-Yo me acosté con esta bestia...
-Te entiendo.
-Vos sabias la clase de porquería que era y no lo denunciaste, ¿qué tenés en la cabeza?
-¿Me faltaban pruebas, o querías que fuera a denunciar suposiciones? además no tengo por qué darte explicaciones a vos.
-No claro, como si no tuviera a este hijo de puta, acá, por tu culpa.
-¿Yo te puse un arma en la cabeza para que lo metieras acá, o para que te acostaras con él?
Las 2 se quedaron en silencio un momento, masticando su furia.
-Ya está, de nada sirve llorar por la leche derramada, ahora qué hacemos, vamos a la policía.
-¿Y si, venís conmigo?
-Obvio, no me voy a quedar solo con el loco este.
Ambas se subieron al auto, al llegar a la comisaria, se encontraron con un montón de gente.
-¿Qué mierda pasa acá?
Dijo Lara con fastidio, luego de estacionar, Ines, se bajó también.
Lara entró a la comisaria, y salió a los pocos minutos.
-¿Y?
-Nada, están registrando a los que vinieron por el fin de semana larga a la laguna, ya sabes que ahora por eso que legislaron en el consejo de liberantes, todos los que entren a la ciudad, tienen que mostrar el documento, para que se chequeen sus datos.
-Pero son un montón.
-Y si, yo no me puedo quedar toda la noche, si mi marido se despierta, y no me encuentra en la cama, se me va a armar un quilombo.
Ines vio como se marchaba Lara, y se fue a sentar al banco que estaba en la vereda de enfrente a la comisaria, allí vio como la gente dejaba los bolsos a un costado, cansadas de sostener las manijas en sus manos u hombros.
Tan hartos estarán de la Capital, qué se aguantan todo esto, por pasar unas horas en la laguna, en una carpa, rodeado de mosquitos, humedad, y demás mierda, pobre gente.
Se cruzo y descruzo de piernas, estaba incomoda, cansada, aburrida.
Y encima hago todo esto, para que después me saquen el cuero, por tener a un psicópata en la casa y no haberme dado cuenta, y para más, que también cogí con él, no va a haber uno que no se me cague de risa en la cara, pero bueno, joderme.
Ines vio que el auto de Lara, aparecía por la calle, y se paraba frente a ella, esta bajo el vidrio.
-Subí, tengo algo que decirte.
Ines lo hizo.
-Qué pasa.
-Hola Ines, ya que estamos los 3, podríamos hacer un lindo trío.
La voz de Damian, surgió del asiento de atrás, sostenía un arma que la estaba apuntando.
-Te entiendo.
-Vos sabias la clase de porquería que era y no lo denunciaste, ¿qué tenés en la cabeza?
-¿Me faltaban pruebas, o querías que fuera a denunciar suposiciones? además no tengo por qué darte explicaciones a vos.
-No claro, como si no tuviera a este hijo de puta, acá, por tu culpa.
-¿Yo te puse un arma en la cabeza para que lo metieras acá, o para que te acostaras con él?
Las 2 se quedaron en silencio un momento, masticando su furia.
-Ya está, de nada sirve llorar por la leche derramada, ahora qué hacemos, vamos a la policía.
-¿Y si, venís conmigo?
-Obvio, no me voy a quedar solo con el loco este.
Ambas se subieron al auto, al llegar a la comisaria, se encontraron con un montón de gente.
-¿Qué mierda pasa acá?
Dijo Lara con fastidio, luego de estacionar, Ines, se bajó también.
Lara entró a la comisaria, y salió a los pocos minutos.
-¿Y?
-Nada, están registrando a los que vinieron por el fin de semana larga a la laguna, ya sabes que ahora por eso que legislaron en el consejo de liberantes, todos los que entren a la ciudad, tienen que mostrar el documento, para que se chequeen sus datos.
-Pero son un montón.
-Y si, yo no me puedo quedar toda la noche, si mi marido se despierta, y no me encuentra en la cama, se me va a armar un quilombo.
Ines vio como se marchaba Lara, y se fue a sentar al banco que estaba en la vereda de enfrente a la comisaria, allí vio como la gente dejaba los bolsos a un costado, cansadas de sostener las manijas en sus manos u hombros.
Tan hartos estarán de la Capital, qué se aguantan todo esto, por pasar unas horas en la laguna, en una carpa, rodeado de mosquitos, humedad, y demás mierda, pobre gente.
Se cruzo y descruzo de piernas, estaba incomoda, cansada, aburrida.
Y encima hago todo esto, para que después me saquen el cuero, por tener a un psicópata en la casa y no haberme dado cuenta, y para más, que también cogí con él, no va a haber uno que no se me cague de risa en la cara, pero bueno, joderme.
Ines vio que el auto de Lara, aparecía por la calle, y se paraba frente a ella, esta bajo el vidrio.
-Subí, tengo algo que decirte.
Ines lo hizo.
-Qué pasa.
-Hola Ines, ya que estamos los 3, podríamos hacer un lindo trío.
La voz de Damian, surgió del asiento de atrás, sostenía un arma que la estaba apuntando.
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