sábado, 18 de enero de 2020

Y de repente se hace realidad /9)

Mierda, esa palabra se le fijó en la mente, subió al Fiat y se alejó lo más que pudo de la zona, abandonó el auto a 2 kilómetros de distancia, en una calle poco transitada, casi todos los edificios que se veían estaban abandonados y medio en ruinas, deseaba que no hubiera ocupas.
Caminó unas 5 cuadras y fue hasta el departamento que tenía de aguantadero con otros.  
No había nadie, se acordó que ese día uno de sus socios iba a destruir lo que había robado, siempre que les encargaban un asesinato lo hacían pasar por un robo a mano armada que había salido mal. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario