sábado, 3 de agosto de 2013

El arribo de Laura /6)

No podía correr, lo sabía, Armando la agarro del antebrazo y la arrastro hasta el auto, puso este en marcha y acelero.
-Que mierda querés?
-Que carajo fuiste a hacer a mí casa?
-Tu casa, tu esposa, tu familia, hijo de puta.
-Callate la boca.
Con la mano derecha Armando le dio un cachetazo de revés, Silvina entonces comenzó a golpear la ventanilla y a gritar.
-Me tiene secuestrada, ayudenme.
Golpeaba con sus puños lo más fuerte que podía la ventanilla, peor ésta no se rompía, lo más que logro fue que comenzara a rasgarse, pero en ese momento Armando paro el auto, se saco un revolver que traía debajo de la cintura y le apunto.
-Si, seguís gritando, te mato.
-Y si no también.
-Para qué querés vivir? Sos una basura, una infeliz olvidada, seguramente bastarda, a la que tu padre o tu madre metió en un interno para sacarte de encima.
Silvina, comenzo a llorar, pero rápidamente corrió sus lágrimas, no quería mostrar debilidad frente a Armando, auqneu este la fuera a asesinar.
-Y a vos te gusta la basura, no? O por qué mierda te acostaste conmigo?
-Claro, como a una prostituta, lo malo es que vos te creíste otra cosa, no sé qué, de verdad creías que te iba a convertir en mi esposa? sos una idiota, y ya me cansaste, bajate del auto, sin hacer escandalo eh.
Silvina bajo, sintió que le quedaban pocos minutos de vida, paso sus manos por la panza.
El hotel era un viejo edificio que de a poco se estaba viniendo abajo, el encargado que a su vez parecía ser el dueño del lugar por como se comportaba, les dio una habitación sin despegar sus ojos de Silvina.
Silvina pensó en decir todo, pero de qué serviría? sería responsable de la muerte de ese hombre...
Una vez dentro de la habitación Silvina se abalanzó sobre el, tirándole del pelo, y metiéndole los dedos en los ojos, instintivamente Armando le dio con el culatazo del arma y esto la tiro al suelo, dejandola apenas consciente, aunque sin fuerzas para levantarse.
Armando dejo el revolver sobre la cama, y comenzo a patearla, una y otra vez en su estomago, hasta que su vestido comenzo a teñirse de sangre, cada vez era mayor la mancha, y traspasaba el vestido para llegar al piso, siguió pateando y pateando, lo hacia absoluta furia con la que lo hacia y con una gran excitación.
La habitación e la que se despertó Silvina no era la del hotel, lo noto ni bien pudo abrir los ojos, y aunque se sentia mareada y dolorida, pudo captar varias cosas, como el suero que tenia en su brazo, o que una mujer a la que nunca había visto antes estaba sentada al lado de su cama, esta al ver que ella había los ojos, se acerco.
Silvina sintió la boca reseca y paso su lengua por los labios, la mujer adivinando su necesidad le alcanzo un vado y con un pañuelo mojo sus labios.
Noto enseguida que la mujer no era enfermera, ya que no estaba vestida como una, y por lo que pudo haber había en sus acciones había algo más que el mecánico desempeño  de un trabajo.
-Quien...es usted.
-Tranquila, hablaremos cuando te sientas mejor, descansa.
Silvina como si esas palabras ejercieran cierto poder ignotico sobre ella, sintió como se adormecía.
Unas horas después, al despertar, si estaba mucho más lucida, y la mujer seguía ahí, esta vez parada cerca de la ventana.
-Ahora si me va a decir quién es?
-Soy...tu tía.
-Qué?
-Y mis padres, que paso con ellos?
-Es una historia muy larga.
-Que importa, cuentemela, o se cree que tengo algo más que hacer.
La señora la miro entre apenada.
-Lo sé, pero en tu estado.
Silvina recién tomaba verdadera conciencia del por que estaba allí, Armando, los golpes.
-Mi hijo, como está? Nació, verdad, digame que está bien, por favor.
La mujer bajo su miraba.
-Voy a llamar al doctor.
-No, digame como está?
-Lo siento...
Muerto, claro, como no iba a morir, la pesadilla cada vez se volvía más un recuerdo vivido, las patadas, la sangre corriendo por sus piernas...
Silvina se largo a llorar, sentía tristeza, furia, vergüenza, y sobre todo odio.
A los pocos minutos, llego un doctor y le inyecto un calmante, al despertar pidió ver el cuerpo del bebe, el doctor primero se negó, pero frente a su insistencia cedió.
Al verlo sintió que se moría junto con él, tan pequeño, y estaba repleto de moretones, se descompuso y casi se desmaya, la tuvieron que contener y enseguida cubrió el cuerpo con una sabana.
El doctor quiso inyectarle otro calmante, pero ella le pidió que por favor no lo hiciera, y este acepto, se dio un baño, todavía sentía dolor, había pasado 2 días entre la vida y la muerte.
Luego de vestirse, y ver que la mujer seguía allí, le dijo.
-Cuenteme todo.
-Está bien.
 La mujer se llamaba Mónica, que al verla bien tenia un cierto parecido con ella, era la hermana de su madre, habían crecido en una casa pequeña, pero en la que nunca les falto lo indispensable, su padre había muerto cuando su madre Lucía tenia 18, y ella 11, al poco de cumplir la mayoría de edad conoció a Luis, un ferroviario, que arreglaba las vías, se enamoraron y se casaron a los pocos meses, un año después nacía ella, Luis era un buen hombre, un poco ignorante ya que solo había hecho hasta primer grado, pero las quería mucho a Lucia y a ella, además si podían les daba algo de dinero a su suegra, Matilde, para que las 2 pudieran vivir.
-Y qué paso, para que ese paraíso, se acabara?
-No era un paraíso, y menos para tu mama, ella era hermosa, así como vos,siempre fue ambiciosa y sobre todo soñadora, igual se había enamorado de tu papa, porque este también era muy guapo, y sé que lo quiso, pero...una vez formada la familia, se empezó a cansar de la monotonía, tu padre trabajaba 10 horas, y llegaba cansado, siempre me decía que parecía que vivía con un animal, que solo comía y dormía, no la llevaba a ningún lado...
Mónica continuo contándole, a pesar de que a veces quería parar, Silvina le exigía que siguiera, que quería escucharlo todo, que no omitiera nada.
Lucia quería salir, y también vivir en una mejor casa, con mejores muebles, varios veces le dijo a Mónica, que se arrepentía de haberse casado con Luis, que este no la satisfacia, que ni siquiera le hacía el amor, se pasaba el día limpiando la casa y repasando los pocos muebles que tenia, además de alimentar y cambiar a la niña, aunque no le gustaba ser madre, se esforzaba, igual todo la frustraba, comenzo a dejarle la niña a ella, y a salir, se compro telas y se hizo vestido..hasta que conoció a alguien, nunca le dijo a Mónica quién, y  solo se entero cuando era demasiado tarde, una noche la policía despertó a su madre y esta a ella, para que las acompañaran a reconocer un cuerpo, era Lucia, había sido asesinada a golpes en una pequeña casa alejada y semi abandonada, aunque dentro de ella se notaba que alguien había estado sino viviendo por lo menos yendo seguido.
Arrestaron a Luis, suponiendo que él la había encontrado con su amante y la había matado, presumieron que el amante había logrado huir antes.
Luis negó todo, y ella le creyó, pero no pudo hacer nada, era solo una adolescente, su madre Matilde creyendo que Silvina era hija bastarda del amante de Lucia no quiso saber nada de ésta y la metió a un convento, sin decirle en cuál a ella.
Pasaron los años, Mónica se dedico a coser para afuera, su madre murió 10 años después, y comenzo a buscar el interno donde estaba  ella, sin éxito, sin éxito, no tenia los recursos para ir de una ciudad a otra, así que tuvo que visitar solo el de las ciudades que limitaban con su partido.
Luego hacía 2 años en uno de los viajes que hacía para buscar el internado, conoció en el tren a un hombre, Ramiro, era varios años mayor que ella, este la conquisto, le había dicho que era reportero, pero luego de pedirle matrimonio y que ella aceptara le confeso que era el dueño de El Fundador, el diario más importante del país.
Desde ese día buscaron en todos los internados de la provincia, hasta que encontraron uno en la ciudad donde los datos coincidan con los de ella, pero otra vez como sucediera con su hermana, se había enterado demasiado tarde.
Una vez que Mónica termino, ambas se abrazaron.
-Nunca tendría que haber ido de allí.
-No pienses en eso, pensa en que tendrás una nueva vida.



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