sábado, 23 de enero de 2016

Los secretos de Liliana /10)

Sus palpitaciones se aceleraron, casi se sintió ahogada, pero logró parecer tranquila, de nada servía que permaneciera parada, ya que lo que tenían que hablar era largo, se sentó en la silla de siempre, en la que tantas veces desayunará, almorzará, merendará, y cenará, en la que hiciera la tarea, en la que se sentará, aunque a Lucía no le gustará, en la misma donde sobre un diario, para no manchar la madera, se pintaba las uñas, o se removía la pintura, con el quita esmalte.
Donde había apoyado la pierna, para aplicarse la cera depilatoria, donde dejará, hebillas, colas, lapices, lapiceras, hojas, agendas, celulares, manuales.
Donde apoyara los antebrazos innumerables veces, como lo estaba haciendo instintivamente en ese momento.
-Vos...
-Si, yo la maté, para qué te lo voy a negar, menos ahora, ya que debes saber también que tengo cáncer, y aunque el doctor quiere que me haga un tratamiento, que me vaya matando en meses, prefiero morirme en unas semanas, sin tanto dolor, vómitos, y demás hermosuras.
Hablaba en un tono extraño, cínico y desafiante.
-¿Por qué Bruno no, y yo si?
-Eso se lo tendrías que preguntar a la mierda de tu abuela, pero como por suerte está varios metros bajo tierra, y si hay un Dios, un poco más abajo en el infierno, solo te puedo decir lo que yo creo.
Tu abuela cuando supo que eran 2, se quería morir, uno que diera tu hermana, bueno, más o menos se lo aguantaba, ojo, lo odiaba y aunque ella era muy creyente...bien que se paso todo el tiempo diciéndole a Liliana, que si había sido tan valiente para coger, lo hubiera sido para abortar.
No para casarse con el padre, porque eso es lo que ella menos quería, ya que toda la vida vivió a través de Liliana, y si se casaba, aunque tampoco estaba la posibilidad, porque la puta se había metido con uno ya casado, igual le habría parecido mal.
Disculpa, esto no tiene nada que ver con lo de por qué Bruno no, y vos si, bueno, la cosa que me dijo tu abuela, es que vos eras igualita a Liliana cando nació, y darte a vos, era como dar a su propia hija, por eso te eligió, y miro para otro lado, con respecto a Bruno.
-¿Por qué aceptaste criarme?
-Tantas veces me lo he preguntado, yo creo que por el odio que siempre le tuve a mí madre y a Liliana, toda la vida mi madre vivió para Liliana, era la linda, la inteligente, la capaz, la extrovertida, yo era el sorete que estaba ahí, por estar, la basura bajo la alfombra, la estéril, en todo sentido, la alumna regular, la fea, la poca cosa, la otra.
Y con vos, yo era la que decidía, si yo hablaba, se les terminaba todo a las 2, por eso mi madre me dejó su casa, y nos dio  mí y a mi ex, una muy buena plata, sacó un crédito y todo, para que pudiéramos modificar la casa a nuestro antojo, comprarnos un auto, y hasta pagarnos un viaje al exterior en nuestra luna de miel, creo que por 2 años, hasta que Liliana empezó a hacer plata en su bufete, se a pasó comiendo arroz, fideos y huevos hervidos, para pagar el crédito.
Igual mi ex, porque la verdad ese si que nunca tuvo derecho a llamarte padre, se cansó rápido de jugar a que tenia una hija, vivía jodiendo que no aguantaba los llantos, las babas, los pañales, los sonajeros, y los dibujitos animados, que él se había metido conmigo, porque como me habían removido los ovarios, no iba a tener que criar a ningún chico, y luego le salían con este paquete, lo mandé a la mierda, no por vos, si no porque bien que el hijo de puta, había disfrutado la plata del crédito, igual en eso Liliana, estuvo bien, y no le tuve que dar nada, a cambio de que no me pasará nada por vos y tampoco tuviera que verte o llevarte con él.
-¿Por qué mataste a Liliana?
-Porque quería decirte la verdad, no te ilusiones, no era debido a un cargo de consciencia que no la dejará vivir, ni nada por el estilo, era para poder seguir chantajeando a tu padre, si además de Bruno le contaba que tenia un hija, este podría pedirle otros favores a los colegas que le debieran algo, y ella poder seguir ganando juicios de divorcio como si nada, para ella eso eras.
-¿Entonces, lo hiciste por mí?
Dijo Sandra con escepticismo.
-No querida, lo hice por mí, porque estaba cansada de Liliana, de que todo se hiciera como ella quería, de que decidiera sobre la vida de los demás, de ser su sombra por casi 50 años, por todo eso.
Quería que dejara de existir, y la verdad no me arrepiento, lo único que lamento es no haberlo hecho antes, estos 5 años que pasaron desde su muerte, han sido los mejores de mi vida, solo por saber que ya no está, que yo la maté, que acabe con ella, no sé, creo que solo se puede comparar con aplastar entre las manos un mosquito que se la paso sumbando y jodiendo toda la noche sin dejarte dormir, bueno algo así.
-Me voy...
-¿Ok, vas a entregarme?
-No.
Se fue, y nunca volvió a verla, unos meses después, le avisaron que había muerto.
No hizo velorio, hubiera sido inútil, ya que las pocas personas que la conocían, no se llevaban bien con ella, en el entierro, eran apenas 3, ella, su pareja, y una vecina, que había sido más por curiosidad, que por afecto.
Paso casi un año, hasta que se decidió a sacar un pasaje a San Luis, y encontrar con su padre y su hermano, quería conocer y saber, ahondar en esa parte de ella, que su madre se había empeñado en mantener secreta, solo por su conveniencia.
Liliana, ya no le interesaba saber nada más de ella, ni de su vida, en su interior, estaba tan muerta, como lo estaba en realidad. 

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