sábado, 28 de diciembre de 2019

Y de repente se hace realidad /7)

No veía la hora de que llegara Teresa, no por ella, no por ella, sino por el nuevo inquilino.
Seguro es el amante, amigo, si claro, qué puta, por favor, meter al macho enfrente de la casa.
A las 11:00 llegó Teresa.
-Hola Inés, mirá Pedro no va a poder llegar hasta la una, se le quedó el auto en la ruta, y hasta que se lo arreglen y todo.
-Si, no hay problema.
Inés esperó.
Por qué mierda estoy tan ansiosa, Dios tan vacía es mí vida que me entusiasmo porque voy a conocer al amante de esta tilinga. Y tiene suerte la hija de puta, un marido rico y un macho.
A las 13:00 tocaron el timbre.
Inés puso el ojo sobre la mirilla, quería verlo antes de abrirle.
Mirá el macho que pegó ésta.
Se saludaron.
El muchacho la miró y extendió la mano, Inés se la estrechó.
-Pedro, un gusto.
-El gusto es mío.
La mirada de Pedro le provocó a Inés una mezcla de atracción y miedo, al darle la mano sintió un escalofrío que le erizó la piel.
Al soltarle la mano se las llevó a los antebrazos.
Teresa notó algo en su expresión.
-¿Te sentís bien Inés?
-Si, si, pasen, la casita es chiquita pero es cómoda, tiene su entrada aparte, además aire acondicionado, Internet, todo.
Les hizo una señal con la mano para que pasaran.
Tomó una llave del bolsillo derecho de su pantalón, mientras marcaba el paso, Teresa y Pedro la seguían de cerca.
-Qué lindo jardín que tenés, eh, hermoso, bueno el de adelante igual.
-Gracias, es cansador mantenerlo, pero valen la pena.
Bueno, acá está el lugar, le entra la luz justa, a la mañana, así que a la tarde está fresquito, pero no húmedo, ahí tenés la clave del Wi Fi, el control del aire acondicionado, todo.
Le dejó la llave a Pedro sobre la mesa para no tener contacto con su mano, tenía miedo de volverse a erizar y que otra vez Teresa se diera cuenta. 


sábado, 21 de diciembre de 2019

Y de repente se hace realidad /6)

Por qué Damían le había mandado un whatsapp con la foto de una moto y de un tipo al lado de ésta que sostenía un casco.
¿En qué mierda te metiste, Damian? esto no me gusta, para qué me mandaste esta foto.
Recordaba lo frustrado que estaba desde que había perdido su trabajo, las caras que hacía cada vez que ella le tenía que dar plata para algo.
Sintió que se ahogaba, estaba teniendo palpitaciones, su hijo mayor la miró y empezó a preguntarle si le pasaba algo con ojos entre interrogantes y angustiados.
La bebe empezó a llorar.
-No amor, da, anda a lavarte los dientes, por fa.
-¿Solo?
Se acordó que nunca lo había dejado hacerlo solo, porque le gustaba verse en el espejo del baño y para alcanzarlo, ella lo subía a un tacho de mimbre dado vuelta, después de poner la ropa sucia a un costado, agarraba el dentífrico, se lo daba y le indicaba cuanto poner en el cepillo y como se tenía que cepillar los dientes.
Ya estaba cansada de eso, le dijo que trajera el cepillo dental y el dentífrico, mientras ella fue a buscar a su mesa de luz el espejo que usaba para depilarse las cejas, se lo puso enfrente.
-Me gusta más el espejo del baño.
-Diego lávate los dientes frente a este.
El chico empezó a cepillarse.
Después de que se cepillara lo felicitó, ya estaba más tranquila, esos minutos con Diego la habían distraído, pero después de que el le enseñara la sonrisa, y fuera a ver dibujitos, volvió a pensar en Damían.
Saco a la bebe de su silla y la acostó en la cuna, le puso el sonajero, la melodía la fastidiaba, por suerte la nena estaba casi dormida por lo que no tuvo que quedarse mucho tiempo con ella y tolerar el sonido.
Después acostó a Diego.
Cuando se quedó sola empezó a mandar un whatsapp tras otro, y a llamar a Damian.
Volvieron las palpitaciones, trató de calmarse, contar hasta diez, inspirar, retener el aire unos segundos, y exhalar, eso la tranquilizó a medias.
Puso el celular sin sonido para no despertar a los chicos, de pronto este se iluminó con la foto de Damian. 



sábado, 14 de diciembre de 2019

Y de repente se hace realidad /5)

-Si, pero mejor no en el hotel, ahí solo van los viajantes o algún que otro turista, ni idea a qué vienen porque acá no hay nada. Quedate en la casa de mí vecina, mejor. 
-No, déjate de joder, debe ser una vieja metida que se la pasa viendo telenovelas y noticieros. Me descubriría enseguida.
-No seas paranoico. Además primero obvio te corto el pelo, te lo tiño, y te sacas la barba.
-Boluda, te crees que estamos en una película, anda a cagar.
-Esta boluda está tratando de ayudarte. Además otra no te queda, o cambias el look, o cagaste.
-Se la voy a dar a ese hijo de puta.
-Ya vas a tener tiempo para él, ahora pensa en rajarte.
-Ay che, esto parece una película del cable, boluda, re trucho todo.
-Qué querés que te diga...
-Y nada, vení...chupamela un ratito.
-Mirá en lo que te pones a pensar, los hombres siempre con la cabeza en la pija.
-Dale, un ratito...
-Nah, tengo que ir a darle de comer a los chicos.
-Esos pendejos de mierda, en la hora puta que los tuviste.
-No te pongas hincha pelotas.
-Me voy.
-Bueno, ah no espera que te paso el número de Inés.
-No sé, no estoy seguro, la vieja debe ser más rompe que la mierda, de esas viejas lechuzonas insoportables. 
-Tranqui, además tampoco es que la vieja se la pasa rascándose la argolla, trabaja, cuida a una vieja, así que a la noche os podemos ver.