Las miradas de ambas se cruzaron, y se sorprendieron de ver reflejados en los ojos de la otra, el mismo odio, en ese momento fueron conscientes de que no pararían hasta destruirse.
Con una sonrisa, Silvina dijo:
-Nunca podré ser más hipócrita que vos, Victoria.
Victoria se contuvo de cachetearla, y grito, casi escupiendo las palabras.
-Tu cinismo no te va a salvar, puta.
-No te permito que hables así de...
Grito Manuel acercándose.
-De quién, idiota, de Silvina, la misma con la que te has estado revolcando?
-Y la misma que se acostó con Armando, ay perdoname que te quite la posibilidad de seguir humillandome, claro si eso para mi fuera una humillación, pero no, vos nunca podrías humillarme más de lo que lo hiciste hace 10 años!!!
Victoria se sonrió.
-Qué orgullosa me siento de ese día, te tendría que haber matado con mis propias manos.
-Tal vez creo que habrías sido más certera que tu maridito, el gran Armando García Vera, que se acostó con una infeliz de 15 años, a quien le pinto un mundo, le dijo que se iba a casar con ella, y termino metiéndola en un hotel, y transformándola en su amante, hasta dejarla embarazada.
-Callate!!!
Grito Armando.
-No, si la inmundicia de tu mujer, quiere que se sepa todo, se sabrá.
Vos, me convertiste en tu amante, tu muñeca, a la que le comprabas zapatos, vestidos, pero eso si, solo podía salir donde vos me decías, y después esperar a que él señor llegara, bien bañadita, cambiadita y perfumadita, pero claro, la muñeca no era de porcelana, y el señor olvido de cuidarse, por lo que su muñequita quedsó embarazada, y también su muñequita un día leyó el diario, y vio quien era su príncipe encantado, un tipo casado, con hijos, y que ella no era más que su amante menor de edad y embarazada, y por eso decidí venir y decir todo, arruinarte la vida como vos habías hecho conmigo, pero tu mujercita, se encargo de echarme como un perro.
-Pobre putita, qué esperabas, que te tuviera compasión, que te abrazara y te contuviera?
-No, de vos esperaba lo que recibí, pero lo que si no esperaba eras que Armando después de varios meses me encontrara, me obligara a subir a su auto, luego me arrastrara hasta la misma habitación dónde me había quitado mi virginidad, y me pateara, hasta dejarme inconsciente, y seguramente creyendo que había muerto, teniendo 7 meses de embarazo, y estoy segura que vos lo sabias, porque me dijiste que me arrepentiría, y ahora de estar allí y que te encargarías que lo pagara, pues lamentablemente para todos ustedes, estoy viva, y ahora les llego el tiempo a ustedes de arrepentirse de todo lo que me hicieron.
Victoria sin poderse contener más, se acerco a ella y le pegó una cachetada.
-Puta descartada.
Silvina, le devolvió la cachetada, y le dio otra de revés.
-No más que vos, Victoria, sé muy bien tu historia familiar, tu familia estaba por quedar en la ruina cuando conociste a Armando, que en ese tiempo solo era un júnior, un hijo de papi, bastante reventado, el casamiento de ustedes fue una buena tapadera para acallar los rumores de lo que Armando hacia por ahí con sus amantes.
-Dejá de calumniarme, mierda.
Grito Armando, rojo de furia.
-Ay, lo siento, le duelen las verdades al señor presidente? pues más me dolieron a mi sus patadas.
-Largate de aquí.
Chilló Victoria.
-No, Victoria, como te dije, esas infeliz a la que echaste hace 10 años, murió por las patadas que me dio tu marido, a mí no me vas a echar, ni vos, ni nadie, porque quienes más perderán si lo hacen, son ustedes, lo que se ha publicado en el diario, no es nada en comparación con lo que puedo publicar, como por ejemplo que el accidente que sufrió Francisco, fue provocado por la mano derecha de Armando.
-Hijo de puta.
-Grito Francisco.
-A mí vos no me puteas, mierda.
Armando encaro hacia donde estaba Francisco, y este lo volteó de un bastonazo.
Silvina se empezó a Reír.
-Qué hermosa familia, así me gusta verlos, insultandose, golpeándose, demostrando lo que verdaderamente son, que pena Victoria que te haya salido el tiro por la culata.
-Esto no se termina acá, oyes?
-Lo mismo te digo, preparate, porque yo tampoco me voy a detener.
Gustavo e Isabella, permanecieron imperturbables, les resultaba absudo, cada palabra de las que acababan de oír, sobre todo Isabella, Gustavo en ese momento se dio cuenta el por qué Laura ahora devenida en Silvina, se había casado con él.
Hacia semanas que veía al muchacho, y un día se canso de verlo solamente, no sabía por qué, pero cada día que pasaba le interesaba más, lo admiraba, aunque esto en cierta forma le resultaba absurdo, ella la hija del presidente, admirando al dueño de un bar, pero contrariando sus prejuicios, fue de noche, y cuando estaban por cerrar, y solo quedaba ella, se acerco a él.
-Hola.
El muchacho la miro sorprendido y también solo pudo atinar a contestar ese hola, con otro tan dubitativo como el de Liliana.
Silvina subió corriendo las escaleras, tuvo suerte de acertar en los escalones, ya que si uno de sus tacos le hubiera jugado una mala pasada, probablemente habría rodado por las escaleras y desnucado, cuando llego al final de la misma, Manuel reaccionó y comenzó a subir tan rápido como ella lo había hecho, ella trato de llegar hasta su habitación, pero cuando casi su mano tocaba el picaporte, Manuel le agarró el brazo, y la dio vuelta.
-Laura...Silvina, solo quiero saber una cosa, me amas?
Con una sonrisa, Silvina dijo:
-Nunca podré ser más hipócrita que vos, Victoria.
Victoria se contuvo de cachetearla, y grito, casi escupiendo las palabras.
-Tu cinismo no te va a salvar, puta.
-No te permito que hables así de...
Grito Manuel acercándose.
-De quién, idiota, de Silvina, la misma con la que te has estado revolcando?
-Y la misma que se acostó con Armando, ay perdoname que te quite la posibilidad de seguir humillandome, claro si eso para mi fuera una humillación, pero no, vos nunca podrías humillarme más de lo que lo hiciste hace 10 años!!!
Victoria se sonrió.
-Qué orgullosa me siento de ese día, te tendría que haber matado con mis propias manos.
-Tal vez creo que habrías sido más certera que tu maridito, el gran Armando García Vera, que se acostó con una infeliz de 15 años, a quien le pinto un mundo, le dijo que se iba a casar con ella, y termino metiéndola en un hotel, y transformándola en su amante, hasta dejarla embarazada.
-Callate!!!
Grito Armando.
-No, si la inmundicia de tu mujer, quiere que se sepa todo, se sabrá.
Vos, me convertiste en tu amante, tu muñeca, a la que le comprabas zapatos, vestidos, pero eso si, solo podía salir donde vos me decías, y después esperar a que él señor llegara, bien bañadita, cambiadita y perfumadita, pero claro, la muñeca no era de porcelana, y el señor olvido de cuidarse, por lo que su muñequita quedsó embarazada, y también su muñequita un día leyó el diario, y vio quien era su príncipe encantado, un tipo casado, con hijos, y que ella no era más que su amante menor de edad y embarazada, y por eso decidí venir y decir todo, arruinarte la vida como vos habías hecho conmigo, pero tu mujercita, se encargo de echarme como un perro.
-Pobre putita, qué esperabas, que te tuviera compasión, que te abrazara y te contuviera?
-No, de vos esperaba lo que recibí, pero lo que si no esperaba eras que Armando después de varios meses me encontrara, me obligara a subir a su auto, luego me arrastrara hasta la misma habitación dónde me había quitado mi virginidad, y me pateara, hasta dejarme inconsciente, y seguramente creyendo que había muerto, teniendo 7 meses de embarazo, y estoy segura que vos lo sabias, porque me dijiste que me arrepentiría, y ahora de estar allí y que te encargarías que lo pagara, pues lamentablemente para todos ustedes, estoy viva, y ahora les llego el tiempo a ustedes de arrepentirse de todo lo que me hicieron.
Victoria sin poderse contener más, se acerco a ella y le pegó una cachetada.
-Puta descartada.
Silvina, le devolvió la cachetada, y le dio otra de revés.
-No más que vos, Victoria, sé muy bien tu historia familiar, tu familia estaba por quedar en la ruina cuando conociste a Armando, que en ese tiempo solo era un júnior, un hijo de papi, bastante reventado, el casamiento de ustedes fue una buena tapadera para acallar los rumores de lo que Armando hacia por ahí con sus amantes.
-Dejá de calumniarme, mierda.
Grito Armando, rojo de furia.
-Ay, lo siento, le duelen las verdades al señor presidente? pues más me dolieron a mi sus patadas.
-Largate de aquí.
Chilló Victoria.
-No, Victoria, como te dije, esas infeliz a la que echaste hace 10 años, murió por las patadas que me dio tu marido, a mí no me vas a echar, ni vos, ni nadie, porque quienes más perderán si lo hacen, son ustedes, lo que se ha publicado en el diario, no es nada en comparación con lo que puedo publicar, como por ejemplo que el accidente que sufrió Francisco, fue provocado por la mano derecha de Armando.
-Hijo de puta.
-Grito Francisco.
-A mí vos no me puteas, mierda.
Armando encaro hacia donde estaba Francisco, y este lo volteó de un bastonazo.
Silvina se empezó a Reír.
-Qué hermosa familia, así me gusta verlos, insultandose, golpeándose, demostrando lo que verdaderamente son, que pena Victoria que te haya salido el tiro por la culata.
-Esto no se termina acá, oyes?
-Lo mismo te digo, preparate, porque yo tampoco me voy a detener.
Gustavo e Isabella, permanecieron imperturbables, les resultaba absudo, cada palabra de las que acababan de oír, sobre todo Isabella, Gustavo en ese momento se dio cuenta el por qué Laura ahora devenida en Silvina, se había casado con él.
Hacia semanas que veía al muchacho, y un día se canso de verlo solamente, no sabía por qué, pero cada día que pasaba le interesaba más, lo admiraba, aunque esto en cierta forma le resultaba absurdo, ella la hija del presidente, admirando al dueño de un bar, pero contrariando sus prejuicios, fue de noche, y cuando estaban por cerrar, y solo quedaba ella, se acerco a él.
-Hola.
El muchacho la miro sorprendido y también solo pudo atinar a contestar ese hola, con otro tan dubitativo como el de Liliana.
Silvina subió corriendo las escaleras, tuvo suerte de acertar en los escalones, ya que si uno de sus tacos le hubiera jugado una mala pasada, probablemente habría rodado por las escaleras y desnucado, cuando llego al final de la misma, Manuel reaccionó y comenzó a subir tan rápido como ella lo había hecho, ella trato de llegar hasta su habitación, pero cuando casi su mano tocaba el picaporte, Manuel le agarró el brazo, y la dio vuelta.
-Laura...Silvina, solo quiero saber una cosa, me amas?
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