sábado, 30 de junio de 2018

Encrucijadas de la vida /44)

Le parecía hasta burdo el acumulado de desgracias que había sufrido en apenas 1 semana, la exposición en la fallida boda de Benjamín, la traición de su hermana, la muerte de su hija, le costaba asimilarlo, era grotesco tanto a la vez.
No sabía como asimilarlo, se sentía incapaz hasta de llorar, de llegar a comprender todo lo que le estaba pasando.
La impotencia la aplastaba, por lo que para ir al velorio, se bañó, vistió, calzó, de forma automática, como viendo a otra persona hacerlo, escuchó los te acompañamos, rezamos por vos, estamos para lo que necesites, qué desgracia, una pena, contas conmigo, se fuerte, refúgiate en Dios, sos fuerte, vas a salir adelante.
Laura repetía, gracias por venir, gracias, gracias, se sentía una grabadora, todas las caras que pasaban frente a sus ojos, se le hacían las mismas.
A la madrugada, solo quedaban Benjamín y Ricardo junto a ella, se acercó al féretro y volvió a ver a Sofía, un muerto nunca se veía dormido, por más maquillaje que se le pusiera encima, se veía como lo que era, un ser sin vida, que comenzaría a pudrirse dentro de unas horas, a largar líquidos, a agusanarse.
Nunca más la oiría llorar, ni reírse, ni hablar, ni vería su mirada, ni nada, de hecho y no estaba frente a ella, eso que estaba viendo era su cuerpo, su caja, no su persona, esa ya no existía, ya se había extinguido para siempre.
Si fuera otra, creería que nos veríamos a en el paraíso, pero si eso existiera, que no, ni vos ni vos lo pisaríamos.
Además, qué voy a hacerme, la que tendríamos una buena relación, la que si vivieras habríamos encontrado la forma de entendernos, no, imposible.
Yo no supe ser una buena madre, ni vos una buena hija, no te voy a inventar cualidades que no tuviste, ni tampoco a hacerme la mártir, yo tampoco supe inculcarte muchas cosas, pero vos también elegiste no aprenderlas, no se necesita siempre tener buenos padres para tener una vida llevadera, incluso prospera.
Tal vez sea miserable lo que pienso, tal vez debería culparme por todo, pero no lo siento así, en ese caso la forma en la que soy yo, la culpa sería de mi madre, y la de ella de su madre, y así qué fácil, nadie tendría la culpa, no, yo acepto mis fallas, no supe ser una buena madre, ni vos una buen hija, ni una buena persona, que hiciera las cosas bien. La muerte no te redime de las barbaridades que hiciste, aunque también te paso de todo, me cuesta pensar en lo que te hizo ese tipo, me bloqueo, no puedo asimilarlo, me duele más que tu muerte, aunque lo que la provocó.
Es muy cínico que la vida nos terminará dando la razón a las 2, cuando nos decíamos la una a la otra que estábamos mal, equivocadas, que lo que hacíamos era una mierda, si, lo era, las 2 nos pasamos construyendo sobre cimientos de mierda, y así nos fue.

sábado, 23 de junio de 2018

Encrucijadas de la vida /43)

No iba  escuchar su historia persona, no quería, de nada le iba a servir saber qué había provocado sus traumas, o si se debía solamente a que era un psicópata, las enfermedades no tenían justificación, menos una con la que se nacía, se cargaba y listo.
Sofía lo volvió a drogar, y le puso una bolsa de plástico en la cabeza, vio como ésta se inflaba y se contraía cada pocos segundo, luego más lentamente hasta que dejó de hacerlo. Espero unos minutos para sacársela, y cuando lo hizo se encontró con el rostro pálido de Alejo.
No quería reflexionar sobre lo que acababa de hacer, porque era capaz de darse una sobredosis, lo sabía, pero no era esa la solución, qué le esperaba si no lo hacía, no podía deshacerse del cuerpo ella sola, no quería involucrar a Gustavo, ni tampoco ir presa, no sabía qué hacer, hasta ese momento solo le había importado matarlo, eso fue lo que la movilizó, ahora hecho, no tenía nada más que hacer, ni quería tampoco, porque sabía que la satisfacción por haber logrado lo que se había prometido, se le iría pronto, que seguiría tendiendo las mismas pesadillas, que no dejaría de ser una mujer violada, que ahora era una asesina, y que no importaba los motivos, si se descubría lo que acababa de hacer, iría presa, donde volvería a ser violada, y no sería una vez, sino repetidas veces, por diferentes personas, se volvería un hecho rutinario, sabría que a una hora del día, alguien pasaría la lengua por su cara, y luego la introduciría en su boca, o simplemente se limitaría a meter sus dedos en su vagina o en su ano, u otros objetos, sería la putita del penal, y en el mejor de los casos terminaría matando a alguna otra inmundicia como ella, y se convertiría en alguien "respetable", con quien no se meten, una jefa o como mierda le llamaran ahí a las líderes.
Y si no, cuál era el camino, involucrar a Gustavo, quién sabía él de deshacerse de cuerpos, seguro le pediría ayuda a su nuevo dealer, y se metería en otra mierda, en el mejor de los casos el tipo los ayudaba a cambio de que vendieran la droga y le pasaran casi todas las ganancias si no todas.
Y la relación entre él y yo, bueno, ya no hay relación, se queda conmigo, ni siquiera, me deja quedarme acá por lástima, se siente responsable, pero ya no me quiere, ni yo lo quiero a él.
Sería otra cárcel, menos pervertida e inmunda, pero interiormente igual de sórdida y lúgubre.
No tenía forma de cambiar su destino, desde el momento en que había decidido matar a Alejo, o desde que este decidiera violarla, un cto consecuencia del otro, 2 vidas acabadas.
Tomó una jeringa, la llenó de droga, y se la inyecto, inmediatamente repitió la misma acción, hasta que sintió un dolor muy fuerte en el corazón y en la cabeza, luego nada. 

sábado, 16 de junio de 2018

Encrucijadas de la vida /42)

-Gracias por aceptar esta entrevista, Isabella.
-Gracias a vos, por todo.
-Creo que mejor que preguntarte, es escucharte, así que, contanos todo lo que quieras, lo que sientas, lo que necesites expresar.
-Repetirte mi agradecimiento, gracias por hacer llegar copias a mí departamento el día de mi boda donde se veía y oía a mi padre hablando con mi prometido.
Gracias por abrirme los ojos, gracias por hacerme quedar como una pobre niña rica, bueno, eso no es mérito tuyo, sino de mi padre y un poco mío también, pero quiero reconocer tu granito de arena.
Sé que eras la amante de mi padre, yo también tengo fotos, vídeos, y demás, todos en el medio lo sabían, pero te protegían, por corporativismos, creo que en el periodismo es donde más fuerte es, bueno en este país creo que no hay área que se salve de eso, pero por suerte las redes sociales no se silencian, ya ahora en este momento todos deben saber que fuiste la amante de mi padre y que todo lo hiciste por despecho.
Ojo, no te lo reprocho, mi padre es una mierda, y ojalá nunca llegue a ser presidente, pero vos sos otra mierda igual o peor que él.
Peor creo yo, porque sos hipócrita, cínica, te abanderas detrás de la honestidad intelectual, y sos la persona más miserable que puede haber.
Mi padre se tendría que haber casado con vos, son tal para cuál.
Isabella se levantó, se quito el micrófono, lo dejó sobre la mesa vidriada y caminó hasta la puerta del estudio, una cámara la seguía, pero esta vez no huía de ella, sino que la miraba desafiante.



Encrucijadas de la vida /41)

A los 12 años, Sofía se subió por primera vez al auto de su padre como conductora, estaba nerviosa, las manos le sudaban, pero ya sabía de memoria lo que se suponía que tenía que hacer, hacer girar la llave, poner el pie en el embrague, luego apretar el cambio, ir sacando suavemente el pie del embrague y apenas rosando el acelerador, hasta que el auto arrancara.
Lo había logrado luego de 3 intentos, ya cuando empezaba a frustrarse el auto arranco, se paro cuando quiso poner segunda y le costó varios intentos más, volverlo a poner en movimiento.
Cuando llevaba menos de 1 cuadras, sintió que pasaba por encima algo, creyó que era una piedra, pero cundo miro por el espejo del retrovisor, se paralizo, y el auto unos metros después, y que había sacado el pie del acelerador.
No podía escuchar lo que su padre le día, se bajó del auto y llegó hasta donde estaba la victima, un perro cachorro, recordaba que la perra de su vecino había parido hacía casi 1 mes, ella había nido a ver los cachorros y pensaba quedarse con uno, no era el que acababa de atropellar, pero lo recordaba.
Se arrodillo y el ver sus ojos inertes, sus sesos desparramados por el asfalto junto con sus tripas, la hizo llorar y luego vomitar.
Por 4 años no había vuelto a sentarse frente a un volante, y la muerte del perro la había tenido presente todo ese tiempo, en pesadillas, en visiones que se le venían cada tanto, eran como fogonazos que de repente aparecían sin saber de donde.
En parte por esa culpa, sumado con sus ansías de rebelarse contra su madre, había probado por primera vez la droga, quería evadirse y liberarse.
La droga, por la droga había conocido a Alejo...
¿La muerte de este hijo de puta me perseguirá como la del cachorro? Peor, porque aunque el cachorrito era inocente, yo no quise matarlo, pero a este si.
Y servirá de algo su muerte, si, no violará más, seré la heroína de las mujeres violadas, gran consuelo, eso me sacara las pesadillas, los recuerdos sobre la violación, el sentir su aliento y su cuerpo sobre mí.
No, pero sabré que ya no lo podrá descargar sobre mí, ni sobre nadie más.
Pero es una vida, y nunca voy a poder olvidarme de su muerte, nunca.
Nunca le hagas daño a otra persona si podes evitarlo, siempre se lo habían inculcado sus padres.
Nunca golpees, ni intimides a nadie.
Pero qué se hacía si había que defenderse, no podía decírselo a la maestra o a la directora del colegio, no podía contárselo.
Lo único que harían sería compadecerme, y mi madre...seguro se mordería la lengua para no decirme que era mi culpa, que yo me lo había buscado, que en parte me merecía lo que me había pasado, que era una reventada y que no podía esperar otra cosa de la vida que había elegido.
Si, me acompañaría a denunciar a Alejo, me contendría, pero no por mí, sino por ella, porque yo era su hija, su propiedad, una parte de su persona y ese ataque era como si lo hubiera sufrido ella, no porque yo le importará, hace mucho que dejé de importarle, bah no sé si lo hice alguna vez, no sé si alguien más en su corazón y cerebro tuvo espacio después del nacimiento de Benjamín, creo que no, él lo ocupó todo.
Pero se "encargaría" de mí, porque aunque no quisiera, era su responsabilidad como madre, su deber, y mama era una persona responsable.
Se largo a llorar, a pesar de todo, hubiera querido contarle, a ella y a su papa, sentir los brazos de ambos en su espalda, sus besos, su contención, que lloraran los 3, que se pidieran perdón y comenzarán de nuevo.
Se rió de su propia fantasía, hubiera querido poder señalar con el dedo la imagen mental que se había hecho y burlarse de ella, de forma exagerada y cruel como cuando los adolescentes le hacen bullying a otro.
No, ellos no tiene nada que ver, esto es mi responsabilidad, nada se va a solucionar con besos, abrazos, reconciliaciones imposibles, ni esos, ni yo estamos como para eso, ya todos nos rompimos, somos vidrios hechos pedazos, imposible de volver a ser lo que fuimos, no hay nada que pueda volver a unirnos.
Mejor seguirse rompiendo, hasta convertirse en polvo y desaparecer.


sábado, 2 de junio de 2018

Encrucijadas de la vida /40)

-Me imagino el dolor que debes estar pasando, bueno, yo sentí algo parecido, o no, la verdad, no, vos la estás pasando peor, porque yo no estaba atada, ni amordazada, pero en lo demás, te entiendo y pase por lo mismo, así que sé lo que se siente.
Cuando te calmes, te sacó la media, voy  poner la música fuerte, hace días que pongo fuerte la radio a esta hora, digo, por si querés gritar, no te va a servir para nada, porque nadie te va a escuchar, y te voy a volver a amordazar, así que trata de ser más vivo.
Alejo forcejeó unos minutos, y después se calmó, la miraba fijo, Sofía le sostenía la mirada hasta que él la bajaba.
Sofía puso una FM local que estaba pasando música fuerte, y le subió el volumen, luego le desató la mordaza y le quitó la media.
-Agua.
Susurro Alejo.
-No es necesario que lo digas tan bajito, che, habla normal, y ya te traigo, quédate tranquilo que de sed no vas a morir.
Le alcanzó un botella de agua mineral, y le puso el pico sobre los labios, Alejo bebió despacio, no de forma atropellada como hubiera hecho la mayoría.
- ¿Me vas a matar?
-Si, creo que si, estoy casi segura, ojo, no quiero ser cínica, no te estoy diciendo con esto que algo que digas te va a salvar, no, lo digo porque no sé, porque me sale decirlo así, porque si.
Era raro verlo así, había anhelado ese momento, había planeado, y ahora la sensación que tenía era extraña, no sentía satisfacción, no sabía qué hacer con él en ese momento.
Buscó la cocaína, aspiro una línea, se sonrió y empezó a patear a Alejo, a rasguñarlo y tirarle los pelos, a morderlo, a darle trompadas hasta que quedó inconsciente.
Se miró las manos y vio la sangre, al ir hasta el baño en el espejo del botiquín noto la que tenía en la boca y los dientes, producto de las mordidas que le había dado.
Se metió en la bañera, la llenó y esparció sales, chapoteó en el agua que se tiño de rosa, al igual que las burbujas que se formaban, al sentir que el gua se entibiaba, quitó el tapón.
Manoteó la toalla, la ató así nomas sobre su pecho, y fue hasta el living.
Alejó tenía los ojos cerrados.
Tiró la toalla sobre sus manos.
- ¿Qué?
Dijo Alejo.
-Mira, esto es lo que querías, es como te lo imaginabas, o sos de los que se ratonea con la mujer medio vestida y no te gusta ver una completamente desnuda.





Encrucijadas de la vida /39)

En otro momento, Sofía se hubiera alegrado tanto de lo que le había pasado a Benjamín y  su madre, pero no le importó en absoluto la noticia, su vida era otra, la rebelde, la que odiaba a su madre por haber preferido a Benjamín, y a su hermano por ser el preferido de ésta, ya no existía, había muerto la noche de la violación, ya su madre, su hermano, incluso su padre, no significaban nada, su pasado, no significaba nada, lo único importante ahora era que su dolor, su furia, su bronca, su impotencia, le sirvieran para hacerle pagar a su violador, quería hacerlo sentir sucio, asqueroso, que no pudiera estar sin sentirse inmundo.
Pensó en matarlo, pero consideraba que la satisfacción sería demasiado breve, si, ya no estaría más en el mundo, pero como se desquitaría luego, sabía que a pesar de su muerte, cada vez que se durmiera tendría pesadillas donde reviviría la violación, y si no tendría que tomar calmantes...
Se sonrió, ella ahora odiaba tomar drogas, porque lo hacía de forma involuntaria, y estas no la alegraban, solo la mantenían en un estado semiconsciente, vuelta una autómata, Gustavo se las daba para no oírla, para no verla, era como tirarle la pelota al perro con la esperanza de que decidiera jugar con la misma y no pedir que se la volvieran a tirar.
Tampoco le importaba eso, Gustavo era parte del pasado, de la vida anterior, es que se estaba pudriendo o mejor, ya desaparecida del todo, ni olor, ni rastros de la misma, él ya no se quedaba en el departamento, se había puesto una colchoneta al lado del baño que tenía abajo en el minimercado, como al departamento se podía entrar solo por fuera, no tenía escaleras por dentro, ella podía bajar y salir, sin verlo. 
No le costó hacer venir a Alejo a su departamento, decirle que lo hiciera sin que Gustvo lo viera, tampoco distraerlo y golpearlo más o menos en el mismo lugar donde creía que él la había golpeado, al igual que ella, se desmayó, y como había hecho él, Sofía lo recostó sobre el sillón, haciendo mucho esfuerzo, ya que la diferencia de peso entre ambos, era de por lo menos 15 kilos.
Lo drogo, no como él, poniéndole un pañuelo sobre la cara, sino inyectándole la droga en el brazo.
Lo desnudó, agarró uno de sus frascos de perfume, le untó vaselina y lo sodomizó.
Una risa histérica se apodero de ella, mientras movía el frasco.
Le ató pies y manos con una de una tira de plástico reforzado, de esas que usaban los asesinos seriales en las series, después le ató un pañuelo alrededor de la boca, después de ponerle una media dentro, y esperó.