sábado, 19 de agosto de 2023

Los días /3)

Al principio le costó acostumbrarse a ver a gente mayor gastándose casi toda su jubilación en billetes de lotería, o como ellos lo llamaban: numeritos. Se sentía como un dealer, ya que la ansiedad, emoción y alegría que tenía por el papel que le entregaba y que en la mayoría de los casos a las pocas horas no tendría ningún valor, era patética. Hasta que se dijo a sí mismo que la mayoría no perdían tanto, que era una forma de entretenerse y olvidarse de sus problemas, no sería la mejor, pero tampoco iban a morirse por eso. Además, él no tenía ninguna responsabilidad para con ellos, nadie los amenazaba con un arma para que entraran. Las señoras y señores eran amables, conversadores, y él les seguía la charla. Muchas veces eran las conversaciones más largas que tenía durante el día.
Una vez que terminaba su jornada se iba a correr durante una hora, lo descargaba y recargaba a la vez.
Al volver a su casa se duchaba y después de vestirse iba a ver a su padre.