sábado, 12 de julio de 2014

Adiós a una vida /24)

El viaje de vuelta se le hizo eterno, Marina odiaba viajar en colectivo, y más en uno turístico, repleto de familias con hijos chicos.
Lo único bueno es que le pude encajar otro somnífero a ésta se durmió, pero ronca como un tronco, la puta que la pario, de chica no roncaba tanto, pero es mejor escucharla roncar, y no aguantarla quejándose de Daniel, como si no hubiera sido novio que le tipo era un hijo de puta, pero si le decías algo, era la primera en defenderlo, y siempre se busca soretes, que más vale perderlos que encontrarlos, de verdad como le gusta repetir patrones, debería hacer terapia, pero no se lo pienso sugerir, para que después todavía me raje a puteadas.
Además son carísimos, pero por ahí se lo cubre la obra social, no sé, pero tampoco me voy a poner a averiguar, no, ella sabrá, si me dice algo, voy a tratar de convencerla.
Mariana saco una novela de intrigas, en edición bolsillo, aunque enseguida la volvió a cerrar.
Acá no se puede leer nada, entre los pendejos, que mamó quiero ir al baño, los otros que hablan de lo que pasaron en las vacaciones, el ruidito de los botones del celular, no se puede una concentrar en la lectura, y todavía falta una hora de viaje.
Y ahora ponen el programa de chusmerio este, qué me importa con quién cogió la puta que quieren promocionar hoy, y los idiotas ya están embobados, hay no puedo crees que la vieja pidiera que pusieran más fuerte el televisor, qué mierda le puede importar esa boludez, la gente se pasa de estúpida, así vota, después.


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