sábado, 1 de noviembre de 2014

La calle de lo inesperado /2)

No le sobraba, pero tampoco tenia la necesidad de alquilar el departamento que tenia en el patio, el cuál había hecho construir cuando luego de una de sus más violentas peleas con su madre, y donde había vivido por unos meses.
Lo hago esperando algo que nunca sucederá.
Varios estudiantes y algunas mujeres solteras, la consultaron, pero ella no quiso aceptar a nadie, a todos los conocía, y esperaba algo emocionante, alguien misterioso, desconocido, un enigma, pasados los días, y al estar cansada de recibir a la misma gente, estaba por sacar el cartel, e inventar que se llovía o cualquier cosa, que sirviera como excusa para rectificar la idea de alquilar.
Esa tarde sacaría el cartel, aunque decidió esperar hasta la noche, para que no la viera nadie hacerlo,  se puso a leer para pasar el rato, cuando sintió el timbre.
-¿Usted es la persona con la que hay que hablar para alquilar ese departamento que está ahí atrás?
-Si.
El hombre que tenia enfrente, no era el ideal de belleza que tenia en la cabeza, y que se había hecho con las novelas romántico-policiales, no era lato, ni atlético, ni vestía trajes, era un hombre de mediana estatura, flaco, moreno, y bastante vulgar.
Por lo menos no es de acá, y algo debe de esconder, yo le alquilo a este. 

¿Qué mierda hace Gustavo, acá?
Al ver que Ines lo hacia entrar a la casa, Viviana dedujo lo obvio, que le alquilaría el departamento, empezó a temblar. 

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