Como Ramiro, consiguió otros hombres de similares características, cada vez que se acostaba con uno, se iba sintiendo más ausente, como si su cuerpo durante el sexo, dejara de pertenecerle.
Gastaba poco de lo que tenia, y el único lujo que se dio, fue mudarse a un monoambiente al cumplir los 18.
los días, semanas y meses pasaban, las caras y los cuerpos llegaban se iban, algunos volvían, se creaba un extraño vinculo comercial sexual, aunque consideró una suerte que ningún cliente quisiera involucrarse más de la cuenta, o le saliera con que estaba enamorado de él, y más afortunado aun se sintió al él no sentir más que cierta atracción por alguno que otros de las decenas de clientes que tuvo a lo largo de los años.
Un día mientras salía de una tienda en un shopping, vio Magdalena, le costó reconocerla con el pelo tan corto, y ralo, además del color amarillento de su cara.
Tiene cáncer, ojalá no sea benigno...
Tengo que volver.
Gastaba poco de lo que tenia, y el único lujo que se dio, fue mudarse a un monoambiente al cumplir los 18.
los días, semanas y meses pasaban, las caras y los cuerpos llegaban se iban, algunos volvían, se creaba un extraño vinculo comercial sexual, aunque consideró una suerte que ningún cliente quisiera involucrarse más de la cuenta, o le saliera con que estaba enamorado de él, y más afortunado aun se sintió al él no sentir más que cierta atracción por alguno que otros de las decenas de clientes que tuvo a lo largo de los años.
Un día mientras salía de una tienda en un shopping, vio Magdalena, le costó reconocerla con el pelo tan corto, y ralo, además del color amarillento de su cara.
Tiene cáncer, ojalá no sea benigno...
Tengo que volver.
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