Nos usamos.
Pensó Martín luego de un "encuentro oral" como le llamaba Juan Pablo, a pasar un rato juntos manteniendo sexo oral.
A Martín al principio le gusto, aunque luego le fastidio que no avanzaran de eso, Juan Pablo, casi nunca quería besos, ni caricias, ni abrazos.
-Mariconadas no.
Le repetía, y lo único que le interesaba era encontrar en las diferentes pornos, nuevas poses que poner en practica durante el sexo, para no aburrirse.
Por eso una tarde antes de salir del colegio, Juan Pablo le dijo a qué hora estaba disponible, Martín le contestó que no, que mejor ahí lo dejaban, Juan Pablo le contesto con un Okey, desde entonces volvieron a la nula relación que tenían antes de la clase de gimnasia.
Cada día se parece más al mierda de Gabriel.
Al entrar en la adolescencia, Martín cambió su voz, y su tono era igual al de su padre, sus movimientos, su forma de sentarse, pararse, agarrar los cubiertos, etc, eran idénticos, un Gabriel al que no vería morir, y un Gabriel con los ojos de Maura, era como vivir con 2 fantasmas en uno.
Los ojos de Maura, cada vez que Martín la miraba, era como si Maura lo hiciera, y estuviera ahí, para reprocharle su conducta, torturándola y burlándose de ella, una Maura sabedora de todos sus secretos, de todos sus odios, de todas sus bajezas, anhelos, por eso no podía seguir viviendo con Martín, porque la estaba matando.
Pensó Martín luego de un "encuentro oral" como le llamaba Juan Pablo, a pasar un rato juntos manteniendo sexo oral.
A Martín al principio le gusto, aunque luego le fastidio que no avanzaran de eso, Juan Pablo, casi nunca quería besos, ni caricias, ni abrazos.
-Mariconadas no.
Le repetía, y lo único que le interesaba era encontrar en las diferentes pornos, nuevas poses que poner en practica durante el sexo, para no aburrirse.
Por eso una tarde antes de salir del colegio, Juan Pablo le dijo a qué hora estaba disponible, Martín le contestó que no, que mejor ahí lo dejaban, Juan Pablo le contesto con un Okey, desde entonces volvieron a la nula relación que tenían antes de la clase de gimnasia.
Cada día se parece más al mierda de Gabriel.
Al entrar en la adolescencia, Martín cambió su voz, y su tono era igual al de su padre, sus movimientos, su forma de sentarse, pararse, agarrar los cubiertos, etc, eran idénticos, un Gabriel al que no vería morir, y un Gabriel con los ojos de Maura, era como vivir con 2 fantasmas en uno.
Los ojos de Maura, cada vez que Martín la miraba, era como si Maura lo hiciera, y estuviera ahí, para reprocharle su conducta, torturándola y burlándose de ella, una Maura sabedora de todos sus secretos, de todos sus odios, de todas sus bajezas, anhelos, por eso no podía seguir viviendo con Martín, porque la estaba matando.
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