso.
-Bah, dejemoslo ahí, me ayudas, todavía tengo un montón de cosas que guardar.
-Claro a eso vine.
Después de entrar y dejar la pequeña valija, Patricia se sentó, Verónica enseguida le trajo unas galletitas horneadas de miel con almendras, y un te.
-No he conocido mejor anfitriona en mi vida.
-Tal vez lo único para lo que sirvo.
-Ay no te eches abajo.
Es la verdad, que voy a hacer ahora.
-No se, ya se te va a ocurrir algo.
-Si, que se yo, tengo algo pensado, pero no se, es una boludes, que mejor ni te la cuento.
Por la expresión que puso Verónica, Patricia se dio cuenta que no debía insistir.
Ambas se quedaron en silencio, solo interrumpido por el ruido que hacían al masticar las galletitas y tomar el te.

Verónica la llevo a recorrer el hotel, era raro, se sentía tan grande ahora que estaba casi vació, ya los muebles de todas las habitaciones de huéspedes se habían vendido, por lo que cada vez que entraban en una, a la primera palabra que decían, se oía un eco.
 Mientras recorrían el largo pasillo al pasar por una de las habitaciones se sorprendieron al escuchar y luego ver que un auto paraba enfrente.
Fueron enseguida hasta la entrada, donde vieron que un hombre se acercaba a la puerta, e iba a tocar cuando ellas abrieron.
-Hola.
-Hola, este es el hotel Recueros de la montaña?
-Si, pero ya hemos cerrado, lo siento.
-Ah, que lastima, lo están remodelando?
-No, se vendió, creo que los próximos dueños van a van a hacer modificarlo, agrandarlo, no se muy bien.
-Que lastima, bueno, adiós entonces.
-Que lindo no?
-Si, estaba bien.
-Ay hacete la superada, como sino hubiera notado la forma en que se miraban.
-Dejate de joder.
-Es la verdad.
Las 2 entraron de nuevo al hotel, y las embargo el vació y el silencio del mismo.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Convivencia Obligada /11)

Hace ya 6 meses que nos fuimos, y parece más, te cuento que a mi me ha cambiado un montón la vida, Mateo no me deja dormir casi nada, cuando no le estoy dando de mamar, le estoy cambiando los pañales, o viendo si esta bien, esperando que llore en cualquier momento, por que eso le encanta, llora y llora.
Bueno para no agotarte con mis historias con Mateo, paso a contarte de Sebastian, esta bien, con Facundo, los padres de este le alquilaron un departamento, y se van a ir a vivir juntos, me siento rara con respecto a eso, por un lado quiero que sea feliz, y que haga su vid,a y todo lo demás, va a empezar a estudiar para ser director de cine, espero que lo logre, pero por otro lado, me voy a quedar sola con el bebe, pero bueno, supongo que tendré que acostumbrarme, la vida es así, igual no estoy mal, ni angustiada, por que a pesar que me da un trabajo bárbaro, Mateo me da mucha alegría, esa cosita chiquita, tan frágil, tan linda, tan...huy ya soy una de esas madres patéticas que no saben hablar de otra cosa que no sea su bebe, como si fuera el único bebe lindo que existe.
Y vos como estas tía, escribeme, espero que la pases bien en tu quinta, con tu pileta...
Saludos, te quiere Gabriela.

Gaby cuanto hace que no recibía un mail, que no fuera spam, no tenés una idea de como me alegro recibir el tuyo, también el saber que estas bien, que tu hijo nació sano, y aunque cueste aguantarlo, como a todos los bebes, una sonrisa, o una mirada y ya te debes derretir y llenarlo de besos, parece que los estuviera viendo.
Que bueno también que Sebastian este bien, ojala logre completar sus estudios y transformarse en director de cine, va a ser raro ver su nombre en la pantalla, Facundo como te dije es un buen chico, y creo que les va a hacer bien el tiempo que estén junto, sea mucho o poco.
Si te va a costar estar sola, bah con tu hijo, pero sos una persona muy capaz, tenés la fuerza de tu madre, sos una madraza.
Sobre mi vida, no hay mucho que contar, estoy bien, que se yo, si me meto de vez en cuando en la pileta, me compre un perro, uno chiquito que ni se de que raza es, y corto las plantas, o planto nuevas, el otro día plante una rosa que esta creciendo preciosa, además me estoy pagando un viaje, me voy a conocer USA, no sabes, quiero conocer New York, estoy loca, a mi edad ir a una ciudad como esa, pero viste, quiero hacerlo, sino la conozco ahora, cuando la voy a conocer, además quiero ir en invierno de ellos, además así me libro de los calores de acá.
Bueno te digo lo mismo que me decís vos, escribime, no perdamos este contacto, saludos, los quiero mucho, a Facundo, y a vos, y ya quiero conocer a Facundo, besos y abrazos, saludos Mercedes.

Lamo al perro, que le había puesto de nombre, nones, sin saber muy bien por que, le puso el collar, y salio.
Mientras el perro olisqueaba los troncos de los diferentes árboles que iban pasando, ella caminaba sin mirar hacia ningún lado en particular.
Esta será mi  vida, ese viaje lo más emocionante que pasara en ella, y después, después tal vez otras ciudades, otros hoteles, y después volver aquí, a esto, a pasear al perro, a meterme en la pileta, a cuidar las plantas, y poco más, ah si, y a esperar la muerte, mucho más no me queda.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Convivencia Obligada /10)

Firmaron el contrato, la casa se vendió a 200.000 pesos, ya que estaba en un buen lugar, tenia 3 habitaciones, y una cocina amplia, al igual que el comedor y el living.
Gabriela y Sebastian tomaron el cheque que les correspondía a ellos, sus 100.000 con eso no les alcanzaría para comprarse un departamento, pero con los diferentes seguros de su madre, si, no sería grande, pero con que tuviera cubiertas las necesidades básicas, estarían conformes.
Mercedes con su parte también decidió comprarse una casa, pequeña, y solo para alquilarla, viviría en la quinta.
La noche anterior, todos habían armado sus valijas, se sentían raros, sobretodo Mercedes, dejaría la casa en donde había vivido toda su vida, donde estaban todos sus recuerdos, aunque ninguno de los que le venían a la memoria en ese momento, le despertaban demasiado entusiasmo, y menos nostalgia.

-Que crees que nos espere en Capital.
-A mi el nacimiento de mi hijo, y espero una vida mejor, bah que se yo.
-Me pasa lo mismo, igual no me gusta dejar a Facundo.
-Y por que lo vas a dejar?
-Una relación a distancia, no creo que funcione...
-Bueno, él ya egreso, y supongo que va a estudiar, o no?
-Creo que si.
-Entonces, ahí tenés la posibilidad de seguir con él.
-Si puede ser.
-Es así.
Mercedes apareció con su valija, los 3 se sentaron en el living.
Gabriela la miro a los ojos.
-Como te sentís tía?
-No se, creo que bien, es una etapa o capítulo que tenia que cerrar, y vos como estas?
-Bien, nunca logre adaptarme a este lugar.
-Te entiendo, y vos Sebastian?
-Más o menos.
-Te vas a seguir viendo con Facundo?
Sebastian y Gabriela la miraron sorprendidos.
-Espero que si.
-Hazló, es un buen chico.

Los 3 se levantaron, y sintieron el peso de sus valijas.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Convivencia Obligada /9)

Al entrar en la habitación, tomo verdadera consciencia de como estaba vestido, peinado, y calzado, nada de eso tenia algo que ver con él, o con lo que era él.
Ay mamá, vos soñabas con que fuera un abogado, o algún profesional importante...fui tu preferido, y el que más te decepciono también.
Pidió champán, lo bebió, se durmió vestido y sobre la colcha, cuando despertó, se sentó sobre la cama, se miro al espejo estaba despeinado y pálido, se peino, se puso el saco, y salio, ya fuera del hotel, volvió al pequeño y barato de Palermo, busco en su bolso y saco el arma, se fue hasta la puerta del edificio donde solían vivir, se sentó en el escalón de mármol, saco el arma, y se disparo.

No lo velaron, lo enterraron en el cementerio de Capital, a pesar de que tuvo que gastar parte de sus ahorros en ello, igual les dijo a Sebastian y a Gabriela que se los descontaría cuando vendieran la casa, ella se haría cargo de la tercera parte, pero el resto lo pagarían ellos.
Al regresar a la ciudad, Gabriela y Sebastian le dijeron que ellos se irían cuando se vendiera la casa, ellos se comprarían algo allí, que si podía hablar con la de la inmobiliaria y ver que les ofrecía por la plata que a ellos les tocaba.

 Cuando Mercedes llamo a la inmobiliaria, esta le dijo que estaba por llamarla, ya que había encontrado comprador.


sábado, 1 de diciembre de 2012

Convivencia Obligada /8)

Ahí estaba, en ese hotel lujoso, tal vez uno de los más caros de la ciudad, y por ende del país, en Puerto Madero.
La noche anterior, la había pasado en un mediocre hotel de Palermo, se había cambiado, poniéndose su mejor mejor ropa, un traje que tenía del día de su egreso en el secundario.
Se afeito, y se peino, como no lo hacía desde que terminara la secundaria.
Al llegar y después de que uno de los mecánicamente complacientes, empleados del hotel, lo registraba y le entregaba la tarjeta con el número de la habitación, otro le preguntaba si tenia equipaje, no, no tenia, solo pensaba pasar un día en el hotel.

Que poco falta para jubilarme, que voy a hacer, viajo, bueno los años que este bien, que cuantos serán 8 o 10, con suerte, más no creo que sean.
Entonces que, viajo, voy a vivir endeudada, odio las deudas, pero bueno, que se yo, que mierda hago.
Se quedo mirando unos papeles, por casi 40 años su vida habían sido papeles y teclas, compañeros de trabajo con los que apenas hablaba, en todos esos años no había creado un vinculo afectivo con ninguno, no tenia amigas, ni menos amigos, ni había sido amante de alguno, ni nada, su relación con ellos, se limitaba a un saludo cuando llegaba, alguna pregunta de cortesía, y un saludo cuando de despedida, nada más.


 Sebastian lo miro, era el momento, se acerco a Facundo, y lo beso, este reacciono, poniendo su mano sobre la mano que Sebastian había puesto sobre su cara, y se besaron.

Apenas faltaba un mes, un mes para que el bebe naciera.
Casi todos los días lo sentía moverse, en esos momento llevaba sus manos hacia su panza, como queriendo retenerlo allí, donde estaba protegido.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Convivencia Obligada /7)

Las rutas siempre repletas de baches, y de camiones que sorteaba a último momento, mientras estos lo ensordecían a bocinazos, odiaba la ruta hasta Capital, por que estaba repleta de casas sin terminar, villas, como un lugar muerto que se empeñaba en seguir estando ahí, un recordatorio de algo que pudo ser y nunca fue, eso le recordaba a su familia, y a sí mismo.

Decidió pasar la tarde en la quinta, la mujer que iba a limpiarla una vez por semana, se la dejaba impecable, por eso ella cuando quería relajarse y no pensar en nada, se iba unas horas allí, a veces se metía a la pileta climatizada, que bastante dinero le había costado, y se relajaba ahí, lo que siempre la alarmaba era que alguien pudiera verla, con su maya negra, que era la más discreta que había encontrado, se sentía una ballena, a pesar de que no era gorda, tampoco flaca, le sobraban unos 15 kilos, que muy pocas veces a lo largo de su vida había podido bajarlo, si y ya estaba harta de intentarlo.

Si lo beso como reaccionaría, capaz que me da una trompada, no tanto, no, pero y si no le gusto, el ridículo que hago, ya no nos vamos a poder tratar como antes...
Mierda que hago, voy a cumplir 18, y todavía no me han dado ni un beso, no he hecho nada.
Bah yo lo beso, después, que pase lo que tenga que pasar.

Se fue poniendo toda la pequeña ropa de la bebe, sobre la panza.
Se acostó, con toda la ropa desparramada sobre la cama, y se quedo dormida, con el suave olor de la ropa nueva.
 

sábado, 17 de noviembre de 2012

Convivencia Obligada /6)

Cuando volvía del trabajo, al bajarse del auto, vio a Miguel de pasada, este iba  conduciendo, con sus nietos atrás, y parecía por la expresión que tenia, y como movía sus labios que o les estaba diciendo algo bastante gracioso, o estaba cantando con ellos alguna canción, conociéndolo a Miguel, Mercedes pensó que podía ser cualquier de las dos, después que el auto paso, cruzo la calle, él no la había visto.
Miguel, el único novio que había tenido en su vida, había andado 8 años con él, desde los 1 a los 26, y cuando faltaba 1 mes para que se casaran, todo se acabo.
Ella decidió después de comer, y antes de acostarse a dormir la siesta, bañarse, cosa que nunca hacia, por que solía bañarse, después de la siesta, pero el verlo, le había provocado una sensación rara, que pensó, un baño, quitaría, después del mismo, que si bien la relajo, no le quito a Miguel de la cabeza, se quito el toallón que llevaba  se miro en el espejo, había olvidado la última vez que lo hiciera, y  no le gusto nada lo que veía, era consciente que nunca había sido una mujer linda, al contrario, estaba mucho más cerca de ser fea, y sabía que muchos así la consideraban, su cara si bien no tenia ni la nariz grande, tampoco era bonita, igual sus labios, de un color opaco, y ahora casi violeta por tantos años de fumar, su piel también se había resentido por esto, era amarillenta en algunas partes, y rojiza en otras, además no solo el cigarrillo había afectado su cuerpo, sino los mismos años, sus tetas se veía caídas, su abdomen flácido, aunque no abultado, sus piernas sin gracia.
Empezó a llorar, agarro el toallón y lo apoyo sobre el espejo, lloro en un absoluto silencio, después se corrió las lágrimas con furia, y se vistió lo más rápido que le fue posible.
Miguel había visto y estado con ese cuerpo, en sus mejores años, él la amo, no sabía, pensaba que si, peor ella, no, el resto de su  vida, se reprocho esa relación, el andar con alguien solo por que no la jodia, por que no era posesivo, y la dejaba estudiar, y no hinchaba con casarse o tener hijos, bah si, peor cuando ella terminara la carrera, cuando termino esta, se dio cuenta, de que no quería seguir con Miguel, peor le dio lastima dejarlo, además no quería que todos la miraran raro por cortar con un muchacho tan bueno, por eso siguió con él, peor este comenzo a presionar para que se casaran, ya tenia la plata para comprarse un terreno, ella lo acompaño a verlo, estaba en un buen lugar, peor nada de lo que él le decía, como donde estarían las habitaciones, o como sería el jardín la entusiasmaba, pero no dijo nada.
Un día en el trabajo, se cruzo con Pedro, el dueño de una de las 2 estaciones de servicio que hacia en el pueblo, este le coqueteo, Mercedes lo conocía de sobra, tenia 3 hijos, y una sumisa mujer, a la que engañaba con cuanta mujer encontraba dispuesta, era un tipo que se veía bien, y su actitud arrogante, gustaba a muchas, no particularmente a ella, pero quiso hacerlo, sabía que eso la desprendería definitivamente de Miguel, era un pecado, como solía decir su madre, antes de irse a confesar, cosa que hacia todas las semanas como si fuera al psicólogo, un pecado, bien grande, adultera, ese mismo día, termino acostándose con Pedro en un sofá cama que este tenia en la oficina de la estación, Pedro, era rápido, le importaba poco a quien tuviera debajo, aunque simulaba hacerlo, besándola, y acariciándola, pero de forma acelerada, y casi obligada.
Se acostó 2 veces más con él, siendo nada discreta, para ser descubierta, cuando Miguel se entero, la dejo, no hizo ningún escandalo, ni nada, solo rompió su compromiso, aunque lo que si, las pocas a veces que se volvieron a cruzar, nunca más le dirigió la palabra.
Cuando termino de vestirse, quito el toallón del espejo, se cepillo el pelo, y pensó, en que a ella si bien no era feliz en su vida, tampoco lo hubiera sido con Miguel, teniendo 2 hijos, y varios nietos.

-Hola.
-Hola.
-Que raro, no?
-Ah, no tanto.
-Si, que se yo...
-Como estas?
-Bien, creo.
-Que te parece el pueblo?
-Esta bien, es tranquilo.
-Aburrido.
-No me jode, me gusta, no hay tanto ruido, ni gente.
-Te entiendo.
-Y vos, como estas, como te fue en Bariloche.
-Como el culo, 1 solo día nevo, después llovió 3, y los otros 2 si estuvo lindo, aunque no nevo, espero como hubo sol, pudimos, hacer varias cosas.
-Mira que bien.
-Si, no se, es una experiencia.
-Si.

La panza crecía, se iba redondeando,  y Gabiela preparándose para su llegada, fue a comprara ropa, era tan fuerte la sensación que sentía al tocar esa ropa tan pequeña, tan suave, aunque ver esos muñecos con forma de bebe, la perturbaban.
Mientras elegía que llevar, entro una pareja, se veían jóvenes, pero no tanto como ella, les calculo entre 26 y 30 años, como mucho, parecían tan contentos, consultandose que llevar, y que no, él le tocaba la panza repetidas veces, y ella siempre en agradecimiento, le besaba la mejilla, o los labios, de la forma más discreta posible.
Gabriela, no aguantaba más estar cerca de esa pareja, oírlos y verlos, le parecían salidos de una publicidad, pidió que le embolsaran, los que tenia en la mano, pago y salio, se sento en un banco que encontró.

Llevaba demasiados días en ese lugar, se le estaba acabando la droga, además no le gustaba estar allí, era poca cosa para él, demasiado chico, en todo como para seguir un d´ñia más.
Con parte de la plata que había juntado, se compro una moto, junto sus cosas, y se fue.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Convivencia Obligada /5)

Según le dijo la agente de bienes y raíces, la casa gustaba mucho, y el lugar más todavía, pero la mayoría no tenían con que pagarla, por lo que tendría que seguir esperando, aunque ella no creía que más de 1 mes.
Mercedes, volvió a su casa, no frustrada por que desde que había puesto en venta la casa, supo que llevaría tiempo, peor le costaba cada vez más llevarse bien con sus sobrinos, no tanto por lo que estos hacían, sino por su sola presencia, y el tener que simular un cariño, que en realidad, hacia tiempo había dejado de sentir.

Sebastian, se iba a encontrar con uno de los chicos al que seguía en Twitter, y Facebook, al principio solo lo había seguido por que era de allí, la ciudad donde vivía su tía y su abuela, pero después cuando la muerte de su madre se convirtió en algo inminente y también el que se tendría que ir del departamento y de la ciudad, y mudarse para el pueblo a la casa de su abuela, empezó a tener más trato con él.
Habían quedado en conocerse el mismo día de la llegada de Sebastian, peor justo en esos días, fue el viaje de egresados de Facundo.
Entonces decidieron pos ponerlo hasta ese día.
Se encontrarían en la plaza, en un banco que había medio escondido entre los arboles.
Ambos se habían mandado fotos hacia unas semanas, le había gustado, el en uno de los DM que le enviara le confeso su homosexualidad, y Facundo le dijo que el también lo era, se sorprendieron de la confesión del otro, aunque después analizando sus conversiones, se dieron cuenta que era bastante obvio.
Sebastian esperaba nervioso, había arrancado una mediana hoja de un árbol, un cachito lo había mordido, y el gusto agrio de la hoja se impregnaba en su lengua.
Se reprochaba el haber llegado tan temprano, siempre le pasaba lo mismo, llegaba varios minutos antes  que la hora pautada, y después empezaba a desesperarse por que la persona que esperaba, no llegaba.
Miro el reloj, faltaba 1 minuto para la hora convenida, y en ese momento sintió el ruido de pasos sobre las pequeñas piedras, era él.

Gabriela, se hizo una ecografía, todo estaba bien, se quedo mirando esa pequeña imagen a la que ya se le estaban terminando de formar la cara, y el cuerpo.
Un miedo profundo la invadió, y si no era capaz de criar un niño, no se sentía capacitada, no solo para enseñarle, a comer, hablar, caminar, y demás, sino para mantenerlo, de que viviría.

Federico hizo su entrega, la única diferencia de los clientes de allí, con los de Capital, era que estos eran más cautos, trataban de que los vecinos no notaran sus adicciones, por lo demás le parecían igual de patético, y anciosos, siempre le resultaba gracioso ver un adicto, y en este caso, más.
 

sábado, 3 de noviembre de 2012

Convivencia Obligada /4)

Matilde, tenia 89 años, pero al verla acercarse a ella, Mercedes no pudo más que sorprenderse y admirarla, que casi corriera, además de que hacia las compras sola, cocinaba, y solo tenia una dama de compañía, por que odiaba pasar la noche sola, no por que tuviera dificultades para algo, ya que ella se sentía orgullosa, de ser una vieja capaz, siempre repetía eso, y por lo mismo, muchas de sus antiguas amistades, la recelaban, incluyendo su madre, en sus últimos años.
-Esta vieja es un mes mayor que yo, y nunca le duele nada.
Solía decirle, después de que esta fuera a visitarla.
Cuando llego hasta donde ella estaba, la miro directo a los ojos.
-Hola como andas.
-Bien, y vos?
-Por suerte, muy bien, che el chico grande que se esta quedando en tu casa, es tu sobrino.
-Si, Federico se llama, es él.
-Ah, como ha cambiado, me acuerdo cuando Cata fue a casa con él, que chiquito que era, hasta lo tuve en la falda, como pasan los años, por favor.
-Si...
-Ah, si es que el otro día, esperas creo, no estoy segura que era el martes, lo vi salir de la casa de Lucas, viste el reventado hijo de Soledad Mercado.
Mercedes, se mostró inmutable, ni su rostro, ni su mirada cambiaron después de escucharla, dijo.
-Creo que se conocían cuando Federico venía acá, y lo ha querido ir a ver.
Matilde, sin poder disimular, su decepción, ante su reacción,  mostró una sonrisa de falsa amabilidad.
-Bueno, me tengo que ir a hacer la comida, que este bien.
-Vos también, cuidate.
En el fondo, enterarse que Federico había ido a ver a Lucas no le había ni sorprendido, ni decepcionado, sabía muy bien como era Federico, y lo que hacía, por lo que le había contado su hermana Isabel, el que dirán le importaba poco, peor no quería que la policía terminara haciendo un allanamiento en su casa.
Hacia ya casi 15 años que tenia una casa quinta, donde solía ir los domingo, y en verano pasaba enero y febrero allí con su madre, había una piscina, y dos habitaciones, cocina, comedor, y living juntos, estaba rodeada de arboles, por lo que era mucho más fresca que la casa, decidió que trataría de pasarse en ella el tiempo que ellos vivieran en la otra.
No veía la hora que esta se vendiera, así cada uno hacía lo que quería con su plata, y si era posible, no los volvería a ver.

Sos un hijo de puta, ojala te mueras.

Lo odiaba, mucho más de lo que alguna vez lo había querido, de eso estaba segura.
Lo que más odiaba de todo, era que había estado 2 años con él, creía que sabía todo sobre su vida, y su persona, su forma de ser, de sentir, su amor por ella.
Cuando le había dicho que tuvieran un hija.
Ella se alegro, su madre se estaba muriendo,  y con sus hermanos nunca había llegado a tener una verdadera confianza, ni amor, su vinculo era solo sanguíneo, como a veces se decía a si misma, sabía que cuando su madre ya no estuviera, cada uno haría su vida por separado.
Por eso, cuando Pablo le dijo que tuvieran un hijo, ella acepto encantada, una familia, una verdadera familia, quería sentir de verdad ese vinculo, que si alguna vez había existido en su casa, como decía su madre, ella era muy chica como para recordarlo, pero la de ella si lo sería, lo amaba, y sentía que él a ella también.
Pero a los pocos mese de confirmar el embarazo, Pablo había empezado a echarse para atrás, la veía poco, y siempre le daba excusas, cuando Gabriela decidió confrontarlo, él le dijo que no estaba preparado, que no tenia ni 20 años, y que era demasiado responsabilidad para él.
-Y ahora me lo decís hijo de puta, ahora, no puedo hacer nada, no quiero tener un hijo sola, de que mierda voy a vivir.
-Mis padres...
-Que, se van a hacer cargo de todo? eso lo deberíamos hacer nosotros, y ni se te ocurra pedirme que aborte, por que es tarde, pelotudo, me lo hubieras dicho antes, ahora no puedo hacer nada, lo tengo que tener, te odio, quería tener una familia contigo, sos una mierda.
-Perdoname.
-Sos un hijo de puta, me cagaste la vida.
Gabriela se quedo reflexionando sobre eso, cuando sintió que alguien le hablaba, era Sebastian.
-Gabriela.
-Que?
-Me prestas el celular, es que el mio se esta cargando, y no tengo ganas de abrir la laptop, solo quiero revisar si me contestaron algo en Twitter.
-Toma, pero me lo devolves enseguida.
-Esta bien.

Federico llego, y se fue casi corriendo hasta su habitación, sin decir nada, Gabriela y Sebastian tampoco le dijeron nada a él.
Sebastian le devovolvio el teléfono, ella reviso los mensajes, ninguno, tal vez ya hubiera cambiado el número.
La familia con la que soñaba hacia unos mese, se había convertido en insultos, reproche e indiferencia.






sábado, 27 de octubre de 2012

Convivencia Obligada /3)

El primer día les hizo la cena, pero se encargo de decirles que era el último, ya que ella llevaba una dieta a base de frutas y verduras, nada de pastas, carnes de ningún tipo o cualquier cosa que tuviera grasas.
Los 3 le echaron una mirada llena de reproche, pero Mercedes decidio devolverla con la misma carga, se dijo y pensaba decirlo en voz alta si alguno de ellos le decía algo, que no estaba para ser sirvienta de nadie, que ahí estaban viviendo los 4 solo hasta que se vendiera la casa, nada más, y que si querían algo que lo fueran a buscar, y si querían comer, que se prepararan lo que necesitaran, y que a ella la dejaran de joder, que era una mujer grande de 61 años, y no estaba para aguantarse más que a si misma.

1 kilo de cocaína, no le podía tanto vender eso en una ciudad relativamente pequeña como esa, la cuestión era saber donde, y a quien.
Tendría que conseguir la coca por otros medios, había conocido a uno en un boliche que se dedicaba a eso allí, lo tenia que ver, se levanto a las 10, y salio, el día estaba nublado y fresco.
Como era que me dijo que se llamaba...Lucas era no, si Lucas, y vivía en Cervantes y Luna, si esa era.
No estaba lejos de ahí, camino, odiaba caminar, epro había tenido que vender la moto, por lo que hasta no conseguir una neva, no le quedaba de otra.
La casa era vieja, y parecía que en cualquier momento se venía a bajo, toco la puerta que al igual que para estar a tono con la casa se estaba pudriendo, hacia un sonido raro, y le pareció que si golpeaba más fuerte lo más probable era que hiciera un agujero en ella, decidió no intentarlo y espero, sintió que alguien se acercaba al momento, el ruido de unas llaves dentro de la cerradura, y vio la cara de Lucas.
-Boludo que haces a esta hora, es madrugada para mi.
-Perdona...Lucas, pero no podía dormir.,
-Y te viniste a joderme a mi?
-Bueno che, esto no es algo con horario fijos.
-Como sea, que queréss.
-Estoy viviendo acá con mi tía, bueno no importa, la cosa es que me voy a quedar un tiempo acá y quería saber si podemos...
-Entra...

 Ya 36 años, le costaba creer que se había pasado más de la mitad de su vida metida en la municipalidad, su puesto era uno de los pocos que no dependía de los cargos políticos, por lo que había visto a varios compañeros cambiar, cuando era elegido otro intendente, a ella como era eficiente, y se encargaba de demostrar sus simpatías políticas, nadie la había echado.
Al contrario todos los intendentes le habían ido aumentando el sueldo.
Viendo el lugar si había cambiado bastante exteriormente, las paredes que cuando ella llegara eran de un suave color verde, después había sido de un celeste también muy suave, luego amarillo, después blanco, hasta ser como ahora un color crema que para ella era el mejor que ese lugar había tenido.
Igual habían cambiado las maquinas de escribir que cuando ella había llegado estaba viejas eran de los años 40, grandes, pesadas, y negras, donde costaba hundir el deo, había tenido que sacrificar sus uñas largas por miedo a que se le rompiera o se le enganchara una en el teclado.
El ruido tan característico que estas hacían, hasta que unos años después el intendente electo, las cambiara por otras mucho más practicas, hasta que una década después empezaran a llegar las computadoras.
Ese año se jubilaba, podría haberla pedido varios años antes, pero había preferido tener antigüedad, además aunque sonara miserable, había esperado que su madre muriera para hacerlo, ya que sabía que sino su vida estaría ligada a ella en todo momento, el trabajo era el único lugar y momento donde se sentía diferente a ella, donde era Mercedes y no la hija de Cata.
 

sábado, 20 de octubre de 2012

Convivencia Obligada /2)

La casa les era ajena, solo había estado en ella algunas veces cuando eran chicos, Mercedes por las miradas que estos le echaban a los muebles y demás pensó que estaban tratando de recordar  el lugar.
Esas miradas se parecían a las de Isabel, que aunque esta había vivido toda su infancia allí, siempre se sentía rara, al contrario de  ella, que la sentía una parte suya.
Federico dejo de pasear su mirada y de repente fijo sus ojos en ella.
-Donde vamos a dormir, bah donde voy a dormir, por que ya estamos grandes como para dormir todos juntos.
-Cada uno tiene su habitación, la tuya era donde mama tejía, cocía y demás, pero es una habitación.
Si no importa, ojala se venda rápido la casa, y cada uno haga lo que quiera...donde esta?
-Por acá.
-Mercedes fue con Federico hasta la habitación, esta era mediana como las demás, la única diferencia es que su ventana era más pequeña que las de el resto de las habitaciones.
Federico se saco el bolso que llevaba cruzado en su hombro, y lo tiro en el suelo, después se acostó.
Mercedes salio, sin emitir una palabra más, no había nada que decir.
Cuando volvió al comedor, encontró a Gabriela sentada mirando el adorno que había sobre la mesa, y a Sebastian con el celular.
Este al verla le dijo.
-Che estas conectada, no?
-Si...
-Ah, mejor así no tengo que pagar esta mierda.
Mercedes se sentó al lado de Gabriela.
-Querés que te muestre tu habitación.
-Después, no me alcanzas un vaso con agua.
-Claro, querés de la canilla, o de la heladera.
-De la canilla por favor.
Se lo sirvió, Gabriela vació el vaso.
-Gracias.
-De nada.
Que estoy haciendo, si los sigo tratando así, vana a querer que los atienda continuamente, a lo mejor ni van a querer vender, bueno pero como no tienen para pagar la mitad de la casa, lo van a tener que hacer, pero listo, hoy  los atiendo, les hago la cena si quieren, peor ya mañana que se arreglen como puedan, yo no voy a ser la madre, ni la sirvienta de estos tres.
Mercedes encendió la televisión, y puso una telenovela, que no seguía, pero fingió que si, cuando fueron al corte, miro a Gabriela y  Sebastian, este seguía tecleando en el celular, y Gabriela se tocaba la `panza, aunque esta apenas si se le notaba el embarazo.
Sebastian dejo de mirar el celular, y le dijo.
-Cuál es mi habitación.
-Este corte no dura nada, espera a que termine la novela, sino te acompañaba, es esa puerta, vez la que esta ahí.
Lo dijo apuntando con el dedo a la misma.
-Si la veo.
Sebastian tomo su bolso que lo había dejado sobre uno de los sillones, y se metió en el.
Gabriela, se levanto de la silla.
-Me voy al patio un ratito.
Ella cambio de canal, apenas aguantaba los acentos que se escuchaban en esa telenovela, por no hablar de las actuaciones, puso un canal de noticias, y después lo apago.








sábado, 13 de octubre de 2012

Convivencia Obligada /1)

Su madre y su hermana habían muerto con menos de 1 año de diferencia, igual el año había sido lo único que esas dos muertes compartían, además de el lazo familiar obviamente.
Su madre Catalina, como odiaba ese nombre, Cata para todos o Caty, murió mientras dormía, del corazón, según le dijo el doctor, ni siquiera lo había sentido, paso de un sueño a otro, Mercedes no sabía si creerlo, pero opto por hacerlo, de que le serviría atormentarse, además su madre entre todos para los 88 años que tenia, y los achaques propios de la edad, era una mujer que andaba relativamente bien, gracias a Dios no era senil, y se hasta el último día de su vida se empeño en preparara desde el desayuno hasta la cena, se pasaba casi todo el día con su delantal, aunque también fuera una mujer muy coqueta.
Su hermana Isabel por el contrario si sufrió, al mes de muerta su madre, le detectaron un segundo cáncer, a parte del de mamas que sufriera 3 años antes, cuando vio la cara de su hermana era como si algo se quebrara en ella, y escucho lo que dijo en voz muy baja, aunque después lo repitió hasta la saciedad, de esta no salgo, me voy a morir.

Isabel, más joven, más linda, más decidida, siempre la había admirado y envidiado un poco, le constaba creer que ella, la nena pequeña a la que cuidaba de pequeña, que jugaba siendo sumamente cuidadosa como con una muñeca de porcelana, estuviera muerta, y más raro todavía que sus sobrinos fueran a vivir allí.
Los estaba esperando, llegarían en cualquier momento, aunque ninguno le caía bien, más bien cuando tenia que hablar con ellos, trataba con empeño que no se notara lo que les desagradaba su presencia, ya que los consideraba unos reventados, cuantas veces con su madre habían criticando a Federico, Gabriela, y Sebastian, y compadecido a Isabel.

Ahora hasta que vendieran la casa, ellos vivirían allí.
El primero en bajarse del colectivo fue Federico, de negro y lleno de tatuajes, después Gabriela embarazada, todavía no s ele notaba, ya que como siempre había sido tan flaca, apenas si se le notaba algo, a pesar de pasar los 4 meses de embarazo, y por último Sebastian, el que a muchos les pasaba desapercibido, aunque no por eso menos problematico que los otros dos.
Ni ella sabía por que fue a esperarlo, no estaba con el auto ya que el colectivo los había dejado a metros de la casa, pero bueno  cortesía o hipocresía, ya estaba hecho.
Les dio un beso a cada uno, y estos se los devolvieron con la misma frialdad con que ella se los diera, se encaminaron para la casa y entraron, Mercedes suspiro y cerro la puerta.
 

sábado, 6 de octubre de 2012

Agnezzi /14)

Hacía sesenta año que estaba en Agnezzi, y que era este ahora, de lo que había llegado a ser un pueblo prospero, ahora solo quedaban los restos, los edificios de lo que alguna vez fueran fabricas, ya solo quedaban parados, inertes, vacíos, esperando ir pudriéndose, o ser demolidos algún día.
Las vías del tren estaban igual de muertas, 6 años hacia ya que pasara el último, y con el habían aprovechado muchos para irse de allí, llevándose todo lo que pudieron, los pocos que lograron vender sus casas fue para que estas fueran demolidos y volvieran a ser zona de sembrado, los que no pudieron venderlas, decidieron quitar puertas y ventanas, para que no las saquearan, y además con eso poder pagar aunque se las primeras cuotas de un crédito, que les financiara la compra de una nueva casa.
Lorena se miraba y descubría que ella pasaba por lo mismo, ya lo único que esperaba era la muerte, le costaba levantarse, caminar, a veces olvidaba ciertas cosas, cada vez que se peinaba sentía más fuerte el cepillo, por el poco pelo que le quedaba, sus hijos tampoco estaban allí, a ninguno le había interesado vivir en el pueblo, y después de estudiar, solo había vuelto a verlos de vez en cuando, estos le propusieron varias veces sobretodo después que muriera Esteban que se fuera a la ciudad, pero ellas se negaba rotundamente.
Tenia una mujer que la cuidaba, y era amable con ella, nunca le hacia faltar nada, pero ella se sentía como un niño, al que tenían que cuidar, de que no se cayera, ni tocara nada que pudiera lastimarla, debido a eso, Lorena opto por salir poco y nada de su habitación, se pasaba las horas mirando televisión, sobretodo películas viejas cuando las encontraba, o alguna telenovela, o sino, y esto era lo que prefería hacer, miraba fotos, de su casamiento, de cada uno de sus embarazos, de cuando nacieran sus hijos, siempre que llegaba a las de color, casi nunca revisaba el último álbum con las fotos de color, estas la deprimía.

Era el mejor asilo de Buenos Aires, de eso no se podía quejar, tenía todo, comida, un jardín grande y hermoso, y sobretodo las enfermeras y los doctores eran de lo más amable, aquí si les importaba que los viejos no se murieran, por que no había muchos familiares dispuestos a pagar un lugar tan caro para sus padres.
Peor a Francis lo que más la alegraba era que su nieta viniera a verla, y esta lo hacia casi todas los días, ella la esperaba ansiosa, casi siempre con algo preparado, se iba a la cocina y después que la cocinera terminaba de preparar el desayuno la ayudaba a hacer una torta, o o galletitas para su sobrina Viviana, y su amigo Adrián, un muchacho muy simpático, gay que siempre la maquillaba y peinaba con sumo cuidado, para dejarla como las actrices que ella hubiera querido ser de joven, le llevaba retratos de todas las divas de Hollywood y le preguntaba como quien quería lucir esa tarde, y ella miraba los retratos y elegía, su nieta también quería ser actriz, y muchas veces Viviana también se peinaba y vestía, ella quería ser actriz, de hecho estaba por terminar la carrera de artes dramáticos, y hasta estaba por conseguir un rol en una telenovela.
Francis encantada veía la ropa de Viviana como esta se transformaba en toda una diva, y soñaba con que era ella, con que su nieta cumpliría su sueño tan anhelado, y su sonrisa se ensanchaba.

Le gustaba pasar unas cuantas semanas con cada uno de sus hijos, a estos les gustaba estar con ella, sobretodo 2 de ellos, que vivían solo, no se habían casado ni tenían hijos, a veces pensaba si el hecho de que ella se viera tan cansada durante los años de crianza, tenia que ver con esa decisión.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Agnezzi /13)

Se miro al espejo, los años se hacían sentir en su piel, las arrugas ya le surcaban bajo los ojos, y en la comisura de sus labios.
Miro que Esteban andaba a caballo, que predecible se había vuelto su relación, el se pasaba el día, con los animales y los peones, y ella, en la casa, buscando formas de perder el tiempo, por que poco era lo que tenía que hacer, ya que la señora que la ayudaba era de lo más voluntariosa, y se ocupaba de casi todo sola, ella para ocuparse en algo, preparaba la comida, pero esto también la había hastiado, todo la hastiaba, su casa, el campo, Esteban, se pregunto que hubiera sido de su vida, si en vez de irse para Agnezzi, hubiera terminado sus estudios, nunca lo sabría, su vida transcurriría allí.

Luis llego de la universidad, le faltaba solo un año, y le había dicho a sus padres que después de la misma, no volvería a la ciudad, que se quedaría en la Capital, que tenía más posibilidades de crecer que en ese lugar, que en el fondo no dejaba de ser un pueblo.
Juan lo miro con indiferencia, nunca había tenido demasiado trato con su hijo, y después que este hablo, le dijo que le parecía bien, que hiciera lo que quisiera, que él no se opondría, y volvió su mirada al diario.
Francis, se quedo mirándolo, en el fondo sabía que si estuviera en el lugar de su hijo haría lo mismo, nunca le había gustado Agnezzi, en su juventud su mayor sueño, era ser actriz, por eso lo de Francis, su verdadero nombre era Francisca, me pero nadie en el pueblo lo sabía, ya que odiaba ese nombre, como su diminutivo o sobrenombre, Pancha o Panchita, por lo que ni bien llego al pueblo le dio a todos que su nombre era France, pero como sonaba raro, la llamaran Francis, no supo por que hizo esa asociación con su nombre, tal vez por que sabía que su hijo negaría también sus orígenes, y que trataría de enterrar su pasado lo más profundamente posible, claro que para hacer eso, sus visitas a Agnezzi sería lo más espaciadas posibles, eso le dolía, pero su hijo estaba cumpliendo su sueño, vivir lejos de un pueblo, y triunfar en la Capital, por que él triunfaría, sus notas eran las mejores de su curso, con cierto esfuerzo contuvo las lágrimas, y sonrió.

Cuando vio que 3 de sus hijos legaban a la universidad, se dio por realizada, lo lamentaba profundamente por los otros 4 pero eso significaba que por lo menos había conseguido una mejor vida que la suya.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Agnezzi /12)

Los años pasaban, Agnezzi cambiaba, crecía, la gente llegaba, más casas se construían, a los primeros habitantes del lugar les costaba creer que ya se abriera un segundo colegio.

Lorena se sonreía cada vez que veía el pueblo que llevaba su apellido, su padre nunca hubiera pensado en que se convertiría en una ciudad, el solo lo tomaba como algo de él, como un gran campo de su propiedad, solo había accedido a que se fundara un pueblo, para pagar menos impuestos, y ahora era esto, ese lugar que llevaba el nombre de alguien a quien nunca le había interesado que se convirtiera en algo más, era ya una ciudad, con 2 colegio, y a la que cada vez llegaba más gente, tanto que ese año elegirían a su primer intendente.

Francis se había quedado sola, durante los años de la secundaria de Luis, logro que este viajara a la ciudades más cercana, y no se quedara en un internado, pero a la universidad, si tuvo que desprenderse de él, eso no le dio tanto, como el ver la alegría de Luis, el muchacho trataba de disimularla, pero se veía la felicidad en sus ojos de irse de allí, de alejarse de ella, de su padre, y de el pueblo, nunca había hecho amistades en el colegio, se llevaba bien con todos, pero con ninguno tenía un trato en especial, luego de su niñez, había cambiado los techos por los libros, y se pasaba horas enteras en su habitación leyendo, o estudiando, cuando no en la biblioteca.
Ahora que él ya no estaba, Francis no tenía ganas de nada, solo escuchaba sus radio novelas, o leía, algo que le contagio de su hijo, ya que para tener temas de conversación con este, tomo ese habito, y cuando Luis terminaba un libro ella se lo pedía, lo devoraba, y lo comentaba con él.
Ahora seguía leyendo para después escribirle por carta, estas eran largas, por que Luis le pidió que no le enviara más de 2 por semana, ya que con los estudios era incapaz de tener tiempo de contestarsela, por eso estas eran largas, después de leer dedicaba por lo menos una carilla a comentarle la novela que estaba leyendo, y a pedirle que le dijera cuál era la que él leía para conseguirla, Luis se las contestaba, peor cada vez eran más cortas, lo único para lo que parecía esforzarse era para intercambiar con su madre comentarios sobre las novelas, ya que sobre el resto de las preguntas o comentarios que esta le hacía en la carta, apenas si le contestaba lacónicamente, estoy bien, si muy bien, gracias, no necesito nada más.


Sus hijos más grandes ya seguían el misma camino que ella, y su marido, el mayor tenía 22,  y 4 hijos, la que le seguía, 3, con 21, y el de 19, ya había embarazado a su esposa, todos casados antes de los 25, ninguno había hecho la secundaría, pero Mariana se prometió que los otros 4 la harían, y que por lo menos uno de sus hijos iría a la universidad, así le fuera la vida en ello.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Agnezzi /11)

Todos se juntaron a ver el primer estreno de cine, era la película La guerra gaucha, a muchos les gusto, a otros sobretodo a las mujeres las aburrido, y les pareció demasiado violenta.
Muchas de ellas nunca habían ido al cine, pero estaban acostumbradas a las radio novelas, y La guerra gaucha nada tenía que ver con eso.

Lorena había visto varias, tampoco le gustaba demasiado la película, aunque consideraba que los actores eran muy buenos.

A esteban no le importaba, nunca le había gustado el cine, ni la radio, prefería el silencio en sus tiempos de ocio.

Francis estaba encantada, no tanto por la película en si, que tampoco le gustaba, sino por que había un cine, y se darían más películas, además se había hecho un vestido, para la ovación, y también estrenado un sombrero,  que no sabía cuando ponerse, y aprovecho para hacerlo ese día, todos estaban bien vestidos, era todo un acontecimiento lo que estaba pasando.
Además habían construido un salón para eso, bien grande, se había tardado 1 año.

Los hijos de Natalia estaban encantados, los caballos, y demás cosas que veían en la pantalla les gustaban muchisímo.

Cuando la proyección acabo, todo se quedaron un momento inmóviles, sentían que algo especial había ocurrido, que eran parte de algo lindo.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Agnezzi /10)

Sería así el resto de su vida, criaría a sus hijos, y estaría con Esteban, hacia varios años ese había sido su mayor sueño, pero ahora que era una realidad, no sabía que pensar de ellos.

Le encantaba oír la radionovela, cerraba los ojos, y pensaba en su vida.
Esas mujeres apasionadas, que vivían incontables desventuras, pero que al final en la mayoría de los casos, terminaban felices, aunque a Francis esa felicidaD se le hacía hueca, que era estar con él hombre que amaban, y después que tener hijos, esa sería la felicidad.

A veces pensaba en irse, dejar a todos y largarse de la casa, y del pueblo, pero no lo haría, antes prefería suicidarse a seguir viviendo sin sus hijos, y con estos no podría irse, no estaba plantada allí, y muy probablemente moriría en ese campo y en ese pueblO.

sábado, 25 de agosto de 2012

Agnezzi /8)

Lorena dijo lo primero que se le vino a la mente.
-Hace mucho que vives aquí, y todavía no se te conoce novia.
Cuando acabo de pronunciar esto, se arrepintió, sentía que había sido metida y desesperada a la vez.
Quiso rectificar, pero Esteban contesto antes.
-Bueno la soledad no es mala, igual me gustaría conocer a alguien, peor para eso se necesita tiempo,m y yo no dispongo del mismo.
-Te entiendo.
Ya no había como, ni por que alargar, una situación que en nada la beneficiaba.
Se despidio de él, con un saludo, y se fue al lado de su madre, que si se había dado cuenta o no de lo que había pasado, su expresión no lo demostraba.

S dio un baño, vio que Luis estaba dormido, y la tierna imagen de él niño la calmo, se puso un camisón, y se acostó.
Esa noche soñó que tenía 18 años, y estaba en una playa, oía el mar, y lo sentía en sus pies, se sentaba y dejaba que el agua tocara sus piernas, al momento llegaba un hombre y se sentaba a su lado, ambos se sontenian, y él la abrazaba, ella lo miraba, al verlo se dio cuenta que este hombre era Esteban.

Tomo el té, y se acostó, Delia sin preguntar nada más, se ocupo de la mesa, y los chicos, Ines hubiera querido ayudarla, tanto para no quedar como una mujer incapaz de ocuparse de su casa, y que se valía de una pobre vieja para que hiciera  sus quehaceres, como para que Delia no sospechara, ya que si bien le había lo de la frustración podía entenderse, no justificar, que ella no fuera y por lo menos ayudara a la mujer, así que con todo el esfuerzo del que fue capaz, se levanto de la cama, Delia entro antes de que Ines pudiera abrir la puerta de la habitación y le dijo que por favor no se levantara, que entendía la frustración de esta, que no había peor cosa para una mujer que no estar con su marido, si hubiera sabido Delia, que lo que menos quería Ines era estar cerca de él, pero sabía que lo mejor era asentir, y agradecerle a la mujer por todo lo que estaba haciendo.

sábado, 18 de agosto de 2012

Agnezzi /7)

Se conmemoraba el aniversario de la muerte del santo patrono del pueblo, San Lorenzo, por lo que después de la misa, se haría un pequeño acto.
Lorena decidió aprovechar esa ocación para hablar con Esteban, este venía pocas veces al pueblo, por lo que al verlo, se acerco a él.
-Hola.
-Hola.
-Has tenido suerte con la cosecha, tu primer año.
-La verdad que no me puedo quejar, aunque es un trabajo duro.
-Si.
-No sabía que más decirle, no quería que la conversasión se muriera ahí, pero nada se venía a su mente para retenerla.

Francis trataba de que Luis tuviera todo el día la teta en la boca, ya que después de tomar la leche se dormía, no había querido destetarlo, por que creía que sino no dormiría nunca, estaba harta de pasar todas las horas del día con él, pero sabía que no se podía despegar, ya que sino buscaba los enchufes para meter el dedo, varias veces había estado a nada de hacerlo, como de tirar cosas filosas que podrían haber caído en su cara.
Francis lo tenía constantemente en su regazo, por lo que cuando Luis se orinaba o defecaba la ensuciaba.
Juan no la ayudaba en nada, y cada vez se sentía más lejana a él.
Cuando estaba escuchando las palabras del cura, sintió como se le mojaba el vestido, una enorme frustración la embargo, se levanto y salio lo más calmada que pudo de la iglesia, una vez fuera de la misma, corrió hasta su casa, cambio a Luis, lo dejo sobre la cuna, y se encerró en el baño, se arranco el vestido y se largo a llorar.

Cuando salio de la casa de Ines la partera, sentía que todos la miraban, aunque era casi de noche, y a esa hora no andaba nadie por la calle, Mariana en su mente escuchaba que la miraban, la señalaban, y hablaban de ella, tuvo que andar despacio por que se sentía débil y mareada, y con cierto dolor en los ovarios.
Al llegar a la casa vio a su hijos, los había dejado con Delia una vecina, ya viuda ella, que vivía bastante cerca, y que siempre la ayudaba, por que no le gustaba estar sola, esta le pregunto que le había pasado, ella le había dicho que iría al pueblo a hablar por teléfono con su marido, y saber cuando este volviera, le dijo que había estado toda la tarde tratando de comunicarse con él, pero no lo había logrado, por lo que estaba cansada, y frustrada, la mujer le dijo que no se preocupa, que en ella ya había preparado la cena,  que si estaba tan cansada, ella le prepararía un té, y acostaría a los chicos por ella.
Mariana al ver todos los niños que tenía, pensó en lo que había hecho, en que el feto que había tenido dentro, hubiera sido como ellos, se sentía una asesina, las lágrimas le saltaron a su rostro, pero las pudo ocultar, ya que los chicos estaban comiendo, y Delia preparando preparando el té, corrió sus lágrimas rápidamente y se sentó a la mesa.

sábado, 11 de agosto de 2012

Agnezzi /6)

Las cosas habían cambiado de un año para el otro, su hermano Norberto y la mujer de este Analia, se habían mudado también a la casa, ya que este abriría una zapatería, estaba cansado de ser empleado, y cuando pudo sacar un crédito, decidió hacerlo y abrir una fabrica de zapatos en ese apartado lugar, Analia no se cansaba de decirle que había preferido ser una cabeza de ratón que una cola de león, ella no se llevaba bien con ninguno de los dos, por lo que se pasaba todo el día en su habitación o en la de su madre.

El bebe ya era un niño que daba sus primeros pasos, desde que Esteban se fuera del almacén, Juan había contratado a un hombre tan parco como él, este apenas hablaba, Francis estaba contenta de que este si tuviera una casa donde vivir, ya que para estar cerca de un hombre igual a Juan prefería estar sola.

El volver a trabajar en el campo, le recordó su infancia, y su adolescencia, hasta que su padre había perdido todo en el juego, eso nunca se lo había perdonado y por eso se había marchado de allí.
Había contratado a dos jóvenes, uno que pensaba dentro de un año irse a Buenos Aires y no hablaba de otra cosa durante el día, el otro por el contrario, anhelaba poder tener un campo como el de él, casarse y tener hijos, pero igual se llevaban bien entre ellos, y lo respetaban a él, pese a solo tener 4 años más que ellos.

Después de preguntarle varias veces si estaba consciente de lo que iba a hacer, y de lo peligroso que esto podía resultar, la mujer por fin hizo que se levantara y la siguiera hasta una habitación, en esta el olor a desinfectante era aún más fuerte, la hizo acostar y le dio algo para que tomara.
Cuando despertó se encontró a la mujer limpiando sangre, y ella con un fuerte dolor, la mujer le entrego un frasco, ella le pago, y salio, se sentía como una criminal.

sábado, 4 de agosto de 2012

Agnezzi /5)

Decidió que su madre se fuera con ella, bah también habían influido en esa decisión sus hermanos, que le habían dicho que si querían mantener la casa esta tendría que permanecer cerrada, para no pagar nada más que los impuestos de la misma, ni luz, ni gas, ni empleados.
Lorena sabía lo que eso le costaría a su madre, no por los lujos que ya no quedaba más que un patético reflejo de lo que había sido esa casa en otros años, sino que ahí tenía los recuerdos de su padre, su razón de ser, y de vivir, pero bueno, era eso o la nada, ya que su madre no podía permanecer allí.
-Mama, nos tenemos que ir.
-Adonde, no, esta es mi casa, aquí esta tu padre, aunque sea todo lo que me queda de él.
-No se puede mama, esta casa para que siga siendo nuestra la tenemos que cerrar.
-Tu padre no lo hubiera permitido.
-Papa no es mama.
-Es todo lo que tengo.
-Si mama, pero entiende, si nos vamos seguirá siendo nuestra, pensalo.
-Es toda mi vida.
-Mira, en el pueblo todos recuerdan a papa, además lleva su nombre, hay una estatua de él, hay cuadros, hay de todo mama, nos tenemos que ir.
-Nunca me gusto ese lugar, tu padre merecía que un lugar mucho más importante llevara su nombre, no ese villorrio insignificante, que ni a pueblo llega.
-Pensa que así algún día podrás volver a esta casa.
Se levanto y la dejo, para que pensara, sabía que iba a aceptar, pero que quería seguir lamentandose de si misma, aunque ella no tenia ni la intención, ni las ganas de escucharla.

El bebe lloraba, y comía, todo el tiempo, Francis apenas dormía, y siempre se sentía sucia, por la leche que chorreaba de los senos, por la baba, el vomito, o la orina del bebe, pero con todo y que le resultaba agotador, igual lo amaba, y era su razón de ser, se pasaba todo el día y la noche con él, lo tenía en sus brazos, y lo usaba de excusa para estar lejos de su marido, a este lo veía cada vez más lejano a ella, y así quería que se mantuviera, no quería que la besara, ni que la tocara, y menos que le hiciera el amor, se sentía irritada si él lo hacía, lo veía como un pusilánime, mezquino, del que quería alejarse lo más posible, aunque lo tuviera al lado.

Había visto un campo, el hombre que lo trabajaba había muerto, y su familia se iría del pueblo, así que él podría sustituirlo, eran pocas hectáreas, así que con otros que lo ayudara, bien podría realizar el trabajo, saco la cuenta, mientras el dueño del campo, que tenía muchas más hectáreas en otras regiones pero que no quería vender por que el precio de la tierra estaba por los suelos, contrataría a quien estuviera dispuesto, y obviamente fuera de confianza.


La casa de la mujer era pequeña, al entrar se llevo enseguida la mano a la nariz, por que le costaba soportar el olor a lavandina que había en el lugar, enseguida supuso por que, era lo único que conbatía el olor a la sangre.
La mujer tenía unos 45 años, era más bien baja, pero se veía bien, no era fea tampoco linda, ni sucia, se parecía a cualquier otra mujer de su edad, aunque quizás con menos arrugas, y más cuidada, tal vez por que no tenía hijos, o no creía que los tuviera, ya que vivía allí hacía 4 años, podía ser que tuviera hijos y los abandonara, o ya fueran lo suficientemente grandes como para vivir su propia vida, y haber formado su familia.
La mujer la invito a pasar, le hizo seña de que se sentara, ella se sentó, y la mujer también.
En ese instante tuvo ganas de levantarse y salir corriendo, pero pensó en todo lo que pasaría después, y se dijo que nada podía ser peor que tener otro hijo.

sábado, 28 de julio de 2012

Agnezzi /4)

Había ido a ver a su madre a la capital, le costaba entenderla, no sabía por que sufría tanto por un hombre que no la había querido, que se había casado con ella solo por que era el tipo de mujer que quedaba bien, no por otra cosa, educada, sumisa, abnegada, por que Adriana, a diferencia del resto de mujeres que Lorena había conocido cuando en su niñez, sus tías o las amistades, si así se las podía considerar, que a veces iban a su casa, esas mujeres vivían para su aseo personal, para sus vestidos, tapados, zapatos, o para ir al teatro, su madre no, ella si bien se arreglaba lo hacia más por obligación que por gusto, nunca destacaba en una conversación, y pocas veces se encontraba contenta, ni en las reuniones con las demás mujeres,s pero tampoco con ella o sus hermanos, siempre tenía la misma apatía, que ocultaba bastante bien, pero que Lorena que constantemente la observaba había notado, solo se encontraba feliz con su marido, solo con él, se mostraba cándida, aunque esteba pocas veces le hacia caso, el hablaba mientras se sentaba, y comía, sin mirar a nadie en particular, o a veces a alguno de sus hermanos, pero a ella pocas muy pocas veces notaba a la mujer que escuchaba cada palabra con una fascinación absoluta.
En su adolescencia lego a odiar a su madre, por que la veía como una pobre idiota, sumisa, encima por alguien que no sentía nada por ella, que la tenía por que era la esposa que le convenía pero nada más, que la engañaba con cuanta mujer podía.
Y se juro que ella no sería igual.
Había decidido ser diferente, hasta ir a la universidad, pero al ver que era la única mujer, y que todos la hacían a un lado, sumado a que nunca había sido muy propensa a los estudios, y tampoco constante, a los pocos meses de empezar la carrera, los había abandonado.
Esa era su mayor frustración, desde ese día se había ido a esa casa en el medio del campo.
Su madre había pasado unos días con ella, hasta que el estar lejos de su marido se le había hecho inaguantable, y se había vuelto, Lorena lo había preferido, ya que su madre no hablaba de otra cosa más que de todo lo que había hecho su padre por ese lugar, y que era de los poquisimos hombres que en vida tenían una localidad que llevaba su nombre,  aunque ya no la odiaba, no podía sentir por esta más que lastima.
El día que su padre había muerto, la encontró sin ningún rastro de vida, era como si se hubiera muerto con él, esa apatía que solía tener, se había convertido en un angustia permanente, y seguía igual que ese día, se pasaba las horas en la habitación de su marido, contemplando su ropa, sus fotos, sus escritos, oliendo sus perfumes, tocando sus pertenencias.
La familia cada vez tenía menos, apenas si sus hermanos habían conseguido por lastima algunos trabajos con los antiguos amigos de su padre, la casa ya no era siquiera parecido a lo que había sido, todo tenía olor a encierro.
Se sentó a su lado en a cama, tratando de pensar en que decirle a esa muerta en vida que tenía junto a ella.

El parto fue agotador y bastante riesgoso, Francis varias veces pensó que moriría o el niño o ella, pero ambos se salvaron, por la eficiencia de la partera
Durante esas horas que le llevo parir, Francias pensó que Juan había estado dando vueltas en la habitación, pero ayudando poco y nada, que no era capaz de una palabra de apoyo, y era demasiado torpe cuando la partera le pedía algo, repetía lo que esta le pedía y la mujer tenía que andar gritando para que el la atendiera.
El bebe había sido bastante pequeño, la partera la tranquilizo diciéndole que era normal  que el niño fuera así al nacer, que después crecían y engordaban mucho en los días siguientes.

Esteban pensaba en que haría después, hacía más de do meses que estaba en ese almacén, pero no era apara tener un trabajo con una paga nimia, que se había ido de su pueblo, quería tener su propia tierra, no ser empleado de nadie, calculo que se quedaría ahí unos dos meses más, y mientras tanto buscaría otro trabajo.

Otro embarazo, nunca imagino que después de el primero que lo había disfrutado tanto, esperando el nacimiento como lo mejor que podía pasarle, hubiera llegado a odiar tanto ese estado, ya no aguantaba como se le ponía el cuerpo, se sentía como una bolsa vieja, que se iba rasgando cada vez que volvían a llenarla, en los últimos embarazos se había sentido fea y sucia, se lavaba con agua fría y jabón, refregandoselo contra el cuerpo, a veces sentía ganas de golpear su panza.
Odiaba tener hambre, y sentirse en la tentación de darle menos comida a sus hijos, para saciar la propia, o la de el niño que crecía en sus entrañas.
Iría a ver a la partera, ya que pensaba que si alguien sabía de eso era ella, y aunque no sabía como iba a reaccionar esta, se dijo a si misma, que nada podía ser peor a tener otro hijo.


sábado, 21 de julio de 2012

Agnezzi/3)

Miro por la ventana  como un hombre se acercaba, pero después cuando Roberto había hablado con él, el hombre se había largado, se notaba que no era del pueblo, o de lo que fuera ese lugar, ya que para Lorena ni a pueblo llegaba.
Decidió salir de su habitación, esos últimos días apenas lo había hecho para comer, y solo por insistencia de Carla.
Al bajar las escaleras se encontró con esta.
-Y eso, que milagro verte a esta hora.
-Si, voy a salir, aprovecho que el día esta hermoso.
-Si, lo esta.
-Bueno, vuelvo en un rato.
Había estado tentada de preguntarle si sabía algo de el hombre que había visto, pero era mejor no hacerlo, ya que Carla era demasiado curiosa y metida, aunque supiera parecer lo contrario.
Salio, que le interesaba de ese hombre, si era lindo, que más, andaba de andrajoso, bueno no, exageraba, su ropa no estaba rota, ni remendada, y sus zapatos no sabía como se veían sus zapatos, pero eso le hubiera confirmado si era una persona que por lo menos no era pobre, aunque por que reparaba en ellos, que le podía importar a ella, si ese hombre tenía plata o no.
Cuando se caando de recorrer, y que las afortunadamente pocas personas que pasaban la miraran y cuchichiaran entre ellas, que era la hija de Agnezzi, y que andaba haciendo, ya que nunca se dignaba a salir, y no quería pensar en que dirían de ella, se metió en el único almacén que había en el pueblo a comprar unos caramelos.
Y ahí se lo encontró.
Estaba sentado, con la mirada hacía la estación.
Le iba a preguntar a Juan, pero enseguida se contuvo, que tenía que andar ella averiguando, además el hombre podía darse ideas, y querer conquistarla, y de ahí vivir de lo que ella tenía, aunque claro, apenas si le quedaba la casa, y para vivir sin trabajar, pero eso seguía siendo mucho mejor que cualquier trabajo.
Después que el hombre la despachara, con impostados modales, se fue, fingiendo indiferencia.
A los pocos días se entero que el hombre se llamaba Esteban y que había empezado a trabajar en el almacén.

El trabajo no era duro, y la comida dependía de quien la preparara cuando lo hacia Francis estas eran una delicia, no sabía si por que eran tan ricas, o por que cuando ella estaba indispuesta las comidas de Juan no pasaban de maíz hervido o asado.

Francis, trataba sin que su marido notara para que no se pusiera celoso, de tratar lo mejor posible a Esteban ya que le gustaba tener a alguien más, Juan era callado, de lo poco que hablaba era de las cuentas, y de los pedidos que haría,  a veces si ella le insistía mucho le comentaba alguna que otra cosa sobre lo que  se comentaba en el pueblo de alguna mujer que había abandonado a su marido, pero lo hacía de una forma tan indiferente, que hacía notar, que esa historia, poco y nada le importaba, Esteban por otro lado si era observador, y aunque contaba con suma discreción para que Juan no pensara la de él, lo hacia mucho más interesante, aunque lo que contara fuera algo absolutamente intrascendente.

Verónica se seco el  sudor que le corría por la frente, al estar encima de la olla hirviendo, tenía que meter los ravioles, vigilar la salsa, y en también la carne, los chicos más grandes etsaban jugando afuera, y los más chicos a la mesa, haciendo ruido, y el bebe llorando, ya era hora de darle la teta, pero no podía, y su marido que no llegaba, debía haberse quedado hablando en el almacen, claro, no podía estar con ella, ayudandola, no esas cosas no las tiene que hacer los hombres, entonces que tenían que hacer los hombres, dar ordenes, eso lo podía hacer cualquiera hasta una mujer, no las mujeres no podían, esas eran cosas de hombres, cada vez que escuchaba eso, un fuerte odio la embargaba.
Pero no tenía tiempo, ni siquiera para odiar, empezo a revolver.


sábado, 14 de julio de 2012

Agnezzi /2)

Recorrer o transitar por las escasas calles de Agnezzi era raro, ya que en donde estaba la casa de los Agnezzi estaba asfaltada, siendo la única, ya que hasta la manzana de la plaza, era de tierra.
Esteban se acerco hasta la misma, no sabía como pedir trabajo, todos esos años los había pasado al lado de su familia, iba con intención de tocar la puerta, aunque cuanto más se acercaba a ella,  más lo intimidaba, su grandeza, lo recargada que estaba, con era una puerta que media por lo menos dos metros más que él, repleta de dibujos tallados, que le parecieron religiosos aunque no sabía si lo eran con exactitud.
Antes de que llegara, vio que un hombre se le acercaba, se notaba por su ropa que era de campo, aunque casi toda la gente del lugar lo eran, y el pueblo no eran más que unas casas, rodeadas de campo.
-Usted no es de acá.
-No soy de  San Lorenzo.
-Ah, y a que viene.
Sintió unas profundas ganas de decirle, a usted que le importa, pero aunque las palabras del hombre le parecían entrometidas, la forma en la que hablaba, y su actitud, no lo era para nada, así que pensó mejor ser cortes con él.
-Buscando trabajo, la cosa esta dura en San Lorenzo.
-La cosa esta dura en todos lados muchacho, y aquí también, no te creas que por que no hay nada esto es una isla, acá, tampoco ahí trabajo, si hubieras venido hace unos años, capaz y si te veían de confianza te ofrecían levantar la cosecha, pero ahora, que te van a ofrecer, si los Agnezzi se quieren dedicar a no se que maquinas que fabrica que tienen en la capital, además de los hijos nunca viene por acá, y Don Roberto, esta enfermo el pobre, no querido, va a estar complicado conseguir trabajo acá, pero usted vera.
Que veré, sino tengo ni siquiera donde dormir.

Llevaban seis meses con el almacén, este les daba para poder comer, y ahorrar, unos pocos peses, con los que pensaban agrandar la pequeña casa que tenían, Francis estaba embarazada, de cinco meses, el embarazo había tenido complicaciones por lo que tenía que pasar casi todo el día en cama, lo que hacia que tanto que ambos estuvieran mal, ya que Juan odiaba hacer las cosas de las casa, por que las consideraba un asunto exclusivo de la mujer, así que lo hacia mal, Francis se sentía una inútil, teniendo que estar acortada o sentada todo el día, y viendo como su marido sin decir nada, igual con la mirada le reprochaba como si ella tuviera la culpa de no poder hacer las cosas, por débil o perezosa.
 Cuando Juan estaba por cerrar, llego un muchacho al almacén y le pidió un chocolate.
Al ver la forma desaforada en que lo comía, le dijo.
-Eso no te va a calmar el hambre.
-Acá no hay un lugar para comer, y si  lo hubiera no lo podría pagar, solo me alcanzó para esto, y para pagarme el pasaje.
Juan a veces era un hombre taciturno, y otras bastante conversador, según el humor que tuviera, ese día, estaba conversador por la curiosidad, además de que no quería volver a su casa, y ocuparse y preparar la comida, y después limpiar la cocina, prefería hacer esas cosas lo más tarde posible, para que el cansancio le ganara a las frustración.
-Tiene algún pariente por acá.
-No, soy de San Lorenzo.
-Lindo lugar, eh.
-Si, pero no ahí trabajo.
-Aquí tampoco se crea que hay mucho.
-Así parece.
Cuando el muchacho estaba encarando para irse, y el para despedirlo, se le ocurrió algo.
-Mucchacho usted como se llama.
-Esteban.
-Juan, quisiera saber si le gustaría trabajar,  algo provisorio aquí, no crea que la paga es mucha, pero el trabajo tampoco.
-Que tendría que hacer, señor.
El hombre estaba por decirle que lo llamara Juan a secas, peor no quería darle tanta confianza a alguien que iba a trabajar para él.
-Bueno no mucho más de lo que hago yo, es que mi esposa esta embarazada, y viene complicado el asunto, vio,  y usted tiene sabe leer, sabe hacer las cuentas.
-Si señor, tengo la primaria completa.
-Muy que bien, entonces, puede empezar.
-Es que no tengo donde quedarme.
-Bueno por hoy, yo le voy a acercar un colchón aquí, esta viejo, pero es mejor que nada.

Seis chicos, el mayor de ocho, esos eran los años que no dormía de verdad, y el recién nacido, tomando la teta, un año tras otro con un chico chupando la teta, con las uñas sucias por la mierda, refregando pañales, con los vestidos ya gastados de tanto refregar por los vomito, y sin tiempo siquiera de hacerse otro, por o que tenía que compralos hechos, y de los más baratos.
Faltaba poco para despertar al mayor y que fuera a la escuela, dejo al bebe en la desgastada cuna, todavía recordaba como Renzo la había construido, sentía que era otra vida, ya nada quedaba ni de esa mujer, ni de ese hombre, que tenía una grave neumonía.
Y aunque se sentía culpable y asquerosa al acordarse de que cuando lo habían diagnosticado con la enfermedad, diciéndole que no podía estar en la misma casa con su mujer, se había sentido aliviada de pasar por lo menos un años sin estar embarazada, sin otro cuerpo adentro, sin otra boca que le succionara las tetas, sin más llantos, sin tener que refregar pañales cagados.
 El agua ya estaba, fue a despertar a su hijo.





sábado, 7 de julio de 2012

Agnezzi /1)

1932

Hacía seis años que el tren había empezado a recorrer Agnezzi, este nombre era a consecuencia del apellido del Roberto J. Agnezzi el hacendado más importante del lugar,y además diputado nacional, el hombre era dueño de casi la totalidad del pueblo, aunque era demasiado pretensioso llamarlo así, ya que apenas si habia na hacienda más, y los peones de ambas, el lugar solo contaba con una estación y una escuela.

Esteban decidió que allí se quedaría,sus padres eran de un pueblo, que realmente merecía el nombre, pero a  lo agobiaba el mismo,además sentía que en Agnezzi estaba todo por hacerse, él quería sentirse una especie de fundador o hacedor, no tenía muy claro que, o por que, pero sintío que ese era su lugar.

Francis y Juan, acomodaban las botellas, los frascos, las latas, la estantería de madera que entre ambos habían lijado y barnizado.
Juan se sobo la espalda por las contracturas que le habá dejado mover las bolsa de alpilleras repletas de arroz, harina,  azúcar, yerba y demás.
Cuando sintieron que habían acabado, eran las 2 de la madrugada, se fueron a dormir esperándo que el negocio que les había llevado todos sus ahorros, funcionara.




sábado, 30 de junio de 2012

Ausencias profundas /10) Hechos finales.

Cuando Vicente le dio la espalda, Virginia agarro el vaso con el veneno, y se lo rompio en la cabeza, al vicente caer, le agarro la cabeza y se las dio tres veces contra el piso.
-Ahora me vas a escuchar, yo lo amaba, tanto, cuando nacio senti que era la cura de tu indiferencia, tu dejaste de impotarme, fue como si hubieras muerto, él era mio, no necesitraba a nadie más.
Pero se parecía a vos, aunque nunca se quisieron, él era igual a vos, su indiferencia, tantas veces iba a su cama a sentir su calor, y el se quedaba inmovil, no respondia a mis caricias, a mis besos, a mi amor.
-Que hiciste, enferma de mierda.
-Que hice, darle amor, eso fue lo único que hice, pero mientras crecía lo iba perdiendo, es como si se me fuera muriedno, sabía que ahora no lo vería más, y cuando me dijo que me quería ver muerta, no lo aguante más, no podía soportar que mi propio hijo me odiara, hasta preferir no haberme conocido nunca, sabes lo vacia que me senti, no que puedes saber tu que al único que has querido es a ti mismo.
Y supe que no podía vivir sabiendo que me odiaba, no podía, tenía que matarlo, que desaprecerlo, que solo quedara su recuerdo, cuando era chico, cuando yo lo tenía, cuando era mío.
Arrastro a vicente hasta la ventana y lo lanzo.
Las sirenas de los autos de la policia sonaban, al igual que sus faros.
Decidio agarrar el veneno y tomarlo con el vaso que tenia para enjuagase la boca después de lavarse los dientes.

Cuando Andrea, Gabriel, Magdalena, y Luis, llegaron juntos con la policia, se encontraron con Vicen te meurto ya que el golpe le había partido la cabeza, al entrar vieron a Virginia retorciendose.
Todos la rodearon, y dijeron al unisino.
-Por que.
-Por amor.

Hacía un año, ya los medios había dejado de habalr del crimen, habían ocurrido otros, y ese ya estaba resuelto, y como su asesina estaba muerta, para ellos todo lo que tenía que ver con ese suceso estaba enterrado como los involucrado en el mismo.
Magdalena y Luis se habían separado, él al poco tiempo se junto con otra mujer, y ella se fue de viaje, vendieron la casa.
Amndrea se mudoi, ya no aguiantaba esa ciudad en la que sentía que solo la rodeaba la muerte, decidio estudiar arte.
Gabriel escribio un libro sonbre la tragedía, y fue uno de los más vendidos de ese año, cada tanto se mandan un mail con Andrea.

sábado, 23 de junio de 2012

Ausencias profundas /9) La verdad.

Todos los mensajes que había en el celular, eran intracendencias, pero cuando les estaba ganando la frustración encontraron un mensaje de voz.
Era de Luciana.
-No sabes como esta la vieja Virginia, se están rajando a puteadas con Sebastian, le dice miera nunca te tendría que haber tenido, escucha
No se escuchaba muy bien, peor si lograban dilucidar lo que estos decían.
-Mamá me tenes harto, vos no sos mejor que papa, y sabes de lo que hablo, me da asco hasta verte, salí de acá, andate  la mierda, desaparece.
-No te voy a perdonar nunca esto, yo te amo como nadie, te quiero, siempre me preocupe por vos
-Mierda se acordaron que estoy acá, empezaron a hablar más bajo, bueno después te cuento lo otro que escuche, creo que la vieja esta enferma pero mal, esta loca la pobre, después llámame.
-Creen que?
Andrea no podía pensar, el oír a su hermana era demasiado para ella.
Por lo que quien contesto fue Magdalena.
-No, es imposible.
-A mi también me cuesta creerlo, peor no, es lo más concreto que tenemos hasta ahora.
Andrea, salida un poco de su turbación, los miro a ambos.
-Pero de que están hablando.
De lo que acabamos de escuchar.
-No podes creer que Virginia pudo hacer algo así.
-Por que no, la mujer vos la viste, bueno todos la vimos, no actuaba como los demás.
-Por favor, como se hubiera una forma de reaccionar, todos lo hacemos de forma diferente.
-Si, pero ella no se veía confundida como nosotros, que no entendíamos por que, sino que se veía impactada, y eso tiene que tener un por que.
-No se, no creo.
Magdalena casi grito.
-Yo si, se notaba rara, y se miraba las manos, fue todo lo que me acuerdo de ella, peor es cierto, parecía culpable.
-Creo que estamos sacando demasiadas presunciones.
-Y que otra cosa nos queda, más que eso, nada, además creo que si, que fue ella, y y yo qué creía que había sido Vicente.
-Entonces que hacemos, con esto, se lo llevamos a la policía.
-Espero que estos hagan algo, aunque probablemente no hagan nada.
Los tres se quedaron alrededor del celular.

-Como fuiste capaz?
Vicente la miro con odio, había hablado sin levantar la voz, pero se notaba toda su irritación en la forma en que había pronunciado cada palabra, y en como la miraba.
Virginia le correspondía de igual forma.
-Como, que estas indignado, una mierda como vos tiene derecho a indignarse.
-No te compares conmigo, nunca hubiera sido capaz de matar a mi propio hijo.
-Por favor, si lo odiabas, siempre lo odiaste, nunca un gesto, nunca siquiera una palabra de apoyo, el se empezó a drogar por tu culpa.
-No, a mi no me vas a cargar con anda, fue por vos, por que sos una enferma de mierda, que ni quiero imaginar como lo habrás trastornado para que se volviera así.
-Vos lo volviste así, tu enfermedad de poder, tu indiferencia, tu violencia, por que siempre gritando, siempre menospreciando a todos, me hiciste sentir tan mal, tan sola, todo esto es tu culpa, te odio.
-No más que yo Virginia, al fin algo mutuo entre nosotros.
Vicente saco con un pañuelo, un pequeño frasco.
-Que es eso.
-Veneno, sos una mierda y te odio, pero algo de penas todavía te tengo, que es esto, bueno vos sabrás más que yo, es lo que le diste a Sebastian,  no te preocupes, que voy a aclarar que fue un suicidio, tanto lo de él como o tuyo, vas a escribir una carta, donde vas a poner que viste a los chicos muy curiosos sobre unos venenos, y que ese día fueron a buscar un frasco, que para te habían dicho que iban a probarlo con unas ratas que tenían en el barco, y tu se los llevaste, que te sentís culpable por que nunca hubieras creído el fin con el que decidieron darle uso, que no lo podes superar y por eso decidiste ponerle fin a tu vida.
-Problema resuelto, verdad, pues no.
-Mira Virginia, no vine a discutir, ya demasiadas palabras gaste con vos, escribí, y toma el veneno, es lo más cercano a la dignidad a lo que una mierda como vos puede aspirar.

sábado, 16 de junio de 2012

Ausencias profundas /8) Lo que pueda haber.

Luis abrió la puerta.
-Ustedes no son....
-Si, yo soy Gabriel Mendoza, el hermano de Diego.
-Andrea Regui, hermana de Luciana.
-Ah, y qué quieren.
-Luis por favor, adelante, vengan por acá, qué necesitan
-Mire señora...
-Magdalena, por favor.
-Magdalena, nosotros creemos que no se suicidaron, que fueron asesinados.
-Yo también.
Luis no quiso escuchar más y se fue a la habitación.
-De verdad.
-Si, pero no pensaran que fue alguno de ellos.
-Claro que no, fue, bueno para mi fue Vicente.
-Su propio padre.
-A ese tipo solo le importa la plata, y nada más, si Sebastian sabia algo, y si él pensaba que podía hablar, lo habría hecho.
-No se que decir, y no entiendo en que les puedo ayudar, si solo he visto a ese hombre, en la morgue.
-Mira lo que te voy a pedir es algo muy intimo, pero quisieramos saber que se escribía Daniela con sus amigos, lo que pasa es que Diego y Luciana eran de borrar casi todo, y no hemos podido encontrar nada.
-No, no quiero ver lo que hay, no quiero enterarme de nada más, miren lo único que me queda de mi hija son los recuerdos, y ya bastante distorsionados están, como para que si llego a descubrir algo más, pierda lo poco que todavía tengo de ella, no quiero llegar a odiarla.
No entendía como había sido capaz de decir eso, peor lo había hecho, y no podía decir lo contrario, ni que se había equivocado, entonces prefirió callar.
Andrea se le acerco.
-Mira, te entiendo creeme, a mi también me cuesta ver lo que Luciana verdaderamente era, pero m´s me cuesta saber que su asesino sigue libre.
-Esta bien, pero quiero estar presente, quiero leer todo lo que mi hija escribiera.

Vicente fue hasta la habitación de Sebastian donde se estaba quedando Virginia.
-Esto si que es raro.
-Tenemos que hablar Virginia.
-Si, ya lo creo.
Ambos se quedaron en silencio, mirándose en forma desafiante, odiándose profundamente uno al otro.

sábado, 9 de junio de 2012

Ausencias profundas /7) Cerca de la verdad.

Insistió hasta que logró convencerla de que fueran a hablar con Magdalena.
-Es la única forma.
-Nosotros hemos perdido a nuestros hermanos, que si querríamos muchísimo, pero ella perdió a su hija, lo único que debe querer es llorar y recordarla.
-También justicia.
-No se si eso es lo que más le importe.
-Y para vos, es lo más importante.
-Tampoco sé, la verdad que yo también quiero llorar a Luciana...
-Para llorar, rasgarnos las vestiduras y recordar tenemos toda la vida, para buscar justicia no, quiero que el asesino pague, no quiero que siga viviendo una vida tranquila, en su casa, con su familia, no, quiero que pague.
-No tenemos ni idea de quien pudo ser.
-Fue Vicente.
-Eso es lo que quieres creer.
-Es el que más razones tenia.
Llegaron a la casa, ésta se veía pulcra, como si los que vivían en ella necesitaran demostrar algo, aunque en el parque descuidado se empazaba a notar el principio de su decadencia.

Magdalena y Luis apenas hablaban, hacían las cosas sin tenerse en cuenta el uno al otro.
Ella ponía la ropa en la lavadora y mientras se lavaba, se iba a la habitación de Luciana, después la tendía y volvía a la pieza, tendía su cama, y se iba de vuelta, mientras preparaba la comida lo mismo, a cada rato iba a esa habitación.
Luis por el contrario, trataba de no pensar en ello.
-Te vas a drogar un rato.
-Ahora recordar a mi hija es drogarse.
-Si lo es, porque lo haces como si fuera una adicción, estas obsesionada con su recuerdo.
-Es lo único que me queda.
-Es una mierda, pero parece que te lo tengo que decir, ella está muerta, no va a pasar nada por más que te la pases entre sus cosas, no está ahí, no está en ningún lado, se murió, trata de de superarlo.
-Basta, estoy harta de decirte lo mismo, de repetírtelo, ella era todo. Recordarla es lo único que me queda y vos no dejas de reprochármelo.
-Yo no puedo vivir con alguien que vive en un velorio eterno.
-No lo hagas, nadie te ata, andate y dejame de joder.
-Okey, separemonos.
-Perfecto, chao, o queres que me vaya yo.
-No, quédate viviendo en la habitación de Luciana, bah ya lo haces hace rato, por lo menos ahora no vas a tener que aparentar que te importa algo más que no sea esa puta pieza.
Magdalena se fue a la habitación de Luciana. Luis miró la puerta luego de que Magdalena la cerrara.
Sonó el timbre.

Si sabía algo, algo que no le iba a gustar.
-Y decilo, o te crees que algo de toda ésta mierda me gusta.
-El haber subido en las...
-Andate a la puta que te parió, no te creas más de lo que sos.
-Perdón, bueno lo que tengo para decirle es que quien mató a Sebastian...salió de esta casa, no sabemos quien pero la única lancha que llegó al barco ese día salió de acá.
-Así que si esto se sabe todos van a creer que fui yo, como ya lo piensan...

Virginia escuchó todo, volvió a su habitación.

sábado, 2 de junio de 2012

Ausencias profundas /6) En busca del asesino.

Quien podía querer asesinar a Luciana, por que, su hermana era rebelde, caprichosa, pero no la creía capaz de chantajear a alguien, o humillar aunque cada vez estaba menos segura de ello.
-Algo paso en el barco.
-Es obvio, peor no fue por lo que paso ahí que terminaorn muertos.
-Por que no.
-Por que no fue un asesinato espontáneo, sino los hubieran baleado o apuñalado, no envenenado.
-Parece que no te interesara la muerte de tu hermano, lo tomas como si fuera una investigación más.
-Lo voy a llorar cuando sepa quien lo mato y el asesino se este fundiendo en la cárcel, no antes.
-Y si nunca lo atrapan.
-Lo harán.
-Si hubiera sido Vicente les habría puesto una bomba o los hubiera baleado, no los iba a envenenar.
-Es cierto que le hubiera convenido por que parecería un atentado, pero el ruido podría haber despertado a los demás residentes, además tendría que haber contratado a sicarios, y estos nunca terminan de ser de entera confianza, no algo limpio como el veneno, silencioso, y que cualquiera podría haber hecho, es más pudo ser el mismo, cada vez estoy más seguro que fue el propio Vicente quien lo hizo.
-Es imposible.
-No hay nada imposible, un tipo como ese no quiere a nadie y menos a un hijo que se le revela, ya revisaste los mensajes de tu hermana.
-Mi hermana no guardaba los mensajes, siempre los borraba, solo tenia el último que me envió a mi diciendo que se iba con sus amigos a navegar.
-Diego tiene algunos más pero tampoco era de guardarlos, no he podido revisar su facebook por que cambiaba de contraseña continuamente, y las complicaba cada vez más para que yo no pudiera entrar, tengo un amigo que esta viendo si la puede descubrir, en los mensajes de texto hablaba de un chico un tal Fernando que no se que le habían hecho Sebastian y mi hermano.

Cuando empezó el jardín de infantes sentía cierta abstinencia, le costaba pasarse las horas sin ella, pensar que se podía caer, todavía era tan pequeña, tan frágil, cualquier golpe podría significar algo irremediable.
Magdalena se angustiaba, y a veces hasta lloraba de solo pensar en esa posibilidad, cuando la iba a buscar, regresaba rápido a la casa, la desnudaba la metía al baño y mientras la bañaba la revisaba toda que no tuviera un golpe, un rasguño, o un arañazo, si llegaba a tener uno le preguntaba con una una suavidad fingida que le había pasado, y cuando Daniela se lo decía, ella buscaba el desinfectante y se lo untaba en el pequeño rasguño o raspón que esta tuviera.


Que espera Fernandez para traerme novedades.
Fernandez llego a la hora indicada, aunque Vicente creía que había estado retrasado.
-Bueno no importa que tenes.
-Nada bueno, ya que quien asesino a su hijo y a los demás, es alguien de acá, revisamos las cámaras de seguridad, y nadie entro ni salio.
-Pudo ser una lancha.
-No, los radares hubieran captado el ruido, además en el barco no había nadie más, nadie subió más que los cuatro jóvenes, hasta que usted los encontró usted.
Su marido le parecía miserable, sacar rédito e la muerte de su hijo.
Debería estar muerta como tu hijo, si, juntos todos los calmantes los vertió en su te y se los tomo, Virginia empezó a desvanecerse, sobre la cama de Sebastian.



sábado, 26 de mayo de 2012

Ausencias profundas /5) La muerte y sus especulaciones.

Cansada de ella, harta, la verdad que antes de tener la familia que tuve, hubiera preferido quedarme sola, en vez de morir de a poco mi familia se tendría que haber muerto toda con mi padre en el accidente, y yo también, por que no quiero ser como mi madre, y menos como mi hermana, personas que necesitan desesperadamente tener a alguien al lado, mi mama cuando se murió mi padre, se derrumbo le importo una mierda lo que Andrea y yo sufriéramos, no ella se refugio en su dolor,  después se dejo morir, y a nosotras bien gracias, que nos cuidara magolla.
Y Andrea de otra forma pero es igual de inaguantable,pobre se creyó que tenia que ser la protectora, o que tenia que convertirse en la madre de mama y en la mía, y no puede ni con ella misma, se olvido de vivir, de todo, ahora se dedica a controlarme, en el fondo me da lastima que no tenga vida propia.

Andrea leía absorta, corriéndose las lágrimas.

Creía que era la única que podía llegar a estar predispuesta a hablar con él, de los demás no esperaba nada, que aunque una parte de ellos quisiera saber la verdad, la otra parte se negaría.
Toco la puerta y espero.
Andrea al abrirle se sorprendió.
-Que hace usted acá.
-Vine a hacerle una pregunta.
-Hagala.
-Usted cree que su hermana se suicido.
Andrea se quedo en silencio, y lo miro fijamente.
-No se.
-Pues yo no creo, bah estoy seguro que mi hermano no se suicido, y tampoco creo que ni su hermana, ni los otros chicos, sean los asesinos.
-Pase.
Se sentaron en el living.
-Nos podemos hablar con más confianza.
-Esta bien.
-Has averiguando algo, quiero decir, entre las cosas de tu hermana había algún indicio, se trataba con gente que vos no conocieras o algo así.
-He estado revisando el facebook y si algunas personas que no son de acá, eran sus amigos de facebook, pero casi todos son compañeros de la universidad, por que se ve que tiene su misma edad.
-Y otras cosas.
-No se, y tampoco quiero hablar de esas cosas con usted.
-Mira, no me mal interpretes, no lo hago de metido o chusma, lo hago para saber quien puede haberlos asesinado.

Una nena, eso cambiaria todo, paso todos los meses de su embarazo en casa, Luis le acercaba todo lo que necesitaba, no la dejaba hacer nada, ni siquiera lavar los platos.
-Yo lo hago mi amor, deja mi vida, no corazón yo me encargo.
La mayoría de las veces lo tomaba a bien, pero otras la agotaba estar sin hacer nada, se sentía  una inútil, peor se lo aguanto por la recompensa que tendría.
Cuando nació, y escucharon sus primeros llantos no lo podían creer, y menos cuando se la pusieron en su regazo, después cuando le dio de mamar por primera vez, cuando la baño, cuando la cambiaba, todo lo hacían lenta y suavemente, como si Daniela se les fuera a romper en pedazos.

Se pasaba todo el día en la habitación de Sebastian, oliendo su ropa, durmiendo en su cama, mirando todo lo que tuviera que ver con él, sus fotos, las imagenes que había registrado en su cámara todo, hasta había terminado comiendo allí.
Vicente, la ignoraba, se pasaba el día con la policía, o con sus asesores.
-Que me estas diciendo, que es mejor que no se encuentre al culpable.
-No, que lo encuentres, pero que no lo digas, vos podes hacer que lo pague de otra forma, o pensabas dejarlo tener un juicio, para que lo largaran a los pocos años.
-No.
No lo pensabas matar...
-Bueno, dependiendo quien sea, te conviene hacer público la identidad del mismo, o no hacerlo, una cosa es que lo matara un reventado de esos que le vendían  tu hijo, y otra que lo hubiera una de las chicas estas con las que estaba en el barco, o el otro chico, o alguno que tu hijo jodiera, acordate que tu hijo era...
-No te permito hablar mal de mi hijo.
-Esta bien, vos sabes como era, y sabes que te conviene, por ahora, seguí exigiendo justicia, hasta que encuentren al culpable.

sábado, 19 de mayo de 2012

Ausencias profundas /4) Agobio familiar.

Ahí que poner palabras que no tengan que ver con uno, si vivís hablándo de lo que tenes, todos van a creer que esa va a ser tu clave, por que es la clave de tu vida, pero nadie va a creer que pongas una clave con algo que no tenes, o que te frustra u odias, que se yo eso es lo que pienso yo, tarada, que te causa gracia.
Andrea había escuchado esta charla entre Luciana y Daniela al pasar por la habitación sin que ellas se dieran cuenta.
Quien puede ser, plata, no pero Luciana no odiaba la plata...
Se le vino la palabra y la escribió, tenia que ser esa.
-Andrea hija, vamos.
-Si.
El velorio, su ropa y todo lo que la rodeaba estaba impregnado de muerte, sintió asco por la emoción que la embargara unos minutos antes, ya que lo que estaba por descubrir era si su hermana se había suicidado, o la habían asesinado.
Cuando volvieron a la casa poco recordaba del velorio ya que se había tomado un calmante, y tanto a la gente, como lo que estas le habían dicho.
Después del mismo volvió a la computadora, y entro en el facebook de Luciana, busco en mensajes.
Luciana
Estoy cansada de mi vida, ojala en la universidad cambien las cosas.
 Daniela
Van a cambiar, vamos a estar solas.
Luciana
Si lo único bueno, que no voy a tener a mi hermana pegada.
Daniela
Que inaguantable que es, como no tiene vida te jode la tuya, mis padres son iguales, que gente de mierda.
Dejo de leer, aunque sabía lo que su hermana pensaba de ella por que muchas veces cuando peleaban le había dicho cosas parecidas, leerlo, le resulto mucho más hiriente.

 
El velorio de  Sebastian, fue más dedicado a Vicente que al mismo Sebastian, aunque había por toda la sala del velatorio fotos de él, sonriendo en todas ellas.
Virginia apenas podía reconocer a su hijo en ellas, era tan diferente al Sebastian real.
La gente los saludaba, y trataba de parecer conmovida, pero por lo que estaban ahí, no era por ese chico que la mayoría no conocía, sino por Vicente, el diputado, y después intendente de ese pueblo, después nuevamente diputado, y ahora se decía que sería candidato a gobernador.
Vicente saludaba, y se mostraba compungido con la perdida, ella hubiera querido, insultarlo, escupirlo, decirle que el único culpable de que Sebastian estuviera muerto era él, pero no podía.

Cuantos abortos había sufrido, tres eso nunca lo olvidaría, encima uno con más tiempo que el otro, el último ya estaba casi formado, y lo perdió, había pasado semanas en cama, había pensado en suicidarse, estaba seca, todo lo que plantaba en ella moría, por más que se cuidara, que hiciera todo lo que le decía el medico, morían en su vientre, se odiaba tanto que Luis un día la encontró con un cuchillo sobre su abdomen, si no se lo arrancaba, se lo hubiera clavado.
Cuanto tiempo había estado bajo tratamiento, con un psiquiatra, medicada, por lo menos un año, hasta que decidió seguir viviendo, no tanto por ella  sino por Luis, el sería como su hijo, al que cuidaría y protegería, como el lo había hecho con ella, pasado unos meses de eso, sin esperarlo en lo más mínimo, resulto embarazada.
Paso esos meses bajo un miedo absoluto de perderlo, cuando le dijeron que era una niña se alegro muchisimo, por que los demás habían sido varones, y no sabia por que, el que fuera una niña le daba tranquilidad.

Lleno la casa con reportes de el hecho, fotos del lugar del crimen ya que eso era para él, un crimen, todo lo que decían los diarios sobre lo encontrado en el lugar.
Leía y releía tratando de encontrar un por que.
-Ya te vas a obsesionar con esto, sin siquiera llorarlo.
-Vos cállate, que mierda sabes lo que estoy sintiendo, era mucho más hijo mio que tuyo.
-Yo seré una mierda, pero a vos no te importa un carajo de tu hermano.
Miro a su padre enfurecido.
-Lo quise mucho más que vos.
-Por favor, lo usaste, como usas a todos para tus mierdas, tenes tanto miedo a ser un frustrado como yo, que no te importo usar a tu propio hermano, ahora esta muerto por tu culpa.
-Lo que pueda decirme una mierda como vos no me importa, vos no sos nada, y no tenes derecho a nada, ni siquiera a llorarlo, y mucho menos a reprocharme algo.
Su padre se fue, y se volvió a absorver en las evidencias.







sábado, 12 de mayo de 2012

Ausencias profundas /3) Lo incierto.

-No puede ser, mi hija no se pudo haber suicidado.
Casi grito Magdalena.
El comisario la miro.
-No sabemos señora si fue un suicidio, nadie esta diciendo eso.
-Entonces los asesinaron?
Digo Gabriel.
-Tampoco, no se apuren a sacar conclusiones, nosotros nos ocuparemos de determinar la causa.
-Por favor, si ustedes nunca descubren nada.
Después de decir esto, Vicente se levanto, Virginia mecánicamente hizo lo mismo.

Las personas se aferran a la vida, cuando a lo que se deberían de aferrar es a la muerte.
Nunca se había olvidado de eso.
Si fue Luciana quien los mato.
Se llevo la mano a la boca, como si sus labios hubieran pronunciado alguna palabra, estaba sola en la casa, tenia que prepararse para el velorio, y no podía sacarse esa idea de la cabeza.
No, mi hermana, no.
Que estoy haciendo, culpando a mi hermana, que esta muerta de asesinato, por favor, no ella sabia lo que duele la muerte, nunca le haría algo así a alguien.
Te lo hizo a vos.
Fue como si alguien se lo diera, si se había suicidado, si, pero no, Luciana no era ni una asesina, ni una suicida, trataba de afirmarse en esa idea, aunque no terminaba de creerla.

Que bien no lo hizo ese hijo de puta, hasta parecía sufrir, él los mato, lo se, y es mi culpa.
Veía las hojas, y la computadora portátil con la que andaba todo el día desde hacia un año, esa había sido su vida, desde antes también, siempre tecleando, o investigando, en un primer impulso pensó en romper tanto las hojas como la portátil, pero no, hay tenia las pruebas, no tal vez aunque fuera mínima, la posibilidad de encontrar la causa de el asesinato de su hermano.

Entro a la habitación de su hija, y miro todos los objetos que ella nunca más tocaría, ni vería, ni nada, todos eran inútiles ahora, solo recuerdos, sería todo lo que tendría de ahora en más.
 -Por que no dijiste nada, cuando metieron la palabra suicidio.
-Por que no se que mierda paso ahí.
-Yo se que mi hija no se suicido.
-Vos no sabes una mierda, igual que yo, no sabemos que pensaba Daniela, que quería, hace cuanto no hablabas con ella, de verdad, no las pelotudeces que hablamos siempre, sino lo que realmente pensaba.
-Era mi hija,. hubiera sabido lo que le pasaba.
-Ni vos, ni yo sabíamos nada de ella.

Si era un atentado, no, ya se estaba haciendo una novela en su mente, o no, nada cuajaba, a no ser que su hijo se hubiera suicidado, o que alguno de los otros, hubiera decidido hacerlo y llevarse a los demás también.
No entendía nada, y no sabia si realmente quería entender.
Virginia estaba tan cerca de él, pero nada le provocaba el dolor o la incertidumbre de vicente, como a él en nada le importaba lo que pusidera estar sintiendo ella, le parecio que su matrimonio era tan absurdo como la muerte de su hijo.