sábado, 8 de octubre de 2016

Lo que hice de mí /19)

Cuando sonó el teléfono a la madrugada, tanto Mauro como yo estábamos profundamente dormidos y como siempre que eso sucede uno incorpora el ruido al sueño y ni le hace caso, hasta que el sonido sigue y no queda de otra que salir del sueño y volver a la realidad, ese llamado casi siempre es peor que si te despertaran tirándote un balde con agua, ya que lo primero que ambos pensamos fue que le pasaba algo  los chicos, él contesto y si, lamentablemente se refería a uno de ellos, Victor, había conducido ebrio y chocado contra un árbol, por suerte no tenia heridas de gravedad, ni había lastimado a nadie.
Al llegar al hospital lo encontramos, el olor a alcohol era insoportable, y su aspecto igual, los ojos ojos, la cara con ojeras, y un machucon en la mejilla derecha, que se había provocado al dar contra el volante.
Lo abrace, respirando por la boca, ya que de verdad provocaba arcadas inspirar por la nariz cerca de él, no me devolvió el abrazo, nos miro a los 2 de forma desafiante y nos dijo:
-Soy un alcohólico.
Y luego se sonrió.
Mauro lo miro profundamente furioso, y le contestó:
-Mira qué bien, querés que te demos un premio.
-No, solo reproches, o malas caras como las que me están dando ahora, con eso me doy por bien servido.
Sé que debería haberle dicho otra cosa o quedarme callada, pero me ganó el impulso.
-Y nos echas la culpa a nosotros, te dimos todo.
-Si mama, ustedes son perfectos, los mejores padres que se puede querer, la verdad ni merezco ser su hijo, así que váyanse a dormir de vuelta, perdones que los hayan llamado, y háganme la cruz...
Mauro me miro incrédulo, no entendía que pasaba, yo algo intuía, pero la verdad que no pensaba que hubiéramos hecho nada para merecer tantos reproches, definitiva,mente estaba siendo injusto.
-Estás buscando a quien culpar, es lo que siempre hacen los adictos parta no afrontar su responsabilidad, pero si lo sos es por vos, deja de echarnos la culpa a nosotros y hacete responsable de vos mismo, que no sos un chico.
Se lo dije casi con lagrimas en los ojos, estaba irritada, cansada, por qué nos venía con esos reproches, toda la vida habíamos estado ahí para ellos, siempre fuimos lo mejor que pudimos, pero con los hijos no se puede, nunca agradecen, siempre tiene un reproche ahí guardado para largártelo ni bien pueden, son mierdas.
Recuerdo que con Mauro nos quedamos en vela toda la noche, dando vueltas en la cama, y repitiéndonos lo mismo, que no sabíamos qué le pasaba a Victor, por qué se había vuelto así, qué carajo tenia que echarnos en cara.
A la mañana, nos llamó mi hija Victoria, y nos comunicó que Victor se había internado en una clínica para alcohólicos.
Cuando salió, tardó meses en volver a casa, y no mencionó nada de la última discusión, nosotros tampoco, ya que si lo hacíamos era para que empezáramos a pelear de vuelta, él nos iba a salir con un montón de reproches, nosotros con otros, y por eso decidimos como hacen casi siempre todas las familias, meter la basura bajo la alfombra, y evadir las cosas, igual casi nunca nos veíamos y me parece que fue lo mejor, ni él, ni notros lo lamentábamos realmente, sonara horrible decirlo, pero hay veces que no se puede tener una relación buena con los hijos, incompatibilidad de caracteres, formas de ver la vida, suena algo hueco o incorrecto decirlo, pero sería peor, hasta hipócrita negarlo y querer simular un vinculo inexistente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario