sábado, 11 de julio de 2020

Y de repente se hace realidad /29)

Le extrañó que Ines le mandara ese mensaje de texto, Victor apenas si se acordaba de ella, ya que la conocía como se conocían la mayoría en el pueblo, de haberse visto alguna vez en la calle, de ser parientes de un vecino o conocido y nada más, pero entre ellos nunca había habido más que un hola y un hasta luego o un como andas, si la cola del banco, o la del supermercado, era muy larga.
En el bar, exceptuando la suya, el resto de las mesas estaban vacías, cosa natural, ya que acababan de abrir.
Victor pidió un café, y luego que se lo trageron, echo la sacarina y empezó a revolver en forma nerviosa, volcando parte del liquido en el plato.
Siempre me pasa lo mismo, por mi puta costumbre de llegar 5 minutos antes o más de la hora convenida.
Mientras levantaba su taza y comenzaba a sorber, escucho un taconeo, y vio a Ines, ésta se acerco enseguida a la mesa.
-Hola.
-Hola, Ines.
-Si ya sé no entendes para qué te hice venir, te cuento, no sé si sabes que hace casi un mes, alquile el cuarto que tengo atrás de la casa, bueno, la cosa es que, sospecho, bah estoy casi segura, que el tipo, Pedro Gomez, es un asesino.
Debes pensar que estoy loca, está bien, yo pensaría lo mismo si me viene con algo así, peor es la verdad, y tengo pruebas, mira.
Ines, abrió su cartera y saco su celular, apretó un par de teclas, miro todo el bar para ver si el mozo andaba cerca, y como no lo estaba, puso el celular sobre la mano de Victor.
Este vio y escucho lo que había en el vídeo, y su mirada escéptica, se transformo en una de sorpresa.
-Pero, estas segura que no era una joda entre ellos?
-No lo creo, segura, segura, obvio que no puedo estar, la cosa es que vos tenés contacto con algún medio de Capital, no, te acordas esa vez que vivieron los medios por la inundación?
-Si, no hace tanto.
-Bueno, vos podrías averiguar como quien no quiere la cosa, he leído que se pueden sacar capturas del vídeo.
-Si, es fácil eso.
- ¿Vos sabes sacarlas?
-Claro.
-Buenísimo, mira, entonces podrías sacar capturas y mandarle una con la cara de este tal Pedro, que anda a saber quien es en realidad, y le preguntas a alguno de ellos, qué te parece.
-Si querés lo hacemos ahora.
- ¿De verdad?
-Por supuesto.
-Gracias, che.
-Por favor.
Victor se miro en el reflejo que el cristal de la ventana le devolvía, tenia 53 años, un matrimonio y una carrera frustrada, al primero hacia ya algunos años que lo había superado, lo otro no, siempre había sido una cuenta pendiente, aunque sabía que nunca se decidiría a completar la carrera, y probar suerte, se pasaría la vida siendo un aficionado, pero bueno, esto era interesante, lo que más le interesaba de ser periodista, descubrir cuestiones morbosas y hacerlas publicas.

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