sábado, 27 de junio de 2015

Victima Victimario /12)

Cayó de espaldas, y solo porque instintivamente se había llevado las manos a la cabeza, no se golpeó la nuca contra el suelo.
Le costaba creer la fuerza que había tenido Martín par empujarla, casi inmediatamente después de caer, sintió un fuerte dolor en la boca del estomago, y enseguida le empezó a faltar el aire, se sobó donde había recibido el golpe, y empezó a inhalar por la nariz y exhalar por la boca.
Con bastante esfuerzo, se sentó en el suelo, y luego de unos minutos, apoyó sus manos sobre el respaldo de una silla.
13 años cumple la semana qué viene el mierda este, y apenas le llevó 4 centímetros, dentro de nada me va a pasar, y no le voy a poder decir ni esta boca es mía, porque me va a cagar a palos.
No, tengo que empezar defensa personal o algo, lo único que falta, que un pendejo me venga a dominar en mi propia casa.
Luego de buscar en el diario, encontró el curso de una mujer llamada Leticia Silva, la mujer no era oriunda del pueblo, había nacido en Capital federal, pero hacia unos años vivía allí, era profesora de educación física, además de instructora de defensa personal.
Enseguida congeniaron, ambas eran bastante parecidas, tanto física como psicológicamente, después de las clases, solían irse a tomar un jugo, o si hacia frío un café, también Magdalena aceptó la propuesta de Leticia, de salir a caminar juntas.
Magdalena, casi sin darse cuenta, empezó a cuidar su estética, se dejó el pelo más largo, se depilo las cejas, el bozo, el mentón, comenzó a comprarse ropa más colorida, saliendo de los azules oscuros, negros, y grises, que monopolizaban su ropero.
Durante las clases, Leticia la empezó a tocar, como si fueran pequeñas equivocaciones o deslices, que a Magdalena la sumergían en sentimientos encontrados, por un lado se excitaba y deseaba que Leticia fuera todavía más atrevida, y por otros, se avergonzaba y asqueaba de permitirlo, por eso nunca demostraba su satisfacción al sentir sus manos o sus caricias, por eso estas de a poco fueron desapareciendo, al igual que las salidas después de clases y las caminatas.
Cuando las clases acabaron, la recorrió una mezcla de frustración, amargura y a la vez alivio.
La relación con Martín siguió empeorando, los 2 estaban cada día más irritantes, y por cualquier cosa discutían.
Un día mientras se insultaban, Martín volvió a empujarla, pero ya Magdalena sabía como pararse para frenar la caída, y luego de sentir las manos de Martín sobre sus hombrachos, al ver la sorpresa de este, cuando vio que ella no caía, aprovecho y le dio una trompada, provocando que Martín diera con el culo en el suelo, esto la satisfizo tanto, que largo una amarga carcajada, llena de nostalgia por Leticia. 





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