Aturdido y con un fuerte dolor de cabeza, Pedro se llevó la mano a la nuca, y noto que los dedos se le mojaban, acerco su mano a los ojos y vio sangre, enfurecido, trato de levantarse de golpe, y el dolor de cabeza se hizo más profundo, comenzó a marearse, pero no quería sentarse en ninguno de los sillones, ni darle más tiempo a Teresa.
Aun aturdido y mareado subió las escaleras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario