sábado, 3 de septiembre de 2016

Lo que hice de mí /14)

De a poco me fui enterando del pasado de Adriana y Bendek, eran una familia pequeña, Bendek era hijo único, el marido de Adriana había muerto un año antes de que se vinieran, se llamaba Roman y como su hijo luego de él, había sido farmacéutico.
Bendek al parecer no siempre había sido huraño y taciturno, se volvió así luego de que su esposa, Bianca, muriera durante el viaje a Buenos Aires mientras daba a luz, el parto se malogro muriendo tanto ella como el niño.
-Bendek quedó así, viviendo en el pasado, creo que los únicos momentos donde se siente bien es cuando logra un recuerdo fiel, entre tantos otros que se inventa o idealiza.
Pensé en eso, Bendek seguramente siempre había tenido una personalidad tendiente al pesimismo, en eso yo era bastante parecida, por eso creo que luego de la tragedia vivida, decidió no volver a casarse, ni tener hijos, refugiarse el resto de su vida en los recuerdos idealizados, en un pasado perfecto, lleno de risas, de comprensión de amor, volviendo a Bianca, una especie de diosa, especulando con que habrían tenido muchos hijos, y recurriendo a las imágenes de la familia perfecta, el hombre leyendo el diario durante el desayuno, la mujer sirviendo el café, los chicos con su hablar chillón y sus guardapolvos blancos, listos para ir al colegio, sin pensar que tal vez esa vida lo hubiera aburrido, fastidiado, que un hombre solitario como él, ensimismado entre frascos, el escuchar tantas voces, el satisfacer las demandas de un niño, el ver como ese amor se iba volviendo rutina, tampoco le hubiera gustado, y tal vez habría terminado igual de ensimisma y taciturno que lo era actualmente, pero sin contar con la comprensión y el amparo absolutos de su madre.
En el fondo esa tragedia le daba una especie de autorización a regodearse en su dolor, a mostrarse tal cuál era.

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