sábado, 15 de junio de 2019

Los rumbos /30)

En otro momento de su vida, hubiera estado expectante, ansiosa, con el corazón latiendo a mil palpitaciones por minuto, haciendo una telaraña de ideas en la cabeza, sobre lo que pasaría después, sobre si para él había sido solo sexo, una noche agradable, si daba paso para algo más, qué sería ese algo más, qué podía decir para no asustarlo, para no molestarlo, para que todo funcionara bien. Pero ya no, no sabia lo que podía pasar ni le importaba, la vida era extraña, tramposa, nunca se sabia si todo iba a seguir como hasta ese momento o un hecho inesperado se atravesaría, cualquier cosa, un accidente, un paro cardíaco, lo que fuera, la vida era una mezcla de hechos previsibles y otros inesperados, de desafíos, angustias, etc, lo que se podía hacer era encararlos de la forma más tranquila y realista posible. Ahora estaba en la misma cama con Mauro, no había sido algo inesperado o repentino, al contrario, lo que pasaría después, cuando él se despertará dependería de los dos, y lo que eso acarreara dependería de ella, podía terminar todo ahí si quería.
Pero qué quería, todavía no estaba segura. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario