No le costó mucho, a Francisco, evitar la puntada, vio que Mara se acercaba y creía que le iba a pegar o a abrazarlo, ya estaba mentalmente preparado para esquivarla, cuando noto que ésta levaba su brazo y que tenía una tijera abierta sobre la mano, le tomó el antebrazo y se lo apretó con la suficiente fuerza como para que soltara la tijera.
Suspiró, y cuando ella empezó a gimotear, y a decir que se quería morir, la llevo hasta el baño, ella dócil como una niña se dejó hacer, la sentó sobre el pequeño cubículo donde se duchaban y abrió la ducha, el agua fría comenzó a caer, en el hotel ninguno de los 2 baños que se había dado hasta entonces, el agua había estado casi helada, aunque esa deficiencia le pareció como caída del cielo en las actuales circunstancias, lo que necesitaba Mara era despabilar.
Aunque mejor le vendría una ducha mental, o congelarla por 3 o 4 décadas, hasta que yo esté bajo tierra, así agarra a otro infeliz a quien hincharle las pelotas y cagarle la vida.
Ella se quedó en posición fetal, seguía llorando.
Francisco fue hasta la habitación, rebuscó en la valija la tableta de valiums, siemrpe llevaba una por si a Mara le agarraban uno de sus arranques, tendría que inventar que estaba descompuesta, no podría ir a una de las excursiones, o si...
Por qué mierda tengo que quedarme con esta loca de mierda, mah si, yo le meto la pastilla entera, se va a dormir por lo menos 12 horas y no va a joder a nadie, ni a intentar nada, cuando pregunten por ella, les digo que tenía dolor de cabeza o cualquier boludez, total, quien la va a extrañar.
Matió la tableta de pastillas en el bolsillo trasero de su jean, buscó la botella de agua mineral que tenía sobre la mesa de luz, luego tomó una de las toallas dobladas que había sobre el borde inferior de la cama, entró de vuelta al baño, cerro la canilla de la ducha, Mara estaba temblando, y en su cara el agua se mezclaba con mocos y lagrimas.
Francisco la rodeó y le puso la toalla sobre la espalda, le secó los brazos, y luego se la ajustó por encima de sus pechos, antes de sacarla del baño, buscó papel higiénico y le limpió la ara de las lagrimas y mucosidad, la llevó agarrandole los hombros hasta la cama, la sentó en el medio de la misma, y luego le acercó un valium, que está miro sin ver, y luego trago, tomó un poco de agua que le acercó Francisco y se quedó ahí, sentada, este buscó en los cajones la ropa interior de Mara, odiaba que ella siempre deshiciera las valijas, aunque solo fueran a pasar días en Chile, luego agarró la primer bombacha que encontró, y se la colocó, después buscó el camisón, que siempre ponía debajo de la almohada, se lo puso también, y la acostó.
Una parte de él, una vez que se cambió, peinó, sacó la llave y salió, deseó que se despertara y se matara, que esa fuera la última vez que la veía y oía, pro sabía que no, y que si lo hacía no podría vivir con la culpa, aunque tampoco podía seguir viviendo así, no podía reprocharle que lo quisiera matar, ya que él aunque por diferentes razones, quería hacer lo mismo con ella.
Suspiró, y cuando ella empezó a gimotear, y a decir que se quería morir, la llevo hasta el baño, ella dócil como una niña se dejó hacer, la sentó sobre el pequeño cubículo donde se duchaban y abrió la ducha, el agua fría comenzó a caer, en el hotel ninguno de los 2 baños que se había dado hasta entonces, el agua había estado casi helada, aunque esa deficiencia le pareció como caída del cielo en las actuales circunstancias, lo que necesitaba Mara era despabilar.
Aunque mejor le vendría una ducha mental, o congelarla por 3 o 4 décadas, hasta que yo esté bajo tierra, así agarra a otro infeliz a quien hincharle las pelotas y cagarle la vida.
Ella se quedó en posición fetal, seguía llorando.
Francisco fue hasta la habitación, rebuscó en la valija la tableta de valiums, siemrpe llevaba una por si a Mara le agarraban uno de sus arranques, tendría que inventar que estaba descompuesta, no podría ir a una de las excursiones, o si...
Por qué mierda tengo que quedarme con esta loca de mierda, mah si, yo le meto la pastilla entera, se va a dormir por lo menos 12 horas y no va a joder a nadie, ni a intentar nada, cuando pregunten por ella, les digo que tenía dolor de cabeza o cualquier boludez, total, quien la va a extrañar.
Matió la tableta de pastillas en el bolsillo trasero de su jean, buscó la botella de agua mineral que tenía sobre la mesa de luz, luego tomó una de las toallas dobladas que había sobre el borde inferior de la cama, entró de vuelta al baño, cerro la canilla de la ducha, Mara estaba temblando, y en su cara el agua se mezclaba con mocos y lagrimas.
Francisco la rodeó y le puso la toalla sobre la espalda, le secó los brazos, y luego se la ajustó por encima de sus pechos, antes de sacarla del baño, buscó papel higiénico y le limpió la ara de las lagrimas y mucosidad, la llevó agarrandole los hombros hasta la cama, la sentó en el medio de la misma, y luego le acercó un valium, que está miro sin ver, y luego trago, tomó un poco de agua que le acercó Francisco y se quedó ahí, sentada, este buscó en los cajones la ropa interior de Mara, odiaba que ella siempre deshiciera las valijas, aunque solo fueran a pasar días en Chile, luego agarró la primer bombacha que encontró, y se la colocó, después buscó el camisón, que siempre ponía debajo de la almohada, se lo puso también, y la acostó.
Una parte de él, una vez que se cambió, peinó, sacó la llave y salió, deseó que se despertara y se matara, que esa fuera la última vez que la veía y oía, pro sabía que no, y que si lo hacía no podría vivir con la culpa, aunque tampoco podía seguir viviendo así, no podía reprocharle que lo quisiera matar, ya que él aunque por diferentes razones, quería hacer lo mismo con ella.
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