sábado, 23 de julio de 2016

Lo que hice de mí /8)

Me embarace enseguida, cosa que en ese tiempo era lo más normal y esperable en un matrimonio recién casado, el hombre y la mujer debían demostrar su fertilidad, pero para mí sobre todo ahora visto tantos años después, fue un error, la panza y todos los preparativos para el bebe, nos impedían ocuparnos de nosotros, conocernos, ver como funcionábamos como pareja, pero como dije, en esa época, nadie pensaba en esas cosas, la gente se casaba casi exclusivamente para formar una familia, nada más, el resto, la convivencia, el amor, la compatibilidad, eran cosas absurdas para la mayoría o simplemente impensadas.
Por lo que lo único que sentí fue frustración, odiaba ser ama de casa, tender la ropa, lavar los platos, vasos, cubiertos, hacer el desayuno, la comida, la cena, lavar la ropa, en ese tiempo tenia que hacerlo a mano, cosa que me llevaba un montón de tiempo y esfuerzo, comprar tela, hacerme vestidos para los últimos meses del embarazo, también para la ropa del bebe, y en ese tiempo sin ecografías, hacer tanto rosa como azul, o blanco, yo elegí hacer la mayoría de blanco.
Mauro creo que estaba tan cansado y frustrado como yo, pero al vernos tan poco, apenas hablábamos, y siempre con la comedia de como iba creciendo mi panza, si el bebe daba alguna patada, todas esas cursilerías que igual para una pareja recién casada y que está esperando un hijo, son hermosas.
Cuando fue el día que tuve que parir, en el hospital, obviamente no quería tener nada que ver con las comadronas, me daba terror que el bebe viniera de culo o alguna otra complicación y empezara esta a meter cucharones o alguna otra cosa y que sin querer le causara al bebe secuelas de por vida.
Por suerte el parto fue normal, que en esa época era un doctor que gritaba más fuerte que una por los dolores del parto, y te ordenaba pujar como una violencia absoluta, por lo menos así fue el doctor que me tocó a mí, me sentía en una sala de tortura, con gente alrededor mío y yo con las piernas abiertas toda transpirada, gritando y llorando como una loca, mientras hacia un esfuerzo terrible, hasta que nació Victor.
No voy a describir lo que sentí cuando me lo pusieron en los brazos, porque no tengo palabras para hacerlo como ese momento merece, es algo que se siente, no se puede describir.


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