-Me imagino el dolor que debes estar pasando, bueno, yo sentí algo parecido, o no, la verdad, no, vos la estás pasando peor, porque yo no estaba atada, ni amordazada, pero en lo demás, te entiendo y pase por lo mismo, así que sé lo que se siente.
Cuando te calmes, te sacó la media, voy poner la música fuerte, hace días que pongo fuerte la radio a esta hora, digo, por si querés gritar, no te va a servir para nada, porque nadie te va a escuchar, y te voy a volver a amordazar, así que trata de ser más vivo.
Alejo forcejeó unos minutos, y después se calmó, la miraba fijo, Sofía le sostenía la mirada hasta que él la bajaba.
Sofía puso una FM local que estaba pasando música fuerte, y le subió el volumen, luego le desató la mordaza y le quitó la media.
-Agua.
Susurro Alejo.
-No es necesario que lo digas tan bajito, che, habla normal, y ya te traigo, quédate tranquilo que de sed no vas a morir.
Le alcanzó un botella de agua mineral, y le puso el pico sobre los labios, Alejo bebió despacio, no de forma atropellada como hubiera hecho la mayoría.
- ¿Me vas a matar?
-Si, creo que si, estoy casi segura, ojo, no quiero ser cínica, no te estoy diciendo con esto que algo que digas te va a salvar, no, lo digo porque no sé, porque me sale decirlo así, porque si.
Era raro verlo así, había anhelado ese momento, había planeado, y ahora la sensación que tenía era extraña, no sentía satisfacción, no sabía qué hacer con él en ese momento.
Buscó la cocaína, aspiro una línea, se sonrió y empezó a patear a Alejo, a rasguñarlo y tirarle los pelos, a morderlo, a darle trompadas hasta que quedó inconsciente.
Se miró las manos y vio la sangre, al ir hasta el baño en el espejo del botiquín noto la que tenía en la boca y los dientes, producto de las mordidas que le había dado.
Se metió en la bañera, la llenó y esparció sales, chapoteó en el agua que se tiño de rosa, al igual que las burbujas que se formaban, al sentir que el gua se entibiaba, quitó el tapón.
Manoteó la toalla, la ató así nomas sobre su pecho, y fue hasta el living.
Alejó tenía los ojos cerrados.
Tiró la toalla sobre sus manos.
- ¿Qué?
Dijo Alejo.
-Mira, esto es lo que querías, es como te lo imaginabas, o sos de los que se ratonea con la mujer medio vestida y no te gusta ver una completamente desnuda.
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