sábado, 27 de diciembre de 2014

La calle de lo inesperado /9)

¿Por qué no?
Le digo qué nos encontramos en X lugar, descampado, obvio, le doy una gaseosa, con veneno, y no sé, lo lanzo por ahí, total, nadie me vio con él, lo más cerca que estuvimos fue en el bar ese, pero ahí, no compartimos mesa, nadie nos puede relacionar.
Abrió una ventana incógnita, y googleó venenos.
Compró Belladona por Internet, la diluyo en una botella de coca cola, llamo a Damian, y lo citó cerca de la rotonda.
Voy a matar a un hombre, en si a un hijo de puta, nadie va a lamentar la muerte de alguien así, al contrario, me deberían dar un premio por hacerlo.
Lo haría, metió la botella de medio litro, en una hielera, y puso el auto en marcha.
-¿Cansado?
-Nah, me vine en remis, igual este calor, es pudridor.
-Si, toma.
Lara, abrió la hielera y sacó la botella de cola cola.
Damian agarró la botella, la destapo, la acerco a sus labios, y luego en un movimiento instantáneo, agarro del brazo a Lara, y se le tiro la coca cola sobre la cara.
Lara cerró con fuerza los labios y los ojos, luego de que el contenido de la botella se vaciará sobre su cabeza, se paso la mano por la cara.
Empezó a temblar.
Damian le soltó el brazo, y tomando sus mojados cabellos, acerco su cara a la de Lara, y le dijo.
-No vuelvas a hacer una pelotudez semejante, yo cuando vos vas, ya volví, no te pases de viva, y agradece, que no te la hice tomar.

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