En todas las edades el amor es diferente, por lo que no me es fácil describir lo que empece a sentir por Mauro.
Lo que si puedo decir es que fue algo que se dio de a poco, que es como creo que son lo amores más duraderos, nos fuimos conociendo, tanto lo bueno como lo malo, nuestros defectos que eran muchos, obviamente, muestras virtudes, que no gustaba, que no, pero creo que algo que nos unió y que no perdimos, afortunadamente, es que siempre nos gustó estar juntos, y eso si que es algo raro, porque pasamos 5 décadas juntos, transformándonos físicamente y en menor medida interiormente.
Pero estar con él, siempre me hizo sentir acompañada, querida, protegida.
Aunque también hay cosas que solo se viven cuando todo recién empieza, las confidencias, él me contó que a su tía la había querido más que a su madre, porque para ella, que no había tenido hijos, él era su consentido, sobre todo porque cuando conoció a los otros ya estaba muy enferma.
Catalina, su tía, se había mudado con su hermana, luego de que el marido muriera en una obra en construcción, después de caer de un peldaño, al poco tiempo le diagnosticaron cáncer, y su hermana le insistió en que se mudara con ella.
Catalina lo hizo, y aunque fue para que la cuidaran a ella, terminó cuidando a Claudia, ya que esta estaba en los últimos meses de su primer embarazo, cuando nació Mauro, y al poco tiempo volvió quedar embarazada.
Catalina, luego de que la operaran y le sacaran un seno, se dedicó exclusivamente al cuidado de Mauro, y de su hermana, siempre había sido más una madre que otra cosa, debido a la diferencia de edad, le llevaba 11 años, y que sus padres habían muerto cuando Claudia tenia 14 años, por lo que Catalina, tuvo que ser madre y padre de su hermana, y ahora de su sobrino, ya que su cuñado se pasaba el día en la maderera, y su hermana embarazada.
Aunque a su 2 hijo lo perdió a los 3 meses de embarazo, pronto volvió a quedar.
Fueron pasando los años, y Mauro sentía mas apego por la mujer que le echaba alcohol y le ponía una venda si se lastimaba el codo o la rodilla, lo despertaba para ir al colegio, le planchaba la ropa, que por la que veía siempre cargando un bebe, dándole de mamar o cambiándole los pañales.
Cuando Mauro cumplió 11, a su tía le volvió en cáncer, le hizo metástasis y murió a los pocos meses.
Al contármelo lloraba, y yo también.
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