Limitó sus encuentros a los fines de semanas. Mientras veía como funcionaba un restaurante y se ganaba la confianza de su jefe para más adelante preguntarle cosas sobre el negocio e invertir sus ahorros en uno.
A veces lo estresaba pensar en un posible negocio y lo invadían pensamientos negativos, creía que se iba a quedar sin plata y tendría que volver a prostituirse por menos de lo que lo hacía, eso era lo que le jodía, no coger, coger le daba lo mismo pero ganar menos por hacerlo si lo sentía degradante.
Aceptó el ofrecimiento de su jefe de ser mozo, era el mismo sueldo que de bachero pero además tenia propinas, le daban muy buenas, ya que sabía ser agradable y su atractivo de por si predisponía de forma positiva a la mayoría. Las señoras a veces le dejaban mejor propina de lo que ganaba en todo un día de trabajo, igual los hombres gays que a veces iban, se sentía agradecidos con su amabilidad y coquetería. En general la gente mayor era la que más agradecía el bue trato, sus sonrisas, miradas y algún que otro comentario gracioso.
sábado, 6 de marzo de 2021
El oficio de Manuel /24)
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