sábado, 13 de agosto de 2022

Un nuevo comienzo /4)

Fue recorriendo hasta se le acabó la plata y se buscó un trabajo de mesera en Olavarría.
Hizo un pequeño grupo de conocidos, no los consideraba amigos, pero sí salía a veces los fines de semana a tomar algo después del trabajo.
Cuando pudo ahorrar unos pesos, se fue, seguía sin rumbo, quería seguir recorriendo, aunque a veces todas las pequeñas ciudades se le hacían similares y solo se quedaba en ellas el tiempo que tardaba en llegar el próximo colectivo. 
Terminó llegando a Río Negro, donde empezó a hacer montañismo después de empezar a salir con Diego, uno de los guías, ella le dijo que no quería quedarse ahí mucho, sino seguir conociendo el país, por lo que lo de ellos no iba a durar, Diego le dijo que no tenía ningún problema con eso.
Ambos que antes de conocerse habían tenido relaciones largas, se dieron cuenta que disfrutaban más así, sin expectativas, ni miedos, ni celos, sino aprovechando el momento. 
Diego le enseñó lo básico de montañismo, y ella descubrió que lo principal, como en casi todo era la mezcla justa de preparación y confianza en sí mismo.
A veces, los días lunes que era los que Diego se tomaba franco, se iban a escalar alguna montaña no muy alta y se quedaban juntos un buen rato en la cima, abrazados, sintiéndose chiquitos frente al paisaje. Consideraba que la relación con Diego era uno de los vínculos más sanos que había tenido en su vida, un par de veces se le pasó la idea de quedarse con él, pero no, era traicionarse a sí misma y sabía que de hacerlo iba a terminar frustrándose.
El día que se separaron se dieron cuenta que se terminaba, no quisieron planear un reencuentro, tal vez se daría pero no era una promesa. Ambos sintieron que algo se rompía, sintieron mucha ansiedad, casi pánico, se abrazaron muy fuerte mientras lloraban y temblaban uno sobre el otro. Le costó reponerse, había llorado, moqueado, y le dolía la cabeza, además de que se sentía rota. Como la noche anterior no había podido dormir, tenía mucho sueño, durmió casi todas las 12 horas de viaje. Cuando bajó en Chubut y fue al baño de la estación se encontró demacrada, con ojeras y moco seco en sus orificios nasales, se echó agua, se puso una crema y desayunó en el bar de la estación. Era un día frío y nublado, habían anunciado nieve. 



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