sábado, 15 de agosto de 2020

Y de repente se hace realidad /41)

 Cuando escuchó a Diego gritar ese es papa, a Sara le resultó absurdo, estaba terminándole de dar de comer a la Luciana, cuando levantó la vista y siguiendo el dedo indice de su hijo, contempló la imagen de Damian con un disparo en el hombro, inconsciente sobre una camilla.
Hijo de mil putas, pelotudo de mierda, tenias que volverte un loco, un héroe de cuarta, del tercer mundo, un qué, pistolero, justiciero.
Los gritos de su hijos, insistentes por atención y respuestas, la sacaron de sus pensamientos.
-No sabemos si es papa.
Fue lo primero que se le ocurrió decir, después apagó el televisor, no quería oír nada más.
Al rato, le sonó el celular.
-Usted es la esposa de Damian Herrera?
-Ex esposa, nos estamos divorciando.
-Sabe qué hacia su marido, perdón, su ex marido en la casa de los Soberón.
-No, hace 1 mes que no tengo contacto con él.
-Por qué se distanciaron, cuál...
Cortó, y después apagó el celular.
¿Como mierda consiguieron mi número?
El colegio, seguro se lo dieron en el colegio de Diego...
-Quiero ir a ver a papa. 
Insistió Diego, y repitio lo mismo varias veces, hasta que Sara, a punto de llorar, le gritó.
-Está bien, déjame de joder. 
Le costó mucho enviarle un mensaje de texto a su madre, ya que cada minuto y medio recibía una llamada diferente de números desconocidos, que presumía eran de diferentes medios de comunicación. 
Cuando, Mónica, su madre llegó, trató de tranquilizarla, y le dijo  que en vez que esta se quedara con Luciana, se fueran a su casa, y de ahí ella se tomara un remis hasta la ciudad donde Damian estaba hospitalizado.
-No, un remís hasta allá es carísimo.
-Yo te lo pago, además si te presto el auto, con la nafta, los peajes, nbi sabes qué micro va a esa ciudad, si hay alguno, o una combi que tampoco es tanta la diferencia con el remís. 
-Está bien.
Mónica le dijo que el remís ya venía en camino, al salir de su casa, se encontró con 2 periodista e igual cantidad de cámaras enfocándola, y micrófonos apuntándole.
-Señora, su marido...
-Sin comentarios, déjenme pasar, por favor.
El remisero no puso la radio con todo volumen para escuchar todos los hechos sobre lo acontecido en esa ciudad.
-Qué bien lo que hizo ese tipo, el tal Damian, un héroe.
-Es mi papa.
-Qué nene, ah si, por eso el viaje, qué grande tu papa, pichón, y su marido o pareja, señora.
Ella lo miró con fastidio, y contestó:
-Si, pero no conozco los hechos, hace 1 mes que no sabía nada de Damian, es mi ex.
-Da como para una reconciliación, no le parece.
Sara, no le contestó, ni volvió la vista hacia él, hasta que el auto no se estacionó enfrente del hospital y tuvo que pagar.
Caminó con su hijo de la mano, y los medios al reconocerla la rodearon de vuelta, ésta vez con lo fastidiada que estaba ni siquiera movió la boca. Entró.

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