Qué pocas decisiones he tomado en mí vida, siempre hice lo que se suponía, buscarme un trabajo estable, casarme, tener hijos, pero ahora que tomó decidí separarme, es otra cosa, casi todos se separan, ya lo raro es no hacerlo, pero igual, es dejar, y lo único que he dejado hasta ahora es la casa de mis padres hace 25 años, nunca otra cosa, y porque me ayudaron un montón papa casi que me pagó toda la casa, mama también, qué buenos viejos, y ahora, podría volver con ellos, el pelotudazo de 50 años a vivir con los padres, no más triste que la mierda, más patético, aplaudirían a Laura por separarse de semejante pelele. Igual lo van a hacer aunque me termine mudando a un departamentito de 2 x 2, ya que para más no me alcanza, pero bueno, por lo menos mantendré mi independencia.
Buscó en el diario, ninguno le gustaba, pero eligió los que estaban a unas cuadras de ahí, le gustaba el barrio y le quedaba cerca de su trabajo.
A las paredes de ésta casa las pinte siempre yo, al techo lo barnice, me conozco cada raya de los muebles, cambiar de olores, de atmósfera, me va a costar un montón, yo que siempre he sido metódico, monótono, repetitivo, qué raro es todo, no sé, creo que me voy a quedar unos días más acá, no tengo ganas hoy de salir a ver estos departamentos que si se ven por dentro como por fuera, van a ser más deprimentes que yo, si a Laura le jode...bah que le va a joder, le da lo mismo que yo este o no este.
Dejó el diario, puso el agua, y empezó a buscar los la yerba para prepararse unos mates, eso si lo extrañaría, el estar ahí tomando mates por la mañana.
Pero por lo menos dejaré de ver a Laura, de acostarme al lado de ella, dormir con alguien a quien ni siquiera le molesta que la roces con el brazo, sino que no le importa un carajo, puedo morirme al lado que no va a hacer otra cosa que correr más para su costado.
Después de cebarse el mate, amargo como lo tomaba siempre, pensó que a pesar de todo, la decisión de separarse, era la acertada.
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