Estaba en un lugar duro, aunque no podía moverse, no tenia fuerzas, luego sintió que alguien la agarraba por debajo de los brazos, luego que la ataban, y la amordazaban, al rato sintió agua muy fría arrojada con mucha fuerza sobre su cuerpo.
-Despertate.
Alguien comenzó a cachetearla, Laura quiso abrir los ojos, pero no pudo por la venda que se los cubría, pero para que el tipo no siguiera pegándole, levanto la cabeza.
Trato de hablar, pero solo le salió un sonido raro, gutural.
Escucho una risa, que supuso sería de la misma persona que le había dicho que se despertara, ésta agarro y le bajo la mordaza.
-Me van a matar?
-Mira qué practica que sos, vas a los bifes enseguida vos, no?
-Lo van a hacer?
-No sé nena, como calcularas, yo no di la orden de que te secuestraran...eso depende de mis patrones.
No contesto nada, hubiera sido inútil.
Cuando el tipo noto que no hablaba, puso sus manos sobre la mordaza e iba a subírsela, cuando Laura dijo:
-Agua, por favor.
-Está bien.
Le acerco el pico de una botella de vidrio a los labios, esta tomo aceleradamente, y se ahogo.
Después el hombre, volvió a ponerle la mordaza.
Las camillas rodaron sobre sus ruedas a una velocidad absoluta, enseguida sus sabanas se tiñeron de la sangre de Isabel y Francisco, ambos seguían inconscientes y mal heridos, las probabilidades de que sobrevivieran, eran escasas.
Cuando Victoria llego a la casa de su hija, se encontró a su nieta histérica, a los 2 gemelos llorando, a unos pocos metros de distancia del gran charco de sangre que se encontraba al pie de la escalera.
Vistoria extendió sus brazos y los abrazo a los 3, luego saco su pañuelo de la cartera, y se lo paso por la cara a su nieta.
-Decime, qué paso, por favor.
-Nosotros oímos gritos, Santiago y Sebastían se fueron a mi pieza del miedo, estaban llorando, ellos se gritaban y se oían gritos horribles, como si se golpearan, después salieron al pasillo, desde ahí los oímos más, se insultaban se decían de todo, y después ambos gritaron del miedo y se oyó un ruido raro, y nada más, salimos los 3, y los encontramos tirados ahí.
Vanessa señalo la sangre, y rompió en llanto.
A Victoria y a los chicos el viaje hasta el hospital se les hizo interminable, cuando llegaron allí estaba Armando, igual de tenso que ellos.
-Qué dijeron los médicos?
Casi le gritó Victoria.
Armando la tomo del brazo, y la llevó a unos metros de los chicos.
-Por qué trajiste a los chicos?
-Porque es su madre la que esta internada.
-No es un lugar para ellos.
-Deja de decir obviedades y decime como esta mi hija.
-Grave, muy grave, tiene que esperar que pasen 24 horas, para que pase el peligro máximo, la pobre además tiene quebrado el brazo y la pierna derecha, la muñeca izquierda, y además de 3 costillas.
-Y la mierda de Francisco?
-Ese infeliz, por suerte no la va a contar, sufrió un derrame cerebral, le quedan pocas horas.
-Me alegro.
-Yo también.
Aunque a Armando le hubiera gustado que sobreviviera, para poder torturarlo y acabar con su vida lentamente.
Vio una rata corriendo, y detrás a uno de los mozos que la perseguí con una escoba, hasta que consiguió atraparla y meterla debajo de la escoba y con esta llevarla hasta la borda y tirarla.
Luego el mismo hombre, se fue, y volvió con una sirvienta que paso un trapo con lavandina por todo el recorrido que había hecho la rata.
Gustavo pensó que por mucho tiempo, él había sido igual de indeseable para su familia, y se sintió aliviado, de estar a miles de kilómetros de distancia.
Bajo con Diego a abrir el bar, era raro ver el local a esa hora de la mañana y vació, con las sillas patas arriba sobre las mesas.
El bajo todas las sillas en pocos minutos, preparo café y desayunaron juntos.
Se estaban sonriendo cuando llego el diario, y se entero de 2 noticias, una que su hermana y su cuñado habían sufrido un extraño accidente, y la otra que había secuestrado a Laura.
Era el único lugar donde le faltaba buscarla, y se dirigió para allí a toda velocidad.
Manuel la vio que llegaba, y se acerco hasta ella.
-Pasa algo?
Mónica, agitada y nerviosa, trato de calmarse y hablo.
-Hace horas que no sé nada de Laura.
-Qué?
-Lo que escuchas, por eso vine a verte a vos, por si sabias algo.
-No, no sé nada, esta no será otras de sus pantomimas vengativas?
-Yo no estaría acá si lo fuera.
-Señora, por favor, usted ha sido su complice.
-Mirta, pensa lo que quieras, no me importa, y lo único que quería saber era si vos estabas enterado de algo que yo ignoraba, peor veo que no.
Ah y otra cosa te digo, si tus padres tienen algo que ver con esto, que la vayan liberando, porque te juro que si le llegan a hacer algo, se van a arrepentir por el resto de sus vidas.
-Despertate.
Alguien comenzó a cachetearla, Laura quiso abrir los ojos, pero no pudo por la venda que se los cubría, pero para que el tipo no siguiera pegándole, levanto la cabeza.
Trato de hablar, pero solo le salió un sonido raro, gutural.
Escucho una risa, que supuso sería de la misma persona que le había dicho que se despertara, ésta agarro y le bajo la mordaza.
-Me van a matar?
-Mira qué practica que sos, vas a los bifes enseguida vos, no?
-Lo van a hacer?
-No sé nena, como calcularas, yo no di la orden de que te secuestraran...eso depende de mis patrones.
No contesto nada, hubiera sido inútil.
Cuando el tipo noto que no hablaba, puso sus manos sobre la mordaza e iba a subírsela, cuando Laura dijo:
-Agua, por favor.
-Está bien.
Le acerco el pico de una botella de vidrio a los labios, esta tomo aceleradamente, y se ahogo.
Después el hombre, volvió a ponerle la mordaza.
Las camillas rodaron sobre sus ruedas a una velocidad absoluta, enseguida sus sabanas se tiñeron de la sangre de Isabel y Francisco, ambos seguían inconscientes y mal heridos, las probabilidades de que sobrevivieran, eran escasas.
Cuando Victoria llego a la casa de su hija, se encontró a su nieta histérica, a los 2 gemelos llorando, a unos pocos metros de distancia del gran charco de sangre que se encontraba al pie de la escalera.
Vistoria extendió sus brazos y los abrazo a los 3, luego saco su pañuelo de la cartera, y se lo paso por la cara a su nieta.
-Decime, qué paso, por favor.
-Nosotros oímos gritos, Santiago y Sebastían se fueron a mi pieza del miedo, estaban llorando, ellos se gritaban y se oían gritos horribles, como si se golpearan, después salieron al pasillo, desde ahí los oímos más, se insultaban se decían de todo, y después ambos gritaron del miedo y se oyó un ruido raro, y nada más, salimos los 3, y los encontramos tirados ahí.
Vanessa señalo la sangre, y rompió en llanto.
A Victoria y a los chicos el viaje hasta el hospital se les hizo interminable, cuando llegaron allí estaba Armando, igual de tenso que ellos.
-Qué dijeron los médicos?
Casi le gritó Victoria.
Armando la tomo del brazo, y la llevó a unos metros de los chicos.
-Por qué trajiste a los chicos?
-Porque es su madre la que esta internada.
-No es un lugar para ellos.
-Deja de decir obviedades y decime como esta mi hija.
-Grave, muy grave, tiene que esperar que pasen 24 horas, para que pase el peligro máximo, la pobre además tiene quebrado el brazo y la pierna derecha, la muñeca izquierda, y además de 3 costillas.
-Y la mierda de Francisco?
-Ese infeliz, por suerte no la va a contar, sufrió un derrame cerebral, le quedan pocas horas.
-Me alegro.
-Yo también.
Aunque a Armando le hubiera gustado que sobreviviera, para poder torturarlo y acabar con su vida lentamente.
Vio una rata corriendo, y detrás a uno de los mozos que la perseguí con una escoba, hasta que consiguió atraparla y meterla debajo de la escoba y con esta llevarla hasta la borda y tirarla.
Luego el mismo hombre, se fue, y volvió con una sirvienta que paso un trapo con lavandina por todo el recorrido que había hecho la rata.
Gustavo pensó que por mucho tiempo, él había sido igual de indeseable para su familia, y se sintió aliviado, de estar a miles de kilómetros de distancia.
Bajo con Diego a abrir el bar, era raro ver el local a esa hora de la mañana y vació, con las sillas patas arriba sobre las mesas.
El bajo todas las sillas en pocos minutos, preparo café y desayunaron juntos.
Se estaban sonriendo cuando llego el diario, y se entero de 2 noticias, una que su hermana y su cuñado habían sufrido un extraño accidente, y la otra que había secuestrado a Laura.
Era el único lugar donde le faltaba buscarla, y se dirigió para allí a toda velocidad.
Manuel la vio que llegaba, y se acerco hasta ella.
-Pasa algo?
Mónica, agitada y nerviosa, trato de calmarse y hablo.
-Hace horas que no sé nada de Laura.
-Qué?
-Lo que escuchas, por eso vine a verte a vos, por si sabias algo.
-No, no sé nada, esta no será otras de sus pantomimas vengativas?
-Yo no estaría acá si lo fuera.
-Señora, por favor, usted ha sido su complice.
-Mirta, pensa lo que quieras, no me importa, y lo único que quería saber era si vos estabas enterado de algo que yo ignoraba, peor veo que no.
Ah y otra cosa te digo, si tus padres tienen algo que ver con esto, que la vayan liberando, porque te juro que si le llegan a hacer algo, se van a arrepentir por el resto de sus vidas.
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