sábado, 22 de octubre de 2016

Lo que hice de mí /21)

Es incomodo verse reflejado en otra persona, cuando lo que esa imagen te devuelve no es lo que hubieras querido ver de vos.
Decidí que los años que me quedaran con lucidez, quería aprender ciertas cosas por ejemplo una de ellas fue ingles, me compre un diccionario que incluía un casette, y me puse a aprender, me costó, pero a los 2 años aprendí el idioma, y a los 3 hasta a escribirlo y leerlo.
Si alguien nos hubiera visto a Mauro y a mí, él esculpiendo madera y yo repitiendo palabras en ingles y haciendo anotaciones, igual esa es una madurez tirando a vejez mucho más placentera que la de la mayoría, ya que no sufríamos tantos achaques, si teníamos que hacernos controles y tomar alguna pastilla para esto o lo otro como cualquiera que pasa o pasaba los 50, creo que ahora los achaques empiezan más a los 60.

Leo lo que acabo de escribir y la verdad que mi vida, parecida a la vida de millones de personas, fue una más, sentenciada a la intrascendencia, con pequeños dramas insulsos, cosa que agradezco, las tragedias son lindas para verlas en el teatro, el cine o leerlas en una novela, peor no para vivirlas.
Por suerte no fue golpeada, violada, discriminada, suena a consuelo, pero para mí no es poco en ese sentido, también es cierto que nunca destaque, que nadie más que mis hijos de vez en cuando me recordaran cuando haya muerto, que no hice nada trascendente, pero bueno esa es la vida de la mayoría, pequeños granos de arenas.

Qué solemne me puse, a veces se me da por irme por las ramas, en fin lo que siguió esto que viví fue la vejez, eso que nadie quiere ver, ni en lo que se quiere pensar hasta que llega.

No hay comentarios:

Publicar un comentario