sábado, 27 de octubre de 2012

Convivencia Obligada /3)

El primer día les hizo la cena, pero se encargo de decirles que era el último, ya que ella llevaba una dieta a base de frutas y verduras, nada de pastas, carnes de ningún tipo o cualquier cosa que tuviera grasas.
Los 3 le echaron una mirada llena de reproche, pero Mercedes decidio devolverla con la misma carga, se dijo y pensaba decirlo en voz alta si alguno de ellos le decía algo, que no estaba para ser sirvienta de nadie, que ahí estaban viviendo los 4 solo hasta que se vendiera la casa, nada más, y que si querían algo que lo fueran a buscar, y si querían comer, que se prepararan lo que necesitaran, y que a ella la dejaran de joder, que era una mujer grande de 61 años, y no estaba para aguantarse más que a si misma.

1 kilo de cocaína, no le podía tanto vender eso en una ciudad relativamente pequeña como esa, la cuestión era saber donde, y a quien.
Tendría que conseguir la coca por otros medios, había conocido a uno en un boliche que se dedicaba a eso allí, lo tenia que ver, se levanto a las 10, y salio, el día estaba nublado y fresco.
Como era que me dijo que se llamaba...Lucas era no, si Lucas, y vivía en Cervantes y Luna, si esa era.
No estaba lejos de ahí, camino, odiaba caminar, epro había tenido que vender la moto, por lo que hasta no conseguir una neva, no le quedaba de otra.
La casa era vieja, y parecía que en cualquier momento se venía a bajo, toco la puerta que al igual que para estar a tono con la casa se estaba pudriendo, hacia un sonido raro, y le pareció que si golpeaba más fuerte lo más probable era que hiciera un agujero en ella, decidió no intentarlo y espero, sintió que alguien se acercaba al momento, el ruido de unas llaves dentro de la cerradura, y vio la cara de Lucas.
-Boludo que haces a esta hora, es madrugada para mi.
-Perdona...Lucas, pero no podía dormir.,
-Y te viniste a joderme a mi?
-Bueno che, esto no es algo con horario fijos.
-Como sea, que queréss.
-Estoy viviendo acá con mi tía, bueno no importa, la cosa es que me voy a quedar un tiempo acá y quería saber si podemos...
-Entra...

 Ya 36 años, le costaba creer que se había pasado más de la mitad de su vida metida en la municipalidad, su puesto era uno de los pocos que no dependía de los cargos políticos, por lo que había visto a varios compañeros cambiar, cuando era elegido otro intendente, a ella como era eficiente, y se encargaba de demostrar sus simpatías políticas, nadie la había echado.
Al contrario todos los intendentes le habían ido aumentando el sueldo.
Viendo el lugar si había cambiado bastante exteriormente, las paredes que cuando ella llegara eran de un suave color verde, después había sido de un celeste también muy suave, luego amarillo, después blanco, hasta ser como ahora un color crema que para ella era el mejor que ese lugar había tenido.
Igual habían cambiado las maquinas de escribir que cuando ella había llegado estaba viejas eran de los años 40, grandes, pesadas, y negras, donde costaba hundir el deo, había tenido que sacrificar sus uñas largas por miedo a que se le rompiera o se le enganchara una en el teclado.
El ruido tan característico que estas hacían, hasta que unos años después el intendente electo, las cambiara por otras mucho más practicas, hasta que una década después empezaran a llegar las computadoras.
Ese año se jubilaba, podría haberla pedido varios años antes, pero había preferido tener antigüedad, además aunque sonara miserable, había esperado que su madre muriera para hacerlo, ya que sabía que sino su vida estaría ligada a ella en todo momento, el trabajo era el único lugar y momento donde se sentía diferente a ella, donde era Mercedes y no la hija de Cata.
 

sábado, 20 de octubre de 2012

Convivencia Obligada /2)

La casa les era ajena, solo había estado en ella algunas veces cuando eran chicos, Mercedes por las miradas que estos le echaban a los muebles y demás pensó que estaban tratando de recordar  el lugar.
Esas miradas se parecían a las de Isabel, que aunque esta había vivido toda su infancia allí, siempre se sentía rara, al contrario de  ella, que la sentía una parte suya.
Federico dejo de pasear su mirada y de repente fijo sus ojos en ella.
-Donde vamos a dormir, bah donde voy a dormir, por que ya estamos grandes como para dormir todos juntos.
-Cada uno tiene su habitación, la tuya era donde mama tejía, cocía y demás, pero es una habitación.
Si no importa, ojala se venda rápido la casa, y cada uno haga lo que quiera...donde esta?
-Por acá.
-Mercedes fue con Federico hasta la habitación, esta era mediana como las demás, la única diferencia es que su ventana era más pequeña que las de el resto de las habitaciones.
Federico se saco el bolso que llevaba cruzado en su hombro, y lo tiro en el suelo, después se acostó.
Mercedes salio, sin emitir una palabra más, no había nada que decir.
Cuando volvió al comedor, encontró a Gabriela sentada mirando el adorno que había sobre la mesa, y a Sebastian con el celular.
Este al verla le dijo.
-Che estas conectada, no?
-Si...
-Ah, mejor así no tengo que pagar esta mierda.
Mercedes se sentó al lado de Gabriela.
-Querés que te muestre tu habitación.
-Después, no me alcanzas un vaso con agua.
-Claro, querés de la canilla, o de la heladera.
-De la canilla por favor.
Se lo sirvió, Gabriela vació el vaso.
-Gracias.
-De nada.
Que estoy haciendo, si los sigo tratando así, vana a querer que los atienda continuamente, a lo mejor ni van a querer vender, bueno pero como no tienen para pagar la mitad de la casa, lo van a tener que hacer, pero listo, hoy  los atiendo, les hago la cena si quieren, peor ya mañana que se arreglen como puedan, yo no voy a ser la madre, ni la sirvienta de estos tres.
Mercedes encendió la televisión, y puso una telenovela, que no seguía, pero fingió que si, cuando fueron al corte, miro a Gabriela y  Sebastian, este seguía tecleando en el celular, y Gabriela se tocaba la `panza, aunque esta apenas si se le notaba el embarazo.
Sebastian dejo de mirar el celular, y le dijo.
-Cuál es mi habitación.
-Este corte no dura nada, espera a que termine la novela, sino te acompañaba, es esa puerta, vez la que esta ahí.
Lo dijo apuntando con el dedo a la misma.
-Si la veo.
Sebastian tomo su bolso que lo había dejado sobre uno de los sillones, y se metió en el.
Gabriela, se levanto de la silla.
-Me voy al patio un ratito.
Ella cambio de canal, apenas aguantaba los acentos que se escuchaban en esa telenovela, por no hablar de las actuaciones, puso un canal de noticias, y después lo apago.








sábado, 13 de octubre de 2012

Convivencia Obligada /1)

Su madre y su hermana habían muerto con menos de 1 año de diferencia, igual el año había sido lo único que esas dos muertes compartían, además de el lazo familiar obviamente.
Su madre Catalina, como odiaba ese nombre, Cata para todos o Caty, murió mientras dormía, del corazón, según le dijo el doctor, ni siquiera lo había sentido, paso de un sueño a otro, Mercedes no sabía si creerlo, pero opto por hacerlo, de que le serviría atormentarse, además su madre entre todos para los 88 años que tenia, y los achaques propios de la edad, era una mujer que andaba relativamente bien, gracias a Dios no era senil, y se hasta el último día de su vida se empeño en preparara desde el desayuno hasta la cena, se pasaba casi todo el día con su delantal, aunque también fuera una mujer muy coqueta.
Su hermana Isabel por el contrario si sufrió, al mes de muerta su madre, le detectaron un segundo cáncer, a parte del de mamas que sufriera 3 años antes, cuando vio la cara de su hermana era como si algo se quebrara en ella, y escucho lo que dijo en voz muy baja, aunque después lo repitió hasta la saciedad, de esta no salgo, me voy a morir.

Isabel, más joven, más linda, más decidida, siempre la había admirado y envidiado un poco, le constaba creer que ella, la nena pequeña a la que cuidaba de pequeña, que jugaba siendo sumamente cuidadosa como con una muñeca de porcelana, estuviera muerta, y más raro todavía que sus sobrinos fueran a vivir allí.
Los estaba esperando, llegarían en cualquier momento, aunque ninguno le caía bien, más bien cuando tenia que hablar con ellos, trataba con empeño que no se notara lo que les desagradaba su presencia, ya que los consideraba unos reventados, cuantas veces con su madre habían criticando a Federico, Gabriela, y Sebastian, y compadecido a Isabel.

Ahora hasta que vendieran la casa, ellos vivirían allí.
El primero en bajarse del colectivo fue Federico, de negro y lleno de tatuajes, después Gabriela embarazada, todavía no s ele notaba, ya que como siempre había sido tan flaca, apenas si se le notaba algo, a pesar de pasar los 4 meses de embarazo, y por último Sebastian, el que a muchos les pasaba desapercibido, aunque no por eso menos problematico que los otros dos.
Ni ella sabía por que fue a esperarlo, no estaba con el auto ya que el colectivo los había dejado a metros de la casa, pero bueno  cortesía o hipocresía, ya estaba hecho.
Les dio un beso a cada uno, y estos se los devolvieron con la misma frialdad con que ella se los diera, se encaminaron para la casa y entraron, Mercedes suspiro y cerro la puerta.
 

sábado, 6 de octubre de 2012

Agnezzi /14)

Hacía sesenta año que estaba en Agnezzi, y que era este ahora, de lo que había llegado a ser un pueblo prospero, ahora solo quedaban los restos, los edificios de lo que alguna vez fueran fabricas, ya solo quedaban parados, inertes, vacíos, esperando ir pudriéndose, o ser demolidos algún día.
Las vías del tren estaban igual de muertas, 6 años hacia ya que pasara el último, y con el habían aprovechado muchos para irse de allí, llevándose todo lo que pudieron, los pocos que lograron vender sus casas fue para que estas fueran demolidos y volvieran a ser zona de sembrado, los que no pudieron venderlas, decidieron quitar puertas y ventanas, para que no las saquearan, y además con eso poder pagar aunque se las primeras cuotas de un crédito, que les financiara la compra de una nueva casa.
Lorena se miraba y descubría que ella pasaba por lo mismo, ya lo único que esperaba era la muerte, le costaba levantarse, caminar, a veces olvidaba ciertas cosas, cada vez que se peinaba sentía más fuerte el cepillo, por el poco pelo que le quedaba, sus hijos tampoco estaban allí, a ninguno le había interesado vivir en el pueblo, y después de estudiar, solo había vuelto a verlos de vez en cuando, estos le propusieron varias veces sobretodo después que muriera Esteban que se fuera a la ciudad, pero ellas se negaba rotundamente.
Tenia una mujer que la cuidaba, y era amable con ella, nunca le hacia faltar nada, pero ella se sentía como un niño, al que tenían que cuidar, de que no se cayera, ni tocara nada que pudiera lastimarla, debido a eso, Lorena opto por salir poco y nada de su habitación, se pasaba las horas mirando televisión, sobretodo películas viejas cuando las encontraba, o alguna telenovela, o sino, y esto era lo que prefería hacer, miraba fotos, de su casamiento, de cada uno de sus embarazos, de cuando nacieran sus hijos, siempre que llegaba a las de color, casi nunca revisaba el último álbum con las fotos de color, estas la deprimía.

Era el mejor asilo de Buenos Aires, de eso no se podía quejar, tenía todo, comida, un jardín grande y hermoso, y sobretodo las enfermeras y los doctores eran de lo más amable, aquí si les importaba que los viejos no se murieran, por que no había muchos familiares dispuestos a pagar un lugar tan caro para sus padres.
Peor a Francis lo que más la alegraba era que su nieta viniera a verla, y esta lo hacia casi todas los días, ella la esperaba ansiosa, casi siempre con algo preparado, se iba a la cocina y después que la cocinera terminaba de preparar el desayuno la ayudaba a hacer una torta, o o galletitas para su sobrina Viviana, y su amigo Adrián, un muchacho muy simpático, gay que siempre la maquillaba y peinaba con sumo cuidado, para dejarla como las actrices que ella hubiera querido ser de joven, le llevaba retratos de todas las divas de Hollywood y le preguntaba como quien quería lucir esa tarde, y ella miraba los retratos y elegía, su nieta también quería ser actriz, y muchas veces Viviana también se peinaba y vestía, ella quería ser actriz, de hecho estaba por terminar la carrera de artes dramáticos, y hasta estaba por conseguir un rol en una telenovela.
Francis encantada veía la ropa de Viviana como esta se transformaba en toda una diva, y soñaba con que era ella, con que su nieta cumpliría su sueño tan anhelado, y su sonrisa se ensanchaba.

Le gustaba pasar unas cuantas semanas con cada uno de sus hijos, a estos les gustaba estar con ella, sobretodo 2 de ellos, que vivían solo, no se habían casado ni tenían hijos, a veces pensaba si el hecho de que ella se viera tan cansada durante los años de crianza, tenia que ver con esa decisión.