sábado, 6 de diciembre de 2014

La calle de lo inesperado /6)

Eligió el labial color piel, que apenas le daba un poco de brillo a sus labios, pero antes de encarar hasta la puerta, se volvió a ver en el espejo.
Qué estoy haciendo, tengo 54 años, podría ser la madre de Damian, vieja ridícula, como si un poco de labial, me fueran a quitar 20 años, o a levantarme las tetas.
Agarró de arriba de la cómoda el paquete de pañuelos de papel, tomó 1, y lo refregó furiosamente por sus labios.

Qué hace, no puede ser.
Lara, vio como Damian llevaba un paquete de facturas en la mano izquierda, mientras con la derecha, tocaba el timbre de la casa de Ines.
Claro, si este es como el reuma, ataca a la viejas, lindo le va a ir a Ines con este...

Ni bien le abrió la puerta, Damian notó los ojos rojos de Ines, y también su nariz moquienta, qué enseguida limpió con un pañuelo de papel, hecho un bollo, que tenia en la mano.
Al verlo, no pudo simular su alegría, los ojos, otra vez la delataron.
Damian con una sonrisa dulce, le mostró el paquete de facturas.
-Hola, Ines, espero no haberte despertado, pero es que odio desayunar solo, y si vos todavía no tomaste nada, pensé que...
-Claro, pasa. 

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