sábado, 15 de febrero de 2020

Y de repente se hace realidad /13)

Comida recalentada, otra vez. 
Se dijo Roberto.
Tengo que estar el puto día en la empresa para que cuando llego a casa, donde pago todo, me sirva comida recalentada.
Cuando a esa negra de mierda la saqué de la casa sin revoque en la que vivía, bah casa, el sucucho ese, me andaba detrás, qué no hacia, no mi amor, no importa la hora a la que llegues, yo te espero y cenamos juntos.
Falsa de mierda, pero ya te voy a dar a una patada en el culo.
Mientras mascaba y aunque sentía el gusto insipido y gomoso que le dejaba en la boca la comida, sonrió.

Teresa estaba mirando algo en la televisión, supuso que como siempre, debía ser una serie o película de Netflix seguramente, no presto atención a lo que mostraba la pantalla.
Se sentó en la cama y sintió el olor de la crema de cacao, no recordaba cuantos años sintiendo ese olor, sabía que su esposa se la ponía como repelente, porque él odiaba tocarla cuando su piel estaba aceitosa.
Roberto desde ese momento decidió dormir desnudo, porque sabia que a ella le jodía, también las veces que estaba irritado o caliente prendía la laptop y miraba pornografía, masturbándose al lado de ella. El olor de la crema de cacao se mezclaba con el del semen. 


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