domingo, 8 de febrero de 2015

La calle de lo inesperado /15)

Al ver salir a Damian, decidió usar su propia llave para entrar en el departamento.
Adentro no encontró nada, más que un cenicero repleto de colillas de cigarros.
Ines salió, y le escribió un mensaje a Lara.
En la habitación no hay nada, debe tener todo, en el celular.
Con todo se refería a los fetiches, recuerdos de las heridas infligidas a las diferentes mujeres con las que había estado, con eso podían ir a la policía.
Recordó los fuertes calmantes que le había dejado el doctor, para que se los diera a su madre, cuando los dolores eran muy fuertes, y decidió colocarlos en un pote donde preparo un postre de leche.
Ines, tuvo que hacer un gran esfuerzo por tragar el suyo, sin observar demasiado a Damian, cada cucharada que este se metía a la boca, ella exhalaba,  al terminar, se llevo la mano derecha a los ojos, refregó con el indice su ojo izquierdo, y con el pulgar el derecho, bostezo, y se quedó dormido.
Ines se levanto de su silla, y empezó a buscar en los bolsillos del jean, encontró el celular en el derecho, este no era de la misma marca que el de ella, y para no tocar algo que luego Damian se diera cuenta de que ella había tenido su celular, decidió llamar a Lara.
-Che, yo no sé como se maneja este celular, tengo de otra marca, vení.
Está bien, dentro de un ratito paso.
Lara enseguida maniobro, y mando las fotos y los videos al celular de Ines y luego al suyo.
Ambas se sentaron en el celular y empezaron a ver imágenes perturbadoras, mujeres siendo quemadas con cenizas, otra lamiendo suela de los zapatos, otras comiendo escrementos.
Ines no pudo seguir viendo.

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