Ahí estaba, en ese hotel lujoso, tal vez uno de los más caros de la ciudad, y por ende del país, en Puerto Madero.
La noche anterior, la había pasado en un mediocre hotel de Palermo, se había cambiado, poniéndose su mejor mejor ropa, un traje que tenía del día de su egreso en el secundario.
Se afeito, y se peino, como no lo hacía desde que terminara la secundaria.
Al llegar y después de que uno de los mecánicamente complacientes, empleados del hotel, lo registraba y le entregaba la tarjeta con el número de la habitación, otro le preguntaba si tenia equipaje, no, no tenia, solo pensaba pasar un día en el hotel.
Que poco falta para jubilarme, que voy a hacer, viajo, bueno los años que este bien, que cuantos serán 8 o 10, con suerte, más no creo que sean.
Entonces que, viajo, voy a vivir endeudada, odio las deudas, pero bueno, que se yo, que mierda hago.
Se quedo mirando unos papeles, por casi 40 años su vida habían sido papeles y teclas, compañeros de trabajo con los que apenas hablaba, en todos esos años no había creado un vinculo afectivo con ninguno, no tenia amigas, ni menos amigos, ni había sido amante de alguno, ni nada, su relación con ellos, se limitaba a un saludo cuando llegaba, alguna pregunta de cortesía, y un saludo cuando de despedida, nada más.
Sebastian lo miro, era el momento, se acerco a Facundo, y lo beso, este reacciono, poniendo su mano sobre la mano que Sebastian había puesto sobre su cara, y se besaron.
Apenas faltaba un mes, un mes para que el bebe naciera.
Casi todos los días lo sentía moverse, en esos momento llevaba sus manos hacia su panza, como queriendo retenerlo allí, donde estaba protegido.
La noche anterior, la había pasado en un mediocre hotel de Palermo, se había cambiado, poniéndose su mejor mejor ropa, un traje que tenía del día de su egreso en el secundario.
Se afeito, y se peino, como no lo hacía desde que terminara la secundaria.
Al llegar y después de que uno de los mecánicamente complacientes, empleados del hotel, lo registraba y le entregaba la tarjeta con el número de la habitación, otro le preguntaba si tenia equipaje, no, no tenia, solo pensaba pasar un día en el hotel.
Que poco falta para jubilarme, que voy a hacer, viajo, bueno los años que este bien, que cuantos serán 8 o 10, con suerte, más no creo que sean.
Entonces que, viajo, voy a vivir endeudada, odio las deudas, pero bueno, que se yo, que mierda hago.
Se quedo mirando unos papeles, por casi 40 años su vida habían sido papeles y teclas, compañeros de trabajo con los que apenas hablaba, en todos esos años no había creado un vinculo afectivo con ninguno, no tenia amigas, ni menos amigos, ni había sido amante de alguno, ni nada, su relación con ellos, se limitaba a un saludo cuando llegaba, alguna pregunta de cortesía, y un saludo cuando de despedida, nada más.
Sebastian lo miro, era el momento, se acerco a Facundo, y lo beso, este reacciono, poniendo su mano sobre la mano que Sebastian había puesto sobre su cara, y se besaron.
Apenas faltaba un mes, un mes para que el bebe naciera.
Casi todos los días lo sentía moverse, en esos momento llevaba sus manos hacia su panza, como queriendo retenerlo allí, donde estaba protegido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario