sábado, 30 de diciembre de 2017

Encrucijadas de la vida /19)

Quiero creer en su mirada, en sus palabras, en sus caricias.
Tal vez si lo interior es lo que cuenta, tal vez si existe el príncipe azul, tal vez si merezco ser querida.
Puede que me convenga por una vez disfrutar, no pensar en nada más, no buscar razones, motivos, certezas, solo disfrutar, solo gozar.
Mientras veía a Benjamín dormir, desnudo, cubierto apenas por la sabana, buscó su remera y su ropa interior, no le gustaba estar mucho tiempo desnuda frente a él.
Es tan lindo, tiene un cuerpo hermoso, sus horas le lleva verse así, igual aunque no hiciera ejercicio, se vería muy bien, esa carita no se moldeó en un gimnasio.
Seré como los pintores renancentistas, con esas relaciones de oportunismos cruzados, se sentirían tan grotescos como yo ahora, contemplando la belleza, es extraño, la admiración de esos artistas los llevó a inmortalizar la belleza de innumerables efebos de los que hoy no sabemos sus nombres, pero los maestros abrían sacrificado su talento para retratar esas bellezas y a cambio tenerlas, ser bellos, deseados, e vez de admirados, no sé, la mayoría diría que es una estupidez lo que estoy pensando, un superficialidad, que el talento vale muchísimo más que la belleza física, que gracias al talento se crea la verdadera belleza estética, que es la de las artes, pero eso es algo que suena bien, porque en el fondo todos podemos creer que en el fondo tenemos un gran talento oculto que no supimos o quisimos explotar, en cambio no podemos engañarnos sobre la belleza física, se tiene o no, una cirugía puede ayudar, pero quien es naturalmente bello, quien nace hermosos, tiene una seguridad que no da ningún bisturí.
Una persona linda genera aceptación, admiración, deseo, envidia, una talentosa también, pero de otro tipo.
Igual el talento siempre puede ser cuestionado, yo no estoy segura de tenerlo, pero Benjamín si puede estarlo de su belleza, y por como habla, camina, y se comporta en general, es obvio que lo sabe, y le encanta, por eso estoy segura de que no me quiere.

Encrucijadas de la vida /18)

A veces cambiaba de día, pero Laura sabía que cuando Jorge se echaba desodorante a la noche, era porque quería tener sexo, hacía rato que lo que hacían no se podía llamar amor, y sexo, bueno si era sexo, pero más rutina que otra cosa.
A veces ella se perfumaba también, alguna vez había llegado a usar lencería sugerente, pero de eso hacía años, ahora era solo un acto de rutina, una descarga para él y una concesión de parte de ella.
Pensar que al principio no nos podíamos despegar, estábamos todo el día uno arriba del otro, y hora es solo esto, un momento, casi incomodo, donde ni siquiera nos miramos.
Cuando Jorge acababa, Laura se iba al baño, antes solo se limpiaba un poco, porque según le decía a él, le encantaba dormir con su olor a hombre impregnado en ella, ahora casi corría hasta la ducha para refregarse más fuerte de lo que solía hacerlo cuando no tenía sexo, de hecho nunca se bañaba de noche si no tenía sexo.
Jorge a veces también, si no es que se dormía antes de que Laura saliera de la ducha.
Esa noche se quedó despierto, sentado en la cama.
-Estoy harto.
Le dijo mirándola por el espejo mientras ella se cepillaba el pelo.
Laura suspiró y siguió cepillándose.
-No sé qué esperas oír, y la verdad es que tampoco me importa.
-Hace rato que no te importa nada de lo que me pasa.
-No tengo ganas de pelear, Jorge.
-No tenés ganas de nada conmigo.
-¿Y vos conmigo, si? Tenías de verdad ganas de estar conmigo, hoy, por favor.
-Tantas como vos conmigo.
-Si querés dejamos de hacerlo, eh, yo solo para que después no digas que no soy capaz de estar con vos.
-Qué sacrificada.
-No, no es un sacrificio, pero tampoco te voy a decir que lo gozo mucho, y vos tampoco, lo hacemos solo por hacerlo.
-Yo creí que porque somos marido y mujer, para que aunque sea en algo seamos un matrimonio.
-No creo que muchos matrimonio que lleven casados tantos año como nosotros,  tengan mucho sexo, que tenga sexo ya me sorprendería, y si lo hacen no la deben pasar mucho mejor, de eso podes estar seguro.
-¿Entonces para qué mierda seguimos juntos?
-Yo te tengo atado a la pata de la cama, te amenace con suicidarme si me dejas, o con matarte, no, en mi caso ya sabes, porque el alquiler del departamento de Benja me lleva medio sueldo, su ropa, comida, y demás, otra parte, y después tengo que vivir, y no me alcanzría para pagarme un alquiler mientras se vende esta casa.
Vos no sé por qué, pero no me vas a decir que es por amor, porque no te lo creo.
-Un poco por la plata, también, pero no lo vale, por lo menos para mí.
-Está bien, querés que nos separemos, nos separamos, ahora Benja terminó de estudiar, puedo pagarme un lugar, pero vos te haces cargo de Sofia, eh, yo a esa insoportable no me la llevo.
-No va a querer ir tampoco, pero...Eso es lo único que tenés para decir?
-Jorge, déjate de joder, ya entre nosotros lo bueno, lo malo, lo lindo y lo feo, pasó, bueno lo feo sigue, discutimos un montón, peleamos, no estamos de acuerdo prácticamente en nada, qué querés, que me rasgue las vestiduras por una obviedad, por algo que por lo que y llore, me enoje, me frustre.
-Yo ya no sé por qué sigo esperando algo de vos.
-Yo por eso de vos hace años que no espero nada, y ya no tengo ganas de seguir hablando, porque mañana tengo un montón de cosas que hacer y quiero hacerlas descansada. 

sábado, 23 de diciembre de 2017

Encrucijadas de la vida /17)

Sabía que lo tacharían del Trump argentino, no le molestaba que fuera por Trump, sino que lo compararan con otro, si bien creía que nadie era del todo original, también pensaba que nadie llegaba  ser igual a otro, y que el parecido solo podía convertirse en una copia mala o en el mejor de los casos insulsa e inferior a la original.
Pero en lo que si quería parecerse a él, era en agitar el país, cambiarlo, hacerlo diferente, estaba harto de como todo funcionaba a su alrededor, de la corrupción, de la inercia, de la dádiva, quería un país que dejara de estar dormido, pero no para estar agitado por hechos patéticos de violencia o protestas sociales comandadas por los mismos que habían provocado el estallido, quería un país de leones, no de corderos, de gente que decidiera su destino, y no se dejara arriar o pastará en el estado hasta morir, quería gente ambiciosa, cambiar la psicología social de los habitantes del país.
Lo malo que para eso debía conseguir el voto del ganado y las ovejas, y eso era lo complicado, odiaba la demagogia, y las elecciones no se ganaban sin serlo, tendría que contratar un asesor y lo peor de todo, escucharlo y hacer lo que este le dijera, odiaba a los asesores, detestaba cuando tenía que contratarlos en su empresa, le parecían unos charlatanes miserables, hipócritas y hasta a veces sociópatas, pero eran los nuevos reyes de la política, lo que sabían leer e interpretar a la sociedad, esa sociedad habida de historias, de cuentos, que viví a través de la representación y el marketing, y no de la realidad.
Bueno, eso podía servirle a su favor, representaría la imagen del empresario hecho a sí mismo, del hombre exitoso, daría el mensaje de que cualquiera con esfuerzo podía llegar adonde él estaba.
Lo lograría, estaba seguro, sería el ejemplo a seguir, el transformador del país, el re-fundador de la patria. 

Encrucijadas de la vida /16)

Siempre metía demasiadas cosas en su bolso, y esa mañana no fue la excepción, pero se calzó mal la manija, y se cayo, como iba lleno hasta el tope, varias cosas se cayeron y comenzaron a rodar las que tenían forma cilíndrica.
Jorge, estaba sacando su auto enfrente, y casi pasa por arriba un delineador que le había costado sus buenos pesos, por lo que Sofia se puso a gritar y hacer señas, Jorge paró el auto, pensando que debajo de este había algún niño que iba al colegio y el cuál no había visto, aunque penas un segundo antes se había dado vuelta sin ver nada. Cuando notó que una mujer se agachaba y recogía un delineador, quiso rajarla a puteadas, pero inspiro profundamente, hizo una sonrisa, y volvió a poner en marcha el auto.
Le gustaba ver como el sol del ocaso daba sobre las hojas de los arboles de su vereda, se ponía a repasar o lavar el auto, como excusa para observarlos, ya que si se quedaba solo mirando las hojas, la gente pensaría mal.
La gente no soporta que alguien pueda estar contemplando algo sin sacarle una foto y subirla a alguna red social, seguro si me ven solo mirando las plantas, de loco no me van a bajar, peor bueno, qué se vayan a cagar, igual una repasada al auto no le viene mal.
Huy ya volvió la loca del delineador.
Sofia paro su auto enfrente, dudo un minuto, y se acercó a él.
-Hola, Sofia, la de enfrente, obvio, quería pedirle disculpas por lo de hoy a la mañana.
-Nah, no se preocupe, por suerte no hubo heridos.
-Solo un pequeño raspón, y no es responsabilidad suya, sino mía. Bueno, un gusto.
-Igualmente.
Era una linda mujer, simpática, aunque de ojos tristes, se notaba que necesitaba una oreja que la escuchara, alguien que la contuviera.
Bueno, quien no lo necesita, bienvenida la club, vecina, con esa facha seguro encontras más rápido que yo quien te de pelota.



sábado, 2 de diciembre de 2017

Encrucijadas de la vida /15)

Odiaba el futbol, pero sabía muy bien quien era Gustavo Terranova, "el Terra", su marido no había dejado de nombrarlo durante los mundiales del 94, 98 y 2002.
El "desgraciado", el tipo manejaba bajo efectos del alcohol y la droga, lo raro hubiera sido que no le pasara nada, pero anda a decir eso, de un "héroe" porque en este país los héroes son los que patean bien una pelota, los que nos hacen ganar un mundial, no los científicos, doctores, o bomberos, no, tenemos tan mal los valores, pero bueno, este por lo menos la sacó cara, la mayoría son iguales a él y les va de maravilla.
Tan poca plata le habrá quedado para que se meta de profesor, igual no lo tendrían que haber contratado, qué ejemplo puede dar un tipo así, sobre lo que no hay que hacer, pero bueno, si digo algo seguro la directora me dice que la autorización se la dio alguien de arriba, que no lo dudo, lo más probable es que algún político amigo de este tipo o peor, fanático, lo haya metido para darle una mano, en vez de contratar a un persona calificada, peor así es todo acá.
Le dio la mano y lo miro, era un hombre atractivo a pesar de los años y las tragedias.
Eso fue lo que conmovió a Laura, su mirada, recordaba que las pocas veces que cansada de mirar una revista o la pared después del partido, tenía que escuchar las declaraciones de los futbolistas, El Terra tenía una hermosa mirada, unos ojitos alegres, simpáticos, que ahora se veían tristes, patéticos.
-Bienvenido.
Le dijo, él le devolvió la mecánica palabra, con otra, gracias.
Laura hizo su trabajo de rutina, pero no entendí por qué razón, no podía dejar de pensar en esa mirada, en esos ojos, hasta que en el viaje de regreso a su casa, lo recordó, una mirada igual era la que tenía su padre cuando su madre los abandono, la mirada de la derrota. 


Encrucijadas de la vida /14)

No es su territorio, cuando me vea acá, será tan nuevo como yo, no puede hacerme nada.
Se había repetido eso todo el tiempo desde que llegara a la ciudad, y pensaba cumplirlo, no se dejaría amedrentar por él, si se había ido era para cambiar, no podía solo ir y seguir siendo la misma, con los mismos miedos, las mismas inseguridades, la misma angustia, necesitaba ser diferente, pensar diferente, sentirse diferente, y actuar diferente, cuando lo tuviera enfrente debía sostenerle la mirada, hablarle en el mismo tono que lo hiciera él, no intimidarse, no amedrentarse, no ceder.
Cuantos años perdí, nada me los va a devolver, lo peor es la forma en la que crié a mí hijo, si por idiota me cague la vid, bueno joderme, pero haberle cagado la infancia a él, es algo que no me voy a perdonar, lo tendría que haber alejado de este hijo de puta ni bien nació, qué quería, que se transformar en un pusilánime como yo, o peor en un en enfermo como él. No sé qué tenía en la cabeza.

Y ahí estaba él, esperando sentado al lado de la puerta de su consultorio.