sábado, 5 de junio de 2021

Voces /5)

 Su abogado decidió alegar demencia, a él no le importaba en lo más mínimo, pasar años en una cárcel o en un manicomio, en teoría seguramente el manicomio era mejor opción, lo sabia pero en el fondo en una u otra tendría que vivir con lo que había hecho. Después pesó que en el manicomio probablemente lo llenarían de pastillas y la idea le gustó, no pensar, pesar, era eso lo que había hecho, tenia otra ida de lo que era pensar, no, no, lo que hacia era escuchar, escuchar y ver cosas todo el tiempo,  imaginar asesinatos, hechos horribles, eso le atraía y perturbaba. Era como mirar un abismo, la tentación de lanzarse, ese deseo de hacer algo horrible era lo único que le provocaba algo dentro, el resto era nada, letargo, rutina, hacer las cosas por inercia y mecánica. La fragilidad y belleza de esas criaturas solo le despertaba pensamientos perversos, voces, alucinaciones, cuerpos rotos, sangre, huesos, todo lo lindo convertido en pedazos de carne muerta. 

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