sábado, 3 de junio de 2017

Paraíso Accesible /6)

Estar así, abrazados, uno junto al otro, mirándose, acostados, con las sabanas húmedas del sudor de ambos.
A Martín le costaba creer que todo se hubiera dado tal cuál había deseado o más bien fantaseado, nunca se permitió pensar que eso podría suceder, que Natalia querría y que encima sería como fue, lindo, natural, placentero, sin incomodidades, sin decepciones, sin torpezas, todo orgánico, como en un bello sueño, necesitaba tocarla, aunque casi todo su cuerpo rosaba el de Natalia, para sentir que eso era real, que estaba ahí con ella, que habían hecho el amor, la primera vez que podía usar esa expresión para describirlo, las veces anteriores (2) que había estado íntimamente con mujeres, solo se podía denominar sexo, un sexo vacío, o casi como si fuera un favor, estar con el gordito simpático, a ver si el gordito vale la pena, tal vez se esfuerza, porque con esa cara y ese cuerpo, no va a hacer de los que solo te mete la pija adentro, por ahí me la chupa, sabía que eso habían pensado, se lo había visto en sus ojos, había una sutil burla en esas mujeres, y él las había entendido, creía merecer eso, y casi que necesitaba agradecerles luego que le hubiera hecho el favor de estar con él, como quien realiza una tarea incomoda y sacrificada, pero necesaria.
Pero esta vez era diferente, esta vez había habido amor, química, esta vez era real.
No quería decir nada, para no sonar estúpido, ni cursi, no quería arruinar el momento, y creía que sus cuerpos hablaban por ellos, estar así, lo decía todo, para qué llenar ese hermosos silencio con palabras banales, melosas, tontas, mejor que decir era sentir, y él estaba sintiendo lo que nunca antes, y tal vez lo que nunca después, pero no quería pensar en eso tampoco, solo vivir el momento, atesorarlo, guardarlo.


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