domingo, 1 de febrero de 2015

La calle de lo inesperado /14)

Me gustaría soñar con que todo esto es verdad, pero no, solo me estaría haciendo la idiota.
Damian me cogió para ganar tiempo, y también para tener a una infeliz que haga todo lo que él quiera.
La primera vez que tengo sexo en décadas, y resulta que solo lo hacen para que me quede callada, qué lindo, eh.

La habitación olía a transpiración, a semen, y eso le gustaba, también había quedado alguna que otra hebra de Ines sobre la almohada.
Voy a disfrutar torturando a la vieja conchuda esta, va a ser mi mascota, además la puedo hacer vender esta casa y con eso tirar 1 año, por lo menos.

Cuando dobló la esquina, se le apareció Ines, y casi se le tira encima del auto, Lara piso el freno enseguida.
-Estás loca.
-Más o menos, después del regalito que me dejaste en mi casa, arranca.
-¿De qué hablas?
-No te hagas la boluda, hablo del psicópata de Damian.
-Yo qué tengo que ver.
-Te dije que no te hicieras la boluda, ¿o querés que vaya a su departamento, y le del el anónimo que me mandaste?
-Yo no le dije que fuera a quedarse ahí.
-Obvio, pero me podrías haber hablado de frente.
-Claro, para que anduvieras con el chisme por todos lados.
-Mira, más importante que tu bolsillo, pensa en tu cabeza, porque el loco ese es capaz de cualquier cosa.
-Ya lo sé.
-Y entonces, ¿qué mierda hacemos para que lo metan preso?
-No sé, yo no tengo pruebas de nada, solo suposiciones.
-Okey, y qué pensas que ha hecho, matado a alguien.
-No me sorprendería, pero no hay pruebas.
-Dicen que los asesinos siempre guardan alguna cosa de la victima, un fetiche o lo que sea, por ahí  Damian, tiene alguno en el departamento.
-Es muy obsesivo con todo, se daría cuenta si la mínima cosa no estuviera en su lugar.
-Igual tengo que arriesgarme, y la próxima vez, trata de tener un amante normal, que solo te saque plata, frena acá. 

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