sábado, 23 de junio de 2018

Encrucijadas de la vida /43)

No iba  escuchar su historia persona, no quería, de nada le iba a servir saber qué había provocado sus traumas, o si se debía solamente a que era un psicópata, las enfermedades no tenían justificación, menos una con la que se nacía, se cargaba y listo.
Sofía lo volvió a drogar, y le puso una bolsa de plástico en la cabeza, vio como ésta se inflaba y se contraía cada pocos segundo, luego más lentamente hasta que dejó de hacerlo. Espero unos minutos para sacársela, y cuando lo hizo se encontró con el rostro pálido de Alejo.
No quería reflexionar sobre lo que acababa de hacer, porque era capaz de darse una sobredosis, lo sabía, pero no era esa la solución, qué le esperaba si no lo hacía, no podía deshacerse del cuerpo ella sola, no quería involucrar a Gustavo, ni tampoco ir presa, no sabía qué hacer, hasta ese momento solo le había importado matarlo, eso fue lo que la movilizó, ahora hecho, no tenía nada más que hacer, ni quería tampoco, porque sabía que la satisfacción por haber logrado lo que se había prometido, se le iría pronto, que seguiría tendiendo las mismas pesadillas, que no dejaría de ser una mujer violada, que ahora era una asesina, y que no importaba los motivos, si se descubría lo que acababa de hacer, iría presa, donde volvería a ser violada, y no sería una vez, sino repetidas veces, por diferentes personas, se volvería un hecho rutinario, sabría que a una hora del día, alguien pasaría la lengua por su cara, y luego la introduciría en su boca, o simplemente se limitaría a meter sus dedos en su vagina o en su ano, u otros objetos, sería la putita del penal, y en el mejor de los casos terminaría matando a alguna otra inmundicia como ella, y se convertiría en alguien "respetable", con quien no se meten, una jefa o como mierda le llamaran ahí a las líderes.
Y si no, cuál era el camino, involucrar a Gustavo, quién sabía él de deshacerse de cuerpos, seguro le pediría ayuda a su nuevo dealer, y se metería en otra mierda, en el mejor de los casos el tipo los ayudaba a cambio de que vendieran la droga y le pasaran casi todas las ganancias si no todas.
Y la relación entre él y yo, bueno, ya no hay relación, se queda conmigo, ni siquiera, me deja quedarme acá por lástima, se siente responsable, pero ya no me quiere, ni yo lo quiero a él.
Sería otra cárcel, menos pervertida e inmunda, pero interiormente igual de sórdida y lúgubre.
No tenía forma de cambiar su destino, desde el momento en que había decidido matar a Alejo, o desde que este decidiera violarla, un cto consecuencia del otro, 2 vidas acabadas.
Tomó una jeringa, la llenó de droga, y se la inyecto, inmediatamente repitió la misma acción, hasta que sintió un dolor muy fuerte en el corazón y en la cabeza, luego nada. 

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