sábado, 13 de marzo de 2021

El oficio de Manuel /25)

 Los viejos le rondaban la cabeza, cada día eran más, y en general estaban solos, la mayoría por lo menos en CABA tenía un pasar económico aceptable, podía darse sus gustos. Si abría un restaurante teniendo en cuenta esto, que no fuera exclusivo para ellos pero si donde se sintieran cómodos, con mozos dispuestos a escucharlos, darles charla, leerles el menú, etc.
Se pasó la mañana anotando cosas para su proyecto.
Luego hizo un Excel con la lista.
Se sentía extraño, casi ridículo, recordó una palabra que usaba mucho uno de sus clientes, aburguesado, y cuando le había pedido la definición este le dijo: es básicamente cambiar de piel, por una mujer, ponele, pero a la que nunca sentís del todo propia, como te digo, como si fuera alquilada. Hacia años que este hombre se la había dicho y del cuál ya no se acordaba de su nombre, pero si la palabra, porque así se sentía, igual siendo prostituto, aunque eso sí le parecía que era algo que se esperaba de él por venir de donde venía, y sintió orgullo de intentar cambiar, no porque le jodiera ser prostituto, sino porque convertirse e el dueño de una pyme lo hacia destacar, ser mejor que los demás de la villa. Siempre se había sentido perseguido por venir de ahí, estigmatizado, aunque nadie que lo conociera, bah las pocas personas además de sus clientes con las que tenia trato, algunas ex parejas, nunca les había mencionado donde se había criado, siempre les inventaba que en el interior de la provincia, en general usaba Lobos, porque una vez camino a Mar del Plata el colectivo en que iba se había roto y tuvieron que esperar unas horas en su terminal, decidió recorrer un poco de la ciudad y le gustó, decidió que ahí situaría su infancia, se inventó una madre, un padre y dos hermanos, con los que iba a la plaza, y se sacaba fotos frente a sus estatuas.
Quizás dejara de usar esa mentira una vez que abriera el bar restaurante, quizás podría ser una de esas historias cursis de nací en una villa y salí adelante, un verdadero ejemplo de meritocracia, aunque solo diría villana, no en cuál, ni mucho menos volvería a usar su verdadero apellido que se había cambiado ni bien llegó a la mayoría de edad.  Pero no, mejor no hacerse el canchero, si hablaba de su origen aunque fueran vaguedades, alguno podía asociarlo con su familia, y quewría que estos siguieran enterrados. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario