Ya los hombres no la miraban, bueno, algunos si, pero no los jóvenes en general, sabía o había ido asumiendo que ya no era joven, que al pasar los 40 tenía que entrar en la madurez, y que después de eso solo le quedaba la vejez, lo odiaba, odiaba ese imposible retorno a la juventud, y esa irremediable cercanía a la vejez, no le quedaba otro consuelo que haber disfrutado de esos años ya pasados.
¿Los he disfrutado? no sé, bueno en parte si, no tuve que criar hijos, la mejor decisión que pude tomar fue esa, nada de 9 meses con algo dentro, nada de estrías, de hinchazones, de kilos de más, de tetas caídas, de desvelarme, de pañales meados, cagados, de talco, remedios, vacunas, y bueno todo lo demás, un hijo te caga la vida, esa presión social imbécil de que si no tenés un hijo no sos nada, qué estupidez, pero bueno no sé qué me quejo si yo no la hice, al contrario lo que tengo es que felicitarme, pero disfrute mis buenos años, mis 20, mis 30, más o menos, como lo podía disfrutar siendo Sara Ramirez, una martillera, pero si vamos a decir que fui feliz, más que todo por la comparación, no sé qué me quejó, si esto bien, viaje, conocí, tuve varios hombres, me enamore, por qué siento que me digo todas estas cosas para convencerme, como si me estuviera mintiendo en la cara, qué carajo me frustra, me amarga, me molesta, la soledad, en el fondo casi siempre estamos solos, y esos matrimonios como el señor ese Juan y su esposa que están juntos hace 50 años, no es algo para mí, nunca me aguante con nadie por más de 3.
Voy a ser una vieja quisquillosa, o peor, una vieja pintarrajeada, que hasta gasta lo poco que tiene en botox para verse más joven, para tratar de aparentar menos como sea, a pesar de que la cara se le vuelva un plástico inmundo, no, tengo que aprender a vivir con los años, como aprendí a vivir sola, aprendí a vivir sin hijos, aprender, o resignarse, a veces parece que fuera lo mismo.
Ahora soy una tía, la tía Sara, la ladera de esta pendeja boluda, que igual no es tan diferente a como era yo a su edad, nada más que con un celular que no suelta ni para cagar.
Y ahora quiero ver si todavía consigo conquistar algo.
El sexo, siempre la había ayudado a liberarse, el contacto con otra persona, el sentirse deseada, tocada, besada, lamida, le generaba una satisfacción y una paz consigo misma que no conseguía de otra manera.
Pero eso no me va a durar, dentro de un tiempo tendré que canalizar mis deseos, tendré que buscar otra forma de satisfacción, jugare al bingo o aprenderé idiomas.
Se río, y luego se miró al espejo, el dinero que gastaba en cremas, era una buena inversión, las patas de gallo todavía no aparecían, ni las bolsitas en la parte inferior de los parpados, ni el arco alrededor de la nariz, se conservaba, y por ahora no tenia que preocuparse, debía hacer como todos, vivir el presente, que era lo único que había, nadie pensaba en el mañana, y era lo mejor, ya que era la única forma de seguir viviendo.
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