A los 12 años, Sofía se subió por primera vez al auto de su padre como conductora, estaba nerviosa, las manos le sudaban, pero ya sabía de memoria lo que se suponía que tenía que hacer, hacer girar la llave, poner el pie en el embrague, luego apretar el cambio, ir sacando suavemente el pie del embrague y apenas rosando el acelerador, hasta que el auto arrancara.
Lo había logrado luego de 3 intentos, ya cuando empezaba a frustrarse el auto arranco, se paro cuando quiso poner segunda y le costó varios intentos más, volverlo a poner en movimiento.
Cuando llevaba menos de 1 cuadras, sintió que pasaba por encima algo, creyó que era una piedra, pero cundo miro por el espejo del retrovisor, se paralizo, y el auto unos metros después, y que había sacado el pie del acelerador.
No podía escuchar lo que su padre le día, se bajó del auto y llegó hasta donde estaba la victima, un perro cachorro, recordaba que la perra de su vecino había parido hacía casi 1 mes, ella había nido a ver los cachorros y pensaba quedarse con uno, no era el que acababa de atropellar, pero lo recordaba.
Se arrodillo y el ver sus ojos inertes, sus sesos desparramados por el asfalto junto con sus tripas, la hizo llorar y luego vomitar.
Por 4 años no había vuelto a sentarse frente a un volante, y la muerte del perro la había tenido presente todo ese tiempo, en pesadillas, en visiones que se le venían cada tanto, eran como fogonazos que de repente aparecían sin saber de donde.
En parte por esa culpa, sumado con sus ansías de rebelarse contra su madre, había probado por primera vez la droga, quería evadirse y liberarse.
La droga, por la droga había conocido a Alejo...
¿La muerte de este hijo de puta me perseguirá como la del cachorro? Peor, porque aunque el cachorrito era inocente, yo no quise matarlo, pero a este si.
Y servirá de algo su muerte, si, no violará más, seré la heroína de las mujeres violadas, gran consuelo, eso me sacara las pesadillas, los recuerdos sobre la violación, el sentir su aliento y su cuerpo sobre mí.
No, pero sabré que ya no lo podrá descargar sobre mí, ni sobre nadie más.
Pero es una vida, y nunca voy a poder olvidarme de su muerte, nunca.
Nunca le hagas daño a otra persona si podes evitarlo, siempre se lo habían inculcado sus padres.
Nunca golpees, ni intimides a nadie.
Pero qué se hacía si había que defenderse, no podía decírselo a la maestra o a la directora del colegio, no podía contárselo.
Lo único que harían sería compadecerme, y mi madre...seguro se mordería la lengua para no decirme que era mi culpa, que yo me lo había buscado, que en parte me merecía lo que me había pasado, que era una reventada y que no podía esperar otra cosa de la vida que había elegido.
Si, me acompañaría a denunciar a Alejo, me contendría, pero no por mí, sino por ella, porque yo era su hija, su propiedad, una parte de su persona y ese ataque era como si lo hubiera sufrido ella, no porque yo le importará, hace mucho que dejé de importarle, bah no sé si lo hice alguna vez, no sé si alguien más en su corazón y cerebro tuvo espacio después del nacimiento de Benjamín, creo que no, él lo ocupó todo.
Pero se "encargaría" de mí, porque aunque no quisiera, era su responsabilidad como madre, su deber, y mama era una persona responsable.
Se largo a llorar, a pesar de todo, hubiera querido contarle, a ella y a su papa, sentir los brazos de ambos en su espalda, sus besos, su contención, que lloraran los 3, que se pidieran perdón y comenzarán de nuevo.
Se rió de su propia fantasía, hubiera querido poder señalar con el dedo la imagen mental que se había hecho y burlarse de ella, de forma exagerada y cruel como cuando los adolescentes le hacen bullying a otro.
No, ellos no tiene nada que ver, esto es mi responsabilidad, nada se va a solucionar con besos, abrazos, reconciliaciones imposibles, ni esos, ni yo estamos como para eso, ya todos nos rompimos, somos vidrios hechos pedazos, imposible de volver a ser lo que fuimos, no hay nada que pueda volver a unirnos.
Mejor seguirse rompiendo, hasta convertirse en polvo y desaparecer.
Lo había logrado luego de 3 intentos, ya cuando empezaba a frustrarse el auto arranco, se paro cuando quiso poner segunda y le costó varios intentos más, volverlo a poner en movimiento.
Cuando llevaba menos de 1 cuadras, sintió que pasaba por encima algo, creyó que era una piedra, pero cundo miro por el espejo del retrovisor, se paralizo, y el auto unos metros después, y que había sacado el pie del acelerador.
No podía escuchar lo que su padre le día, se bajó del auto y llegó hasta donde estaba la victima, un perro cachorro, recordaba que la perra de su vecino había parido hacía casi 1 mes, ella había nido a ver los cachorros y pensaba quedarse con uno, no era el que acababa de atropellar, pero lo recordaba.
Se arrodillo y el ver sus ojos inertes, sus sesos desparramados por el asfalto junto con sus tripas, la hizo llorar y luego vomitar.
Por 4 años no había vuelto a sentarse frente a un volante, y la muerte del perro la había tenido presente todo ese tiempo, en pesadillas, en visiones que se le venían cada tanto, eran como fogonazos que de repente aparecían sin saber de donde.
En parte por esa culpa, sumado con sus ansías de rebelarse contra su madre, había probado por primera vez la droga, quería evadirse y liberarse.
La droga, por la droga había conocido a Alejo...
¿La muerte de este hijo de puta me perseguirá como la del cachorro? Peor, porque aunque el cachorrito era inocente, yo no quise matarlo, pero a este si.
Y servirá de algo su muerte, si, no violará más, seré la heroína de las mujeres violadas, gran consuelo, eso me sacara las pesadillas, los recuerdos sobre la violación, el sentir su aliento y su cuerpo sobre mí.
No, pero sabré que ya no lo podrá descargar sobre mí, ni sobre nadie más.
Pero es una vida, y nunca voy a poder olvidarme de su muerte, nunca.
Nunca le hagas daño a otra persona si podes evitarlo, siempre se lo habían inculcado sus padres.
Nunca golpees, ni intimides a nadie.
Pero qué se hacía si había que defenderse, no podía decírselo a la maestra o a la directora del colegio, no podía contárselo.
Lo único que harían sería compadecerme, y mi madre...seguro se mordería la lengua para no decirme que era mi culpa, que yo me lo había buscado, que en parte me merecía lo que me había pasado, que era una reventada y que no podía esperar otra cosa de la vida que había elegido.
Si, me acompañaría a denunciar a Alejo, me contendría, pero no por mí, sino por ella, porque yo era su hija, su propiedad, una parte de su persona y ese ataque era como si lo hubiera sufrido ella, no porque yo le importará, hace mucho que dejé de importarle, bah no sé si lo hice alguna vez, no sé si alguien más en su corazón y cerebro tuvo espacio después del nacimiento de Benjamín, creo que no, él lo ocupó todo.
Pero se "encargaría" de mí, porque aunque no quisiera, era su responsabilidad como madre, su deber, y mama era una persona responsable.
Se largo a llorar, a pesar de todo, hubiera querido contarle, a ella y a su papa, sentir los brazos de ambos en su espalda, sus besos, su contención, que lloraran los 3, que se pidieran perdón y comenzarán de nuevo.
Se rió de su propia fantasía, hubiera querido poder señalar con el dedo la imagen mental que se había hecho y burlarse de ella, de forma exagerada y cruel como cuando los adolescentes le hacen bullying a otro.
No, ellos no tiene nada que ver, esto es mi responsabilidad, nada se va a solucionar con besos, abrazos, reconciliaciones imposibles, ni esos, ni yo estamos como para eso, ya todos nos rompimos, somos vidrios hechos pedazos, imposible de volver a ser lo que fuimos, no hay nada que pueda volver a unirnos.
Mejor seguirse rompiendo, hasta convertirse en polvo y desaparecer.
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