sábado, 1 de octubre de 2016

Lo que hice de mí /18)

Creo que ya he dicho algo parecido, pero bueno, me puedo justificar por mí edad, no puedo tener la memoria de hace 50 años, y no sé si quiero, la verdad.
A lo que iba es que el tiempo es como un truco de magia, los pequeños o grandes acontecimientos de cada día, no nos permiten ver el hecho innegable de que cada día vamos envejeciendo, por eso si no vemos a una perosna en 10 años, ya ahora o tanto, proque todo el mundo tiene facebook y se saca fotos hasta cuando va al baño, pero antes que esas cosas no existían, si no veías a alguien en 10 años, te sorprendías de lo cambiada que estaba, me pasaba con algún pariente o conocido que me encontraba en un velorio, bueno obviamente a las personas que veía todos los días no los notaba, hasta que un día de sorpresa, sin proponertelo, te dabas cuenta que el tiempo la iba transformando, envejeciendo.
Me paso con Adriana, la veía de lunes a viernes y a veces los sábados nos cruzábamos cuando hacíamos nuestras respectivas compras, pero un día mientras me pasaba un remedio, note su mano, llena de esas pequeñas manchas de la vejes, además de que se le notaban mucho más las arrugas y su piel se iba volviendo una especie de tela muy fina, y ahí me di cuenta de mi propia vejez, cuando empece a trabajar para Adriana, ella tenia solo 5 años más de los que yo tenia ahora 25 años después, por lo que en 30 años si lograba tener la vitalidad de ella, me vería así, y ahí comencé a hacer memoria de todas las cosas que me decía sobre esa vejez, las cremas y pastillas que debía tomar para cada dolor que iba apareciendo.
-La vejez, querida, es la repetición de la infancia y la adolescencia, pero mucho peor, ya que todos los cambios, incomodidades, dolores, no te llevan a convertirte en un adulto, sino a la muerte.
Note también que se cansaba mucho más, y me había dicho si quería hacerme cargo de la farmacia, que y contratar a un asistente, que ella me alquilaría el lugar y que me asesoraría en hacer el traspaso, pero que estaba muy cansada para seguir todos los días estando parada atendiendo clientes, viendo recetas, etc.
Me deprimió notar esa transformación, porque yo admiraba a Adriana, y ver que esa mujer tan fuerte, tenia que como todo el mundo claudicar a la vejez, me hizo odia la vida, que siempre nos lleva si "tenemos suerte", hacia la vejez, ese estado horroroso, donde abundan las enfermedades, los achaques, donde lo único que viene es la muerte, por qué carajo no podíamos envejecer hasta los 50 y que los años que nos quedaran seguir así, sin irnos pudriendo de a poco, tal vez por ser unos cobardes que no se animaban a terminar con su vida, antes de que esta acabara con nosotros, porque la cuestión ya en la vejez no es vivir o morir, sino esperar la muerte o buscarla.
Yo como la mayoría decidí esperarla, por eso sigo acá.

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